CAPÍTULO SEIS :
REYES Y REINAS

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NUEVE PUERTAS  fueron abjertas, detrás de cada una nueve reinas y sus damas de compañía se emergieron con gracia y delicadeza como si nueve flores volaran en nueve direcciones. El rojo y el azul predominaban en sus vestidos, ese día llevaban todas el mentón más alto que nunca ,sus coronas bien acomodadas,querían demostrar poder, esperando poder intimidar al resto.

Algo curioso entre las mujeres de alta sociedad es que siempre quieren ser  mejores que otras en su misma posición. La competencia es su razón de vivir y la envida se encuentra en casa corazón junto a la soberbia y la hipocresía, serpientes con rostro de ángeles es lo que son la mayoría.

Nueve tronos organizados en una especie de círculo esperan por ellas. La primera en llegar es Sanem reina de Wirette,probablemente la Reina que más tiempo lleva en el trono,ya que se las aseguró de seguir llevando el título tras la muerte de su esposo a costillas de su hijo a quien varias veces a declarado débil mental y por tanto incapaz de controlar el Reino. Su mandíbula perfecta se encontraba demasiado relajada para tener problemas en su reino y su mirada no bajó en ningún segundo. Su vestido rojo como la sangre,con decoraciones en hilos de oro no indicaban otra cosa que poderío sin mencionar su inmensa corona de rubíes a juego,sobre su espesa cabellera oscura,sus ojos negros no poseían emoción alguna. Se quedó de pie junto  ala bandera de su reino cuando las demás reinas empezaron a llegar una a una.

La siguiente fue Amber quien portaba un vestido tan dorado como su cabello y corona, destacando con maestría sus ojos verdes. Esos por los que se desvive su rey.

Poco a poco fueron llegando un grupo de reinas más, rubias,morenas,de piel blanca y negra, todas las Reinas se estaban presentado. Todas ejemplos del buen vestir y de lujos.

Myssell llegó, levantando en ato su apoyo de la Reina del Hielo ,pues traía su espesa cabellera plateada suelta y sobre ella una sencilla pero preciosa corona de plata ,sus ojos grises miraban atadas con superioridad. Tampoco llevaba vestido con corset como la mayoría,ese era blanco con detalles en azul y plateado,definitivamente todo encajab con su personalidad.

Pero la auténtica originalidad se vio reflejada en Deyanria quién entró usando una corona el doble de grande de las que poseían cada presente,llena de di.amantes y oro,su vestido símbolo de rebeldía era púrpura, único en la sala ,su cabello rojo como el fuego caía como una cascada sobre su espalda y unasonrisa se pintaba en su rostro ante la mirada de todos. Pues sabía que de una forma u otra todas querían ser ella.

Un marido que amaba y que la amaba,rica,hermospoderosa y joven.

—¿Comenzamos?—Deyanira caminó hasta su trono sin mirar a nadie,sin esperar a nadie y simplemente fue la primera en sentarse retando a todas a que le llevasen la contraria.

Todas siguieron el camino de la Reina de Springville y fueron a sus respectivos tronos,a excepción de Sanem quién le giñó un ojo a la de cabello rojo.

Esa mujer era lo más cercano que había tenido su hija a una madre ,pues le había dado consejo cuando todos la veían como una chica insulsa e insignificante, y se puede decir que gracias a ello se ha convertido en el Fénix que es ahora.

—Creo que falta alguien. —Habló con veneno Amber mientras me tenía su mirada en su ostentosa pulsera.

—¿Quién?—Una de las Reinas miró hacia todos lados buscando el trono vacío.—Todos los tronos están ocupados

— Vynda.— Sonríe Mysell con maldad viendo como tiembla la sonrisa de su hijastra—La Reina de Cunoct,antiguo sur de Springville. Muchos dicen que fue un hada.

—¿Cómo se deja de ser un hada?—Preguntó un de las esposas del Rey Jucont, la única sin corona en l sala, pues allí las mujeres no tenían otros  títulos a no ser la esposa de... o la hija de ...

—Cortándole las alas.—Respondió llena de seguridad Deyanira con unasonrisa que heló hasta el más petrificado corazón de las Reinas presentes.— Ya saben esas cosas llenas de brillo que le permiten volar,ser superiores a nosotros, las cortas lo más pegado a la piel posible,y si las miras a los ojos puedes ver su magia desaparecer,puedes ver como se vuelven seres ordinarios.—Muchos gemidos de terror inundaron el lugar. La pelirroja llevó su mirada a su madrastra.—No trates de humillarme frente  todas ,o  sacar temas que me molesten porque siendo sinceras tienes más tela de dónde cortar ¿Sigue doliente que la hija de la amanezca de tu marido tenga una corona más grande de la que tendrá la tuya propia ?Vamos Myssell, aquí no está padre,dejemos la hipocresía.

El rostro de Myssell era un poema ,definitivamente no esperaba la reacción de su hijastra,sabía que la chica no la apreciaba ,y él odio cristalino en sus ojos no era sorpresa. A diferencia de la fuerza en su hablar y la seguridad en sus palabras, la pequeña niña rebelde y manipuladora había evolucionado y no estaba preparada para comprobarlo.

—Bueno,bueno. —Sanem tomó la dirección de la reunión.—dejémonos de cháchara que parecemos mujeres de aldea.

—Mejor vengamos a dejar claro las posiciones de nuestros Reino.— Maricela la Reina de Conka,habló por primera vez ,probablemente la más joven en el grupo y su bronceada piel la convertía en una de las más hermosas.

—¿Lo que quieren nuestros Reinos?.—Amber la miró con ternura,potencial desperdiciado en un reino exageradamente pobre por tener un Rey que no lo sabe manejar .—Querida no te mientas,estamos nostras en la reunión, pero a todas no dijeron por lo que abogar qantes de venir.

—Por la diosa.—Interrumpió con voz cansada Deyanira mientras se recostada de una manera nada elegante en su trono.—Aburren ¿Podrían por favor soltar sus demandas? Este no es ligar para quedarse de sus desgracias maritales,si les molestan sus esposos  matenlos y ya.

—¿Cómo mataste a tu suegro ?— Habló otra de las Reinas,una de las viejas.

—A mi suegro lo mató mi esposo,Edwina, y lo hizo porque ese viejo maldito me quería como suya.

—De hecho ,con quien estabas prometida ,era con el padre.

—¡Ya basta!—Se alteró Sanem.—Estamos reunidos aquí para forjar alianzas contra los rebeldes.

Los labios de Deyanira se curvaron en una media sonrisa mientras juzgaba con su anillo y se dedicaba a escuchar las alianzas entre los reinos,sentía las miradas de soslayo sobre si,pero aún así no hablaba ,estaba esperando la pregunta que salió de los labios de su querida mentora.

—¿Springville no buscará alianza?

—No,estamos bien por nuestra cuenta.No nos interesa ninguna ayuda.—La pelirroja se puso de pie con altanería.—La guerra con las hadas está más que ganada,el Reino de Arie y Fuego sucumbirán en cuestión de días como lo hicieron el de Agua y Tierra.

—Es curioso como en pocos años prácticamente ganado una guerra que comenzó hace décadas por tu difunto suegro— Habló una curiosa Amber.—¿A qué se debe?

—Un mago nunca revela sus trucos.—Los labios de Deyanira se curvaron en un sonrisa hasta pérdida en sus recuerdos. —Pero si te diré que son muchas las alas en mi colección.

—Debe ser fascinante ver reinos caer ante tus pies.

—Y lo es querida.— Su orgullo no desaparecía en un instante. —Cómo me han puesto de buenas,he cambiado de opinión, Springville ayudará, pero bajo mis condiciones.

Myssell puso los ojos en blanco ante las palabras de su hijastra.

—Claramente en Springville hay un sobrante exagerado de soldados.—La Reina caminaba al rededor de la sala mientras las demás la escuchaban.—Pero amamos muchos a nuestros hombres y no quisiéramos perdernos en tierras extranjeras.

—¿Qué estás sugieroendo querida ?—Preguntó Sanem interesada en el asunto.

La sonrisa volvió a reflejarse en los labios de la joven reina quien sentía ya el sabor de la victoria.

—Enviar mis mis hombros custodiar cada palacio,muchísimos hombres cuidado sus vidas mientras ustedes concentran todas sus fuerzas en la batalla contra los rebeldes.

—¿Aceptan?—Deyanira sacó una navaja de su vestido y la colocó en su palma dispuesta a hacer el juramento.

Las Reinas se miraron,sin duda era una gran oferta sin nada a cambio.Una a una fueron cortando sus palmas y los ojos de la chica brillaron con fuerzas cuando vio la sangre manchar el suelo.

Otro pequeño paso para la victoria y la paz.

—Ahora si me disculpan tengo unos asuntos por resolver.

...

Dánae lideraba la caravana hacia una ciudad que había sido tomada por los rebeldes hacía ya unos días ,en su caballo tan blanco como una nube. Tras ella su ejército admiradola como a una diosa,pura ,hermosa, bondadosa, y fuerte, todo lo que esperaban de una mujer. Sus manos estaban dañadas por las cuerdas de tanto cabalgar ,pero sé negaba a usar protección extra ,ya que sus hombres tampoco la usaban,mucho menos se detendría por un simple dolor. Su cabello no tenía nada de peinado,el constante viento del rocoso camino se había encargado de enredarlo. Tampoco estaba más abrigada que el resto y  en su pálida piel y se podían ver con más claridad sus venas.

Nadezza la observaba de lejos con una sonrisa pintada en su rostro,sin duda había juzgado mal a la princesa. La chica le había demostrado mayor fortaleza de la que esperaba.

Alaric sin embargo era más detallista mientras la observaba,notaba las pequeñas muecas de su rostro cuando tenía que hacer que el caballo cambiase de rumbo o cuando daba un pequeño salto,apenas de que Dánae era buenísima ocultando su malestar También veía el ligero temblar de su barbilla por el frío.

La caravana iba cuesta arriba en una rocosa montaña tras la cual se encontraba la ciudad de Crymena,ciudad que debían recuperar y tratar de buscar información sobre el líder de los rebeldes. Aunque era preciso que llegaran cuanto antes Alaric no se veía capaz de seguir soportando el sufrimiento de la princesa.

—Akemi —Su hija iba en el mismo caballo que él, no confiaba en nadie para dejar  su tesoro fuera de su alcance por lo que no le importaba en lo absoluto compartir caballo .—¿Tienes un poco de agua cerca?

La pequeña hada miró confundida a su padre quién raramente le pedía usar sus poderes si no estaban en batalla, asintió lentamente observándolo con sus grandes ojos grises.

—Muy bien.—El hombre aceleró el paso del caballo.—¿Te parece si ayudamos a la Princesa?

La niña asintió justo cuando llegaron junto a la otra peliblanca. Mabrouk observó la escena y su pecho se conmovió recordadando el tiempo en que vivía en paz junto a las hadas,junto su esposa e hijas, pero los recuerdos tranquilos desaparecen cuando recuerda como tuvieron que huir cuando la guerra empezó, cuando vio como morían cientos de elfos como su niña,hizo todo por protegerlas y aún así su niña fue arrebatada de su lado,primero ella,años después  su esposa,el mismo día que calló el Reino del Agua,el día dónde conoció a Alaric y encontraron a Akemi. Hace casi ocho años años.

La princesa observó con una sonrisa asombrada  como la niña usado agua trataba sus manos dañadas,mientras que Alaric no se veía capaz de alejar su mirada de la heredera de Tarente.

Si lo hubiera hecho tal vez se hubiera dado cuenta del inmente ataque de un monstruo de piedra.Pero en cambio solo fue capaz de notarlo cuando su cuerpo estaba impactando contra el suelo.

Dánae calló más lejos ,su cuerpo rodó vatios metros abajo,llenándose de heridas en el proceso ,pero aún así no perdió la conciencia,ni mucho menos su capacidad para razonar.Desde la distancia vio al gigante de piedra ,un monstruo humanoide que sin duda quería sangre,su sangre y no estaba dispuesta a darla.

Vio el monstruo acercarse directamente hacia ella,mientras quitaba de su lado a sus hombres con su mazo gigante,pero ella no estaba dispuesta a morir, no así,no si ser de utilidad para su Reino.

Sus ojos brillaron con el con el ya conocido especial brillo plateado,y en sus labios una sonrisa de suficiencia apareció cuando sus manos hicieron contacto con la criatura escondida en un bolsillo secreto de su vestido.

—Es hora de calentar un poco las cosas.