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12. Acuerdo.

Disclaimer: AMOLAD pertenece a TheSnipster.


Aquel apasionado beso termino, los labios hinchados de ambos los hacían cómplices de su travesura, Des miró a Leo directamente a los ojos, parpadeo varias veces, sin saber que decir o hacer, sólo pudo colocar una escuálida sonrisa en sus labios y empezar a reír torpemente. Estaba hecho, Tedd Zerban ya no existía, Life se había deshecho de el mayor, y... ¿Quién se desharía de Leo? ¿Él? Si ya había demostrado que ni encargarse de un vejestorio podía, las risas se apagaron y pequeñas lágrimas empezaron a escurrir por sus orbes doradas. Debía pensar y planear, porque en ese preciso momento se sentía a punto de caer, tan ridículamente expuesto, que un movimiento en falso y se podría colar alguien en las grietas de la máscara de: Death.

No espero volver a ver a Zerban, los recuerdos venían y se iban cual las olas de la costa, puesto que en su mar de emociones enterradas, esas que lo hacían sentir usado, sucio y torpe, eran las que menos quería en ese momento y aun así, seguían viniendo, barriendo la arena.

La inocencia perdida cuando el viejo vagaba por su cuerpo, sin importarle el dolor que se acumulaba en su entrañas, que todo estaría bien porque se amaban, que no le importaba la marca en su cuello, que lo quería por quien era...que tener sucesores no le importaba, que lo cuidaría... ¡Vaya montón de mentiras!

—Te dolerá sólo un poco—Le hablaba con calma mientras acariciaba sus hombros, —Todo estará bien—Lo tenía recostado en su regazo, acariciando sus muslos, sus piernas, adentrándose entre sus suaves glúteos. Sin embargo todo en Des quemaba, cada caricia era como si le escocieran la piel, estaba seguro de que quería hacerlo, o eso pensaba en ese tiempo que lo engaño.

No obstante la marca de su cuello le recordaba que tenía un dueño, uno que no deseaba saber de él, que odiaba desde el fondo de su corazón, y cuya huella se llevaría el mayor cuando estuvieran juntos... Sin embargo Zerban no continúo su intento por tomarlo, y retrocedió, tal vez fueron los espasmos de su cuerpo, o lo débil y miserable que se veía, aunque eso no lo hubiera detenido, no. Era el hedor que desprendía el cuello de Des que lo llenaba de miedo, y repulsión, el presagio seguro de que aunque no estuviese ahí, acabarían con él. Sin duda alguna eran las feromonas más fuertes que alguna vez hubiese olfateado el mayor. Simplemente Tedd no pudo continuar, huyendo del encuentro y apareciendo días después en esa cena con su padre, en la cual él descubrió todo.

Si que era estúpido, muy estúpido, pero no se volverían a reír de él así, porque no les daría oportunidad, ese ámbito estaba estancado y lo prefería así.

Haría crecer a la marca Ardent hasta el máximo de la economía mundial, nadie cuestionaría quien era o que hacía, porque sería tan fuerte, con tanto poder que... la máscara que portaba se haría real.

Des salió de su flujo extraño de pensamientos al sentir como Leo tomaba su mano, sin poder evitar que vacilaran sus acciones y su cuerpo se estremeciera, el moreno llevo su otra mano a la mejilla del alto y la acaricio, borrando las lagrimillas que escapaban por sus ojos.

Debía recuperarse:

"Él no era Des.

Él era Death.

No confiaba en nadie.

Y nadie hacía algo por nada."

¿Qué significa querer lo que todos los demás? Recordó las palabras que le dijo a Emma: "Dinero, posición y un lindo omega a tus pies". Todos aspiraban a poseerlo y hasta donde sabía su cuerpo por lo menos, ya era de Leo ¿Qué más podía quitarle? Él había prometido algo...

Rió con más fuerza—¿Cuándo quieres tu boda?—Le sonrió de manera extraña y los ojos brillosos. Era tiempo de continuar.

Leo lo miro incrédulo y estupefacto, sin creer la pregunta que había formulado Des. Al fin el alto debería estar sanando las heridas del pasado, o eso pensaba el moreno. "Muerto el perro se acaba la rabia" Sin Zerban ahí, ahora sólo le quedaba a él retomar su lugar de la manera correcta. —No tenemos prisa. —Le brindo una ligera y comprensiva sonrisa. —Debes estar cansado, te llevaré a casa.— comento, El tiempo sanaría las equivocaciones del pasado.

Des sólo sonrió y afirmo con su cabeza. —Casi no le queda combustible.—murmuro señalando a su motocicleta. Leo se acerco mientras descargaba de su tanque al contrario. Des realizó una llamada.

Al terminar los dos partieron de ese lugar, bajo la vigía de una aguda mirada, la cual no perdía de vista los acontecimientos de esa noche, enlazando los hilos sueltos, haciendo que la telaraña tuviera más consistencia. Sheppard no lo entendía del todo, pero Des estaba usando a Leo, aunque un Omega no podría hacerle nada a su líder aunque quisiera, tal vez... No, eso no pasaría.

A diferencia de Leo, él si había investigado a Zerban y la relación del mismo con los Aeva, las deudas mal sanadas, los acuerdos turbios de Nick, y sobre todo la mentira a la sociedad de que Aeva era un Omega libre. La treta sucia de los Aeva para escalar otra vez a la riqueza, y como todo fue orquestado por la tía del menor, la cual al haber investigado a fondo, sólo era una alfa bonita, con una inteligencia cuestionable. Quien había regulado cada paso, presentación y tratado, había sido aquél chico alto, al cual él sin la autorización de su Alfa, lo mantendría vigilado.

Aceleraron por la autopista, con el viento silbando y las luces de la ciudad parpadeando lejanas en pequeños puntos blancos, que le recordaban a las estrellas. Su corazón latía agitado y su piel se hallaba fría por la brisa que la golpeaba, y aun así él no sentía nada por dentro, sobrepasado por todas sus emociones; cuando estás en el ojo del huracán, sólo puedes observar desde dentro: El desastre.

Leo, miro al alto y se sintió tirado a ese huracán de emociones que descansaba dentro de él, eso era por lo cual lo quería, y el porqué sentía que Des era su bálsamo, su hogar. Lo llevaba del cielo al infierno en instantes, tironeando en sus pensamientos, si eso no era amor, no sabía que era.

—Leo, ¿Puedo dormir en tu lugar?—Escucho la suave voz hablarle a través de los comunicadores de los cascos, el moreno respondió que sí.

Cuando llegaron al departamento, Des pudo ver los pequeños objetos acomodados, una pequeña pieza de que realmente alguien vivía en ese lugar, —Mejoraste un poco la decoración—Habló el alto cuando entro.

—Se me había olvidado desempacar la vez anterior—Contesto.

Siguieron con aquella charla trivial que no conducía a ningún lado, rieron entre ellos y al final Leo le ofreció su lecho a Des, él pasaría la noche en el sofá.

Cuando el moreno dirigió sus pasos a la puerta, los largos brazos de Des lo detuvieron, envolviéndolo y dirigiéndolo a su dirección, —No te vayas, quédate a mi lado.—Sentenció.

Des sintió el cálido cuerpo de Leo tomar lugar junto a él, su aroma y su calor le daban una falsa sensación de tranquilidad a su cuerpo, y un repiqueo agudo a su subconsciente, el peso del cuerpo junto a él lo atraía como un magneto gigante, como el mar que te empuja a Mar abierto y te abandona en lo desconocido de una costa.

Leo dirigió su rostro a su dirección, encontrándose de frente con la mirada dorada de Des.

Sabía que no estaba en celo, y no lo estaría hasta dentro de unos cuantos meses o tal vez años, pero era algo que se tenía que hacer. Sonrió suavemente, mientras su corazón galopeaba de forma desenfrenada, sus manos temblaban, acerco a Leo hacía él, y tomo otro beso de esos labios, haciéndole cosquillar a los propios, no había vuelta atrás necesitaba amarrar al moreno así mismo, era solo un ridículamente grande consolador. Trago saliva y lo empezó a desvestir mientras se posicionaba por encima de Leo. No sabía porque se sentía tan intranquilo, con el alma aullando, y la conciencia gritando, pero él no iba a perder.

—Está bien, Te necesito. —Susurro con las mejillas sonrojadas y los labios húmedos, mientras el moreno se dejaba guiar por el alto.

Leo no entendía que debía hacer, ¿Rechazarlo? No era una opción, el objeto de sus delirios, fantasías y sueños estaba sobre sí mismo, seduciéndolo con esos enormes ojos dorados y esa tersa piel, sus finos dedos detallaban su piel, y sus rosados labios se apoderaban en ligeros movimientos de él. Así Leo también tomo parte de ese acto.

Las manos del moreno se sentían placenteras, sus besos calientes acunaban a su corazón, eran almas enlazadas por fuerza y no amor, no lo quería, no lo amaba, no lo apreciaba, pero era un acuerdo de negocios, y negociaría con su cuerpo si la propuesta era la adecuada y la ganancia máxima.

Su cuerpo se acoplo al del contrarió, mientras escuchaba al mayor susurrar que lo amaba, que lo quería que no lo dejaría.

Sonrío —"Ahórrate tus mentiras" —Pensó, mientras continuaba jadeando complacido.

Sintió como Leo tomaba su cuerpo aferrándose profundamente dentro de él, el clímax llego y como lo esperado lo disfrutó. Sus piernas temblaron, y su entrada se contrajo con dolor cuando el moreno salió, no habría un nudo, no era la ocasión. Sintió el cuerpo pesado y caliente del mayor tomar posición a su lado. Sus ojos se cerraron pesados, era un tiro al cielo, sólo esperaba que la bala no cayera sobre su cabeza.

A la mañana siguiente, se despertó entumecido, el mayor se había ocupado de limpiar su cuerpo y cubrirlo con la pijama de la vez pasada, cuando estuvo más despierto se percato del vacío al lado de la cama, se coloco los pantalones y salió.

Escuchó el televisor prendido y dirigió sus pasos a la sala, miró de reojo al mayor sentado en el sofá, viendo las noticias pensativo. Como lo había previsto la prensa lleno de avisos la búsqueda de Zerban, su hijo brindando testimonio de su desaparición y el que nadie había pedido rescate por el mayor. Una sonrisa maliciosa cubrió su rostro al ver la agonía de la familia Zerban, le pareció extraño que no habían mencionado el atraco por las aves, aunque no importaba, no podía disfrutar aquello, debía montar un acto más.

—¡Debo ir a casa!—Menciono alarmado, poniendo en su rostro su mejor faceta de preocupación.

El moreno al escucharlo apago el televisor y fue a su lado. —Tranquilo —Le dijo tomándolo entre sus fuertes brazos al sentir la exaltación del alto.

—¿Qué hora es? ¡Oh, cielos es tan tarde! —Continuo hablando... — ¡Vanya, debe estar en casa!—comentó preocupado, esperando la oferta de Leo por llevarlo a casa.

—Te llevó—Hablo el moreno. Mientras tomaba una sudadera y escoltaba al menor a la entrada del complejo. Se dispuso a abrir la puerta, y salió junto con Des. Un obturador lejano se escucho y el día transcurrió tranquilo, Leo dejo a Des en su residencia, pero al llegar la noche una noticia opaco a las otras, junto con una fotografía.

El cuello revelado de Aeva, la marca visible y las especulaciones de la prensa no se hicieron esperar. Pronto circularon por todos los medios, opacando la desaparición de Zerban, pronto la noticia que el heredero de la familia Aeva tenía pareja, inundaron los diarios, el escándalo era enorme, las especulaciones exageradas y descabelladas, pero algo era claro en cada noticia, Des Aeva era la víctima y Leo Spindler el culpable.

Los partidarios de los Omegas negándose a ese trato al joven, exigiendo explicaciones de Spindler, Los defensores de los Alfas argumentando que de seguro era un acto consensual y la culpa era la perdida de toma de supresores si había sido por el celo. Todos debatiendo acerca de sus vidas y decisiones, reclamando por respuestas.

Des rió en su dormitorio divertido de las noticias que aparecían cada segundo, esperando a que Leo apareciera en su residencia para en clarecer el asunto, desde su punto de vista, o podía salir muy bien o dirigirlo a la completa ruina, sin embargo la diversión nadie se la quitaría; Se entretuvo viendo los videos en los cuales acosaban al moreno al salir de su casa, no había pasado ni un día, era como pólvora y fuego, las preguntas incriminatorias acerca del lazo, de la con sensualidad de los actos llevados y demás. Se moría por ver el rostro de Vanya cuando viera esas noticias.

Emma toco la puerta y le dijo que tenía la visita que esperaba, Des paso a su lado mientras veía como la morena agachaba la mirada incomoda. — ¿Culpable? —Susurro el alto al pasar a su lado.

La morena alzo la mirada topándose con el dorado de sus ojos— ¿Estás seguro, Des?— pregunto con miedo.

Él le sonrió ladino —Aunque no lo estuviera ¿No crees que es muy tarde?

Dejo a Lovelance mientras caminaba por el largo pasillo, al llegar a las escaleras visualizo a Leo caminando en círculos nervioso, cuando su mirada verde se alzo y lo miró corrió a su dirección.

—Lo siento, Lo siento, no yo... ¡No hice esto!—Justifico—, No sé cómo llegaron a mi departamento. —Hablaba rápidamente, entre cortado. Podía sentir el pánico de Leo al creer que con lo pasado lo perdería. Que tonto, porque nunca fue suyo, ni lo sería pero él sí que le pertenecía. Balanceándose suavemente entre sus dedos. —Lo solucionare, —Rescató entre sus balbuceos—Sheppard se está haciendo cargo de la prensa. Te dije que te daría tu tiempo y lo haré, pero...Samuel dice que podemos solucionarlo con el....

—Compromiso.—Lo interrumpió tranquilamente. — Lo sé.—Contestó, mientras lo miraba con ojos conciliadores. —¿Deberíamos hacer una fiesta?—Sonrió.

—¿Una fiesta?—Pregunto con confusión.

—Un acuerdo de bodas, —Propuso—para calmar a sus bocas maliciosas y cotilleos calumniosos.—Des observó como Leo aun no comprendía lo que decía— Así nuestro compromiso se celebrará cuando sea apropiado, y las repercusiones hacía ti pararan, sólo tenemos que complacer a los partidarios...

—Hacer que estén satisfechos, ¡Algo que no se haya hecho!—Propuso feliz—pero ¿Qué?

—Bienes mancomunados.


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Créditos: True Love is Violent Allie X

"La superficie del agua es serena, pero ¿Qué hay en el fondo? la corriente hambrienta te jala hacía desde tus pies y no te dejará ir"

N.A:

Buenas noches tengan todos.

Reportándose después de un largo tiempo, actualizando de este fic: cliché, violento pero hecho con mucho amor.

Espero sus dudas empiecen a despejarse un poco, dudas, comentarios, palizas, jitomatazos, piedrazos, todo es bien recibido.

Creo que las razones de Des son bastante claras, pero ¿Qué hay de las de Leo? No encontré ninguna canción que me satisficiera al 100% para este capitulo, así que puse la que ocupe para escribir una parte, había varias, pero serán para los siguientes capítulos porque en este momento no concordarían.

Sin más que agregar, sólo que esto se pondrá mal,  se despide: "Morachan"



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