Todo marchaba en orden... La marca está sanando, los moretones habían dejado de salir, el dolor en mi pecho dejó de fastidiar pero sabía que esto solo era momentáneo, estoy completamente segura que después de esta calma vendrá la tempestad, suspiré y dejé la comida a un lado, ya no tenía apetito ya no tenía la necesidad de verla, las lágrimas llenaron mis ojos y un nudo se creó en mi garganta, comencé a llorar, mis labios estaban secos por lo que me dió sed...

Busque por la cocina un vaso pequeño en cuál llené con agua y la bebí

– ¿Madrugando? – escuché la voz de mi madre tras mío, la miré con los ojos cansados y cierta tristeza, ella solo caminó hacia mí y me envolvió en un abrazo tierno, me esconde en su cuello para respirar profundamente su aroma

– Rosas – susurré con la voz rota – y tulipanes – sonreí y la apreté más

– Estás muy débil – dijo acariciando mi cabello quebradizo – necesitas descansar – beso mi coronilla para comenzar a guiarme a mi habitación, me recostó sobre la cama, era suave pero no a tal grado de hundirme en ella

– ¿Crees que esto algún día termine? – pregunté mirando a sus ojos morados, ella solo asintió levemente con un mirada triste, todos sabíamos el final de esta historia solo que nadie quería aceptarla...