11||The love Goddess
CAPÍTULO ONCE :
LA DIOSA DEL AMOR
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—OH PRINCESA —La diosa hizo una reverencia burlona en cuanto Dánae salió de su encanto mirado a todos lados confundida, sus mejillas te tiñeron de rojo al darse cuenta de su situación —Definitivamente lo tuyo no es entrar en cuevas oscuras ¿Quién será la próxima? ¿Luz? ¿Valor?Siempre que entras a una terminas despertando a un dios.
El cuerpo de Dánae tembló en los brazos de su acompañante mientras a su mente acudían imágenes de lo que había hecho, con sus brazos cruzados trataba de cubrir la transparencia de su vestido.
Alaric sin embargo simplemente se mantenía sujetándola con fuerza, infundiendole seguridad mientras la hermosa diosa de piel bronceada y perfecta frente a él lo observaba con diversión.Su voz estaba tan diseñada para seducir como cada parte de su pequeño y delicado pero nada inofensivo cuerpo.
—Y tú cazador ... debiste haber aprovechado la oportunidad o por lo menos haberle hecho el favor a la princesita—Su sonrisa pretendía ser tierna pero el de cabellos plateados era capaz de ver su maldad bajo ella —Yo solo magnifiqué los deseos de ambos, los tuyos principalmente...
—Dejanos en paz Kima
—Wow , llamar a una diosa por su nombre —La deidad de cabellos marrones tan largos que acaticiaban en agua a sus pies sonrío mientras mordía una de sus propias manzanas —Tienes valor, eso es asmirable.
—Solo queremos paz —La voz de la princesa fue un susurro débil estaba super asustada.
—Oww querida, paz tendrás solamente el día en que mueras —Los ojos oscuros de Kima se oscureciero y de las rosas que adornaban sus brazos salieron espinas —Un consejo disfruta el tiempo que te queda junto al cazador.
Alaric soltó un gruñido ante lo que había sugerido la diosa del amor.
—No te tenía como una profeta ¿Acaso ves el futuro ?
Kima soltó una delicada carcajada y se lanzó al agua para luego aparecer en una brisa primaveral tras ellos, su traje había cambiado ahora solo era un vestido de tul rojo elegabte, con un corset que pronuciaba en demasía sus pechos, su piel sangraba por las espinas de las rosas.
Siempre pintaban a Kima como la más dulce de las diosas pero la deidad que tenían al frente nada que ver tenía con la de los cuentos de los niños.
—No, Alaric, no estoy profetisando nada y no, no veo el futuro, solo soy participe de él, ayudo a mi bando para voltear la profecía a mi favor —Sus manos jugaban con el cabello de Dánae —Soy la encargada de trazar los hilos rojos desde su nacimiento y lamento decirte que el tuyo está muy lejos del de la princesa.
Los "Hilos rojos" lazos invisibles ante cualquier ojo expecto la diosa del amor, que unen las almas de las personas, pocos son los afortunados de encontrar su pareja pero cuando lo hacen se vuelven inseparables, lo que toda niña sueña con encontrar, la definición de amor verdadero.
Dánae se tensó nuevamente, sabía que tener sentimientos por Alaric era una total locura, pero confirmar que le pertenece a otra le rompe el corazón.
El cazador simplemente la estrechó aún más contra su cuerpo , no iba a permitir que un lazo invisible trazara su destino, mucho menos que otra diosa lo usara para su juego.
—Más te vale alejarte de nosotros Kima, no seremos peones en sus juegos —El guerrero no le dio tiempo a la diosa a reaccionar cuando manteniendo a Dánae contra su cuerpo empuño su espada presionando la punta en el delicado cuello de la deidad.
Una sonrisa se dibujó en los carnosos labios de la mujer , pero sus palabras fueron detenidos cuando el agua tras ellos se alzó en una ola enorme.
—Más te vale alejarte de mi padre seas quien seas —La voz de Akemi los hizo mirar en su dirección.
El hada sin alas se encontraba elevada sobre el agua controlando la ola que la rodeaba con sus hermosos ojos de un azul brillante y una sonrisa de susficiencia en sus labios demostrando su poder.
Lágrimas de sangre salían de sus ojos por el esfuerzo producido pero no parecía afectarla. Su cabello usualmente trenzado estaba suelto , liberado, como sus poderes,una masa agua se delizaba como una sepiente por sus brazos y piernas mientras que toda la otra estaba alzada a su alrededor y ella se mantenía elevada, dispuesta a ser letal por el bien de su padre.
Kima la miró con admiración y su temple cambió al instante.
—El amor parental...más fuerte incluso que la pasión —Su atuendo cambió a un vestido celeste claro nuevamente de hilo, su cabello dejó de tener sus ondas y se volvió liso, incluso más largo, en sus ojos el orgullo era evidente.—La última hada del agua... —Trató de acercarse a ella pero la espada de Alaric volvió a su cuello inmediatamente —El poder de todas corre por tu cuerpo, todas sus alas cortadas ahora dependen de lo que queda de las tuyas —Los oscuros ojos de la diosa calleron sobre el cazador que mantenía su espada en su cuello —Tienes el tesoro más grande en tus manos.
—Lo sé.
Volvió la mirada a la chica que comenzaba a temblar incapaz de manterse por más tiempo.
—Tú misión es mucho más grande que ser un peón en este juego de los dioses —Una inclinación de la diosa fue lo que recibió la chica. —Eres la salvación de los tuyos.
La diosa desapareció en una brisa llena de pétalos de rosas , para reaparecer en el montículo de tierra nuevamente. Mantuvo sus oscuros ojos sobre la niña que se desvaneció siendo atrapada en el aire por su padre , mientras ella volvía a su posición inicial , su suave piel se endureció volciendose madera, de sus piernas salieron raíces que se undiwron en la tierra sus dedos se volvieron ramas y su cuerpo le dio forma al árbol de flores rosadas. Mientras el susurro de su voz permanecía en el ambiente.
Akemi era la salvación de su especie.
Alaric sujetó a la niña contra su pecho, susurrandole cuan orgulloso de ella estaba mientras que la princesa estaba attodillada a su lado acariciando el rubio cabello, casi tan blanco como el de ella.
—¡Están aquí!—La voz de Naddezza los hizo levantar la cabeza.
La guerrera apareció en la emtrada de la cueva con su lanza y su cuerpo cu iertos de una sustancia verde brillante, Mabrouk no tardó en aprecer tras ella, cubierto de la misma sustancia.
—Supongo que el lobo que estaba fuera los buscaba a ustedes —La de cabello marrón se dejó caer agotada en el suelo y miró a la niña que se mantenía dormida contra el pecho de su padre —Una lástima que estés vivo, pensé que por fin la tomaría como mi hija tras tu muerte.
—Sueña—Mabrouk estaba lanzándose la cara con el agua de la cueva —La custodia ds Akemi es mía cuando el muñeco de nieve muera.
—Serán hijos de puta —Se quejó el cazador —Supongo que mataron al lobo.
—¿Matamos?—Río Naddezza —Tú hija enloqueció al ver que habías desaparecido y cuando vio al monstruo... digamos que...su muerte fue algo explosiva.
—Y ni te cuento como el cuerpo de ella se volvió literalmente agua al tocar la cascada de allá afuera —El cazador de cabello oscuro tembló de solo recordarlo —Creo que la pequeña hada está llevando su poder a un nuevo nivel.
Alaric miró a su hija, tan pequeña tan delicada entre sus brazos, que quería crear una jaula de oro oara protegerla de todos ,pero el recuerdo de como hizo temblar a una diosa permanecía vigente en su mente.
—¿Y ustedes que hacían aquí?—Preguntó Mabrouk con una sonrisa cómplice.
Alaric y Dánae quién se había mantenido en silencio procesando aún las palabras de la diosa se miraron.El cazador sujetó la delicada mano de la chica dándole un apretón reconfortante.
—Digamos que las cuevas no son lo nuestro...
—Hey que árbol más curioso —Mabrouk miró hacia el lugar donde yacía la diosa y Alaric se tensó.
—Es venenoso.—Fue toda la respuesta que dio el cazador —Mejor ya vámonos.
...
El atardecer era algo que Alaric disfrutaba mirar, podrían pasar mil años y él siempre se petdería en ellos, en sus colores, el la forma en que el sol desaprecía en el horizonte en este caso tras las nevadas montañas.
—Mañana atacaremos la cuidad —La suave voz de la princesa lo distrajo.—Nuestros hombres se están preparando.
Alaric la miró, había cambiado su atuendo, ahora su blanco cabello estaba totalmente trenzado, y su vestido era más serio, más oscuro a pesar de que estaba adornado con lana blanca, la hacía lucir más adulta, fria incluso, el cazador se dio cuenta que su forma de vestir era un reflejo de sus sentimientos.
La chica ni siquiera se había sentado a su lado, su voz a pesar de ser suave , fue un susurro helado,esas habían sido las únicas palabras que había pronunciado en su camino al campamento, tampoco había mirado al cazador. Era plenamente consciente de su necesidad de ponee distancia entre ambos antes de que sus sentimientos se volviesen más fuertes.
Sentimientos por un hombre que nunca sería suyo.
Pero Alaric tenía otros planes y tomando a la princesa de la muñeca la hizo mirarlo a los ojos. Esos ojos avellana que la hacían suspirar.
El cazador se puso de pie y suejetó con firmeza el rostro de la peliblanca.
—No seremos peones en el juego de los dioses
Fueron sus palabras en medio de aquel atardecer , mientras el frío viento invernal danzaba a su lado llevando llevando consigo nieve que los rodeaba. Antes de unir sus fríos labios con los de ella en un beso que más que una muestra de rebeldía ante Kima era una muestra de deseo.
No quería ni le importaba conocer a su compañera.
Solo queria disfrutar del ahora y su ahora era Dánae.
Hola gente bella aquí estoy luego de mil años. Recuerden que sus votos y comentarios nos ayudan a crecer y a que yo actualice más rápido.
Con amor.
Hielo
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