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𝐨𝐢 . the hawkins curse

💥 𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐏𝐈𝐄𝐂𝐄𝐒 𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄 🥀
eddie munson x fem!oc ──── fanfiction !

💥┊ 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐎𝟏
la maldición de hawkins











📆 25 de Marzo, 2020.
📍 Hawkins, Indiana.

          HAY ALGO INTERESANTE EN LOS MISTERIOS, ALGO QUE PARECE NO TENER RESPUESTA SIEMPRE CAUTIVA NUESTRA ATENCIÓN. Y es que, si lo pensamos correctamente, vivimos rodeados de misterios, desde el más simple cuando alguien nos dice que debe contarnos algo, pero nos deja en suspenso, hasta los más interesantes donde, por más que busquemos, no encontramos ninguna respuesta. Las personas curiosas, parecen casi que disgustadas ante el hecho de no encontrar la lógica detrás de los misterios, es como una historia con final abierto y donde a veces, ni siquiera nuestra imaginación alcanza para concluirla. 

Hawkins era conocido como un pequeño pueblo en Indiana, claro que, de querer buscarlo en un mapa, podías tardar un par de segundos ──por no decir minutos──, en ubicarlo correctamente. De por si, los datos que existían del lugar siempre habían sido escasos, nunca había sucedido algo que hiciera al pueblo relevante o que marcara para siempre su presencia, era como buscar una aguja en un pajar, un lugar remoto rodeado de árboles que parecía salido de una pintura en el consultorio de un médico, el paisaje semejante al lugar indicado para empezar una nueva vida, para escapar del resto del mundo. Pero incluso el lugar más ideal para los desolados puede transformarse de repente en el peor de los infiernos y es que el lado oscuro de Hawkins jamás se encontraba a simple vista. 

La fachada del pueblo no era más que una ilusión que ocultaba una versión de sí mismo donde existía el verdadero peligro. Dos realidades diferentes de un mismo Hawkins. Una donde los árboles tenían hojas de un verde brillante, donde el sol iluminaba a diario las casas desde un cielo celeste que remotamente se veía tapado por nubes, donde las personas tenían una vida monótona y de lo más común, donde el temor más grande que podía existir era un crimen menor al cual llamar peligro sería una burla. Sin embargo, la otra cara de Hawkins era una donde habitaban las criaturas que sólo encontrarías en la más retorcida de las pesadillas, donde no existía un cielo brillante al cual mirar, donde las casas estaban en ruinas y la vegetación no era más que árboles muertos y restos de lo que podía ser flores y plantas que ahora estaban más que sólo marchitas. Donde el cielo parece una tormenta eterna que se ve interrumpida por relámpagos que bañan de rojo el ambiente, donde el aire se ve invadido de partículas extrañas y donde no sabes si es correcto respirar o si la toxicidad del lugar pueda afectarte según cuánto tiempo te expongas a ella.

Dos realidades paralelas, dos versiones de un mismo lugar. La única ventaja que existía era que, la segunda realidad de Hawkins parecía estancada en su lugar por lo que no existía ninguna posibilidad de unificar ambas caras del pueblo y realmente nadie tenía conocimiento alguno del Otro Lado. Al menos nadie dentro de los civiles de Hawkins era consciente de esto.

Así fue hasta la desaparición de Will Byers.

El 6 de noviembre de 1983, el Upside Down encontró la manera de filtrarse con la realidad y entonces los problemas comenzaron y el peligro se hizo presente donde antes no existía. ¿Quién en su sano juicio creería que Will Byers había sido secuestrado a mitad de la noche camino a su casa por una criatura jamás vista en este lado de Hawkins? Simplemente parecía la premisa de una película de terror o en este caso, el comienzo de un misterio. Sin lugar a dudas, Hawkins se había convertido en el epicentro del desastre y sólo un grupo reducido de personas era consciente de lo que realmente ocurría, aunque ninguno de ellos terminaba por comprender cómo funcionaban los portales y por qué su hogar ahora se veía invadido por la oscuridad del Otro Lado la cual amenazaba en cada esquina.

Pero eso sólo había sido el comienzo.

En marzo de 1986, cuatro años después de la desaparición de Will Byers, Hawkins se vio envuelto nuevamente en una maraña de misterios que terminaron en asesinatos donde la policia apuntó a un supuesto sospechoso al que relacionaban con actos satánicos que podían ser la respuesta a los crímenes que estaban aconteciendo. La poca información que existía sobre los casos y el hecho de desconocer cierto tipo de patrón entre los asesinatos ──más allá de las similitudes encontradas en los cuerpos──, habían hecho que las personas de Hawkins vivieran en pleno temor sin saber cuando o cómo podría ser el próximo ataque. Todas las pistas apuntaban a un responsable, pero por más lógicas que sonaran para la policia, estaban equivocadas. Nadie cuestionaba las suposiciones que existían alrededor del culpable y parecía que los prejuicios hacia esa persona habían nublado el juicio de todo el pueblo.

Pero el caos se desató en Hawkins antes de que siquiera pudieran arrestar al culpable.

──Doctor Weiss, hemos detectado movimiento en el perímetro ──desde uno de los puestos de control, Patrick Weiss se encontraba parado en medio del lugar controlando el movimiento del resto de los trabajadores que vigilaban el área cerrada del ahora abandonado pueblo de Hawkins──. Hubo un temblor de bajas escalas hace unos momentos.

El área central donde se encontraban trabajando tenía a disposición un montón de computadores y mesas de control desde donde se controlaba cada parte del perímetro y desde donde varias personas estaban atentas ante cualquier señal sospechosa que se detectara. Desde el momento que se habían instalado en el área de Hawkins, las violaciones al perímetro parecían siempre errores del sistema, pero para Patrick Weiss había algo en el exterior que causaba que las alarmas del control sonaran. Y es que sus sospechas incrementaban con el pasar del tiempo, aún cuando el equipo de trabajo ──entre los que se encontraban varios científicos──, comenzaba a frustrarse cuando la investigación no parecía tener ningún punto de salida. Sin embargo, él sabían que había algo ahí afuera, algo a lo que era peligroso exponerse, algo que lo había obligado a sacrificar parte del personal de vigilancia. Pero desde el punto de vista de Patrick, era todo por una buena causa y no estaba dispuesto a detener el proyecto.

Su mirada se desvió de la pantalla central hacía el joven que había llamado su nombre y avanzó hasta llegar a la computadora del mismo. El doctor Patrick Weiss era un hombre alto, de tez blanca y cabello canoso, con un semblante serio que muy pocas veces dejaba ver una sonrisa. Dentro del recinto, era conocido como un hombre obstinado con su trabajo e ideas, un hombre estricto y perfeccionista que siempre había estado obsesionado con conocer la existencia de otras versiones de una misma realidad. Y aunque sus creencias parecían irracionales para el resto de sus conocidos ──puesto que él tampoco tenía evidencia suficiente para sustentar sus ideas──, Patrick sabía que Hawkins era la excepción a la regla. 

──Amplia la imagen ──Patrick se inclinó un poco para ver mejor la pantalla. El joven siguió las indicaciones seleccionando el área exacta donde se había detectado movimiento.

La imagen se fue agrandando en pixeles hasta enfocarse al punto que todos los presentes desde sus lugares de trabajo podían ver en la pantalla central lo que estaba pasando afuera. La oscuridad de la noche más la tormenta que había comenzado minutos antes no dejaba ver con claridad qué se movía entre las sombras, aunque se podía distinguir que era una figura de proporciones humanas. Todo el personal había dejado lo que estaba haciendo para ver a la pantalla buscando esclarecer lo que estaban viendo. Patrick se enderezó nuevamente en el lugar sin apartar la vista de la pantalla central del área de control. Un relámpago en medio de plena tormenta ayudó a dar luz sobre la imagen por un breve instante. Sin poder creer lo que sus ojos veían, Patrick se acercó un poco más al centro de la sala y la seriedad de su rostro se vio reemplaza por una sonrisa cuando la cámara captó las facciones de la persona.

──Avisen a seguridad.

El paso del tiempo había transformado a Hawkins de ser un pueblo tranquilo y remoto en Indiana a ser un área cercada donde se había instalado un campamento que no sólo estaba equipado por gente de ciencia, sino también con recursos, con dinero y todo lo necesario para sustentar el proyecto de investigación. Patrick regresó sobre sus pasos a su antiguo lugar un par de escalones arriba desde donde tenía una vista panorámica de todo a su alrededor, pero su atención permanecía en la cámara que seguía el movimiento bajo la lluvia. Habían pasado un par de semanas desde qué habían encontrado algo y esto era lo más cercano que podían estar de tener respuestas.

──Déjame ver las cámaras que lo rodean en simultaneo ──apenas dio la orden, la pantalla central se vio dividida en distintas imágenes que, al mismo tiempo, proyectaban desde diferentes ángulos la situación. La figura se movia con desesperación en la oscuridad bajo la lluvia tratando de no resbalar en el barro. Desde otra de las cámaras, Patrick veía a los guardias terminar de prepararse para ir hacia el área indicada. La sonrisa se extendió todavía más en sus labios, algo más iluminó su rostro, una mirada que indicaba peligro.

──Doctor Weiss ──Patrick dirigió su atención al hombre que acababa de ingresar a la sala. El sujeto era un poco más bajo que él y de contextura más robusta, Patrick lo reconoció. Dennis Hall era uno de los principales inversores de la investigación y la persona que más sustentaba el proyecto que estaban llevando adelante y las decisiones que eran tomadas, aunque eso no implicaba que tuvieran sus diferencias ante ciertas acciones que Weiss tomaba en ocasiones──. Me informaron que hubo una violación del perímetro. Me gustaría creer que no es otra falsa alarma. Sería la sexta en una semana.

──Señor Hall, un nuevo record. Me alegra que haya decidido venir tan pronto──ambos estrecharon sus manos mientras Patrick mantenía una sonrisa orgullosa.

──Un despliegue de seguridad tan extremo amerita una emergencia ──Patrick asintió antes de señalarle al hombre la pantalla central del lugar. Las cámaras iban cambiando a medida que el sujeto avanzaba por el perímetro y la poca luz del exterior les dejo ver con claridad al invasor que parecía haberse dado cuenta que las alarmas habían sonado y los reflectores estaban encendidos.

──Imposible... ──susurró Dennis mirando a la pantalla estupefacto ante la imagen que se presentaba frente a sus ojos. El hombre volvió a ver a Patrick──. ¿Acaso es...? ──parecía que las palabras no podían salir de sus labios, el asombro había paralizado a más de una persona en el lugar y es que era simplemente imposible que eso estuviera sucediendo frente a sus ojos, pero las cámaras no mentían.

Patrick asintió. Sus manos cruzadas detrás de su espalda, su postura más erguida brindando un aura de superioridad mientras sus finos labios mantenían una sonrisa.

──Es Eddie Munson.

En el exterior del complejo, se escuchaban las alarmas sonar por todas partes del perímetro que, actualmente, se encontraba cercado por todos lados. Hawkins se encontraba cerrado exclusivamente para las personas que estaban trabajando dentro del área, entonces, ¿Cómo era posible que Eddie Munson había terminado dentro del área que no era más que metros y metros del viejo Hawkins y que ahora parecía una zona de guerra? La desesperación corría por cada parte de su cuerpo cuando su mirada recorrió el entorno, no terminaba de comprender lo que ocurría a su alrededor y tampoco parecía tener el tiempo para averiguarlo cuando tenía gente uniformada que estaba pisándole los talones bajo la lluvia.

Eddie resbaló en el barro, su ropa, piel y cabello se encontraban húmedos por el agua de la lluvia y ahora machados de tierra y sangre seca. Apenas tropezó, el castaño se quejó de dolor llevando su mano hacia el costado izquierdo de su abdomen donde el dolor lo invadió como mil agujas pinchándolo todas juntas al mismo tiempo. Estaba herido, pero algo le decía que las personas que lo buscaban no estaban dispuestas a ayudarlo. Se había prometido no volver a escapar, pero aquello había provocado las heridas que ahora tenía en su cuerpo y no estaba seguro de que tan lejos podría llegar en ese estado, aunque tampoco sabía si tenía una salida. Desde su posición, el castaño levantó la vista jadeando observando a su alrededor entrecerrando sus ojos por la lluvia que comenzaba a caer en su rostro. Necesitaba encontrar un lugar donde esconderse, pero las rejas que rodeaban el lugar no dejaban ver ninguna salida al exterior. Por un momento, creyó que estaba en una especie de carcel de la cual trataba de escapar, pero no parecía tener sentido el estado en el que se encontraba.

Lo último que recordaba era un dolor intenso mientras estaba en el Upside Down, una nube de murciélagos que lo atacaron al mismo tiempo, pero ahora todo en su mente no eran más que fragmentos que no lograba conectar y su temor y confusión incrementaban cada vez más. Los reflectores iluminaron las áreas a su alrededor y entonces Eddie observó como una parte de la reja no muy lejos de donde estaba se encontraba abierta, parecían haber cortado una pequeña parte de la misma. No tenía sentido, podía ser una trampa, pero estaban buscándolo aunque no sabía bien el porqué y aquella parecía ser la única salida segura.

Cerrando sus ojos un momento sintiendo una punzada de dolor en su abdomen, Eddie se obligó a ponerse de pie para comenzar a correr en dirección a la cerca. Sin embargo, un grupo de seguridad lo encontró a la distancia y Eddie escuchó las voces que intentaban detenerlo con la advertencia de que iban a disparar si él no se detenía. El castaño siguió avanzando aún cuando le costaba mantenerse erguido de pie y el ruido de un par de disparos que pegaron cerca de donde estaba lo sobresaltó haciendo que volviera a resbalarse en la tierra. Levantó la vista, estaba tan cerca de la salida, pero parecía que la fuerza lo había abandonado. Escuchaba los pasos en el barro y las voces que se acercaban rápidamente. Sin embargo, Eddie volvió a levantarse entre quejidos y corrió lo más rápido que pudo hasta que llegó a la parte de la cerca donde estaba abierto para agacharse y cruzar al otro lado.

Pero aún no estaba a salvo. Todavía estaban detrás suyo y no tardarían en atraparlo por más que él ya había salido. Sus piernas parecían dispuestas a rendirse y por un breve momento, Eddie quiso hacerlo creyendo que esa era la respuesta indicada en aquella situación.

──¡Oye! ¡Sube! ──el castaño levantó la vista, a unos pocos metros de donde estaba había un auto parado con la puerta del acompañante abierta, parecía que estaba esperando por él mientras le seguía gritando──. ¡Vamos! ¡¿Qué esperas?! ¡No tenemos tiempo!

Eddie volvió a ver hacia la reja, la seguridad estaba acercándose a grandes zancadas y frente a él, un auto que le ofrecía ayuda. Cualquiera de las dos opciones parecían una muerte segura, pero dentro de su mente, la desconocida en el auto le brindaba más seguridad que las personas que habían tratado de dispararle. Sin perder más tiempo y con la voz de la joven insistiéndole de lejos, Eddie se acercó a grandes zancadas al auto para subir al asiento trasero del mismo al momento que la joven arrancaba sin darle tiempo siquiera a acomodarse apropiadamente en el asiento. Eddie se sujetó con fuerza cerrando la puerta mientras maldecía en susurros e insultaba hacia el aire con desesperación a la vez que el auto tomaba velocidad y rodeaba el perímetro de Hawkins para escapar.

──¡Sólo concentrate en conducir! ──las voces de los tres ocupantes del auto se escuchaban a su alrededor como un montón de murmullos sin sentido. No sabía si era por su propio cansancio o porque estaba demasiado distraído como para saber de qué hablaban. Sin embargo, Eddie observó como la joven que antes estaba al volante pasaba al asiento trasero con él cambiando lugares con el joven de cabello rubio.

──Esto está mal... esto está muy mal ──susurró el joven de cabellos dorados mientras ponía en marcha de nuevo el auto cambiando drásticamente de dirección para alejarse del perímetro de Hawkins.

──¿Qué estás haciendo...? ──preguntó Eddie al ver a la joven utilizar su propia camisa como una forma de torniquete en las heridas que él tenía. La castaña no respondió y simplemente lo observó antes de proseguir y hacer presión sobre el abdomen de Eddie. 

──¡Podrían arrestarnos por esto! ──al momento que la otra joven en el asiento del acompañante habló, un disparo llegó desde el perímetro hasta el espejo retrovisor del lado izquierdo del auto asustando a todos. Eddie intercambió una mirada preocupada con la castaña quien se dirigió al conductor gritándole que condujera más rápido.

Una vez que estuvieron alejados de Hawkins, sintió como la velocidad del auto iba disminuyendo mientras se fijaban por el retrovisor que nadie los siguiera y que no existiera ningún otro peligro. La castaña a su lado suspiró relajándose finalmente, sus manos seguían haciendo presión en la herida de Eddie quien volteó a verla de reojo. La joven parecía demasiado absorta en sus pensamientos como para recordar que él estaba sentado a su lado casi acurrucado en el asiento. Su mirada se desvió esta vez a su entorno, más precisamente al interior del auto, parecía dispuesto a encontrar peligro en las persona que, hasta el momento, lo habían ayudado, pero el vehículo pareció llamar más su atención, jamás había visto el interior de un auto similar al que ahora estaba observando.

──Parece que estamos a salvo ──la voz de la castaña irrumpió en sus pensamientos haciendo que él volviera a mirarla──. Eso sí que fue una locura ──suspiró, aunque parecía que había una sonrisa en sus labios. Sin embargo, el auto se mantuvo en silencio nuevamente. Eddie podía sentir la adrenalina todavía corriendo por su cuerpo y el mismo comenzaba a dolerle a medida que parecía relajarse.

──¿Qué era ese lugar...? ──le costó reconocer su propia voz, no recordaba la última vez que se había escuchado a sí mismo en voz alta. Al igual que el resto de su cuerpo, su voz sonó débil y cansada, parecía que en cualquier momento se quedaría dormido.

──Ese lugar era Hawkins ──Eddie volteó a verla rápidamente ignorando el dolor que se extendió por su cuello como si le hubiera dicho la locura más grande en aquel momento. La mirada de ella permanecía fija al frente. No podía ser cierto, ese no era el Hawkins que él recordaba, pero la seguridad con la que ella había respondido no le daba lugar a tener dudas.

──¿Hawkins...? ──el nombre salió de sus labios en un susurro. Antes de siquiera poder preguntar las miles de dudas que lo invadían, los ojos de Eddie comenzaron a cerrarse. Sólo en ese momento, la castaña lo observó preocupada al ver las manchas de sangre en su rostro y en su camiseta. El castaño a su lado seguía respirando, sólo que ahora pausada y tranquilamente. La joven lo observó, sus ojos cerrados, su rostro todavía con algunas gotas de agua y barro, su cabello castaño mojado y sucio al igual que el resto de su ropa. Estaba dormido.

Asegurándose una vez más que todo estuviera bien, la castaña regresó la vista al frente encontrándose con la mirada de la joven en el asiento del copiloto. ¿Cuánto tiempo había pasado para él? Ninguno lo sabía, ni siquiera él estaba seguro de eso y tampoco tenía la fuerza vital para cuestionarse todo lo que había pasado, sin embargo, sabía que había pasado tiempo desde que había podido descansar tranquilamente y por primera vez en días, Eddie se relajó. No había peligro a su alrededor y con eso en mente se dejó caer en brazos del morfeo.
















GIULY AL HABLA. . . ¡Hellouu! No puedo creerlo pero, aquí está el prólogo editado de la historia que me trae super emocionada. Quise hacer un par de cambios, sobre todo al final, lo cual también significa que hay cambios en el segundo capítulo.

¿Qué les pareció? ¿Tienen sus teorías?

Espero que les haya gustado esta pequeña introducción, nuevamente les agradezco por pasarse a leer y por brindar tanto apoyo. Las amodoro ♥

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