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02

·Chris·
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Intentando despejar su pensamiento Steve abrió la guantera buscando un pendrive para conectarlo al sistema de sonido. Sin imaginar que la cartera sobre las piernas de Pepper caería abierta, Desparramando todo a sus pies. Se sintió el perfecto imbécil... de esa clase de adolescentes en que se burlaban en las películas gringas. El nunca fue así, nunca fue el motivo, sino el que se burlaba.
De todos modos. Enchufo el pequeño aparato y apretó un botón. Tratando de no prestar atención a su tentador escote que se revelo esplendido. Ella no parecía muy pendiente. Solo se había inclinado a recoger sus cosas. Mientras conducía en dirección este, donde tradicionalmente vivían las familias mas acomodadas de la ciudad.

-¿Depeche?¿Ahora te volviste Gay?- chillo en medio de una carcajada. Pepper se levanto exaltada al escuchar el sintetizador


Steve soltó una carcajada.
-Gaham y Gore son brillantes- le hablo casi ofendido. Pepper lo miro asombrada.

-Cada vez que le subía a la radio cuando estaban sonando reclamabas que eran Gay... - contesto recordando exaltada y divertida.-... y ahora hasta conoces sus apellidos... ¡Eso no es de machos... eso es de Gays!- continuo burlándose buscando irritarlo.

Steve le dedico esa sonrisa "autosuficiente". -Mi amor... me puedes acusar de cualquier perversión en este planeta... ¿pero Gay?...- cometo pedante. Entonces le puso esa mirada lasciva encima y empezó a mecerse con la música.

Just can't get enough Un viejo recuerdo de escuela. Como muchos... Peppermint no se resistió en tatarear... y en cuestión de segundos recordó la estupidez de la mitad del colegio (Entiéndase las chicas) cuando se adueñaron del centro del gimnasio para la fiesta de aniversario.
Sus compañeras gritando y ella de brazos cruzados contando los tiempos esperando que Henry, otro gran amigo, no se adelantara en la ridícula coreografía que habían armado.

Las chicas en la escuela no entendían como podía estar rodeada de tanto macho alfa y ser inmune a ellos.

Llegaron a ese viejo vecindario. A ese lugar, al que aspiraban todos con ingenuidad. Vivir ahi... algún día.

-¿Que estamos haciendo exactamente?- Le pregunto. reconociendo el condominio. Las mismas casas de lujo, de aquella época... Solo que todos los arboles habían crecido. -¿Vives aquí?.- pregunto sorprendida...

-Nooo....- se sonrió coqueto- Solo vengo a arreglar un asunto.

-¿Asunto?...- había sonado misterioso. La curiosidad se activo instantánea.

-Hace un tiempo hice una accesoria... para la compra de unas maquinas de ejercicio y la paga la permute por un fin de semana largo en una cabaña en el Peumo.- se explico.

-¿El Peumo?- abrió mucho los ojos expectante. Si su memoria no le fallaba. Era un fundo muy arriba escondido en la pre cordillera al que solo se podía llegar en auto todo terreno, como el de Steve.

-Iba...- continuo seco y guardo silencio de golpe como arrepintiéndose de sus palabras.

-¿Ibas?

-Iba este fin de semana.- replico- Pero no tengo corazón para dejarte sola con tu vibrador.- continuo cínico y adorable.

-¿Estas tratando de seducirme?- le hablo sorprendida. Al borde de un ataque de risa.

-Me encantaría...- contesto risueño. Sonando a broma, aunque no lo era.

-¿Me esperas un momento?- Steve le solicito al estacionarse frente al portón del 2027 de las Araucarias.

-Claro...- contesto sin ánimos de entrometerse. En vez de eso decidió avanzar un par de canciones subirle el volumen a la música.

Tan alto como Steve, Chris el rubio de ojos verdes, con una muy buena apariencia se asomo a la puerta sin intención de abandonar su porche. Steve solo espero a que la reja eléctrica le diera el espacio suficiente y de lado se metió al jardín de esa enorme casa.

Se golpearon las palmas, seguido del necesario abrazo que era parte del rito.

-Hey Steve...-Escucho desde mas adentro. Emily, la despampanante rubia se asomo sonriente y beso su mejilla.

-Preciosa.- le sonrió recibiendo ese beso en la mejilla y contemplo sus ojos celestes.

-¿Una cerveza?- le ofreció de inmediato.

-Um... tal vez a la vuelta.- le hablo contrariado.

-Dejo el auto encendido...- le explico el dueño de casa a su mujer como si fuera obvio.

-¿Y quien es la impresentable?- pregunto curiosa.

-Ya me lo dijiste... que no te la presentara si no valía la pena...- contesto risueño.

-Ok... ok...- Refunfuño, pero sin resignarse. Ella estaba empecinada en que encontrara una pareja y se estableciera de una vez por todas..

-Hay suficiente leña para una semana. Solo tienes que llevar provisiones.- le explico su gran amigo.

-Y Steve... por favor...- la rubia le llamo la atención pudorosa -lleva tus propias sabanas...- le solicito con una mueca algo repulsiva.

Steve soltó una carcajada.

-Ya no es un nidito de enamorados... es una cabaña familiar...- insistió.

-Okey...- Contesto sin reclamar. Solo se limito a mirar la salida. Luego a Chris con esa expresión apremiante.

El castaño le subió una ceja. No solía complicarse tanto. ¿Que clase de espécimen lo esperaba en el auto?... Era demasiado el apuro. El... no solía correr por las chicas. Saco de su bolsillo el juego de llaves y se las entrego.

-Gracias Broh'... - suspiro. Y luego la mirada de Steve se lleno de esa luz maliciosa. Como si estuviera ya planeando lo que pretendía hacer... Se despidió de Emily. Le pego una palmada en el hombro agradecido a su amigo. Y se encamino sin buscar mas conversación. Ella entro a la casa. Pero para Chris la curiosidad fue mas fuerte.

Steve estaba abriendo la puerta del auto preparándose para partir.

-Steve... por lo que mas quieras no entres a la habitacion de los niños.- le hablo divertido sin poderse contener.

-¿Que clase de pervertido crees...- ¿Que clase de pervertido crees que soy...?. Iba a reclamar. Lo había sobrepasado. Estaba tratando de adoptar una actitud madura. Entonces vio a Chris con los parpados muy abiertos mirando al interior del auto.

-¡Teddy!- exhalo casi sin voz Peppermint y de inmediato sus ojos titilaron con ese brillo enternecedor.

-¿Pepper?- balbuceo Chris. Para el no había sido necesario. Ella no le tuvo que recordar quien era. Esos ojos marrones los hubiera reconocido en cualquier parte del planeta.

Pepper abrió la puerta del auto. Tenia que bajar a saludar. Chris se movió dándole espacio y de paso le lanzo esa mirada asesina a Steve, que ella no vio.

La espalda del rubio se tenso completa al sentir sus brazos rodeandolo. Su pecho aplastandolo... respiro profundo y luego la rodeo con sus brazos. Dulce. Enternecedor.

-¿Por que no me dijiste?- Pepper le hablo a Steve con la garganta apretada mientras apoyaba su mejilla en el torso de ese otro gran amigo.

-Era una sorpresa...- Chris se adelanto en su respuesta. Sacandolo del apuro.

-¿Entonces también vas a venir?...- le pregunto emocionada al rubio que recién se había encontrado.

-¿Venir?...- pregunto extrañado.

-Vamos al Peumo el fin de semana...- le explico sonriendo.

Chris abrió mucho los ojos.

-No creo... tengo doble turno...- contesto desinflado.

-Ooowww... Necesito una cerveza contigo... Dios sabe que es cierto- le hablo decepcionada.

-Mmmmmmhhhggg- carraspeo estiradamente su garganta-... el viernes quizá... claro si no interrumpo- contesto con una entonación insidiosa.

-¿Como se te ocurre?- respondió incrédula. Luego se abrazo mas fuerte. Sin ver esa mirada asesina que Steve le dedicaba a su amigo de toda la vida.

-Entonces el viernes- le hablo Steve.

Pepper subió al auto.-No me lo perdería.- Contesto Chris cerrándole la puerta.

Steve encendió el motor y partieron. Mientras "Teddybear" Se quedo paralizado antes de cruzar la reja en dirección a su jardín. No tenia idea como. Hacían mas de diez años que nadie lo llamaba "Teddy".

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