Después de rescatar a Perrito al ser secuestrado por Ricitos y los Osos, Perrito y Kitty se dirigieron a la cueva de cristales donde Gato se encontraba para así continuar en la búsqueda de la estrella.

—¡Gato, gato!— Gritó Kitty al verlo salir de la cueva a toda prisa
—¡Estamos aquí!—

Gato los observó sin dejar de correr, pero se marchó sin ellos y con el mapa en las manos.

Perrito y Kitty se detuvieron, mirando la dirección por donde se había ido sin saber que hacer. ¿Qué estaba pasando?

—¿A donde ira?— Preguntó Perrito.

Kitty no respondió, solo contuvo la respiración y suspiró con rabia, sintiendo las lágrimas querer salir de sus ojos otra vez. Ese maldito gato...

—¿Kitty? ¿Está todo bien?—

Ella estuvo dispuesta a enfrentarse con La muerte por el, ¿Y él los estaba dejando atrás? Se había equivocado al pensar que él había cambiado.

—Vamos Perrito— Kitty comenzó a correr en la dirección por la cual Gato se había marchado.

—¿Ah? ¿A donde?—

—¡Vamos por ese deseo!—

Perrito la siguió a toda prisa, esperando que pudieran encontrar a Gato.

El sonido de un silbido a la lejanía llegó a los oídos de Kitty, sin embargo, ella decidió ignorarlo. Sabía que la muerte había llegado por Gato y estaba pensando en no hacer nada para evitarlo.

Dejando aquel tema de lado, el gran brillo de luces azules, moradas y magentas se pudo distinguir entre los pinos, indicando que la brillante estrella estaba bastante cerca, Gato seguramente ya se encontraba ahí.

Al acercarse más a la estrella, pudieron observar al gato español en medio de ella, sosteniendo el mapa como si de ello dependiera toda su vida.

—Estrella brillante, radiante— Leyó el felino —Que aparece ante mi fulgurante deseo...—

—¡No puedo creer que me hayas vuelto a engañar!—

Gato miró a Kitty junto a Perrito, sorprendido, aferrandose al mapa.

—Kitty, n-no lo entiendes..—

—¿No entiendo qué?— Cuestionó Kitty —¿Que me has estado mintiendo todo este tiempo?—

—¡Kitty, necesito este deseo!—

—¿Por qué? ¿Qué es lo quieres? ¿Riquezas? ¿Qué es tan importante como para que nos dejes atrás?—

Gato no contestó, pero Kitty no necesitaba una respuesta de todas maneras.

—Así que, sigo sin poder competir contra tu verdadero amor—

La decepción se notaba en los ojos azules de Kitty.

—¿Quieres saber cual era mi deseo?— La felina se aproximó al gato anaranjado —¡Quería tener a alguien en quien confiar!—

El forajido bajó las orejas con tristeza ante la mirada impotente de Kitty.

Las lágrimas empezaban a acomularse en los ojos de Kitty a la par que arrebataba el mapa de las manos del felino.

—¡Sabes que nunca en mi vida había tenido algo como eso!— Su daga apuntó a su pecho para evitar que se le acercara —Y pensé que, finalmente lo había encontrado sin la estrella del deseo...y creí que eras tú—

El forajido no hacía más que observarla con desesperación.

—Pero sigues huyendo— Kitty rio con tristeza —Eres el mismo viejo gato con botas—

—¡Pero no lo soy! Yo no soy el gato con botas, estoy...estoy viviendo mi última vida, Kitty. ¡Tengo que recuperar mis vidas! Sin ellas, n-no soy...—

—¿No eres qué? ¿"La leyenda"?—

Gato no respondió de nuevo, causando más decepción en Kitty.

—Anda, recupera tus vidas— Lanzó el mapa en su dirección, y por supuesto que el forajido lo atrapó
—Pero aléjalas de la mía—

Kitty guardó la daga y se dio la vuelta, estando dispuesta a marcharse a pesar de la tristeza en la mirada de Perrito.

—¡Kitty, l-la muerte me persigue!—

Antes de que Kitty le respondiera, Jack Horner y Ricitos de Oro aparecieron, interrumpiendo el momento de tensión entre ambos felinos.

Mientras tanto, cierto lobo blanco obdervaba desde las sombras la pelea que se daría, sabiendo que pronto sería el momento adecuado para atacar.

—Esto va a ser divertido.—