20.
HEESEUNG.
—¿Cómo te sientes hoy?
—Como si estuviera teniendo un déjà vu, pero bien—digo, recostándome en la silla de felpa del despacho de Jungwon. Si diseñó su despacho con la esperanza de adormecer a sus pacientes con una falsa sensación de comodidad y seguridad, entonces lo hizo muy bien—. Me preguntas eso cada vez que vengo aquí.
Me dedica una sonrisa paciente.—Es una pregunta bastante acertada, ¿no crees? Teniendo en cuenta todo el caos en las noticias...
—¿Te refieres a que mi insignificante ex-novio ha sacado a la luz mi enfermedad mental para que todo el mundo pueda especular sobre lo loco que estoy realmente?—me encojo de hombros—. No, no es gran cosa.
—Ok, probemos con una pregunta diferente entonces: ¿Estoy hablando con Heeseung o con Ethan?
Me acobardo
—Heeseung. Sé que mi nombre es Heeseung.
—Eso no es lo que he preguntado—dice con calma—. ¿Cómo quién te sientes hoy?
—No lo sé—admito—. ¿Ninguno de los dos? ¿Ambos? ¿Esa es una respuesta aceptable?
—No hay respuestas inaceptables, Heeseung ¿Te importa si te llamo Heeseung?
—Claro.
Jungwon me observa por un momento, golpeando el borde de su bolígrafo contra su labio.—Pareces diferente.
—Esa es la idea, ¿no? Cuando mis recuerdos se filtren de nuevo, me convertiré en mi antiguo yo.
—No pareces muy contento con eso.
—¿Debería estarlo?
—Depende. ¿Te sientes a gusto con tu antiguo yo, Heeseung? ¿Tu verdadero yo?
—Ah, aquí vamos...—cruzo una pierna sobre la otra—. La charla del psiquiatra. Me preguntaba cuándo llegaría.
Jungwon sonríe plácidamente.—Tengo que poner en práctica mi título de alguna manera. Tú sólo sígueme la corriente.
—¿Me gusto a mí mismo? No. No me gusto—admito—. Si quieres escribir un guión para eso, adelante.
—La medicación que estás tomando es para controlar tus síntomas disociativos, no para suprimir lo que sientes. Aunque los dos estén conectados, cada problema merece ser tratado por separado. Por eso estoy aquí, Heeseung. Los sentimientos son sólo la mitad de la ecuación—dice calmadamente—. Dicho esto, mi siguiente pregunta sería: ¿por qué no te gustas a ti mismo?
Me encojo de hombros.
—Debes tener una explicación para ello—Jungwon reflexiona—. Me has dado muchas razones por las que no te gustan tus padres y tu agente.
—Eso es diferente.
—¿Por qué?
—No sé, ¿porque están fuera de mí? Es fácil averiguar por qué no te gusta alguien que siempre está recibiendo mierda de ti sin dar nunca nada a cambio, o alguien que habla sin parar—respondo—. Pero es mucho más difícil averiguar por qué no te gusta el tipo con el que compartes la cabeza.
—Intentemos con un enfoque diferente, entonces. ¿Por qué te gusta Ethan?
Parpadeo.—¿Qué?
—Después de que te dispararan, podrías haber despertado como cualquier otra persona—dice—. Tú mismo, tus otros personajes... ¿Qué es lo que tenía Ethan que te hizo adoptar su personalidad?
—No lo sé—digo, sintiéndome repentinamente nervioso—. No fue una elección consciente.
—Debe haber algunas cualidades que admiras en él, Heeseung—insiste—. Algo que has sentido cuando estabas en su papel hace años.
Hago una pausa para considerarlo, ya que parece la forma más rápida de salir de esta habitación.—Es menos idiota, para empezar. Ethan piensa antes de decir las cosas, mientras que yo perdí mi capacidad de atención hace mucho tiempo. Él es más inteligente, más amable, y no tiene miedo de ir tras lo que quiere. Supongo que simplemente es una mejor persona.
—Y sin embargo, no es una persona diferente...
—¿Otra vez con lo mismo?
—No hay nada que hayas hecho como Ethan que no pudieras hacer como Heeseung—dice Jungwon, mirándome atentamente—. Ninguna de las cosas que has sentido son exclusivas de él. Todas vienen de ti. Tal vez una parte de ti a la que no tienes permiso para acceder, pero son parte de ti igualmente.
Frunzo el ceño.—¿No se supone que debes hacer que me confunda menos?
—La identidad es confusa, disociación aparte. Tus luchas internas son un poco menos internas que las de la mayoría de la gente—garabatea algo en su portapapeles—. Todos llevamos máscaras, especialmente los que estamos en el ojo público. En cierto modo, creo que creaste a Lee Heeseung con la misma seguridad que has creado a Ethan.
Levanto la vista bruscamente, y él sonríe ante mi sorpresa.
—Te dije que había investigado sobre ti. Sé que fuiste un escritor no acreditado en la serie. Puede que no hayas creado a Ethan, pero tú le diste cuerpo. No era sólo un papel que interpretabas, ¿verdad, Heeseung?
—No quiero hablar de esto, Jungwon.
—Lo entiendo, créeme. Pero bloqueando las cosas es como has llegado hasta aquí—dice suavemente—. ¿No crees que es hora de abrirte? Decir algo en voz alta lo hace real, incluso si crees que lo has sabido todo este tiempo.
—Él no significa nada para mí.
—No estoy de acuerdo—dice el. inclinándose hacia delante—. Ethan no es sólo un personaje para tí o una personalidad. ¿Quieres saber lo que creo que es?
—En realidad no.
Sonríe.—Creo que él es todas las partes de ti que no estabas seguro de sentir o ser. Las experiencias que no encajaban con la narrativa que tus padres esperaban que vivieras, e incluso tu hermana.
Siento la garganta apretada de repente, y tragar no hace más que recordarme lo seca que tengo la boca.—Estoy seguro de que todos los actores hacen eso en algún nivel.
—Tal vez, pero tú decidiste cambiar la historia. Lo sé porque he contactado a tu antiguo director.
—¿Qué...?
—Lo que has oído. Sólo esperaba tener alguna idea de por qué te habías fijado en el personaje de Ethan.
—¿Y qué dijo?—refunfuño.
—El director me dijo que Ethan era un personaje muy diferente cuando te dieron el papel por primera vez. Que tenías tan buenas ideas sobre el guión que te trajo como guionista, pero que no te permitías acreditarte. También me dijo que introdujiste mucha profundidad en el personaje. La lucha con su sexualidad, el arco argumental con su novia suicida...—dice jungwon, haciendo una pausa—. Y su tío.
Me estremezco.—Sólo fue un drama guionizado.
—No estoy seguro de a quién intentas convencer, ¿sabes?—dice Jungwon, observándome con una simpatía que necesito tanto como otro agujero en mi pecho.
—Por favor, detente—digo con los dientes apretados. Intento parpadear para que desaparezca la humedad de mis ojos, pero no funciona—. Sólo ha sido una historia. No sucedió realmente.
—¿Por qué te duele tanto hablar de ello, entonces?
—No lo hace.
—Heeseung... si tu tío...
—¡No fue mi maldito tío!
Cosas que no he sentido en años se encierran en surcos de mi mente, los cuales he tratado de pavimentar durante tanto tiempo sin éxito. Los recuerdos siempre han estado ahí. Desgraciadamente, algunas cosas están más arraigadas en mi mente que mi propio maldito nombre, y no hay forma de deshacerlas.
Entierro la cabeza entre las manos, y el hecho de mantenerla agachada no ayuda mucho a las náuseas que me invaden.
—¿Quieres decirme quién fue?—Jungwon pregunta suavemente, extendiendo su mano para ofrecerme una caja de pañuelos—. Lo entenderé si no estás....
Lo alejo y me limpio los ojos con la manga.
—Sungjin—digo entre dientes apretados. Jungwon lo procesa por un momento, y puedo ver cómo se le revuelven las tripas en su mente antes de que finalmente haga la conexión. En el momento en que lo hace, sus ojos se abren de par en par y su comportamiento profesional se convierte en un shock durante una fracción de segundo antes de recuperarse.
—¿Tu hermano?
Miro al suelo, con la mandíbula apretada. Aunque tuviera algo que decir, no confío en poder hablar sin atragantarme.
—¿Quién más sabe de esto?—jungwon pregunta con la voz rígida.
—Mi padre—murmuro—. Se enteró de ello una vez, cuando tenía doce años.
—¿Y qué hizo?
—Nos dio una paliza a los dos—resoplo—. Fue la primera y última vez que nos pegó. Luego le dijo a Sungjin que saliera de la casa, me entregó la ropa y me pidió que me reuniera con él abajo cuando estuviera vestido. Todavía estaba temblando cuando lo encontré en la mesa de la cocina. Me preparó un sándwich—siento que se me tuerce el labio—. Recuerdo que tenía el estómago hecho un nudo, pero él me dijo que me sentara y comiera, así que lo hice. Sabía a arena en mi boca, pero me senté y me comí ese puto sándwich mientras él me preguntaba tranquilamente si eso había ocurrido antes. Cuando le dije que había sucedido de una forma u otra desde que tenía uso de razón, mi padre se quedó callado durante mucho tiempo. Se quedó callado durante tanto tiempo, y había una mirada tan vacía en sus ojos, que recuerdo haber pensado que se había roto. Como cuando mi viejo coche dejó de funcionar un día. No importaba cuántos botones pulsara, simplemente no funcionaba.
—¿Le contó a tu madre lo que ocurrió?—jungwon pregunta en voz baja.
—No. Sungjin estaba a un año de entrar en la mejor escuela de la ciudad—murmuro—. Era el único para el que tenían planes, y algunos para mi hermana. Para cuando llegué yo, los planes y los sueños ya se habían acabado.
—Espera, ¿tu padre te pidió que no dijeras nada?
—No con tantas palabras, pero me insinuó que yo sería la causa de la implosión de la familia si decía una palabra—digo, tragándome el nudo en la garganta—. ’Romperás el corazón de tu madre’ y ’nuestro matrimonio no podrá sobrevivir a esto’, fueron sus palabras favoritas. Es curioso que pueda recordar eso, de entre todas las cosas. Es tan claro que puedo escuchar las palabras en mi cabeza, tal como las dijo.
—La memoria humana es muy selectiva—Jungwon murmura—. Se aferra a las cosas que nos marcan mucho más fácilmente que a las que nos curan.
—Me alegra saber que soy normal en algún aspecto—digo, con un seco intento de risa—. De todos modos, mi padre me dijo que no volvería a ocurrir, y tenía razón. Fue la única promesa que me hizo, y la cumplió.
—¿Todavía tienes relación con tu hermano?
—En realidad, no—resoplo—. Siempre me ha evitado.
—¿Y no se lo has contado a Yoon?
—No me gusta pensar en ello.
Jungwon se queda en silencio durante un largo rato, claramente sumido en sus pensamientos.
—Gracias, Heeseung—dice finalmente.
Parpadeo.—¿Por qué?
—Por confiar en mí. Sé que esto no ha sido fácil para ti.
Me encojo de hombros.—Hablar de ello no cambiará nada.
—Lo has cambiado todo con sólo decir esas palabras en voz alta—dice con firmeza—. A veces, admitir algo a uno mismo es más poderoso que declararlo para que lo oiga todo el mundo.
—Tal vez.
Desde luego, no parece que haya cambiado nada. Hablar del pasado ha puesto algunas piezas de mi memoria en su sitio, pero no es el cambio revolucionario que él parece creer que es. Para ser justos, el mundo tampoco se ha acabado como siempre sentí que lo haría si alguna vez decía esas palabras en voz alta. No me siento libre ni ninguna de esas tonterías dramáticas, pero tampoco me siento exactamente igual que antes. Tal vez eso sea algo bueno.
—Tengo que hacerte una pregunta más—dice Jungwon con cuidado. Me doy cuenta por su tono de que esta respuesta va a ser tan dolorosa como la anterior—. ¿Es por eso que has desechado el final original de la serie?
—Veo que Frank estaba de humor para charlar...—murmuro.
—Tengo una manera de sacarle las cosas a la gente—dice Jungwon tímidamente, encogiéndose de hombros—. Frank me dijo que en el guión original del último episodio, Ethan enfrentaba a su tío. ¿Por qué lo cambiaste?
—¿Por qué crees?
—No lo sé, por eso te lo pregunto.
Me paso una mano por el pelo y suelto una larga bocanada de aire por los labios.—Porque en ese guión, Ethan dijo todas las cosas que yo siempre quise decirle a Sungjin. Hasta la última acusación y todas las preguntas que nunca tuve el valor de hacer. Sabía que si ese episodio se emitía, mi familia lo vería y era muy probable que todo saliera a la luz.
—¿Y crees que eso sería tan malo?—jungwon pregunta—. Tus padres están divorciados, y ya son adultos. Nunca fueron responsables de preservar a su familia guardando sus secretos.
—Aunque eso fuera cierto, la serie lleva seis años sin emitirse. Ya no importa.
—Nunca dije que tuvieras que emitirlo en la televisión, ni siquiera que tuvieras que enfrentarte a Sungjin por lo que hizo. Lo que importa aquí es que puedas recuperar el control de tu propia historia, Heeseung—deja el portapapeles a un lado—. ¿Te importa si vuelvo a hablar de psiquiatría por un momento?
—Dispara—digo—. Oh... mala elección de palabras.
Jungwon me mira con simpatía antes de comenzar.—Creo que has creado a Ethan como una salida; una forma de contar la historia que tu padre y tu hermano secuestraron con tus propias palabras. Y creo que has puesto más de ti mismo en el personaje de Ethan de lo que tú crees. Después de vivir como una parte de ti mismo durante tanto tiempo, tu mente se aferró a la oportunidad de volver a ser completo de la mejor manera que sabía. No creo que Ethan esté separado de ti en absoluto, pero tampoco creo que tengas que seguir escondiéndote detrás de él o de tu personaje público por más tiempo. Has pasado por algo impensable, Heeseung, pero te has creado una plataforma que la mayoría de la gente sólo podría soñar. Puede que tu padre te haya silenciado cuando eras un niño, pero tú has recuperado tu propia voz. Ahora es el momento de que también recuperes tu historia.
Me muerdo el labio, dejando que sus palabras me lleguen.—¿Cómo se supone que voy a hacer eso?
—No lo sé, pero creo que es hora de acabar con esto—murmura—. Se lo debes a tu trabajo... a Ethan y a ti mismo. Al niño que no podía hablar por sí mismo. Puede que haya consecuencias por ello, pero no me cabe duda de que te has hecho lo suficientemente fuerte como para manejarlas, y de que tienes gente en tu vida que estará dispuesta a estar a tu lado pase lo que pase.
—Una persona, tal vez—murmuro, pensando en Yoon Ahora sé que ella es parte de la razón por la que he estado guardando esto bajo llave, pero no porque tenga miedo de cómo reaccionará. Tengo miedo de todo lo que cambiará para ella—. Por si no te has dado cuenta, he diezmado la mayoría de mis relaciones personales.
—¿Jake no te ha llamado?
Me encojo de hombros.—Le dije a mi agente que me avisara si llamaba mientras estaba en el hospital, pero no he sabido nada de él desde entonces. Yoon me ha dicho que quizás sólo necesita un poco espacio, así que se lo estoy dando.
—No creo que el romance deba ser tu centro de atención en este momento—jungwon comienza con cuidado—. Pero si este chico es tan especial como crees que es, entonces encontrará la manera de perdonar tus esfuerzos equivocados -aunque bien intencionados-, y él también estará ahí para ti.
—Tal vez—miro el reloj—. Parece que se nos ha pasado la hora.
—Es más una pauta que un límite duro—dice Jungwon con ironía—. Tu tarea para nuestra próxima sesión es pensar en una forma de cerrar este ciclo.
Asiento con la cabeza y salgo de la habitación con la sensación de haberme quitado un peso de encima, pero con otro. Ya tengo una idea de cómo puedo cerrarlo. Se ha estado gestando en mi mente desde que abrí la primera caja de correo de fans. De repente, escribir a mano miles de notas de agradecimiento parece la opción más correcta.
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