24.
HEESEUNG.
—Tienes una llamada por la línea dos, Heeseung. Es tu hermana—me anuncia Dojin, mi nuevo asistente, por el interfono.
Suspiro y me froto el puente de la nariz. Llevo tanto tiempo mirando este guion que las palabras han empezado a desdibujarse, así que probablemente sea mejor que me tome un descanso.
—Hola, Yoon—digo, descolgando el teléfono con cable del auricular—. ¿Qué pasa?
—¿Desde cuándo tengo que pasar por un asistente para hablar con mi hermano?
Sonrío ante su exagerada indignación.—Desde que mi agente me dejó tirado en un arrebato, y tener un amortiguador humano entre mi persona y los medios de comunicación es la única manera de que pueda hacer algo de trabajo. Dojin vigila mi móvil en caso de emergencia. Y, para que sepas, te envié un mensaje con el número de mi línea directa hace una semana, pero nunca respondiste. Tal vez seas tú la que necesita un servicio de respuesta.
—Wow, estoy impresionada...—dice con un chasquido de lengua—. Mi hermanito es todo un adulto que establece límites profesionales. ¿Sería nepotismo si le pidiera que leyera un guión para un amigo mío, Sr. Lee?
—Sería la definición misma de nepotismo—me recuesto en mi silla—. Pero es mi empresa, así que puedo hacer lo que quiera.
—Estoy muy orgullosa de ti, Heeseung—dice ella, poniéndose seria—. Es sorprendente ver lo que has construido en tan poco tiempo y después de todo lo que has pasado.
—Soy un actor que ha convertido su estatus en la lista A en una carrera autocomplaciente en la dirección—murmuro—. Es predecible, sí, tal vez incluso inevitable, pero yo no lo llamaría ‘sorprendente’.
—Oh, vamos. No es así—insiste—. Justo el otro día un paciente, que ni siquiera sabe que somos hermanos, me habló de una película que tu estudio acaba de estrenar. Dijo que era la primera vez que veía a otro hombre trans en la pantalla que no era representado como un caso trágico. Lo que tú haces es realmente importante, Hee.
—Eso espero—suspiro—. Se siente importante para mí, al menos. Como si realmente estuviera haciendo algo con mi tiempo que importa. Eso, y que es una buena distracción.
Mi hermana permanece en silencio el tiempo suficiente como para que me pregunte si su teléfono móvil ha perdido la llamada. Si hay algo que puedo decir de los sistemas más antiguos, es que son mucho mejores como teléfonos.
—¿Cómo te va con la memoria?
—Las cosas siguen volviendo en pedazos, pero todavía me siento como un cristal roto que se está recomponiendo. Las piezas más grandes están encajando en su sitio -cosas como nuestros veranos en la casa de la playa, y mi mudanza a Seúl-, pero todavía faltan un montón de pequeños fragmentos.
—Es normal—dice suavemente—. Lo raro es que las cosas vuelvan de golpe, como en las películas. Tú sólo concéntrate en las cosas que sí recuerdas y en los nuevos recuerdos que estás creando ahora, y el resto volverá cuando tenga que hacerlo.
—Lo que me molesta ya no es lo que falta de mi pasado...—admito. Por mucho que crea en la compañía que mi agente y casi todo el mundo, aparte de Yoon y Jungwon, me dijeron que era una idea terrible, y a pesar del hecho de que en algunos aspectos me siento más como una persona completa de lo que me sentía incluso antes del rodaje, todavía hay una parte de mí -quizás la única parte que realmente importa- que dejé atrás en Geumcheon.
—Sé que lo amas, Heeseung—dice ella suavemente—. No suenes como si te hubieras rendido. No sabes lo que te depara el futuro.
—Sé que Jake no está en él—murmuro—. Le mentí, Yoon. Él era la única persona, además de ti, con la que ha sido seguro abrirse, y no confié en que me aceptara por lo que soy. Ni siquiera le he dado la oportunidad—suspiro—. Y ahora se ha ido.
—Llámalo. Han pasado seis meses. Muchas cosas pueden cambiar en ese tiempo.
—No cuando la jodiste tanto como yo—murmuro—. Sin embargo, tienes razón en una cosa.
—¿En qué?
—Las cosas cambian. El aniversario de la muerte de Sunoo no está muy lejos, y he estado pensando mucho en ello.
—¿Lo has hecho?—Es imposible pasar por alto el tono de preocupación en su voz. Probablemente sólo he abordado el tema de mi ex novio fallecido en dos ocasiones, y ésta es una de ellas.
—Tenías razón en que su muerte no era culpa mía—empiezo—. Jungwon me dijo lo mismo, pero oírlo y sentirlo son dos cosas diferentes. Sé que lo arruiné todo con Sunoo. Fui un idiota egoísta y él se merecía algo mucho mejor de lo que le di, pero al final, los dos éramos dos niños heridos que descargaron su dolor y su egoísmo en el otro. Me alegro de haberte tenido a ti, alguien que me mantuviera con los pies en la tierra y me tomara de la mano para guiarme a través del dolor, porque ese podría haber sido yo.
Yoon vuelve a callar y, cuando por fin habla, su voz es tensa.—Nos tenemos el uno al otro, Heeseung. Siempre lo hemos hecho. Sólo estabas navegando por las cosas de la mejor manera que sabías entonces.
—Si pudiera volver el tiempo atrás, me aseguraría de que recibiera la ayuda que necesitaba, pero sé que eso es imposible. La vida no funciona así, no hay vuelta atrás, y no puedes decidir cómo termina. Quizá por eso hago lo que hago ahora. No pude darle a Sunoo el final de cuento de hadas que él se merecía, y arruiné mi oportunidad de tener mi propia pareja verdadera. Pero en mi mundo, el que estoy construyendo con mi compañía, puedo asegurarme de que todos los demás tengan sus finales felices.
—Como he dicho, nunca se sabe lo que depara el futuro—dice nuevamente—. ¿Quién sabe? Quizá te conmueva tanto el guion de mi amigo, que termines enamorándote y encontrando tu propio final de cuento de hadas.
—Lo dudo—resoplo—. Dile a tu amigo que puede enviarlo. Le echaré un vistazo cuando tenga tiempo.
—En realidad, ya lo ha enviado—dice Yoon con ese tono dulce y almibarado que siempre utiliza cuando quiere algo—. ¿Podrías echarle un vistazo y decirme si es bueno? Por favor, es muy importante para él.
—Por el amor de Dios...—gimoteo, mirando la pila de guiones que Dojin ha dejado en mi mesa esta mañana, y empiezo a clasificar los gruesos sobres amarillos—. ¿Cómo se llama?
—J. Lsmin.
Frunzo el ceño.—Es un nombre un poco raro.
Efectivamente, su guion está en medio de la pila, pero es mucho más fino que el resto. Aprieto el cierre metálico con una mano y deslizo el contenido hacia fuera.
—Sólo hay unas pocas páginas aquí.
—No tardarás mucho en leerlo, entonces.
Suspiro con fuerza y miro la portada.
—¿Broken? Bien, J, veamos si eres el próximo Mel Brooks...
—Lo dejaré con ello, señor director—dice Yoon—. Avísame si se convierte en una película importante.
Resoplo, colgando el teléfono. Entonces paso la página y bebo un sorbo de café, preparándome para lo peor. Los últimos cinco guiones que he leído han dejado mucho que desear.
Empiezo a leer en voz alta, ya que es la única forma de evitar que mi atención se desvíe la mayor parte del tiempo: "Broken es un romance contemporáneo ambientado en la ciudad de Busan y en la brumosa ciudad lacustre de Seúl. La historia sigue a Jang Hyun, un actor superficial que se encuentra sumido en las profundidades de la desesperación en la cima de su carrera...
Pongo los ojos en blanco y bebo otro trago de café.
Lo siento, Yoon, parece que tu amigo no va a ir a Hollywood pronto.
Es tan malo que casi me veo obligado a seguir leyendo.
—En un trágico giro del destino, Hyun desarrolla un inusual caso de amnesia y busca refugio en los brazos de la única persona que él cree que le entenderá. Convencido de que es realmente...—Me detengo y leo la última línea un par de veces para asegurarme de que no es un fallo extraño. Las palabras son obstinadamente persistentes—. Convencido de que es realmente Noah, un personaje de una de sus primeras obras, Hyun sólo quiere encontrar aceptación.
Un fan desesperadamente torpe pero eternamente leal, Kang Jaemin, es la única otra persona para la que Noah se siente tan real como Hyun...
Me tiemblan tanto las manos al pasar la página que casi la arranco.
—A medida que ambos hombres se acercan, el actor comete el dulce -pero equivocado- error de intentar solucionar los problemas de su fan comprándolos.
Por supuesto, siendo el imbécil cabezón que es, Jaemin interpreta esto de la peor manera posible y decide alejar a Hyun de su vida. Ni siquiera tiene tiempo de disculparse por haber sido tan imbécil cuando descubre la verdad sobre el actor a través de su ex amante despechado.
Kang se siente herido y traicionado, pero no por las razones que Jang Hyun cree...
»—Después de tomarse un tiempo para pensar en todo lo ocurrido, Jaemin llega a la conclusión de que quizá Noah no sea del todo real, pero tampoco lo es la versión de Hyun que el resto del mundo ve. Lo que Jang Hyun no sabe es que Jaemin puede haberse relacionado con Noah, a veces hasta el punto de la obsesión, pero es de Hyun de quien se enamoró. El verdadero Jang Hyun, el hombre que hay debajo de la máscara. El hombre que quizás ni el propio Hyun reconoce del todo...
»—En lugar de ser comprensivo y ayudar al hombre que ama en el momento más confuso de su vida, Jaemin huyó como un cobarde y se ha sentido arrepentido desde entonces. Un regalo inesperado de Hyun le hace darse cuenta de su error... pero ¿será demasiado tarde para arreglar las cosas entre ellos?
—No...—murmuro, pasando desesperadamente la página. Sólo quedan unas pocas líneas, pero es difícil leer a través de la humedad que nubla mi vista.
—Sólo el destino dirá si Hyun y Jaemin tienen una oportunidad de ser felices para siempre—continúa, dejándome pendiente de cada una de las palabras como nunca antes—. El día 3 de diciembre a las seis de la tarde, Kang Jaemin estará esperando en el muelle donde se dio cuenta por primera vez de lo mucho que significaba Hyun para él.
Si el actor aparece, Kang sabrá que pueden dejar atrás el pasado y que no es demasiado tarde para construir una vida juntos. La de la pequeña cabaña en el bosque y los niños jugando en el lago en verano. Si no es así, esta será la última carta que Hyun recibirá de Jaemin.
Sea cual sea el final de esta historia, Jaemin siempre apreciará la forma en que todo comenzó.
Continuará..."
Me pongo en pie y miro el reloj. Hoy es día 3, y ya es un poco más de mediodía. Por un momento, me planteo si debería reservar un vuelo o conducir, pero hay demasiado en juego como para arriesgarme a que el vuelo se retrase.
Me pongo la chaqueta, cojo las llaves y salgo de la oficina.
—Cancela todo lo que tengo en mi agenda esta noche—le digo a mi asistente mientras cojo una bufanda del gancho junto a la puerta—. Por favor.
—Vale, pero ¿dónde está el fuego?—Dojin me pregunta, parpadeando desde su escritorio en el vestíbulo de la pequeña oficina que alquilé en la ciudad.
El camino hasta el estacionamiento es un borrón, al igual que los primeros kilómetros fuera de la ciudad. Compruebo el reloj cada pocos minutos con precisión, y lo único que me impide llegar a la costa con pies de plomo es el recuerdo de que hacer que me detengan me va a mantener alejado de él por aún más tiempo. No puedo dejar que eso suceda.
Necesito saber cómo acaba esta historia.
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