Chaeyoung

Dos años después…

— ¿Quieres una probada?— Saco el dedo para mi pequeño munchkins. Sus pequeños brazos se balancean hacia adelante y hacia atrás. —No se lo digas a nadie— le digo antes de darle la pequeña gota de glaseado que tengo en la punta de mi dedo. Chilla de alegría.

Su primo pequeño se acerca, agarra su mano.

—Yo también te tengo, Chan — Robo otro pedacito de glaseado de mi tazón y le doy un poco de sabor también.

Ella da el mismo chillido que Jisoo jr. Jennie y yo terminamos embarazadas con semanas de diferencia. Yo tuve una niña pequeña y ella tuvo un niño pequeño. Lo loco es que parecen gemelos. A veces también se comportan así.

Nina, la mamá de Jennie y Jisoo, dice que actúan de la misma manera que Jisoo y Jennie cuando eran pequeños. Pueden ser primos, pero son más como hermanos. Es por eso que nos hemos establecido en Smithville todos juntos.

Ahora tengo una familia más grande. Pasé de tener la familia de Taeyeon a ser una Kim y ahora somos una gran familia feliz. Nunca imaginé que esta sería mi vida. Es un sueño hecho realidad. Ojalá mi abuela pudiera verme ahora. Estaría tan orgullosa de la familia que tengo. Es por ella que sé cómo amar y ser una buena madre. ¿Quién iba a saber que un poco de brillo y una señal me traería esta vida? No hay nada que necesite. Mi vaso se esta derramando, como dicen. Bueno, tal vez otro bebé, pero ya empezamos a trabajar en eso hace unas semanas.

Jennie y yo estamos confabuladas para volver a quedar embarazadas juntas. Cuando la conocí por primera vez, me gustaba, pero no tenía ni idea de que las dos nos volveríamos cómplices como ladrones. Al menos eso es lo que Lisa y Jisoo dicen al respecto. Estar embarazadas juntas ayudó a crecer nuestro vínculo. No necesitamos retorcer los brazos de nuestras mujeres para tener más bebés. Ambas están más que dispuestas a dárnoslos. Jennie y yo somos las que tenemos que tener cuidado con esas dos. Nos mantendrían embarazadas cada segundo si las dejáramos.

— ¿Están comiendo el postre a escondidas temprano?—pregunta Taeyeon mientras entra en la cocina.

Es domingo y es nuestra semana para la cena de la familia anfitriona. Nos turnamos entre nuestra casa, la de Jennie y Taeyeon  cada semana. Nina tiene todas las vacaciones en la finca Kim.

—Nunca— miento. Chan se golpea las encías y me delata.

—Si yo fuera tú iría a ver a tu esposa. Está a punto de estrangular a dos chicos en el porche delantero— Me quedo ahí un momento, sin tener idea de lo que está diciendo, hasta que oigo voces alzadas que vienen de esa dirección. Me dirijo hacia ellos para ver qué es lo que hace que Jisoo esté exaltada.

—No me den excusas de por qué siempre andan por aquí. Sé exactamente lo que estás buscando y no son sólo los productos horneados de mi esposa. Mantengan los ojos en si mismos o de lo contrario…— le grita Jisoo a Xion y Ravn, nuestros vecinos adolescentes de al lado. Creo que ambos están en la universidad ahora. O tal vez uno lo está y el otro está a punto de graduarse de la escuela secundaria.

No tiene importancia. Yo lucho con una risita porque mi esposa está siendo absolutamente ridícula. Es una tontería, pero sería una mentirosa si no admitiera que me gusta que mi esposa  se ponga celosa pensando que todo el mundo me quiere. Me hace sentir sexy.

Será mejor que vaya a salvarlos de la ira de mi esposa. Jisoo ya les ha dicho que dejen de joder. Dice que están inventando razones para venir aquí. Que la gente no les pide a sus vecinos una taza de azúcar, que limpian sus piscinas al azar para ser agradables o que limpian sus entradas.

Abro la puerta principal que da al porche, dejando que se cierre de golpe para anunciar mi presencia. Los tres se giran para mirarme, con la boca abierta. Miro hacia abajo y me doy cuenta de que todavía llevo puesto mi lindo delantal de hornear que me había puesto sobre mi traje de baño. Jisoo hace un ruido bajo desde lo profundo de su pecho, haciendo que mis pezones se aprieten.

Se dirige hacia mí y me arropa detrás de ella para que los chicos no puedan verme. Esto sólo me hace reír más fuerte. Me asomo por detrás de él para saludar a Xion y Ravn. Miran de mí a mi esposa.

—Ni siquiera la saludes. Te romperé los dedos — No sé cómo mantiene su voz tan calmada cuando emite una amenaza, pero lo hace. Los dos chicos se giran, se van corriendo.

—Esos pequeños cabrones—

—Son buenos...— Mis palabras se desvanecen cuando Jisoo se gira y veo su cara. —Son unos cabrones— corrijo.

Los labios de Jisoo se ríen.

—Disculpe, señorita, ¿Tiene una taza de azúcar que me pueda prestar?— Me toma un momento darme cuenta de lo que mi esposa está haciendo, pero tan pronto como lo hago mi cuerpo se calienta de deseo. Puedo ser una buen avecina. Le daré más que una taza de azúcar.

—Puede que tenga algo dentro. Tendré que ir a ver si queda algo— Me doy la vuelta para abrir la puerta. —Eres más que bienvenida a entrar a comer galletas y leche mientras reviso— Yo muevo mi cadera para que ella vea mi bikini debajo de mi delantal mientras la miro por encima de mi hombro.

—Ya tengo tu galleta— Gruñe mientras me levanta de mis pies y me arroja sobre su hombro. Su mano cae sobre mi culo con una nalgada cuando vuelve a la casa.

—Los tengo— oigo a Taeyeon decir, hablando de los niños. No puedo verla con el pelo en la cara mientras cuelgo sobre el hombro de mi esposa. Sonrío mientras me lleva fácilmente por las escaleras antes de arrojarme a la cama.

— ¿Un bikini y un delantal? ¿Está tratando de matarme?—pregunta mientras jala de su propia ropa.

Me sostengo sobre mis codos y la observo. Había olvidado que tenía mi traje de baño cuando bajé y necesitaba cocinar de todos modos. No veo el gran problema. Supongo que me equivoco porque a mi mujer le parece sexy. No estoy segura de que eso cuente mucho. Podría estar usando una bolsa de papel y ella lo encontraría sexy.

—Tienes veinte minutos— digo. Sé que es cuando todos los demás llegarán aquí. Sé que está mal decir las palabras en cuanto salen de mis labios.

—Tendré todo el tiempo que quiera con mi esposa.

Me agarra de las piernas, me tira de la cama para que mi trasero cuelgue de un lado antes de voltear el delantal hacia arriba y jalar fácilmente de la parte inferior del bikini de mis piernas. Me dejo caer de nuevo en la cama. Ella tiene razón. Puede tener todo el tiempo que quiera. No voy a detenerla. Nada pasa cuando se trata de que me quiera. Sé cuándo escoger mis batallas y ésta es una que nunca pelearé.

Jisoo me abraza mientras nos tumbamos aquí por un minuto para recuperar el aliento después de hacer el amor apresuradamente. Estos pequeños momentos robados son mis favoritos. Siempre me hacen sentir sentimental. Mis pensamientos se remontan a la primera vez que conocí a Jisoo. Me hace sonreír al darme cuenta de lo lejos que hemos llegado. Esta es la prueba de que el brillo puede hacer realidad los sueños.

Todo el mundo necesita un poco de brillo en sus vidas.

gracias por apoyar los amo !