Capitulo 13

Jungkook

— Se más cuidadoso. Me duele — dice Taehyung mientras termino de darle un masaje  la pierna. 

— Te dije que no soy masajista — digo molesto. —¿ahí?

—Sí. Con cuidado.

Gruño y tengo el impulso de querer tirar todo lo que me rodea. No puedo creer que mis padres me hayan cancelado la maldita cuenta de Netflix. ¿Ahora qué me van a quitar? ¿El oxígeno también?

Si me quitaran el oxigeno yo estaría mejor en el otro mundo. 

Termino de darle un masaje a Taehyung y sigo con su brazo, aquí es mucho más difícil porque tengo que tocar desde la clavícula y no hay manera en la que no le duela. 

— Deja, deja... tú no sabes hacerlo. 

— Ahora dime algo que no sepa. 

— Quizás Hobi tenga un momento a la noche para venir y terminar. Tu eres demasiado rudo, tienes mucha fuerza, no me agrada. 

— No sé como ser más... "blando"

—Tu no eres blando en ningún sentido. — él me clava la mirada y veo como su parche se despega. — ¿Qué te sucede hoy? estás peor que otros días. 

Resoplo molesto y recojo las cosas de Hoseok otra vez en la bolsa. 

— Mis padres me quitaron la cuenta de Netflix. ¿Sabes que esto se vuelve peor cada día, verdad? ¡Y solo llevo aquí tres malditos días! Primero me quitan mi libertad, me tienen aquí encerrado toda la semana solo para esperar dos días de descanso cada quince días. Me cancelan las dos tarjetas, y ahora la cuenta de Netflix... ¿sabes? en estos momentos solo agradezco que Cuevana siga existiendo y no me importa si se me llena la computadora de virus. 

—Te quejas demasiado. En primer lugar — dice alzando un dedo con su mano sana — tú tienes la libertad de salir de aquí para ir y hacer las compras o para que me lleves a alguien lado, cosa que no quiero hacer porque los Paparazzi y Dispatch me perseguirían por todos lados. — él levanta otro dedo — segundo, ¿así esperas vivir toda tu vida?

— ¿Vivir cómo? Yo planeaba vivir mi vida de lujos en una apartamento con Jacuzzi y follando con mi amigo especial tres veces a la semana. Yendo de viaje a cualquier parte del mundo cada vez que se me diera la gana. ¡esa era la vida que yo planeaba seguir viviendo!

Taehyung ladea la cabeza un poco y me mira fijamente. Su vista pasa por todo mi cuerpo y es tan intimidante que me siento desnudo a pesar de traer puesto un pantalón y dos suéteres. 

— ¿Y de qué planeabas trabajar?

— De nada. — respondo irónico — da gracias que terminé mi secundaria. 

— ¿Y no planeabas ir a la universidad?

— ¿Por qué te interesa mi vida? Me estás quintado toda mi privacidad. 

— Estoy intentando hacer buenas migas contigo a pesar de ser una carga para ti. ¿no te das cuenta?

— No debería por qué importarme. 

— Contesta mi pregunta, Jeon. — Taehyung hace el amague de querer cruzarse de brazos, pero se da cuenta y mira su brazo sano. Con delicadeza toma el otro y lo cruza sobre su regazo y así sí parece que estuviera cruzado de brazos.

Tengo la impresión de que quiere reírse por la tontería que acaba de hacer. Pero también aparenta toda la tristeza del mundo. 

— No iba a ir a la universidad porque ninguna carrera me interesa. No hay nada bueno. Al fin y al cabo ¿para qué voy a trabajar si mis padres pueden darme mucho dinero todos los meses? viajo gratis, como gratis, tengo una casa gratis... y todo eso. 

Taehyung asiente con la cabeza como si estuviera analizando mis palabras.

— Lamento que tus padres te hayan criado de esa manera ¿sabes qué creo Jeon? que ellos están intentando arreglar el error. 

—¿Acaso te parece un error llevar una vida de lujos? Que error más hermoso entonces. 

— ¿Sabes de donde vengo?

— No y no me interesa. 

— Del campo — dice casual — desde que tenía cinco años hasta mis doce me cuidaron mis abuelos, aprendí de todo allí. Era una vida linda. Pero tuve que volver a la ciudad porque mi padre había decidido cuidarme, ya que mamá no estaba. — Taehyung mira hacia otro lado — recuerdo que odiaba este departamento porque había demasiado ruido. Pero eso no importa. Fui a la escuela y era muy rechazado ¿sabes por qué?

— ¿Por ser del campo?

— No. Por ser feo. Por usar lentes, por tener la piel mas morena que los demás, pero sobre todo por ser un tonto que solo quería darle cariño y atención a los demás. Todavía recuerdo que me invitaron a una fiesta, yo llevé un regalo, ilusionado porque sería mi primera fiesta y pensaba que por fin tenía amigos. Pero no. Me engañaron, allí no había ninguna fiesta, solo una broma muy pesada.

Taehyung niega con la cabeza y se muerde el labio. 

— Luego de eso entré a la secundaria y todos los días había una chica que me decía que era el chico más lindo que había visto en su vida. Yo no le creí porque me llamaron feo toda la vida... pero empecé a cambiar. Tuve amigos, iba a fiestas buenas, la gente me trataba mejor. Cambié mi apariencia y decidí el futuro que quería tener ¿sabes por qué? porque no quería acabar como mi padre, un empresario que solo se interesa por el dinero y no por los demás. Ni siquiera por mi... al menos solo un poco. ¿Cómo planeas acabar tú?

Me alzo de hombros. 

— Supongo que nunca te lo haz cuestionado. 

— Antes no tenía motivos por los cuales cuestionarme el futuro. Se suponía que serian todas fiestas, lujos, alcohol, etc. 

Me voy a lavar las manos a la cocina y cuando vuelvo Taehyung me sigue mirando fijamente. Me inspecciona por todos lados. Odio que haga eso. 

— Al parecer te gusta hacer gimnasia. ¿Por qué no estudias algo relacionado con el ejerciocio? personal treiner ¿quizás?

Suelto una ristorada y me cruzo de brazos. 

— ¿Tu crees que tendré paciencia para enseñarle a un flacucho de mierda ejercicios de gimansia? Estás loco de remate. 

— La paciencia se cultuva, Jungkook. 

— Se nace con paciencia. Y yo no la tengo. 

— ¿De qué signo eres?

Pongo los ojos en blanco. 

— ¿De qué signo crees que soy?

— Virgo — suelta así sin más — ordenado, testarudo, frio, paciencia cero... sí. Pero en el fondo, tú y yo sabemos que eres una masita de azucar. 

— No soy una masita de azucar. 

Taehyung hace puchero. 

— ¿Cómo eras cuando tenías menos edad? Tu infancia, digo. 

— Exactamente igual que ahora. 

Taehyung me mira incredulo. 

— Entonces has perdido muchos años de tu vida. Mira, te lo pondré de esta manera, Jeon: un hombre de cuarenta años que piensa igual que en su época de adolescente ha perdido más de veitne años de toda su vida... de toda una experiencia. 

Detesto que Taehyung sepa de lo que habla. De verdad lo odio. 

Pero odio más que tenga sentido. Lo odio. 

— ¿Puedes llevarme a sillón? — pregunta. 

Lo alzo en brazos y lo dejo en el sillón. Me siento sobre la mesa ratona para verlo de frente. 

— ¿A qué edad? — pregunta al cabo de uno o dos minutos de silencio. 

— ¿A qué edad qué? — digo despectivo. 

Taehyung inclina un poco la cabeza, parece paciente. 

— ¿A que edad te hirieron? 

Mi corazón se detiene por un segundo. Lo miro a los ojos y el tiempo es como si se hubiera detenido. Como si los relojes hubieran dejado de funcionar y las horas de la tarde quedaran así para toda la eternidad. 

Lo miro con los ojos abiertos. 

— No me han herido. — digo queriéndome levantar, pero Taehyung me chista y me obliga a sentarme otra vez delante de él.

Taehyung hace una mueca y quiere acomodarse en el sillón, le acomodo el almohadón y deja de hacer esa mueca horripilante. 

— No encuentro otro motivo por el cual seas tan frio y tan cerrado de mente. 

— ¿Por qué siempre tiene que haber una razón? — digo mirando para otro lado, más cruzado de brazos que antes. 

— Siempre hay una razón. 

— Tú dijiste que te lastimaron y aun así no eres como yo. Tenías un motivo y no eres frio. 

— No. He tenido un motivo para ser frio, pero lamentablemente mi mente reaccionó de otra manera. Ahora me afecta todo lo que digan de mi y me afecta cómo la gente me trata. Soy muy susceptible a esas cosas. Y prefiero que me afecten los comentarios y las acciones ajenas antes que ser yo quien lastime a alguien más con su comportamiento. Entonces... ¿Qué te han hecho?

— Dije que nada. 

— No te hagas el tonto. He estudiado un año de mi vida psicología, sé leer a la gente. Lamentablemente nunca llegué a terminar la carrera porque el modelaje consumía todo mi tiempo. Ahora que tengo 24 años y estoy así lamento no haber acabado nunca esa carrera. Podría estar sentado en esta silla, siendo útil para alguien más, no como ahora que ni siquiera soy útil para mi mismo. 

Bajo la cabeza. 

Avergonzado. 

¿Por qué tiene que tocar un punto tan sensible? Eso me enoja. 

— Por como te ves ahora estás completamente negado a explicarme lo que sea que te haya sucedido. Y si no quieres hablar de eso, está bien. Si no quieres hablar, llora o expresa tus sentimientos golpeando cosas. Creo que tienes mucha ira y mucha rabia y dolor ahí dentro. — dice señalado su propio corazón — me has tratado horrible y ya te he dicho que no tengo ganas de que alguien tenga que estar cuidándome, te he dicho que es difícil para mí también... pero aun así, yo no soy cómo tu: si puedo ayudar en algo lo haré, por más que me destroces con tus palabras y tus acciones. No soy igual a ti por lo tanto no voy a devolverte el trato que me estás dando. Por suerte, no soy esa clase de persona.