CAPITULO 3

––———–┊⁀➷ Las dudas mataron al gato.

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 KATE ENTRA A TODA PRISA A SU DEPARTAMENTO, CON NATE PISÁNDOLE LOS TALONES, CIERRA LA PUERTA A SU ESPALDAS. Ambos parecen ser cómplices de algún crimen infame dado a lo acelerados que están sus corazones y los rostros adornados por una desconfianza tan poco sutil que llamaría la atención de cualquiera, para su suerte no se habían topado con alguien aun. No es que desconfíen entre sí, aunque la confianza que se tienen no es su fuerte tampoco sería un problema en la misión que se había autoasignado, o bueno, eso es lo que creen. El verdadero problema es que las paredes tienen oídos y a veces hasta ojos.

Nathan patea una pelota mordisqueada sutilmente, de pronto es atacado cariñosamente por Lucky, y sin pensarlo siquiera, ya está en el suelo acariciando al golden retriever con una enorme sonrisa en el rostro.

La felicidad le sienta bien, pensó Kate. Jamás lo diría en voz alta. Bueno, eso es una exageración, probablemente se lo diría más adelante solo que lo va a enmascarar con un falso sarcasmo porque aún está algo indignada por lo que había ocurrido antes.

—¿Tú. . . Fuiste al funeral? — Y Kate hace la pregunta del millón, se moría de curiosidad desde que lo encontró (a decir verdad, incluso desde antes de haberse topado con él), principalmente porque ella no tuvo el valor de ir, estar allí sería asumir que Clint estaba realmente muerto y la verdad es que ella no cree que lo esté.

Nate hace una mueca con los labios y arruga la nariz de una forma que a Kate le parece graciosa, casi rozando lo adorable, mientras niega vagamente con la cabeza, esto sin dejar de jugar con Lucky. Pronto el chico se sienta en el sillón a lado de la pelinegra, pensando en como responder a aquella pregunta sin sonar como un completo loco o insensible. 

—No, no podía... Es que, no sé, simplemente no me pareció correcto ir y actuar como si de verdad creyera que está... — apretó los labios, como si saboreara la amarga palabra que se había quedado estancada en su garganta siempre que había tratado de decirla — muerto.

Sentencia, deja un sabor agrio en su boca, pero no es real, solo es la sombría sensación que le genera el solo uso de esa palabra para referirse a Clint.

Los ojos de Kate parecen brillar ante esta revelación, algo dentro de sí misma le decía que Clint no está muerto pero no era algo que hubiera mencionado antes, si Nate siente lo mismo solo puede significar que ambos tienen razón o ambos están a punto de tomar un viaje en el tren llamado perdidos con dirección a la locura. Claro que va a ocultar un poco esta emoción y entusiasmo, aunque sea demasiado tarde porque fue inevitable que Nate viera ese pequeño brillo en los ojos de la arquera.

—Entonces, tú no crees que esté muerto... — Hay algo de viveza en su voz, pero también unas gotas de duda que son enmascaradas por puro optimismo.

—No sé, digo, todos lucían afligidos en los noticieros pero algo no termina de encajar y Nat... Natasha me mintió — Sus ojos se ahogan en consternación, su mente se inunda de desconfianza en cada pequeño y mínimo recuerdo que tiene junto a la letal espía pelirroja, si le estaba mintiendo sobre eso ¿sobre qué otras cosas le ha estado mintiendo?

Natasha y Nathan tienen una historia muy larga juntos, lo había rescatado junto a Clint cuando este solo tenía nueve años de edad, ahora tiene 25 y jamás lo habían dejado solo, en el buen sentido, Nate supone que Natasha y Clint trataron de que no experimentara lo mismo que ellos, que no fuera un arma esperando ser usada por las personas correctas, lo entrenaron para que fuera su propia arma, para que se defendiera si alguien trataba de usarlo.

Pero en su última visita, Natasha lo había tratado como a un arma que ella y el resto de vengadores estaban más que dispuestos a usar, ¿por qué?

Kate nota todo el debate mental que Nate está teniendo apenas mira a sus ojos, ¿cómo podía un solo par de ojos reflejar tantas emociones? Supone que le sorprendía porque jamás se había fijado tanto en esos pequeños detalles. Aun así, la curiosidad respecto a que pasaba por la mente del contrario la estaba carcomiendo de pies a cabeza. Parece más consternado porque Natasha Romanoff le estaba mintiendo que porque ambos creen que Clint sigue vivo. Para ella la respuesta es fácil, algo más ocurrió con Clint pero ellos no debían saber, por eso les mintió, pero Kate tiene la sospecha de que Nathan sabe algo que ella no, se le nota, cada poro de su piel se lo grita al oído.

—¿Y vas a compartir tus respuestas con la clase o vas a quedarte allí esperando a que desarrolle telepatía? — Masculla Kate, acariciando la cabeza de Lucky que descansa sobre su regazo. —Tal vez no tenga un doctorado de Nathans pero es obvio que te está pasando algo, tienes cara de oveja afligida y eso no me gusta.

Una sonrisa tira de los labios de Nate, un bufido que pasa más como una risa se le escapa sutilmente de los labios antes de voltear a ver a Kate. Era graciosa, lo admitía.

—Puede que haya algo que no te dije...— comienza y Kate le da una señal para que continúe, una mueca tira de sus labios mientras sus ojos se enfocan en los adversos— Natasha, bueno, junto con el resto de los Vengadores, quieren que yo sea el nuevo Hawkeye, quieren que reemplace a Clint, que tome su lugar o como quieras llamarlo para que no suene tan feo — Aquellas palabras sonaron cubiertas de molestia e indignación, Nate soltó un suspiro sumamente pesado y Kate solo pudo atinar a fruncir el ceño quedando boquiabierta —. Le dije que no, obviamente, pero fue tan extraño... o no lo sé, tal vez solo fue muy rápido y yo estoy exagerando.

La pelinegra siente una espina de indignación clavarse en su pecho, no porque hayan buscado a Nate para darle el puesto, sino porque ella misma sabía que era la mejor opción y que si tuviera que compartir alias con alguien que no fuera Clint, entonces Nate sería su primera opción. La indignación que siente recae en la rapidez del reemplazo.

—No, definitivamente fue muy rápido y muy raro. Empezando porque te dijo que Clint murió buscándome y a mi me dijo que murió buscándote a ti, ¿y cuál es la urgencia de conseguir un reemplazo? Están ocultando algo, no solo Natasha, sino todos los Vengadores. ¿A qué le temen?

—Eso y ¿para qué cambiar el alias? Digo, siempre quise ser Hawkeye pero no así.

—¿Te dijo explícitamente eso?

—No, pero lo insinuó. No sé... Le dije que te buscara a ti si quería a Hawkeye, ¿no te buscó?

—Solo para decirme que Clint está... ya sabes. No mencionó nada más, salvo que no podía contactarte y que haría lo que hiciese falta para encontrarte.

Nate se rasca la parte posterior del cuello y hace una mueca, Kate juguetea con sus dedos, dándole más de 2000 vueltas al asunto en su mente.

—La trama se complica — bromeó Nathan, dejándose caer contra el respaldo —. Tal vez debamos empezar por el principió.

—No me digas, genio — ironizó la pelinegra —. Según tú, ¿cuál sería el principio?

—Donde Clint nos salvó por primera vez, y donde nosotros nos conocimos.

—Nueva York — lo interrumpió, el chico asintió y ella suspiró —. Habrá que hacer maletas... ¿quieres pedir pizza?

—Estaba esperando que lo dijeras.

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