13.
HEESEUNG.
Sentado en la mesa de Jake, analizando todo lo que puedo de él sin ser descubierto, no puedo evitar sentir que nuestros papeles se han invertido.
Ahora yo soy el fanático impresionado que lo mira a hurtadillas, y él es la celebridad con todas las razones para ser tan cauteloso como se puede decir que es.
Si hay algo por lo que le debo una disculpa a Jihoon, es por haberme burlado de la forma en que se enamoró a primera vista de su amante adolescente.
Si la primera impresión se siente así, no es de extrañar que el pobre imbécil no-muerto haya pasado tanto tiempo mirándola mientras ella dormía.
Conocer a Jake había sido mi plan cuando llegué a Geumcheon. Ahora que lo tengo delante de mí, lo único que se me ocurre es encontrar una excusa para no marcharme, o al menos una forma de convencerlo para que vuelva conmigo a Gangnam.
—Me muero de hambre.
—Yo también— Lo veo sacar la pizza casera del horno y una botella de vino tinto, seguido de dos copas.
Mira la botella de vino con nerviosismo como si fuera ajeno a él. Se muerde el labio como para no decir algo incorrecto:—Yo... bueno... no soy muy bebedor de vino, al menos no de vino tinto, pero sé que a ti te gusta...
Sonrío.—Gracias, es considerado de tu parte.
Dejó el vino tinto encima— espero te guste. ¿Debería poner algo de música, te gusta algún tipo en especial?
Quiero decir que cualquier cosa está bien, pero no puedo sacar palabra alguna de mi boca, mientras intento dejar de mirar sus labios y que pensamientos que no son apropiados se cuelen en mi cabeza.
En lugar de decir exactamente lo que tenía en mente, me acerco bastante.
—Cualquier cosa está bien.
Conversamos de cosas triviales y se siente perfecto.
Termino el vino restante en mi copa y agarro la botella para servirme más. Jake me mira con sospecha.
— espero no aburrirte tanto como para que tengas que seguir bebiendo para poder tolerar mi compañía.
Dejo la botella abajo.—Créeme, si estuviera aburrido, podría encontrar muchas cosas que hacer contigo para resolver fácilmente ese problema.
Es verdad. Preferiría hacer tantas cosas ahora mismo que tragar vasos de vino. Apuesto a que el vino sabe mucho mejor viniendo de sus labios que de mi copa.
—¿No te gusta la pizza?—Jake pregunta, señalando mi plato. Sólo entonces me doy cuenta de que apenas he comido nada—lamento que el lugar que elegiste haya estado cerrado...pero se cocinar, tú sí comes, ¿verdad?
Le dedico una risa forzada.—Sí. Sólo estoy un poco nervioso, pero soy humano.
Cuando lo vi por primera vez, tuve toda la intención de decirle quién era en realidad -o al menos, quién creo que soy-, pero cuanto más tiempo estoy en su presencia, más alto se siente el riesgo. Si le digo la verdad, es muy probable que me cierre la puerta en las narices.
En las dos vidas que he vivido hasta ahora, nunca me he sentido tan a gusto como lo estoy en este momento: sentado frente a un desconocido, en un lugar que ni siquiera sabía que existía hasta hace una semana. Tal vez soy tan egoísta como Lee Heeseung, o tal vez sólo soy mejor que él para ocultarlo.
Jake esboza una sonrisa tensa.—Es un alivio escuchar eso. No estoy muy seguro de lo que haría con un vampiro.
Arqueo una ceja.—¿Has visto algún episodio de Undead?
—Uno—dice, y sus mejillas adquieren el más delicioso tono rojizo—. Vale... la mitad de uno.
Le quita el tapón a una segunda botella de cerveza y me encuentro con un grave caso de celos contra un objeto inanimado cuando la boca de la botella pasa por sus labios. Cuando Jake me pilla mirándolo, rápidamente desvío la mirada.
—¿Jay sabe que estás aquí?
—¿Jay?—Tardo un segundo en recordar a mi ex. Al menos, espero que sea mi ex—. Oh. Hemos roto, en realidad.
Sus ojos se abren de par en par mientras toma otro sorbo de cerveza.
—Lo siento.
—No es necesario. Es un imbécil.
—Supongo que todo el mundo se siente así con sus exs—dice en tono diplomático.
—¿Qué hay de ti? ¿Las cosas no funcionaron con Felix?
Jake se estremece al oír mis palabras
.—Dios, olvidé que te había hablado de él.
Me rio entre dientes.—Me has contado muchas cosas en esas cartas.
—Lo sé—se apoya en la mesa—. Felix y yo seguimos siendo amigos, aunque sólo nos vemos cuando estamos de visita en la reserva. Hasta donde sé, sigue estudiando para obtener su título de ingeniero y ahora tiene un novio.
—No puede ser tan inteligente si te dejó ir.
Jake levanta la vista bruscamente, como si no supiera si estoy bromeando, y luego vuelve a mirar su plato.
—No fue nada serio. No soy del tipo serio, supongo.
—¿Por qué no?
Abre la boca para hablar, pero se detiene rápidamente y toma otro bocado de pizza.
—¿Qué?—presiono—. ¿Qué ibas a decir?
—Nada. Sólo estaba a punto de alimentar aún más mi condición de acosador citando el programa.
Sonrío.
—Yo soy el que te buscó y se presentó en tu casa sin avisar, ¿recuerdas?
Jake vacila por un momento, y luego dice:—Ethan dijo una vez que se sentía como un planeta solitario. Como si todos los demás estuvieran en la misma trayectoria para una colisión con los que se suponía que estaban...
—Pero estoy destinado a quedarme para siempre en la misma órbita, pasando por delante de todos sin hacer ningún tipo de contacto...—murmuro.
Sonríe.—Sí. Eso es.
—Ese ha sido un mal guion—murmuro.
—Puede ser—está de acuerdo—. Sin embargo, ha conseguido su objetivo.
—Sí, lo hizo—digo—. Aunque siempre pensé que era un poco oscuro y poético.
Jake ladea la cabeza, confundido.—¿Qué quieres decir?
Frunzo el ceño, tomándome un momento para hacerme la misma pregunta.
—Fui un guionista no acreditado en el programa—las palabras salen lentamente, y son una revelación tanto para mí como para él. ¿Es un recuerdo, o un extraño fallo?
—¿De verdad?
—Sí—asiento—. Bueno... supongo que sí. Es un poco difícil de recordar. Fue hace mucho tiempo.
—Sí—Jake se calla por un momento, y el tic-tac del reloj de la pared parece alertarnos a ambos de que fuera ya está oscuro—. Es tarde—dice de repente.
—Lo es—acepto, sintiendo que el pánico se apodera de mi pecho. Creía que tenía más tiempo para pensar en algo, pero el tiempo pasa muy rápido con este chico.
—Es un largo viaje de vuelta a la ciudad...—dice Jake, mirándome a través de sus largas pestañas—. Puedes quedarte en la habitación de invitados, si quieres.
Preferiría quedarme en su habitación, pero los mendigos no pueden elegir.
—Gracias. Espero que no te moleste...
—Por supuesto que no. Deja que me asegure de que hay toallas limpias en el baño de invitados—dice Jake, y luego se levanta de la mesa. Cuando quiere agarrar mi plato, lo tomo antes que él aunque sólo sea una excusa para tocarlo.
—Yo me encargo.
—No tienes que...
—Es lo menos que puedo hacer—digo, poniéndome de pie. De alguna manera, me las arreglo para presionarlo involuntariamente contra la mesa -al menos, me digo a mí mismo que es involuntario- y el plato se le escapa de las manos. Lo atrapo antes de que caiga al suelo, retrocediendo a regañadientes para dejarle pasar.
Sin decir nada más, Jake se apresura a subir las escaleras mientras yo hago un rápido trabajo con los platos. Termino antes de que él vuelva a bajar, así que opto por subir las escaleras, diciéndome a mi mismo que siempre puedo culpar de mi entrometimiento a un derecho de celebridad a la vieja usanza.
Cuando llego a lo alto de las escaleras, oigo un leve zumbido procedente del fondo del pasillo. Sigo el sedoso sonido y hago un gesto de dolor cuando el suelo cruje pero, afortunadamente, no debe haberme delatado, ya que el sonido continúa hasta que lo rastreo hasta una habitación al final del pasillo. Me quedo un momento en la puerta abierta, observándolo.
La vista de Jake inclinado sobre la cama mientras coloca una sábana nueva en una esquina, con esos ajustados vaqueros, me deja sin aliento.
Desplazo mi peso ligeramente, pero es suficiente para que el suelo vuelva a crujir y el zumbido se detenga.
Jake se gira entonces, llevándose una mano al pecho, antes de tirar de la sábana sobre la última esquina que queda de la cama.
—Estará listo en un segundo.
—Creo que es perfecto tal y como está—murmuro. Cuando me mira con los ojos muy abiertos, me doy cuenta de que lo he dicho en voz alta. Todavía estoy luchando por cubrirme cuando me doy cuenta de que estoy caminando directamente hacia él.
Finalmente y como si se tratara de imanes, sus labios me besan y saben delicioso, mis dedos están agarrando su cabello, no es suficiente necesito saborear cada rincón del chico que tengo enfrente, con mi lengua abro su boca y exploró cada rincón de su deliciosa boca.
Termino presionándolo contra la pared de la habitación, mi mano se desliza por la parte delantera de su camisa y él no me detiene, así que continúo explorando cada parte de la piel desnuda que pueda poner mis manos.
Rodeo su cintura con mis brazos, esforzándome por asimilar el hecho de que realmente está aquí. Ya no es sólo papel y tinta, este chico es de carne y hueso, y no me canso de tocarlo con las yemas de mis dedos. Pronto, tocarlo a través de la ropa no es suficiente. Tocar su mano en la mesa fue como saborear la gloria, y necesito saber si su piel es tan increíblemente suave en todas partes.
Sus pequeños dedos recorren mi cabello, y cuando rozan mi cuello desnudo noto que las puntas son un poco ásperas. El contraste con su piel lisa y su cabello suave es extrañamente adorable, y eso me recuerda que se pasa el día trabajando con máquinas de cuatro toneladas. Verlo trabajar bajo el capó ha sido muy sexy, y el sabor de sus labios es lo único que puede competir con la imagen mental de este chico inclinado sobre un coche. Incluso a través de sus vaqueros, se siente tan perfecto como parece.
Lo empujo hacia la cama y me subo encima de él. Para tantear el terreno, deslizo la mano por debajo de su camiseta y paso las yemas de mis dedos por el plano delgado de su estómago. Tiene más volumen del que deja entrever su holgada camisa, y el mono de trabajo le hace parecer aún más pequeño. Por supuesto, ha crecido mucho desde entonces. El Jake que está frente a mí ya no es un adolescente torpe. Es un hombre y cada parte de mí lo reconoce como tal, confirmando que soy -como mínimo- bisexual.
Como si leyera mi mente, Jake se quita la camiseta y gime cuando me llevo uno de sus pezones a la boca, trazando un círculo alrededor de la carne fruncida. Luego me dirijo hacia el sur, tomándome el tiempo necesario para saborear cada centímetro de él, aunque hay un punto en particular al que estoy deseando llegar.
—Heeseung...—susurra mientras le bajo la cremallera. Le bajo los vaqueros por las caderas, comprobando que está tan duro como yo. Cuando libero su miembro de los calzoncillos y tomo su base con la mano, Jake jadea y arquea la espalda. El gemido que escapa de sus labios cuando me meto la punta en la boca es suficiente para que me corra en ese momento. De nuevo, si esto requiere aunque sea la mitad de la contención que necesita un vampiro para resistirse a la sangre humana, le debo a Jihoon otra disculpa.
Dejo escapar un gemido involuntario ante el dulce sabor de su pre-semen cuando una gota de éste llega a mi lengua. Lo llevo más adentro, hasta llegar al fondo de mi garganta, y chupo como si intentara dejarlo seco. En respuesta, Jake mueve las caderas y gime.
—Lo-lo siento...
Detenerme el tiempo suficiente para decirle que no tiene que disculparse no parece práctico, así que clavo las yemas de los dedos en sus caderas y vuelvo a la cabeza de su miembro sólo para metérmela en la boca de nuevo, esperando que eso sea suficiente garantía de que puedo soportarlo. A juzgar por el grito que suelta, lo es. Jake clava sus dedos en mi cabello, como si tuviera que aferrarse a algo para no moverse. La idea de estar teniendo ese efecto sobre él me excita aún más, y entonces recorro con mi lengua la base de su miembro como si adorarlo fuera mi nueva religión.
—Oh, joder...—gime cuando deslizo un dedo en su hendidura. Su entrada se resiste con tal obstinación, que tengo un destello de sentido común y recuerdo la necesidad de usar un poco lubricante. Un rápido vistazo a la habitación de invitados no resulta muy prometedor, así que libero mi propio eje y uso mi propio pre-semen para lubricar mi dedo lo suficiente como para deslizar el primer dígito. Está muy apretado, pero al cabo de un minuto consigo meter todo el dedo y empiezo a trabajar con el segundo. Jake jadea y se arquea de nuevo hacia mí. Le sujeto las caderas y empiezo a chupar con renovado fervor.
—H-Heeseung, por favor...
Sí, por favor. Me prometo a mí mismo que me tomaré mi tiempo en su próximo orgasmo -esta noche es la primera, así que tengo toda la intención de follarlo hasta que me suplique que me detenga-, pero sólo necesito saborearlo. Meto mis dedos en su interior y él tiembla violentamente, sus caderas se agitan dentro de mí de la forma más deliciosa mientras su semen me llena la boca. Saboreo su sabor antes de tragarlo y lamer su miembro palpitante.
Jake gime y se retuerce con las pequeñas réplicas de placer, pero soy un maldito sádico, y si quiere piedad va a tener que suplicarla.
Jake mueve las caderas por última vez cuando finalmente le suelto y retiro mis dedos. Me mira con los ojos desorbitados mientras lamo una gota de semen del interior de su muslo.
—E-Eso ha sido...
—Mhm—murmuro, besando su piel—. Sabes tan bien. Eres como una droga. Podría volverme adicto a ti.
Sus delicadas cejas se fruncen en confusión.—Pensé que ya no...
—No lo hago—murmuro, empujando sus piernas hacia mi pecho. Deslizo mi lengua entre sus nalgas, tanto como medio de distracción como para lubricarlo un poco mejor antes de follarlo. Funciona en ambos casos.
—No hagas eso—chilla. Ignoro su súplica a medias, y paso mi punta de la lengua por el borde. Sus músculos se contraen, pero deja escapar un gemido bajo.
Al comprobar que está lo suficientemente lubricado, saco un condón del bolsillo y espero que todavía esté demasiado inconsciente por su orgasmo como para darse cuenta de ello.
—¿Has traído condones?
—Llámame optimista—digo, dejando que mis vaqueros caigan hasta los talones. Abro el paquete de papel de aluminio, y deslizo el látex lubricado sobre la cabeza de mi miembro. Preferiría que no hubiera nada entre nosotros, pero entonces me recuerdo que esta es nuestra primera vez y que esto es para su comodidad y practicidad.
Vuelvo a empujar su rodilla mientras me acomodo en el borde de la cama, presionando ligeramente contra su entrada.
—Intenta relajarte—digo, con la voz ronca por la necesidad.
Jake hace una mueca de dolor cuando empujo un poco más, pero noto que se relaja cuando le acaricio el muslo. Su interior se vuelve a apretar antes de que se relaje y mi cabeza se deslice hacia dentro. Pongo las manos a ambos lados de él y me reajusto, mordiéndome el labio para reprimir un gemido de satisfacción. Suelo ser un amante suave y tranquilo, y siempre he puesto los ojos en blanco ante los tipos alfa que gruñen y follan como animales, pero empiezo a pensar que, o bien he estado follando de forma equivocada, o bien he follado con la gente equivocada, porque la gente civilizada no tiene palabras para algunas de las cosas que quiero hacerle a este chico.
—Empuja contra mí—le digo, dándome cuenta de que va a tardar toda la noche en relajarse lo suficiente si no me pongo proactivo. Jake obedece, y espero el momento oportuno para empujar hasta que nuestros cuerpos están pegados. Lo miro fijamente, notando que parece un dios pintado en la agonía de la pasión, con su pelo rubio desplegado a su alrededor y su cara sonrojada con los labios ligeramente abiertos. Le beso los labios, porque ¿qué otra cosa puedes hacer cuando el chico de tus sueños te mira de esa manera?
Jake gime dentro del beso, y su cuerpo se aprieta alrededor de mi miembro. En el momento en que se relaja, empujo hasta el final y acaricio su cabello como consuelo. Gime contra mis labios y mi lengua entra en su boca, enredándose con la suya por un momento antes de que la introduzca más profundamente, con la intención de saborear cada parte de él si me lo permite.
Por un momento, saboreo la sensación de llenarlo por completo, sus músculos apretándose y soltándose a mi alrededor en un ritmo enloquecedor acentuado por su pulso, que puedo sentir desde lo más profundo. Mis empujones se convierten en un ritmo constante, y sus ojos se cierran mientras echa la cabeza hacia atrás y deja escapar un lento suspiro de dolor y placer. Jake vuelve a enredar sus dedos en mi pelo, jugando distraídamente con él mientras se retuerce debajo de mí. Nuestros cuerpos se sincronizan al mismo ritmo, y puedo sentir su miembro presionada entre nuestros torsos, resbaladizo por la nueva excitación. Me doy cuenta del momento en que llego a su punto por su agudo jadeo y por la forma en que su dedo gira en torno a un mechón de mi cabello.
—Eso es, bebé—susurro, empujando más fuerte dentro de él una vez que estoy seguro de que puede soportarlo
—. Arquea la espalda para mí.
Jake obedece, pero no parece que lo haga de forma voluntaria. Cuando abre sus ojos, están llenos de inconfundible lujuria, asegurándome que desea esto tanto como yo.—S-Se siente bien...
Lo beso de nuevo, y él me rodea el cuello con sus brazos. Sus caderas chocan con las mías, invitándome a profundizar aún más. Me he corrido muchas veces, tanto solo como con amantes, pero cuando mi miembro explota dentro de él y su culo se aprieta a mi alrededor como si quisiera exprimir hasta la última gota de placer que tengo que dar, me doy cuenta de que esta es la primera vez que realmente tengo intimidad con otra persona.
—Jake...—gimo mientras él se estremece, sintiendo una explosión de semen caliente y húmedo entre nosotros.
—Heeseung...—me susurra al oído, acariciando mi cabello.
Por primera vez, al oírlo en sus labios, me encuentro deseando que ese sea realmente mi nombre.
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