IV
—Erick, ven, amor.
—¿Qué pasa, mamá? —bajé hasta llegar a ella, parándome a su lado.
—¿Te gustaría saludar a Chris por su cumpleaños?
—¿Hoy es su cumpleaños?
—Sí, amor. Catorce ya.
—C-Claro que sí.
—Bien, escríbele —me entregó su celular.
—Gracias.
—De nada. Mientras voy a cocinar —asentí y una vez que me quedé solo miré su contacto, notando que de perfil tenía una fotografía de él con su hermana mayor, Anne.
Sin más, comencé a escribir.
"Hola, Chris. Soy Erick. Que pases un lindo cumpleaños. Debes estar muy bonito. Te quiero".
No, no, eso quedaría mal. Ni siquiera sé si él me quiere, y eso de bonito no va tampoco.
"Christopher, feliz cumpleaños, soy Erick".
No, no, muy seco.
"Buenos días, Chris. Perdón por la molestia, soy Erick. Solamente quería desearte un feliz cumpleaños. Suerte".
Ese sí.
Lo envié y al momento me había arrepentido, por lo cual quería eliminarlo sin importar nada pero al ver que ya estaba el visto supe que no había vuelta atrás.
Al ver un "escribiendo" de su parte sólo pude ponerme más nervioso.
¿Y si no le gustaba?
¿Y si me expresé mal?
¿Y si no... y si no?
"Gracias, pequeño Erick.
Te quiero".
Leer eso fue quitarme un peso de encima y poder respirar de regreso. Aunque también, releí su "Te quiero" varias veces sintiéndome ruborizado otra vez. Mi corazón bombeaba a más no poder, sentía tan ardiente mi piel que sólo di un par de brinquitos para liberar algo.
Aún cuando él no estaba podía sonrojarme.
—¡Me voy a mi cuarto, mamá! —avisé y subí.
Me tiré en la cama y hundí mi rostro en la almohada, nervioso y feliz a la vez.
No podía parar de repetír ese mensaje en mí cabeza.
Christopher me quería.
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