Único
BROKEN
A Princess_Lalice story
❝Después de todo, ¿cuál fue la cura para ti?❞
Te has marchado.
Ha pasado un tiempo ya desde que lo has hecho.
Me gustaría decirte que estoy feliz desde que nos separamos, que no me afecta tu partida en lo absoluto.
Pero no es cierto, no, nada lo es, todo es una mentira para mí.
«—Debemos terminar.
Dijiste sin más, tu tono fue fuerte y claro y en tus ojos podía notar lo decidida que estabas.
Guardé silencio por algunos segundos, me costaba asimilar que fueras tú quien me pidiera esto, pues fuiste quien confesó sus sentimientos por mí primero.
—¿Por...por qué? —fue difícil para mí hacerte aquella pregunta, sentía mi garganta quemar, mi pecho estrujarse y mis ojos llenarse de lágrimas.
—Porque ya no te quiero, Lucas, hace tiempo dejé de hacerlo —y fue sencillo para ti responderla, desgarrando mi corazón en el proceso».
Es difícil aceptarlo, pues un día creí tenerlo todo contigo y de un momento a otro, solamente te fuiste, y siento que nada de lo que hago tiene sentido si tú no estás aquí...lo siento, no lo puedo asimilar.
Todo es borroso, confuso y asfixiante desde que tú no estás.
Mi vida se siente vacía y mi corazón también lo está.
«—¿Esta es otra de tus bromas, no? —reí, reí como si no me estuvieras destrozando, como si existiera una esperanza para nosotros, como si quisieras verme sonreír una vez más.
—No estoy jugando —tu respuesta fue tajante, hiriente—, ya no puedo sentir nada por ti.
—¡¿Por qué?! —te sacudí de los hombros, mirándote con la vista nublada. Jamás te había gritado de esa forma, pero no podía con la frustración, ¡no podías hacerme eso!
—¡Porque no eres suficiente! Cualquiera... —suspiraste, mirándome con desprecio— cualquiera lo haría mejor en tu lugar».
Y mis latidos frenaron de golpe, sigo sintiendo aquel ardor en el pecho, aquella sensación de agonía.
El oxígeno pareció ya no recorrer mis pulmones por un instante, un opaco azul me rodeó y ya nada se sintió bien.
No, nada se siente bien.
No, no sin ti.
«—¿He he-hecho algo...mal?
Sin embargo me viste llorando, roto frente a ti esperaba tus disculpas por hacerme sentir así, esperaba un abrazo, esperaba un consuelo».
Nada de eso llegó, nunca llegó.
En su lugar, te fuiste, y una semana después encontraste a alguien más.
Me reemplazaste.
«—¡Lucas! —¿cómo olvidar aquel día?, gritaste mi nombre, a pesar de que me encontrara frente a ti, estabas nerviosa, muy nerviosa por tu confesión y mi respuesta, no olvido lo linda que te veías con las mejillas sonrojadas, siempre me gustaron, muchas veces te lo repetí—, me gustas, me gustas mucho, más que nadie».
Aún cuando me dijiste que no había nadie que te gustara más que yo, así de fácil lo hiciste.
Me desechaste.
«—No sé andar en patines, ¿lo olvidas? ¿O es que acaso quieres matarme, Yuqi?
—Dios, no seas llorón —siempre me dijiste que era un dramático—, no te caerás, ni te irás a ningún lado —me sonreíste, me diste ese apoyo que nadie más me dio—, no mientras yo esté aquí.
Y te gustaba ser así, siempre me cuidabas y protegías.
Sin embargo, ya no».
Ahora, en compañía de alguien más, estás olvidando de un día para otro todo lo que vivimos, como si no valiera nada.
Haciéndome sentir tan usado cuando por un momento me quisiste y al otro me abandonaste.
Tan frío cuando te marchaste.
Tan insuficiente cuando con tus acciones me mostraste que te sentías mejor con él.
Jamás me fuiste infiel, eso lo sé, pero dejaste de mostrarme afecto, poniendo pretextos y mil excusas de por medio, como si yo fuera el problema, como si cambiarme solucionara tu desinterés.
Como si se tratara de un viejo y sucio trapo, tan inútil, tan gastado, tan roto.
Y no sabes cuánto te odio, porque aún me siento así, por tu culpa estoy así.
Porque por ti lloré hasta quedarme sin lágrimas, sin aire, sin esperanzas de volver a estar bien, porque te creí. Te creí y te hice dueña de mi mundo, dueña de mi verdad.
Te entregué todo mi amor y me entregué a mí también.
Porque creí que volaría contigo, que llegaríamos lejos.
«—Te amo... —aún recuerdo aquella confesión, yo acariciaba tu cabello, viéndote sonreír.
Y me besaste, mas nunca obtuve una respuesta de tu parte».
Pero me hiciste llegar al cielo y cortaste mis alas poco después.
Ahora lo entiendo; tú me querías, si a lo tuyo se le puede llamar así, mas nunca me amaste en serio, y nunca llegaste a hacerlo de la forma en la que lo hice yo.
Y quizás a él tampoco lo ames ni la mitad, quizás tus sonrisas dirigidas a él tampoco sean sinceras, quizás todo sea una mentira de nuevo, ¿no?
Pero no le importará, pues tu farsa es sencilla de amar. Y veo que a ti tampoco te importará, pues parece no afectarte mi ausencia para nada, no, claro que no.
Pasamos mucho juntos, los mismos recuerdos de lo que algún día fuimos permanecen en nuestras memorias, sin embargo, el único dolido parezco ser yo.
Y me gustaría hacerte una última pregunta antes de llorar un poco más, antes de arrancarte por completo de mi corazón, antes de seguir fingiendo odiarte cuando lo cierto es que incluso después de destruirme no te he dejado de amar; como si todavía estuvieras aquí, como si me escucharas, como si todavía tuvieras la paciencia para responderme, para reparar con tus caricias mi acongojado corazón.
Cariño, si alguna vez pudiste sentir un poco de ese reconfortante calor en el pecho, ese que sentí yo contigo, entonces, después de todo, ¿cuál fue la cura para ti?
Porque no lo comprendo, no la puedo encontrar.
Tan solo quiero saber...
¿Algún día sanaré?
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro