4. Peligro.
Disclaimer: AMOLAD pertenece a the Snipster.
En una de las tantas calles abandonadas del este de Detroit dos bandas están reunidas, sólo el retumbar del motor de las motocicletas perturba la noche, dos hombres están puestos estratégicamente enfrente, liderando a ambos grupos, aquellos con motivos tan dispersos pero, fieles a sus cabezas; sólo una seña basto para que el sepulcral silencio fuera sustituido por una frenética pelea, jóvenes luchan sin miedo y con convicción, los sonidos del forcejeo, el cielo nocturno como testigo y las mudas lámparas de la calle observando la masacre.
Las grisáceas calles pronto se tiñeron de grotescas manchas color carmín, el jadeo rudo de todo ellos mezclado, gritos y regañadientes, mejillas rojas, labios rotos, hombres caídos, y entre todos ellos una alta figura pareciera que danza mientras acaba con sus enemigos, movimientos rápidos, precisos, mortales; increíble como su figura se pierde entre las de todos, y se oculta en la noche; era un maestro del engaño aparentando debilidad y surgiendo de entre las oscuras calles para golpear certeramente en la nuca, en la clavícula, en el hueco poplíteo de sus enemigos, dejándolos caer y después hacer alarde de la ventaja que había adquirido. El sudor recorre su piel nívea, y con su mano peina su cabello hacia atrás, mientras sus ojos arden en la extraña emoción que da la batalla.
Dos pacíficos ojos esmeralda lo observan todo en silencio, mientras que con el casco puesto siente que es imposible lo que ven sus ojos, su corazón late de prisa anonadado, viendo como uno a uno los hombres de su banda van cediendo y cayendo, observando a su agraciado atacante, quien se mantiene despejando el área con lentitud pero, certeramente.
Dos de sus hombres más habilidosos lo han acorralado, ante la realidad de hallarse triunfantes lo han sometido frotándose cadenciosamente con él, cegados por una mirada; aquella mirada ámbar basto para dejarlos rendidos, cediendo a los bajos instintos que despertó aquella agraciada flor, su acorralamiento no duro lo suficiente, no se atrevieron a golpear aquel rostro, lo hubieran deseado si no hubiesen sido traicionados por un aroma; ¿Qué sería aquello que nublo su juicio? tal vez fue el instinto, creyendo que sería mejor tomarlo a dejarlo golpeado en el suelo, sin embargo su cometido no se llevaría a cabo; una navaja traicionera perforó el pulmón izquierdo de uno, al intentar profanar su playera negra y deslizar sus dedos por la tersa piel blanca; un rodillazo violento en la entrepierna del otro lo hizo doblarse de dolor, mientras la bota se estrellaba contra su cráneo, mientras la furia se reflejaba en aquellos ojos que competían con el sol.
—Asqueroso—Murmuro mientras sacaba su navaja de aquel cuerpo.
Con una clara molestia limpio la gota de sangre que o'so salpicar su rostro, su mirada se dirige por inercia a enfrente de las filas enemigas, mientras mira imperturbable al hombre que dirige a la banda de las aves.
— "Life"— Ha pensado, el hombre que era una leyenda viviente, aquel que gobernó a las aves y durante mucho tiempo , se volvió uno de los mafiosos más respetados de Detroit, había regresado.
Se sentía ofendido ¿Por qué aquel no se encontraba batallando? Tal vez pensaba que su hombres eran suficientes para acabar con ellos, sus cejas se fruncen en enojo, mientras decide acercarse peligrosamente entre ambos bandos para tomar pelea con el líder del bando contrario; Sin embargo la carne llama, y el instinto aflora, por el instante en que sus miradas se debían de cruzar; algo los detiene de identificarse en ese preciso lugar, el espeso velo negro que oculta a sus ojos tras los googles, no le permite reconocer quien es; no podría ser; aquellos tatuajes que se marcan y muestran en sus hombros sin descaro, esas estrellas rapadas a sus costados, todo eso no se encuentra en el empresario Spindler, en ese momento quien está ahí frente a él es "Life" y él "Death". Lo mira intentando encontrar a alguien que ahí claramente no está.
Silencioso es el encuentro de ellos dos, el tiempo se detiene mientras sus respiraciones entre encontradas se mezclan, la noche los ciega; y los gritos parecen acallarse mientras ellos se reconocen, sin saber si luchar a muerte o fundirse en lo que golpea fuertemente a sus conciencias y corazones. No sabía si el ardor de sus mejillas y el acelerado golpeteo de su corazón era por la adrenalina de estar peleando, o quizá era por haber descubierto algo, sin embargo no dejaría que algo tan bajo como el instinto lo guiara.
Están ellos dos de frente, Leo no hace ningún movimiento, es difícil procesar todo lo que sus ojos aprecian, desde el pantalón de mezclilla negra desgastado, hasta el puntiagudo collar, es un monstruo hermoso el que tiene enfrente, tan sediento de sangre, tan cruel, un demonio, un ángel... Irreal, quiere tocar esa pálida mejilla y sentir que es realmente Des Aeva el que tiene enfrente, ese niño que durante muchos años busco cobijo bajo su protección, que lo sedujo en un segundo, haciéndolo sentir lo más puro y lo sumergió en lo más vulgar, haciéndolo tener pensamientos tan obscenos, en ese instante Des se ve tan lejano, sin duda alguna; ha cambiado.
Una patada se dirige sin preocupación a sus costillas; una sin duda de los mejores atributos de Aeva. No sólo eran bellas para contemplar, no pudo esquivarlo, aquella patada lo golpeo directamente, aquellos brillantes ojos queman de sólo mirarlos, se estrella contra la acera, mientras se pone de pie en un ágil movimiento, antes de que el casquillo posterior de la bota de aquél se estampe contra su tórax y le rompa su parrilla costal derecha, un movimiento rápido intentando tumbar aquel chico alto, sin embargo lo ha esquivado, una pelea equilibrada es llevada a cabo.
Des ha intentado usar la navaja sin embargo, Life fácilmente se ha deshecho de ella; la pelea continua y los números pronto se voltean hacía las aves; sus rostros están tan cerca, a podido doblegar al violento omega con una llave, quedando encima de él; mientras la fragancia que emite le hace hervir la sangre y algo golpea salvajemente en sus pantalones.
—Debías ser un pervertido más... —Murmura ofendido al sentir aquella impertinencia contra su cadera.
Leo se aleja avergonzado, desatando el amarre en el que mantenía cautivo al alto —No, yo...— No dice nada más, apartando la mirada, el sonrojo en su piel morena se hace evidente —Ustedes atacaron primero— su voz suena rasposa por el forcejeo y el remolino de sus propias necesidades, —Sólo, váyanse... vete— No quería caer nuevamente en sus equivocaciones del pasado.
Des al hallarse libre mira a su captor con gracia, fácilmente pudo haber sido sometido en ese lugar, aquel fuerte y ágil alpha lo había dejado libre deliberadamente, una sonrisa cálida impregna su rostro y por un instante aquella criatura refleja a una persona noble, esa que fue alguna vez hace tiempo.
—¿Por qué?—Murmura, mientras mira a sus hombres más debilitados, perder una guerrilla entre bandas y ser un omega, son cosas que no quieres en tu vida, aquella situación lo ponía en un aprieto, —¡Retirada!—Grito, mientras le brindará una última mirada a Life, "un pervertido... muy tímido". Aquél no hizo nada por seguirlos.
Al regresar a la guarida, sus hombres entran a curar sus heridas, mientras es tomado del brazo y jalado a un cuarto.
—¡Estas loco! ¡Eres estúpido acaso! —Grita la pequeña mujer, con los ojos cristalizados— Te dije que era peligroso... ellos ... tu — pronto sus quejidos van perdiendo intensidad y apagándose con el llanto— Eres un gran estúpido Des.
El chico alto no tiene como defenderse, había sido imprudente; sabía porque su pequeña amiga se ponía de esa forma; los omegas viven vidas difíciles, en un mundo lleno de alphas acostumbrados a tomar todo lo que quieran, la vida de un omega es menos que nada para ellos.
—Habrían aplastado mi ego, y jugado con mi cuerpo como quisieran, y posiblemente después de eso hubiera terminado flotando en el rio y encontrado muerto a las orillas del lago de Sant clair.—murmura sin ninguna emoción en su voz, realmente era un idiota—Si, soy un gran estúpido, Emma. —Toma asiento en el sofá de cuero negro, mientras mira el techo—Sin embargo, primero me cortaría el cuello antes que dejar que hagan eso conmigo, traicionaría primero a mis camaradas antes de tener que humillarme a mí mismo; no caeré tan fácilmente otra vez en las manos de un alpha. —mira impasible a la joven morena quien lo escucha atentamente.
Las lagrimas ya no adornan aquel rostro achocolatado, sabía que Des lo decía enserio; ante la amenaza de ser usado como un juguete preferiría cortarse así mismo la garganta. Sin embargo había algo mal...
—Pero... perdimos... ¿No es así?— pregunta la pequeña mujer, mientras Des la observa.
—Sí, pero... Life, nos perdonó—murmura mientras mira hacia otra dirección y un sonrojo se impregna en su rostro.
Era verdad habían perdido y la amnistía había sido un regalo de "Life" recordar su piel canela, y su fuerte agarre le hacía hervir la sangre; Un fuerte calor recorre su piel, puede sentir a su libido encenderse y su cuerpo excitarse. —Imposible — Ha pensado.
"Life" claramente era un alpha, y creyó que nunca más sentiría aquella quemante sensación de ser arrastrado a la locura del placer y deseo; con sus mejillas enrojecidas y los ojos nublados, siente a su cuerpo responder ante el llamado de lo obvio: el celo y el instinto.
—¿Pasa algo ,Des?—Pregunta la mujer, mientras su olfato de beta le hace saber lo que está ocurriendo—Es... no es posible...¿Tú celo?
—¡No lo digas! ¡Maldita sea!— grita el alto, mientras una leve contracción de su cuerpo lo hace doblarse.
—Debemos salir de aquí.—menciona la joven preocupada.
Entre los blights no había alphas; todos creían que Death era un beta muy dotado; ganándose su lugar con esfuerzo y recompensa, nadie nunca había percibido el sutil aroma de omega de él, ya que lo había ocultado. Había forzado su cuerpo hasta los limites, había perdido la cuenta del numero de anticonceptivos e inhibidores del celo que su amigo usaba, habían funcionado demasiado bien, en los últimos años; nadie había notado aquel detalle y en ese momento, todo estaba tan expuesto, era un barrio peligroso y cualquier depredador haría de Aeva... su presa. Tomó al alto e intento ponerlo de pie para salir de aquél lugar, estaba segura de que el auto asegurado de la familia Aeva debería estar estacionado en algún lugar cercano. —Te llevaré a casa, por favor; Des, aguanta.— suplico, encaminándose ambos por las peligrosas avenidas, corriendo el riesgo de encontrarse con algún bandido.
Jadea en breves espasmos, sus ojos ámbar parecen estar fundidos en el insano deseo, intenta acallar los gemidos que quieren salir por su garganta, odiaba el celo; su mente se volvía tan estúpida y su cuerpo tan lujurioso; deseando a un hombre que acababa de conocer, deseando tener a su miembro azotándolo sin piedad... podía sentir a su sexo humedecerse y a su cuerpo desear el roce de otro, sus pezones se sentían tan rígidos y el roce de la tela lo estaba desjuiciando. —Due-duele...Emma—Jadea agotado. —No puedo continuar— carraspea intentando ocultar lo obvio.
Ellos han parado, Des se recarga en la acera y tira su chamarra; el calor es sofocante; sin embargo unos ojos los vigilan en las desoladas calles.
—Es una extraña pareja la que tenemos aquí. —Mencionan unos hombres a las espaldas de Emma, la mirada lujuriosa de ambos se dirigen a una única persona, al omega perdido en su celo...
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Créditos: Avenged Sevenfold A little piece of Heaven.
:) ..... ... ... .... ... ... .... :D
Bonito fin de semana ... sueñen bonito-
atte: Morachan
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