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Capítulo 11.

Suspiró viendo por la ventana el exterior. El asfalto estaba húmedo debido a la ligera llovizna de la noche anterior y una fina capa de hielo cubría las aceras. El cristal se empañó a causa de su aliento y lo limpió con la manga de su sudadera. El invierno estaba en pleno apogeo. Todos y todo comenzaba a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Había regresado a casa debido a las festividades de fin de año. Estuvo temiendo por su regreso desde antes de Acción de Gracias, pero a decir verdad fue mucho mejor de lo que esperaba. Ahora su maleta estaba hecha nuevamente esperando a ser cerrada sobre la cama. Enero apenas comenzaba y los días libres se habían terminado así que debía regresar al campus para continuar con el semestre.

Tenía ganas de volver. Extrañaba a sus amigos. Después de todo, se habían convertido en parte de su vida. Eran una especie de familia. Un tanto disfuncional si se lo preguntaban a Chase, pero completamente perfecta y normal bajo el juicio de Mind. Phoom también se había convertido en alguien importante. Después de aquella tarde en el campo de béisbol y de las importantes cosas que confiaron el uno en el otro, habían pasado mucho tiempo juntos. Rebecca intentaba asistir a cada entrenamiento y juego del castaño, y él tenía una actividad nueva para hacer casi todos los días. A veces podía sorprender la energía que tenía.

Y por último estaba Freen. Frente al pensamiento, sus ojos viajaron hasta la casa de enfrente, la que ahora pertenecía a una pareja que bordeaba los sesenta y la que había sido el hogar de Freen hasta que ella y su familia se mudaron a los alrededores de Stanford. Tenía que ser sincera. Llevaba extrañando a la nadadora desde mucho antes de marcharse, pues a pesar de que ambas habían acordado olvidar lo ocurrido la noche en casa de los Chakimha, Freen había mantenido la distancia de una forma menos notoria para el resto, pero no para Rebecca. No tenía idea de qué hacer exactamente para acabar con la extrañeza que de pronto había envuelto su amistad. Esa que apenas habían recuperado.

- ¿Lista?

Rawee estaba de pie bajo el marco de su puerta viéndola interrogante. Ella asintió y caminó hasta su cama para cerrar la maleta y ponerla en el suelo. Tomó la mochila que también formaba parte de su equipaje y se la colgó al hombro mientras caminaba hacia la puerta. Las ruedas de la valija se escucharon por el corredor cuando su madre se dirigió con ella hasta la salida dispuesta a montarla en el auto. Se detuvo justo frente a la puerta que había evitado siquiera mirar durante su estadía. Respiró profundo aferrando con fuerza la correa de la mochila mientras su otro mano se acercaba temblorosa a la manija dorada de la puerta blanca.

Desde el accidente, muchas veces se encontró a sí misma en esa misma posición, pero jamás llegaba a girar la manija para abrir. Cerró los ojos y recargó su frente contra la madera que se sintió fría al contacto. Aún no, se dijo así misma antes de dejar ir la manija y apartarse un par de pasos. Sus ojos se quedaron clavados en la puerta de la habitación que había pertenecido a Irin, como si intentase con todas sus fuerzas ver a través del material aun sabiendo que se trataba de algo imposible.

- ¡Rebecca! ¡Se nos hace tarde! - El gritó de Rawee se escuchó desde la entrada principal provocando que se sobresaltara.

Le dio una última mirada a la puerta antes de obligarse a caminar el resto de corredor hasta la salida. El trayecto fue silencioso tal y como solía ser cada vez que ella y su madre estaban juntas al interior de un coche.

-Gracias por traerme. - Dijo Rebecca tomando la maleta.

-Te acompañare a la habitación.

-Mamá, no es necesario.

-Son solo cinco minutos. - Le restó importancia al asunto y comenzó a caminar hacia la entrada del edificio.

Cassie, la chica encargada de la recepción, saludó efusivamente a Rebecca tal y como hacía con cada persona que cruzaba las puertas de entrada. Rawee le dio un rápido, pero intimidante mirada provocando que la chica se congelase momentáneamente en su lugar. La castaña se sintió mal al ver cómo Cassie dejó de sonreír casi al instante y se disculpó con la mirada antes de dirigirse a las escaleras con su madre llevando la delantera. Se detuvieron frente a la habitación 207 y Rebecca se animó a abrir la puerta al notar que su madre no tenía intenciones de marcharse hasta que ella estuviera al interior del cuarto.

- ¡Por fin! ¿Tienes una idea de cuánto tiempo llevo esperando?

Freen dejó de hablar de golpe al darse cuenta de que, quien acababa de entrar en la habitación no era Mind, sino Rebecca. Sonrió a medias, pero se detuvo al notar quien estaba de pie justo a espaldas de la morena. Rawee le dio una mirada dura con el ceño fruncido. Su mirada viajó de su hija a la chica de ojos miel y de regreso.

-Freen. - Dijo Rebecca un poco incómoda dejando la maleta en el suelo.

-Hola. - Saludó- Yo...estaba...esperando a Mind para ir a comer a casa de mis padres. - Explicó.

-No hay problema.

Hubo un silencio bastante incómodo después de aquella torpe interacción hasta que la castaña escuchó a su madre carraspear a sus espaldas.

-Mamá, ¿Recuerdas a Freen?

-Por supuesto que sí. - Respondió Rawee.

Su mirada estaba clavada en Freen y la pelinegra pudo deducir a partir de esta que seguía sin caerle muy bien. Se removió en su lugar cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra.

- ¿Qué tal señora Armstrong? - Se animó a saludar después de unos segundos acercándose y ofreciéndole una mano.

-Rawee- Dijo de manera sería y seca mientras le estrechaba brevemente la mano.

Otra vez en silencio y Rebecca se sintió de pronto sofocada por el espacio en la habitación el cual, bajo su impresión, comenzaba a hacerse más pequeño. Freen le dio una rápida mirada en busca de auxilio y ella reaccionó girando sobre sus talones para mirar a su madre quien por fin desvió la mirada de la nadadora.

-Bien. Estoy aquí, sana y salva. - Se esforzó por sonreír disimulando la incomodidad- Gracias otra vez, mamá.

- ¿Estarás bien? - Preguntó la mujer completamente seria.

Rebecca sabía que no le había hecho gracia alguna encontrarse con Freen en la habitación. Ni siquiera le había comentado que se habían reencontrado allí. Eso sin contar el hecho de que la hermana mayor de la pelinegra era su nueva psicóloga. A Rawee jamás le gustó que sus hijas se relacionaran con los Chakimha. Bajo su juicio, eran demasiado liberales e iban en contra de sus ideales. Además, en cuanto su hija menor y la menor de los Chakimha entablaron una amistad, Freen se había convertido en un verdadero dolor de cabeza al arrastrar a Rebecca a sus descabelladas ocurrencias logrando así que se distrajera de lo realmente importante.

-Sí, estaré bien. - Le aseguró.

-De acuerdo.

Freen observó de reojo como madre e hija compartían un corto abrazo antes de que Rawee se dirigiera a la salida. Sintió como la mujer mayor le daba una última mirada antes de cerrar la puerta de la habitación y dejarlas a solas. Notó que por alguna razón había estado conteniendo la respiración y tuvo que contenerse para no reír debido a lo absurdo que aquello le parecía.

¿Cómo era posible que alguien fuera tan intimidante?

-Eso fue raro. - Se atrevió a decir para romper el hielo.

-Sí, lo siento. - Rebecca se disculpó con una mueca dejando caer la mochila que aún traía al hombro sobre su cama.

-Sigo sin agradarle.

-No lo creo. - Mintió.

-Bec. - Freen dijo con tono divertido- Fue una afirmación, no una pregunta.

La castaña abrió y cerró la boca sin saber muy bien qué decir, pero después de un momento ambas se echaron a reír, pues era ridículo intentar negar algo tan evidente.

¿Qué tal las vacaciones?

-Estuvieron bien. - La morena se encogió de hombros- Aunque debo admitir que extrañe el campus.

-Sólo tú y unos pocos cerebritos dirían algo como eso. - Murmuró la ojimiel extrañada.

- ¿Qué hay de ti?

-Pues estuve en casa de mis padres hasta esta mañana. - Comentó- Mi padre nos obligó a cantar villancicos durante toda la navidad y hasta rentó un traje de Santa Heng. - Negó con la cabeza entre divertida, avergonzada y horrorizada.

No hizo falta que hiciera claro que estaba hablando de Saint, Rebecca fue capaz de deducir aquello sin problemas, pues las acciones relatadas eran el reflejo de la efusiva personalidad del chef.

-Suena a que se divirtieron. - Dijo.

-Sí, fue divertido. - Freen asintió.

Rebecca le sonrió para después tomar su maleta y ponerla sobre la cama con el propósito de desempacar. La pelinegra permaneció de pie junto a la cama de Mind. Sus ojos detallaron a la castaña con detenimiento y fue consciente de lo mucho que había extrañado verla durante los días que todos estuvieron fuera. No hubo una sola noche en la que no se pusiera a pensar en qué estaría haciendo, si lo estaría pasando bien o si estaría deseando desesperadamente volver.

Estaba al tanto de cómo se había comportado con ella durante el último tiempo y no estaba orgullosa de ello, pero no había podido evitarlo. Necesitaba aclarar sus sentimientos y pensamientos. Además, Rebecca había estado pasando más y más tiempo con Phoom y eso la ponía enferma a pesar de no querer admitirlo. Ratchanon se había estado divirtiendo a sus anchas con ello y había aprovechado cada oportunidad para fastidiarla con el tema. No tenía idea de si algo estaba sucediendo entre ambos, pero definitivamente no le gustaba para nada pensar en ellos dos como algo más que amigos.

Estaba a punto de hablar otra vez cuando la puerta se abrió y Mind apareció tratando de recuperar el aliento. Soltó un chillido al ver a Rebecca y la estrujó en un apretado abrazo.

-Me alegra tanto volver a verte, Becky. - Dijo con emoción- ¡Te he echado de menos! - Hizo un puchero y la castaña rio.

-Y yo a ti.

- ¿Hola? - Freen agitó una mano en el aire llamando la atención- ¿Será que podemos irnos ya? Vamos media hora tarde.

-Joder, sí. Lo siento. - La rubia se disculpó con una mueca.

-Tú darás las explicaciones. - Le advirtió.

-Tus padres me adoran así que estamos más que perdonadas por el retraso. No te preocupes. - Le restó importancia- ¡Nos vemos Becky!

Mind se despidió recibiendo una sonrisa por parte de la castaña. Caminaron hacia la puerta y Freen se giró para ver a Rebecca quien estaba muy concentrada sacando ropa de la maleta y guardándola en la parte del closet que le correspondía.

- ¿No quieres venir? - Preguntó sosteniendo la puerta.

-La verdad es que ya hice planes con Phoom y Chase. - Dijo con una mueca de disculpa- Pero gracias. Saluda a tus padres de mi parte ¿Sí?

La pelinegra asintió forzando una pequeña sonrisa antes de cerrar la puerta. Cerró los ojos intentando controlar el atisbo de molestia que le recorrió al escuchar que la castaña tenía planes con Phoom. Otra vez. Pero si apenas si estaban regresando al campus. ¿Se habían vuelto cercanos en tan poco?

También estará Chase, le recordó su consciencia, pero aun así no era suficiente. Se obligó a apartar esos pensamientos de su cabeza y se dirigió a la casa de sus padres sin más. Aunque sabía que era cuestión de tiempo para que volviera a mortificarse.

...

-No te haces una idea de lo mucho que te extrañe. - Dijo Phoom llevándose ambas manos al pecho.

-No fueron tantos días exagerado. - Ella río.

- ¿Estás bromeando? - Se le quedó viendo como si se hubiera vuelto loca- Me pase días y días tratando de volver a mi modo enclosetado. Mi padre estuvo respirando en mi nuca durante todas las jodidas vacaciones. Fue horrible. - Se quejó.

-Lo siento. - Rebecca lo vio con una mueca y le acarició el brazo con gentileza- Pues ya estoy aquí así que siéntete libre de hacer y decir lo que quieras.

-Gracias Dios. - El castaño abrió los brazos mirando al cielo antes de apretarla contra su cuerpo y besarle la frente- Aquí nos despedimos.

Se detuvieron justo frente a la residencia y se dieron un último abrazo.

-Te veré mañana. - Dijo Rebecca.

-Cuenta con ello, cariño.

Phoom le lanzó un beso coqueto que la hizo soltar una carcajada antes de comenzar a caminar en la dirección opuesta. Se lo había pasado de maravilla con Phoom y Chase aquella tarde. Ambos la habían obligado a ver una película increíblemente sangrienta y violenta en el cine que casi la traumatizó y, a modo de disculpa, le habían invitado a cenar pizza a un restaurante italiano. Mind estaba profundamente dormida y el lugar de Baitoey estaba vacío, ya que ella y Heng regresaban al campus al día siguiente. El sonido de FaceTime anunciando una videollamada entrante la sacó de sus pensamientos y se apresuró a responder antes de que el ruido despertase a Mind. Sabía perfectamente lo mal genio que podía ponerse su amiga cuando alguien osaba interrumpir su preciado sueño así que era mejor prevenir.

-Hey.

Freen saludó a través de la pantalla y ella se llevó un dedo a los labios para luego hacerle una señal de que esperara. Buscó unos audífonos antes de continuar con la llamada.

-Hey. - Susurró.

- ¿Por qué susurras? - Preguntó imitando su tono de voz sin poder evitar reír.

Rebecca apuntó la cámara del iPad en dirección a su amiga quien continuaba dormida plácidamente. Freen asintió comprendiendo de inmediato su extraña actitud.

- ¿Por qué tú no susurras? ¿Que Non no está contigo?

-Bec, Ratchanon no despertará ni, aunque un camión atraviese alguna de las paredes. - Comentó con gracia.

-Suertuda. - Murmuró rodando los ojos.

- ¿Qué haces despierta? - Freen preguntó alzando una ceja.

-No puedo dormir. - Se encogió de hombros- ¿Qué hay de ti?

-Lo mismo.

Se quedaron viendo durante unos segundos. Mind se removió en su cama murmurando algo que ninguna de las dos fue capaz de entender haciéndolas reír por lo bajo. Fácilmente podría haber dicho algo en latín y ellas jamás lo sabrían.

- ¿Qué tal la cena?

-Estuvo bien. Mis padres dicen que tienes que asistir para la próxima y te han enviado saludos. - Dijo antes de hacer una pausa- ¿Qué hay de tu tarde? ¿Todo bien?

A pesar de lo casual que se escucharon sus preguntas, por dentro se moría de ganas por saber detalles acerca de lo que ella y el jugador de béisbol habían estado haciendo. También estuvo Chase, volvió a recordarse a sí misma como si se tratase de un dato bastante relevante.

-Fuimos al cine. - Una mueca de desagrado se instaló en su rostro al recordar la horrible experiencia- Fue desastroso. Creo que tendré pesadillas.

- ¿Así de mal? - Preguntó y ella asintió.

-Dos horas de pura violencia. Espantoso. - Se removió a causa de un escalofrío- La cena estuvo mejor. - Agregó.

-Entonces...- Hizo una pausa carraspeando de manera distraída- ¿Chase estuvo ahí?

-Sí, creí habértelo dicho. - La castaña frunció el ceño de pronto no estando tan segura.

-Sí, sí. - Asintió- Es solo que...Phoom y tú se han vuelto realmente cercanos este último tiempo. Pensé qué tal vez se trataba de una cita o algo así.

-Oh no. De eso nada. - Rebecca negó repetidas veces con la cabeza- Sólo somos amigos y lo seguiremos siendo. - Aclaró.

-Bien. Eso es...es...bueno.

-Es como la amistad que tienen Heidy y él. - Decidió ejemplificar y la ojimiel solo volvió a asentir.

Otra vez el silencio dando paso a las miradas. Freen suspiró mientras analizaba si era una buena idea decirle a la castaña que su relación con Heidy había terminado durante los días de receso. Se había dado cuenta de que no podía seguir sosteniendo un noviazgo cuando había comenzado a sentir cosas por alguien más. Mentiría si dijera que no había intentado con todas sus fuerzas darle una segunda oportunidad y concentrarse en su relación, pero no dio resultados. Heidy reaccionó de una forma que no se esperaba. No dijo absolutamente nada, no hubo reproches, ni gritos. Tan solo se puso de pie y se marchó y desde entonces no le había dirigido la palabra ni había respondido a los mensajes los cuales ella había intentado asegurarse de que dé estaba bien.

- ¿Bec?

- ¿Mmm? - Preguntó la morena antes de soltar un bostezo.

-Hay una competencia de natación dentro de unos días con una de las universidades vecinas y me preguntaba si te gustaría ir.

-Claro que sí. - Respondió de inmediato sonriendo- Estoy más que lista para verte en acción. Seguro vas a patear traseros en cuanto toques el agua. - Dijo dándole aliento.

-Genial. - Sonrió- Me vendrá bien esa clase de energía. Además de los gritos de Mind, por supuesto. - Rodó los ojos- Serás mi especie de amuleto.

-Acabó de sentirme como una pata de conejo. - Comentó divertida ahogando una carcajada contra las sábanas.

-Que disgusto. No quiero una pata de conejo conmigo. - Freen hizo una mueca de desagrado- Mejor un trébol de cuatro hojas ¿Te parece?

-Perfecto.

Mind soltó un gruñido en señal de fastidio y Rebecca susurró una disculpa.

-Será mejor que te vayas a dormir si es que aprecias tu vida.

-Eso creo. - La castaña estuvo de acuerdo- Buenas noches.

-Buenas noches trébol.

...

- ¿Por qué parecen zombies? ¡Quiero un buen lugar!

Mind de quejo girándose a ver al resto del grupo quienes caminaban relajados hacia la entrada del recinto de natación en donde se llevaría a cabo la competencia. Chase soltó un gruñido frente a la irritante exigencia y siguió arrastrando los pies llenando de polvo el final de sus desgastados jeans. Baitoey y Heng se quedaron viendo a la rubia un par de segundos antes de volver a su conversación y Rebecca simplemente se encogió de hombros.

-Conseguiremos un buen lugar mi amor. No te preocupes. - Ratchanon besó sonoramente la mejilla de su novia.

-Pues bien, ¿Qué esperan? - Volvió a preguntar con molestia antes de seguir caminando.

Una vez dentro del lugar todos siguieron a la rubia quien estaba abriéndose paso entre los presentes entre tropezones y empujones para obtener buenos lugares. No quería perderse ni un solo detalles de la competencia. Cuando se trataba de Freen nadando, le fascinaba brindarle todo su apoyo. Rebecca se despidió de Freen, no sin antes desearle suerte una última vez, aunque confiaba en que no la necesitaría. Ratchanon fue la única que se quedó atrás.

- ¿Se lo dijiste?

- ¿Decirle qué? - Preguntó la nadadora siguiendo a la castaña con la mirada entre la multitud.

-Ya sabes, lo de Heidy y tú. - Dijo la afroamericana con insistencia.

-No. - Negó con la cabeza.

- ¿Y qué estás esperando?

-Ni siquiera existe una razón válida para decírselo. - Discutió- No es como si ella estuviera esperando que anuncie mi ruptura para poder estar conmigo. - Bufó- Estoy bastante segura de que ni se imagina todo lo que me pasa con ella.

-Estás idiota ¿No? - Ratchanon se le quedó viendo incrédula- Freen, ¡La besaste! Es obvio que puede hacerse una idea.

Cómo si pudiera olvidarse de aquello. Es más, sentía que cada día que pasaba se aferraba más al recuerdo del torpe beso que habían compartido al interior de su antigua habitación. Sus hombros se relajaron cuando botó el aire contenido en sus pulmones mientras veía a la chica castaña en las gradas. Rebecca pareció sentir que la miraba porque volteó en su dirección y agitó su mano en el aire a modo de saludo antes de girarse hacia Chase y Heng que discutían por Dios sabe qué.

-Tengo que irme.

Fue lo último que le dijo a su mejor amiga antes de alejarse para reunirse con el resto del equipo en los vestuarios. Doce integrantes del equipo estarían compitiendo aquella tarde. Seis por sexo, una sola categoría. 200 metros libres. No sentía nervios. Rara vez se ponía nerviosa previó a una competencia. La verdad es que tenía bastante confianza en sus habilidades en la natación. Pero por alguna razón sentía un tanto más de presión. Cómo si tuviera la obligación de lucirse aquella tarde. Y es lo que planeaba hacer. 

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