"Escuché tu voz llamándome, llenándome de mil y un sensaciones. Y fue abrumador, me sentí pleno, a la deriva, dispuesto a saltar al vacío por ti. Porque hasta el fondo estaba tu voz, porque al final te encontrabas tú."

¿Como algo tan pequeño podría ser tan pesado?

Los párpados le dolían, fue una odisea abrirlos y prefirió no haberlo hecho de golpe al recibir la abrazadora luz de la chimenea encendida a pocos metros de él, sus pupilas reaccionaron y el escozor no tardó en aparecer haciéndole pegar el rostro contra la almohada. Una almohada que olía a ese hombre.

De hecho, todo olía a él. La cama en la que se encontraba boca abajo, la docena de mantas sobre su cuerpo y un camisón verde olivo que fácilmente podría llegarle a los muslos. Absolutamente todo tenia su aroma y no pudo evitar restregarse sobre esto con la esperanza de que ese olor se pegara también a él.

Era sumamente agradable. Y quizás, aquel olor a azufre se disiparía un poco de su cuerpo.

El sonido inconfundible de la madera vieja se hizo presente al abrirse la puerta, vio al sujeto de reojo entrar, al tenerlo mas cerca notó que depositó un platillo sobre la cómoda. La curiosidad pudo consigo y alzó la cabeza buscando detectar con la mirada que rayos había en ese plato y en medio de su exploración su atención se desvió por completo hacia él.

Repasó cada facción de aquel rostro en sus recuerdos, trazó en su mente valiéndose del contacto tenido su complexión, cada músculo que logró sentir sobre la tela de su camisa. En su memoria grabó el olor de su colonia y resguardo celosamente el color chocolate de sus ojos. Su mirada calma con cierto ápice de ternura... como si viese un oso de peluche.

--Sopa, te hará bien --el rubio hizo una mueca y negó volviendo al escondite de la almohada. La comida humana no llamaba su atención e ignoraba si tenia los órganos necesarios para poder digerirla.

--Esta caliente y yo mismo la preparé --el tipo insistió y se llevó un bufido de su parte ¿Creyó que con eso accedería?--. Vamos, abre la boca, hazlo por mi...

¿Que demonios se creía ese sujeto? Hablarle tan descaradamente ¡A él! Pidiéndole cosas que no le importaba realizar en lo mas mínimo ¿Por qué? Solo alargaba su tiempo de vida para que pudiese desperdiciarlo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la falta de mantas sobre su cuerpo, su camisón fue levantado y justo antes que objetara algo esas manos tocaron su espalda por sobre el rastro de vendas que lo cubrían.

--Debió doler mucho --el tacto fue mínimo, un roce efímero que bastó para calmarlo por completo. Y se sintió vacío, ansioso y a la espera de ser tocado de nuevo--. Por eso debes comer, para recuperar energías.

Detectó la preocupación en su voz por primera vez.

Derrotado, se incorporó con cuidado sentándose al borde de la cama, frente a él. Solo así lo observó con más detenimiento y el impulso de acercarse creció al grado de dejarse caer esperando ser atrapado.

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Notas: Como han podido ver son capítulos cortos. Me es mas sencillo hacerlos así que como estoy acostumbrada.
Gracias por leer, votar o comentar. 
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