17|| White Hair.
CAPITULO DIECISIETE:
CABELLO BLANCO.
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—ES TAN HERMOSA— La voz de la doncella sonó soñadora mientras deslizaba la peineta por los suaves mechones blancos como la nieve de Dánae .—Y vuelto cabello tan suave — Susurró fascinada mientras trenzaba uno de sus mechones —Dicen que las personas con el cabello de nieve tiene el pelo duro y seco pero el suyo es tan hermoso y suave , es como tocar las plumas de la más cara ave.
La princesa rió divertida ante las palabras de la joven que peinaba su cabello y la ayudaba a vestirse , quería lucir hermosa , irresistible, su corazón dolía cada que recordaba las palabras de Alaric y de la otra mujer , pero no podía dejar que notará el daño provocado.
—Se dicen muchas cosas de las personas que tienen el cabello como el mío —Sonrío cuando la joven le mostró una caja con algunas tiaras que los propios señores locales le habían obsequiado en la búsqueda de ganar su admiración —Qué tenemos sangre de las hadas del agua —Pensó en el cabello blanco de Akemi —Que es falso , producto de químicos que nos dan de beber al nacer —Dejó una suave risa escapar — Incluso que estamos poseídos por un fantasma.
—Por la diosa alteza , espero que no sea esa última ¡Uy!—La doncella dio un pequeño salto cuando vio que recién llegaba a posarse en la ventana el dragón que ya su tamaño natural era el mismo que el de un perro. —Se dicen que quedan pocos de su especie.
—Nahum es el único que he visto —Comentó pensativa la princesa mientras lo tomaba entre sus brazos sin importale el peso como si de un perro o gato se tratase —Jamás me arrepentiré de haberlo salvado de bebé.
Movió su dedo entre las escamas de su cabeza y el dragón de escamas negras se acurrucó en su pecho en busca de calor.
—Se dicen que son criaturas de la oscuridad —Murmuró la doncella —Que habitan en la tierra de las sombras junto con los demás monstruos.
—Nahum no es un monstruo —La voz de la princesa sonó firme decidida , no daba lugar a réplicas , mucho menos cuando los ojos rojos de la bestia en su regazo se abrieron enfatizando sus palabras. Una sonrisa cordial apreció en su rostro un segundo después —Volviendo al tema de mi cabello —Habló cuando la joven empezó a usar flores similares a as que adornaban su vestido blanco —No tiene nada que ver con el blanco de las hadas del agua, mucho menos con químicos, aunque hay personas que tratan de aclararselo vertiendo cosas raras en el probablemente a eso se deba el mito de que es duro , no creo estar poseída por un fantasma, además en los libros de historia se cuenta que los primeros hombres de Tarente lo tenían de este color —La princesa se encogió de hombros —Supongo que somos descendientes de ellos los que tenemos el cabello así.
—Listo —Murmuró la doncella dejando a un lado los instrumentos que había usando para ayudar a la princesa a estar lista.
Dánae se puso de pie para ver mejor su reflejo en el espejo. Estaba absolutamente hermosa, era consiente de ello , no podía negarlo.
Su vestido blanco sin tirantes tenía un escote en for.a de corazón adornado con unos pétalos hechos de plata y oro y alguna que otra flor hecha del mismo color. La tela parecía seda sacada de una añana por lo suave y delicada que era , se acomodaba a su cuerpo de una forma única pues resulta a sus seductoras curvas.
Sus hombros los cubría una capa de una tela también blanca au que caí trasparente que llegaba hasta el suelo y se unía en su cuello con un broce en forma de dragón de plata.
Otro detalle que amaba era la tira dorada que adornaba su cabello suelto , donde también tenía una flor hecha de plata y oro con un diminuto diamante en el centro.
—Usted dice que no tiene sangre de hada , pero justo ahora luce como una.—La voz soñadora de la doncella había vuelto —¿No tendrá frío ?
—Gracias Leila — La princesa le sonrió —Puedes quedarte con el resto de las tiaras para ti o para que ayudes a tu familia. Y no te preocupes —Volvió su vista a su reflejo esta vez su dragón que había escalado por su espalda dejó la cabeza caer sobre su hombro. Sin duda lucía poderosa , como una reina , la reina de Tarente.—Y no se preocupe, el frío no es problema para mi.
—Será una fabulosa reina —Volvió a hablar la chica —Ya puedo imaginármela pintando en su palacio , viendo a sus hijos jugar , dando discursos , viendo a su esposo regresar de batallas que harán nuestro reino más grande.
Esas palabras lejos de despertar añoranza en la princesa, despertaron molestia , no quería resumir su vida a eso. Ya no.
Fuera del pequeño palacio padre e hija se encontraban entrenando en la nieve.
—Levanta ese codo Akemi — Alaric le indicó a su hija mientras golpeaba con delicadeza usando un bastón el codo de la niña —Alinea bien los pies o perderás el equilibrio, hija.
La peliblanca resopló y se acomodó como le indicó su padre , ambos estaban en un improvisado campo de entrenamiento que Mabrock y sus hombres habían construido, más específicamente parados sobre unos troncos de árboles que formaban un camino elevado, en el que para avanzar era necesario poseer suficiente equilibrio.
—Recuerda que físicamente ti equilibrio es diferente al mío —Explicó su padre cuando la niña casi cae—Tu cuerpo está diseñado para tener alas , y no las tienes , así que tienes que enfocar tu centro en...
—Hola Akemi —Una voz infantil tensó los hombros del cazador de Monstruos quien apretó si agarre sobre la espada .
La niña miró al pequeño pelinegro que observaba desde el suelo a hija y padre entrenar , sintió alivio al no verlo con ninguna magulladuras nueva , se veía incluso más feliz que la primera vez.
—Hola Eliot —La chica de un salto llegó al joven —Luces muy guapo hoy.
¿Desde cuando mi hija aprendió a coquetear? Voy a tener que hablar seriamente con Naddezza y Mabrock
La regordeta mejillas del niño se tiñeron de rojo.
¡Se sonrojó ! Solo le dijo guapo y se sonrojó.
—Que haces aquí crío —Preguntó el cazador apoyándose sobre mi espada , quería que su atención callera en el arma , en su filo y en su tamaño.
—Yo... yo ...quería...
—¿Querías aprender a luchar?—Terminó por preguntar la niña y el joven asintió lentamente.
Alaric suspiró con fuerzas sabía lo que se acercaba cuando su hija se volteó hacia él, amaba a su pequeña y ella lo sabía, tanto que había ciertas miradas a las que no podía decirle que no , y la que la pequeña hada le dio era una de esas.
—Bien —Le señaló una espada de madera a su derecha —Comencemos.
...
La noche había caído y junto a ella la llamada para la cena , el cazador comenzó a preguntarse porque Dánae no había aparecido en todo el día , sabía que tenía cosas de princesa que hacer , que estaba buscando la persona adecuada para dejar acargo de este lugar cuando volviera a su casa mientras juzgaba a los esclavistas, pero por alguna razón la sentía más distante.
Alaric se preguntó si había dicho algo que la molestara , algo que cuasara esa repentina distancia entre ellos pero nada llegaba a si cabeza.
Daba su última recorrido en busca de cualquier peligro alrededor del palacio cuando el sonido de un estruendo lo hizo reaccionar seguido de la voz de la princesa.
—Maldita mierda.
El Cazador no dudó en sacar su espada y cerrar su ojos , mientras buscaba , sentía , veía con ojos cerrados , su don , hasta que la encontró. Estaba detrás de un muro de piedra a algunos metros de su derecha con un monstruo justo frente a ella.
Corrió, no iba a llegar tarde, no lo haría.
De un saltó cruzó el muro y sus ojos enfocaron a la peliblanca , tirada en el suelo , su codo sangrando y respirando con dificultad mientras la vestia se alazaba frente a ella preparó su espalda para atacar al la serpiente gigante de piel negra y ojos azul helado antes de que volviera a atacarla cuando se detuvo abruptamente.
Dánae no estaba siendo atacada.Ya no, en menos de nada la princesa se había puesto de pie y extendido su pálida hasta que tocó la piel cubierta de escamas del animal. Sus ojos brillaban y una sonrisa de suficiencia se pintó en sus labios.
—Estoy harta de estos ataques —Su voz sonaba fría calculada —Estoy harta que me subestimen —La luz de sus ojos se reflejó de alguna manera en su mano y la serpiente gigante comenzó a agonizar —No soy una maldita damisela en apuro, no solo voy a vestir bonito y decir discursos ¡Por mi reino mato !
Ni siquiera terminó de hablar cuando el mostró explotó , literalmente, sus pedazos volaron por los aires y su sangre manchó el blanco vestido de la princesa.
Todo ante la atenta mirada de Alaric.
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