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3. Instinto.



Detroit; Es una gran ciudad de nada, así como la crisis que la llevo a su estado actual, de esa forma se ha ido desmoronando la sociedad actualmente; cuando la disminución de la población humana se hizo evidente, la evolución de nuestros cuerpos también lo hizo, después de los 15,000 millones de habitantes que éramos en los siglos pasados el numero fue en deceso, actualmente la población es escasa pero, se mantiene al alza; en los libros los científicos explican esto como el mecanismo inconsciente de nuestro organismo para repeler o contrarrestar el daño que le hacíamos a la tierra, la sobrepoblación humana fue compensada con la infertilidad en las mujeres, con una creciente tasa de abortos espontáneos y recurrentes, pronto las peligrosas cifras de 15,000 millones de habitantes pasaron a ser "sólo quedamos 1'000 millones de personas en la tierra" a la ONU le parecía increíble lo que estaba sucediendo en aquella época, pero con este deceso tan escrupuloso vino un problema mayor.

Ahora si eran hombres o mujeres, realmente no importaba; remontamos a nuestro cuerpo al sistema más básico, un organismo hecho con el fin de procrear; basado en el mero instinto, así como los animales en los cuales las hembras cumplen un ciclo de ovulación y producen el celo, así ocurrió con todos los seres humanos; ya no eran hombres o mujeres, sus órganos sexuales se habían transformado, creando una especie de hermafroditismo, la apariencia externa se mantenía pero, los funciones eran completamente distintas, la diferenciación sexual ya no ocurría dentro del útero, ya ni siquiera el termino materno estaba siendo ocupado; más de estas nuevas personas empezaron a aparecer; el primer caso, un hombre que había dado a luz; no había sido una mujer transexual; había sido un hombre embarazado de su pareja.

Ante la creciente población y el no poder dar una clasificación certera en las actas de nacimiento, se empezó a estudiar nuevamente los órganos reproductores del ser humano, toda la raza humana tenía un hermafroditismo indiferenciado, ¿Cómo clasificarlos?, por qué como humanos que somos, nos encanta clasificar las cosas, empezaron siendo características sociales, posteriormente psicológicas, y finalmente reproductivas.

Se comenzó a utilizar el alfabeto griego para clasificarlos, unos fueron marcados con Omegas, otros como betas y finalmente alphas.

El 90% de la población gozaba de hermafroditismo indiferenciado, sin características reproductivas "sobresalientes" meramente individuos normales, que podrían juntarse y vivir en pareja, sin embargo no sucedía lo mismo con el 10% restante de los otros humanos, un 5% eran los alphas, seres con tasas de fecundidad más altas a las del resto, órganos sexuales más desarrollados para procrear, poseían una habilidad innata para ser mejores de forma social y psicológicamente superiores, un olfato desarrollado para encontrar un compañero apropiado para la reproducción, humanos que gozaban de lo que en años anteriores se hubiera dicho; liderazgo nato, no era casualidad que la mayoría de los alpha se encontraran en las mejores familias a nivel mundial, sin embargo había una clase marginada, al principio no hubo demasiadas diferencias, el restante 5% un individuo parecido a un beta, socialmente dócil y psicológicamente frágil según los libros; sin embargo, había una razón para su marginación; su aroma y celo, el cual los ponía a la par de cualquier animal, descontrolados por sus deseos de reproducción; una vez que el celo de un omega aparecía se volvía un humano basura, inservible para cualquier tarea que se le diera en esta sociedad.

De este modo el ser humano comenzó una nueva era de discriminación y marginación; nunca antes nos habíamos vuelto tan salvajes e inhumanos; es en este tiempo cuando la frase: "El humano es malo por naturaleza" se vuelve verdad.

Pero, también errar es humano, tal vez se han equivocado, incluso en los animales hay casos anormales; al final siempre hay un excepcional, y Des Aeva no estaba dispuesto a aceptar todo lo que la sociedad marcaba con las orejas agachadas. Era simplemente él, Un humano con limitaciones físicas y hormonales, pero que no dejaría que determinaran quien era en realidad, o lo que debía elegir.

Un cordero perdido que tuvo que salir en contra de todo y todos, para poder ser aceptado; Detroit no era una ciudad fácil, la gigantesca urbe de la antigua era de la auto movilización era demasiado grande para la pequeña población que la albergaba. Los grandes emporios, como lo había sido el de sus padres, se venían abajo cuando se creían lo suficientemente prepotentes como para creer que aquella gran ciudad no los comería; las faltantes en las cuentas de los Aeva cuando él tenía cinco años, los hizo sentirse preocupados, sin embargo las inversiones de su padre en las industrias cafeteras, les dio la oportunidad de no caer en bancarrota, sin embargo esa no era la fuente de sustento en un lugar como Michigan, el cliente más valioso y que esperaban formar un fuerte vinculo, se deshizo de su convenio, y su hijo...

Aquel maldito bastardo que lo había humillado a él y su familia estaba sentado justo frente a él, con su endemoniado cabello color ébano cayendo a un costado pulcramente, con sus hermosos ojos oliva inspeccionando todo, con aquella maldita sonrisa que se llevaba todo, el traje azul marino se ceñía a su cuerpo endemoniadamente, perfecto... era lo que lo rodeaba; No pudo más que apretar sus manos, en intentar que el ceño fruncido no se reflejara en su cara.

—Es un placer tenerlo aquí ¡Sr. Spindler! — Decía con entusiasmo Vanya Vega, aquella mujer de pronunciadas curvas, y ojos amatista; la responsable legal del joven que se encontraba sentado como un bonito adorno a un lado de la gran mesa de reuniones de las empresas "Ardent".—Espero este de acuerdo con el contrato, estamos realmente interesados en sus plantaciones. —Mencionaba aquella mujer, que sabía perfectamente que aquel niño a su lado, era un lobo con piel de oveja, yendo con la bandera de tonto a todos lados. Fácilmente podría córtale la cabeza si algo salía mal en ese acuerdo.

No recordaba cuando el joven de piel nívea se había vuelto tan astuto, pero seguramente era por las piedras que le había puesto la vida, había tenido una adolescencia difícil; cuando cumplió quince años sus padres habían fallecido en un lamentable accidente de avión y ella como prima hermana de su padre se había vuelto su tutora por concesión de su padre, nadie dejaría que un Omega tuviera tanto poder en sus torpes manos, las leyes de la sociedad eran claras, cuando un omega tenía potenciales cantidades de dinero en sus manos, estas debían ser dirigidas por su cónyuge, y si aquél era demasiado joven, debían ser aprobadas por unanimidad por el omega y posteriormente por el primer familiar alpha de la familia.

En un principio se sintió afortunada, creía tener la ventaja ella sabía el secreto de Des, aquél que ocultaba tras ese estúpido collar negro, la marca que Ostentaba el joven en su cuello, la cual le imposibilitaría de atraer o conseguir a alguien a su lado, no sabía quién era el causante de aquella, pero era feliz, eso la mantenía en un posición favorable, pensó en algún tiempo que podía usar al joven omega para conseguir cualquier cosa que quisiese sin embargo, aquél rápidamente le hizo saber su posición, todos sus movimientos eran estudiados y obstaculizados por aquellos peligrosos ojos ámbar, cualquier artimaña que hubiese ideado para robarle su dinero había fracasado, ella era la que estaba siendo utilizada y le fastidiaba.

¿Cuándo se había visto, un omega utilizando a un Alpha como peón? No pudo mantenerse quieta, quiso gritar a los cuatro vientos el infortunio de Aeva, sin embargo aquél le dejó en claro: "Si caigo, lo harás conmigo" ella mantenía su posición mientras él no estuviera comprometido, sin embargo no podía evitarlo, quería fastidiarlo; Fue ahí cuando las citas arregladas, y los intentos de Vanya por presentarlo a grandes empresarios comenzó, él nunca aceptaría, por una única razón: No podía. Disfrutaba inmensamente de aquello. Sabía que Des tenía el poder para deshacerse de ella, pero por el pequeño secreto que compartían y al ser ella su única atadura para mantener su patrimonio sabía que no lo haría.

—Es un placer hacer negocios con ustedes Sra. Vega. —Mencionó el moreno, con una sonrisa de satisfacción mientras estrechaba su mano y su mirada se dirigía a la esbelta figura que estaba sentada detrás de la mujer, aquél joven de ojos ámbar y cabello pulcramente acomodado, casi como el saco que portaba de su universidad.

—¡Oh, como pude olvidarlo!—Murmuro con un falso tono en su voz —Deje presentarle al hijo de mi hermano, Heredero de las empresas Aeva, Des— Vanya sonrió con malicia mientras volteaba a ver al joven a su espalda, Leo Spindler era un gran candidato, y a pesar de ello a los ojos de Vanya, inalcanzable para Des.

La fascies de Aeva se torcieron en una extraña expresión entre incredulidad y desapruebo, quería ahorcar a Vega en ese momento, tal vez podría romperle una pierna, nadie lamentaría eso... No, no podía, quien se haría cargo de los tratados entonces con la familia Zerban, se levanto con desgano intentando ocultar el disgusto de aquel encuentro.

—Mucho gusto, Sr. Spindler. —Extendió su mano en saludo mientras le brindaba una falsa sonrisa.

—El gusto es mío— Susurró Spindler mientras jalaba de su mano y depositaba un beso en la pálida mejilla, que pronto adquirió aquél rubor adorable que se mantenía presente en sus más viejos recuerdos.

La electricidad que lo recorrió era irreal, no sabía porque su cuerpo lo saboteaba de aquella manera, ¿Tan fácil era? Empuño su mano y sin pensarlo más tiempo, le dio una sonora cachetada al moreno, quien volteo el rostro y sobó con su mano su quijada. —No tomes lo que no te he ofrecido— Murmuro el menor.

El estruendo hizo a todos los presentes voltear a verlos; Era una suerte que no fuera una junta con varios inversionistas, sólo estaban los abogados de ambos lados, sin embargo el silencio se hizo evidente y Des pronto reacciono de su acto imprudente. —Tenias un mosquito — Dijo con fingida inocencia mientras sonreía, y se preparaba para salir de aquél lugar.

—¡Vaya forma de matarlos!— Comentó el moreno con entusiasmo—Si con ese ímpetu haces negocios, espero verte en la próxima negociación, Des. —Menciono aquello sugerentemente.

El alto no dio vuelta atrás, y antes de salir por la puerta principal asomó su mano con el dedo de en medio erguido, saliendo por la puerta principal con el aire galante que siempre lo impregnaba, ninguno de los presentes dijo algo, Leo sólo rió sincero, mientras retomaba su posición en la sala, mientras sobaba su quijada con una sonrisa. No había sido tan malo el primer encuentro.

Des salió murmurando y maldiciendo un sinfín de cosas hacía Leo, se sentía abatido, Quien diría que la marca " las Alas del Aguila" le perteneciera a Spindler, Era horrible, los creyó en ruina y a aquél, en algún lugar lejano del globo terráqueo, pateo con furia una lata; intento desdoblar su ceño fruncido con su índice; una mala organización de cuentas, Se sentía como un anciano, entre tener que aparentar, controlar a Vanya, dirigir los negocios, y su pandilla...

—Tal vez, es hora de algo de acción nocturna—Una extraña sonrisa se albergo en su rostro.

Había organizado a sus hombres, Emma lo miraba con desapruebo, no había necesidad de intentar controlar el este de Detroit, ellos eran dueños de todo el centro y sur, sabía perfectamente por que lo hacía Des, quería desquitarse por algo; Sin embargo, ella sentía miedo, era ampliamente sabido que las "Aves" no eran precisamente pacíficos, eran menos agresivos que ellos pero, sin duda alguna más preparados.

—Des, estás seguro, ¡Nadie nunca les ha ganado!—Murmuraba la pequeña mujer siguiendo a su jefe, el cual se había quitado su collar y suplantado con otro, mientras se colocaba sus botas negras de casquillo, y su chaqueta de cuero.

—Ya es hora de que alguien lo haga, ¿No crees, Emma?—Comentó el aludido, mientras sacaba el palo de hockey, y ocultaba una navaja en su cinturón. El único momento donde se sentía completamente pleno y libre, era al acelerar sin precaución su motocicleta, era en las guerrillas de territorio en la cual no importaba la edad, el género, el dinero... peleando todos por sobrevivir, sintiendo a la adrenalina recorrerlos, el sudor impregnar su piel, y las ideas de conquista brotar en su mente. —Le daré una lección a "Life"... Detroit es mía. —Sonrió.

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Créditos:  Pink What about Us.

"¿Qué hay de nosotros?
¿Qué hay de todas las veces que dijiste
que tenías las respuestas?
¿Qué hay de nosotros?
¿Qué hay de todos los "felices por siempre" rotos?
¿Qué hay de nosotros?
¿Qué hay de todos los planes
que acabaron en desastre?
¿Qué hay del amor?
¿Qué hay de la confianza?
¿Qué hay de nosotros?"

N.A :Morachan reportandose despues de algun tiempo, continuando con este extraño drama juvenil, cliche, violento pero hecho con muchisimo amor.

Espero esten teniendo un hermoso fin de semana, y sin más que decir, esperen la confrentación entras las aves y los blights :)

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