Drama, TXT

Ovaciones antes de que entremos al escenario, el sentimiento de hormigueo en todo mi cuerpo era electrizante, jamás me cansaría de ello.

Y era mucho mejor verla a ella del otro lado del escenario, con su cabello atado en dos coletas y ese suéter gigante que la hacían mucho más pequeña de lo que ya era. Sonrió devolviéndome la mirada, a ambas nos encantaba la emoción justo antes de dar un concierto.

Las luces empezaron a alumbrarnos, rosa para ella, violeta para mí, siempre había sido así y no teníamos ni la mínima intención de cambiarlo.

Los gritos de euforia se hicieron más potentes cuando ambas corrimos hacia el centro del escenario, nuestros nombres siendo cantados al mismo tiempo, unos gritaban Izzy, otros gritaban Bella, pero la mayoría gritaba Izzella.

—Izzy quiere ser punk —y con esas palabras, ella abrió el concierto.

Cuando nos dijeron que nuestras voces se complementarían aquella vez en la clase de canto ambas nos miramos raro, ¿como podrían complementarse una voz destinada a hacer vibratos, y otra que se apegaba mucho a las cosas originales?

Pero lo descubrimos aquella misma tarde cantando una canción de nuestra banda favorita.

Así que, ocho años después, estamos dando uno de los mejores conciertos de nuestras vidas como el mejor dúo femenino de la década (o bueno, ese fue el premio que ganamos el año anterior).

Al terminar de cantar "her lipring", nos sentamos en medio del escenario para tocar "blue daylight", una canción que escribimos a media tarde con música aleatoria a todo volumen, con la mejor melodía que pudimos usar.

—Take my hand, in the blue daylight —canté, sus dedos rasgando la guitarra con delicadeza.

—Be my heart, in this blue daylight —siguió— Izzy mine? —cambió la letra, el "is it" por mi nombre, los gritos empezaron a llenar el auditorio otra vez— Izzy my moment? Izzy the moment to kiss you? —y con ello la canción terminó.

Ella sonrió, su arma natural era su sonrisa tranquila, como si no hubiese nadie alrededor de nosotras y estuviéramos solas sentadas en el centro de nuestra sala.

Entonces, todos los momentos juntas llegaron a mi cabeza, la cancha deportiva donde nos conocimos, su mirada siempre fue cálida, todo junto a ella se sentía como la escena de una película donde yo era el personaje principal y la escena más bonita estaba reproduciéndose, estábamos juntas en esa escena.

Nuestros lugares bajo la luz de los focos.

Esas palabras que me lanzaba con agilidad.

En ese momento, ella se convirtió en la actriz principal también.

Estaba a punto de dar un paso, hacer algo en lo que destacaba y eso era besar.

El drama con el que había soñado toda mi vida, donde ambas nos besábamos con una multitud alrededor.

Era hora de mostrar nuestra obra, ¿no?

Entonces ella se levantó, las ovaciones haciéndose presentes otra vez, ella sonriendo frente al público alzando su guitarra.

Tuve que levantarme con el corazón en la garganta y una sonrisa algo forzada para darle paso a la siguiente canción "dark sky".

—Oh, no! Can you watch me again? —cantó ella— Oh, no! Can we be like yesterday?

—Oh, no! Can I be yours forever? —la miré, esperando que captara mi indirecta— 'Cause I'm tired of this dark sky —seguí.

Ella era mi dueña aunque lo negara, porque cada pequeña cosa la hacía por ella.

¿Había cruzado la línea? ¿Podría en algún momento editar lo que hice?

Estaba cantando junto a ella, pero me sentía rara, mi mente imaginando cosas que no iban a suceder.

Sintiéndome abandonada y rechazada, como un personaje secundario destinado a tener un pequeño y aburrido final.

Cuando el concierto acabó ambas salimos del escenario tomadas de la mano, nos dimos pequeñas duchas por separado y luego nos reunimos en el camerino para vestirnos.

— ¿Vamos a ver películas hasta tarde o le temes al éxito? —pregunté, ella negó con la cabeza.

—Lo siento, Izzy, planeé una salida con Owen hoy, tal vez otro día, bu.

Adiós a mi delirio de una relación con flores y rosas, ¿qué creía? Que mi hermosa y heterosexual mejor amiga iba a corresponder mis sentimientos.

Este no era mi drama, era el suyo, uno donde encontraba el amor en un bonito pelinegro de ojos verdes.

¿Tendría aún tiempo de escapar de mis sentimientos? Creo que no, ya estaba preparada para llevar la cola del vestido en su boda mientras lloraba internamente por ser yo quien la esperaba en el altar.

Patéticos ideales.

Hasta la imagen mental era cegadora, con decoraciones pasteles que ella tanto amaba.

Oh, yo no era de su incumbencia y eso era más que obvio.

Pero yo quería mi drama, mi drama mágico que seguía con nosotras dos besándonos sin control en medio del camerino.

Y haría lo que fuera por conseguirlo, porque ellos no eran nada serio aún.

—Entonces te vas a ir y no me vas a besar —comenté atando mi cabello, ¿era un buen momento para ponerme bálsamo labial?

— ¿Ah?

—Unos cuantos besos para reforzar la amistad —contesté, ella rió negando con la cabeza—. Eso leí en un estudio.

—Eres un caso serio. Nos vemos en casa, adiós —me lanzó un beso y se fue.

¡Demonios! ¿Por qué mis planes nunca salían según lo pensado?

Suspiré guardando mis cosas en una mochila, luego salí del camerino junto a los guardaespaldas que me llevarían a nuestro apartamento.

Había decenas de fanáticos esperando afuera, por lo que no pude negarme a sacarme unas cuantas fotos y firmar unas cuantas cosas.

Era impresionante el amor que recibía de esas personitas.

Cuando llegué a mi casa me senté en la sala, conecté mi celular a la TV y empecé a ver videos aleatorios, no sé cuanto duré viéndolos, sólo recuerdo que no me sorprendí con ninguno hasta que en las recomendaciones de YouTube apareció un vídeo recién subido "Izzella moment, Limeville Concert 08/05/20".

El vídeo estaba grabado desde las primeras filas, por lo que se podían apreciar nuestras voces cantando "blue daylight", y mi rostro de adoración y sorpresa cuando ella cambió la letra de la canción.

Ya entendía por qué tantas personas escribían historias sobre nosotras, ¡eramos tan malditamente shippeables!

Vi muchos vídeos de nosotras como pareja, no me había dado cuenta de las actitudes que tomaba con ella que me hacían ver como una jodida enamorada sin remedio.

El sonido de la puerta principal siendo abierta me hizo sobresaltar, rápidamente cambié el video por el primer video musical que apareció.

— ¿La versión japonesa de Drama? Creí que habías superado esa canción ya —se burló, yo reí.

—Podré superar mi enamoramiento, pero jamás esa canción —le contesté— ¿Qué tal tu cita?

—Patética, no quiero hablar de ella, fue horrible —se quejó dejándose caer en el sofá— ¿Qué tal si vemos momentos divertidos de los chicos? Alégrame la noche, por favor.

Y le hice caso, vimos unos cuantos videos juntas hasta que el internet empezó a fallar, así que decidimos irnos a dormir.

Hicimos nuestra rutina: mascarillas caseras, cepillarse los dientes, caminar a nuestras habitaciones y despedirnos en las puertas.

—Buenas noches —hablé antes de cerrarla puerta, me dejé caer en la cama pensando un montón de cosas.

¿Qué hubiese pasado si la hubiese besado en medio concierto? ¿O si ella hubiese dicho que sí en el camerino?

¿Actuaríamos igual? ¿No nos hablaríamos?

Nunca lo sabría.

Unos toquecitos en la puerta me distrajeron, y sin permiso alguno ella entró usando un short y una blusa de pijama que dejaban muy poco a la imaginación.

—Izzy, ¿sigue en pie lo de reforzar la amistad?