Habían pasado algunos días desde que aborte, estaba envuelta en mis sábanas azules mientras que la música triste se reproducía en la radio encendida, escuchaba el correteo de mi madre con mis hermanos, el cambio de hoja con el periódico de mi padre y el sorber del café de mi hermano, todo se había vuelto monótono, ya nada me daba emoción alguna, ya pronto todo esto va a terminar lo estaba esperando, los pasos de mis hermanos corriendo a la puerta apresurados, la voz de mis padres despidiéndose, la silla ser levemente corrida seguido de unos pasos tranquilos y la taza de café ser dejada en el fregadero con sutileza pero de la nada todo fue silencio, ya no hubieron pasos, o algún sorbo, cambio de página o pasos a correteados solo silencio junto con un dulce olor conocido, inhale y exhale el olor, mi lobo aulló con dolor y la herida se abrio mas, chille con lágrimas en los ojos.

De la nada todo se volvió turbio, escuche los pasos de mis hermanitos correr hasta esconderse, preste atención a los pasos enojados de mi padre llevarse a una mujer triste y desolada llorando, la cual era mi madre, al mismo tiempo mi hermano abrió la puerta y el olor se hizo más fuerte...

Fue impulsó, mi lobo despertó y me transforme, baje corriendo las escaleras hasta la puerta, le gruñó con dolor, ella solo nos miró

- ¿que haces aqui? - preguntó mi lobo lanzado un bajo ladrido como queja

- Vine a ver a mi niña - intentó caminar pero olfateó el olor - abortaste -me miró con odio, mi lobo se hizo pequeño y sumiso en su lugar - ¿¡Como pudiste!? - le lanzo un golpe al hocico y mi lobo chillo

-Como te atrevas otra vez -mi hermano tomó su muñeca antes del siguiente golpe

- Puedo hacer lo que sea con ella - le gruño con un sonrisa - tiene mi marca aun me pertenece - y con una sonrisa triunfante tiró de su mano pero no fue fácil

-Tal vez ella sea tu media luna - apretó el agarre - pero ella es mi hermanita - la empujo sacándola de la casa

-Gracias -susurre transformándome y cayendo a suelo desmayada...