Capítulo 4
Vergüenza.
Es una palabra muy específica en todos los sentidos.
Sabía que luego de salir de ese lugar Hoshiumi me había perseguido, literalmente.
Logre perderlo luego de trepar una pared y cruzar al otro lado, cuando paso de largo verifique que realmente se había ido.
Como aún estaba en la preparatoria me las ingenié para escabullirme. Utilizaría la salida trasera como en la mañana.
—Nunca pensé que serías tan violenta—hablaron apenas cruce el portón—Todos le tenemos un gran respeto a nuestros deportistas. Pero pegarle a uno de los mejores de la academia... Eso es inaceptable.
Volteo la cabeza al reconocer esa voz. Takami estaba recargado contra la pared con un cigarro en la mano.
—Aún intento procesar lo que pasó—contesto sujetando mi mochila e ignoro el orrible olor del humo—No era mi intensión.
Una amarga risa salió de sus labios para luego poner una cara de desagrado total.
—Créeme, te va a perseguir hasta disculparse—soltó tirando el cigarrillo al piso—Ellos así son.
¿Ellos? ¿No sería más bien él?
Puede referirse a el hermano mayor de Kōrai. Aunque no le iba a preguntar hoy, su cara de desagrado era muy notable.
—Vámonos antes de que nos encuentre—sugiere empezando a caminar.
No tenía muchas ganas de seguir al chico que dicen que mató a su última novia, pero ya era la segunda vez que me ayudaba, al menos le daría una oportunidad para conocer más de él.
Como aún tenía la sensación de que en cualquier momento podría aparecer el albino, me mantenía en guardia volteando cada cierto tiempo.
—Ya no va a buscarte, tiene entrenamiento. Es posible que mañana temprano te vaya a tu salón y comience a gritar—exclamo sacando una caja de cigarros.
Como odiaba esas cosas. De todas formas intente ignorarlo.
—¿Quieres uno? —me pregunto extendiendo la cajita con todos los tubos y aquellas sustancias dañinas que contenian.
Negué rápidamente con disgusto al verlo otra vez inhalando todos esos químicos.
—No me mires así, sólo fumo cuando estoy molesto.
—Es lo mismo—reclamo con obviedad—Tus pulmones deben estar muertos por dentro.
Aborrecía toda aquella sustancia adictiva para las personas. Sin embargo preferí ya no decir nada.
—Supongo—dice sin ponerle mucha importancia al asunto.
El sol de la tarde estaba intenso, como era posible que imaginé que hoy sería un increíble día sólo por la hermosa mañana que nos dio la naturaleza.
Pasamos cerca de un parque y nos sentamos en unas bancas.
—Ahora que lo pienso no me presente como era debido—murmuro bostezando—Takami Ryota.
Nuestros nombres sonaban casí igual. Era algo estúpido pensar en eso justo ahora, pero luego de lo que paso en las canchas creo que sigo en un estado de idiota.
—Di algo mujer, tú silencio me pone incómodo—reclamo con el ceño fruncido.
—¿Eres un pandillero?
Será mi curiosidad y la forma tan directa de decirlo que hizo que empezará a reírse de mí, es lo más probable.
—Talves... Vamos, te llevaré a nuestra guarida secreta donde escondemos la droga—contestó con total sarcasmo burlándose—Hablando encerio, sigueme.
Realmente espero que no esté metido en delitos o que tenga problemas con la ley, porque no tengo ni idea de porque lo estoy siguiendo.
Las calles por donde caminamos no son muy seguras que digamos, donde vivía aún era más decente y la taza criminal no era tan alta por esos rumbos, entre más nos adentranos por estos lugares el deterioro de las casas aumentaban, contando la pintura en aerosol que adornaban las paredes.
Había una que otra persona, aunque no me gustaba ver mucho las apariencias, la de ellos parecía la de unos criminales... Sin llegar a unos extremos.
Nos detuvimos enfrente de una puerta metálica con una pequeña ventanilla que se podía abrir. Ahora si parecían una pandilla.
—Abre la puerta abuela—soltó golpeando la puerta.
La ventanilla se abrió, mostrando unos iris color miel.
—Esa no es la contraseña—exclamó la persona tras la puerta, su voz sonaba divertida—Tienes que hacerlo Ryota-san.
Él castaño a mi lado parecía enojado o más bien fastidiado, apretó sus puños y golpeo la puerta quejándose de que abriera rápido.
Ambos chicos encerio no parecían criminales o algo por el estilo, más bien parecían dos tontos haciendo su escándalo en un callejón... Muy tenebroso... Pero todo el miedo se iba al verlos de esa manera.
—Okey bastardo, tu ganas—declaró rendido apartándose de la puerta para que el de iris color miel lo viera.
De un momento a otro Takami comenzo a bailar... Y pensar que todos en la escuela le tenían miedo.
El chico tras la puerta empezó a reírse y por fin abrió la puerta.
—Jefe, es bueno volver a verlo, escuche que esta estudiando mucho estos últimos días—abrazo al castaño.
Ahora mirando completamente al chico note que era posiblemente mayor de edad, no sólo era su cuerpo, también su voz y contorno del rostro le hacían tener aquel aire maduro, aunque no demaciado. Tenía el cabello rubio cenizo y ondulado, junto con unas cejas delgadas.
Pero algo en su imagen no cuadraba, talves podría ser de otro país.
Su ropa era casual, una camisa de cuadros negro con rojo y una playera blanca debajo, junto con unos pantalones de mezclilla.
¿Será Takami en verdad jefe de este chico?
—¿Como están todos? ¿Les falta algo?—pregunto caminando entre el pasillo del edificio—Por cierto, ella es Sasaki Reiko una compañera de la escuela.
—Dean Allen—saludo sonriendo de lado—Un gusto señorita.
Estadounidense. Si no me equívoco, ese apellido es de Estados Unidos.
—Ya te dije miles de veces que primero se dice tu apellido—regaño Takami dándole un golpe en su cabeza.
¡Sabía que era de otro país! Nunca había visto en físico a otra persona que no sea de Japón.
—Tú japonés es increible—ni se notaba distinto el asentó.
—No es tan complicado aprender idiomas.
Ojalá pudiera decir lo mismo...
—Concéntrate Allen—habló Takami—Quiero que veas todo Sasaki-chan.
Más enfrente de nosotros terminaba nuestro recorrido, había un lugar amplio con un montón de sillones y camillas.
—¿Qué es esto?—pregunte sorprendida al ver varios tripie para sueros y unas máquinas distintas de enfermería—¿Es un hospita?
—Ya están por llegar, mejor voy a ayudar—anuncio Dean yéndose a quien sabe dónde.
—Takami...
Justo fui interrumpida por el sonido de una puerta. Varios adultos de la tercera edad entraban junto a niños de distintas edades a la sala.
—Sasaki-chan, se que vives en la calle—declara haciéndome frente—También que trabajas para mantener tus estudios y poder comer... Pero no tienes casa.
Estaba impactada, ¿Como sabía él todo eso?
—Nos falta gente, así que quiero que nos ayudes. Todas estas personas fueron abandonadas o nacieron sin un lugar cálido, ellos necesitan atención médica, un refugio y auxilio—prosigue estirando sus brazos a los lados—Te doy la oportunidad de trabajar conmigo y darte un lugar donde puedas dormir que no sean unas escaleras o en la lluvia. Como dije, necesitamos personal que apoye.
Mucha información que procesar.
¿Como un lugar como esté estaba por estos rumbos?
Por fuera parecía sólo un edificio abandonado donde traficaban droga, pero por dentro, era un mundo totalmente diferente.
Es cálido.
—Yo... —mire aún sin creerme todo lo que había dicho Takami, aún tenía muchas preguntas. Volteo mirando a todas las personas que se reunían en este enorme espacio, me detengo en una en especial—¿Señora Saiki?
Definitivamente era ella, parecía tranquila. Comenze a llorar al verla a salvo, realmente pensé que le había ocurrido algo .
Me acercó a ella hasta tenerla enfrente de mi.
—Oh, Sasaki preciosa—me sonrió animada—Que bueno que llegas, ¡está apuntó de comenzar el show!
Antes de que me llevará con los demás que se reunían, la abrazo con fuerza.
¿Cuantas veces me pidió que viviera en su casa? ¿Cuantas veces me dio de comer y nuevamente me invita a vivir con ella?
Todos los días a las seis de la tarde me lo decía. Y yo siempre a la misma hora negaba su muy amable invitació. Tenía que hacerlo, sabía que si seguía a esa fuerte mujer ya nunca me soltería.
—Estoy feliz de verla otra vez señora Saiki Reiko—así es, nuestros nombres son iguales, por esa razón nos conocimos en la cafetería.
—¿Qué dices niña?—se quejó dándome calmaditas en la espalda—Si sólo me fui por un día.
Me separó de ella para verla bien, tenia una venda en su brazo derecho. Frunzo el ceño al notar eso.
—No te preocupes niña, está vieja aguantará muchos años más para verte casarte—mostró su brazo y puso su mano en la piel para levantarla e interpretará sus musculos de los bíceps—Ignora la mano, tú sólo ignora la mano.
Si que tenía muchas ocurrencias. La gente que estaba serca se ríe por su comentario.
—Sasaki-chan—exclama Takami llegando con nosotras.
—Eh niña, ¿porque no me dijiste conocías a este apuesto caballero?—pregunto golpeando mi brazo constantemente pero sin fuerza—¿Escuchan eso? Creo que me están llamando por ese lado, adiós chicos jóvenes.
Su huída también es graciosa, sonrió al verla tan feliz como siempre.
—Ayer en la noche Dean la encontró inconsciente, creo que le faltaba hidratarse o se le bajo la presión. Esa señora insistio que tenía que irse para encontrarse con alguien, pero no la dejamos porque aún estaba débil—comentó viendo a todas las personas—Lo que tenemos aquí está progresando.
Ay señora Saiki, debe preocuparse más por su salud que ir a saludarme todas las mañanas y en la tarde.
—Tú lo creaste—afirmé mirando todo el lugar—Es increíble.
—En realidad lo comenzo mi novia... Murió hace unos meses por una enfermedad—sonrió melancólico—Pero si, es increíble lo que logró.
Un silencio cómodo se formó entre nosotros, sólo somos espectadores de las risas del cálido ambiente.
—Logramos tener el equipo médico gracias a varias personas que nos apoyan, algunos de los jóvenes que se recuperan o vivieron aquí ahora trabajan y traen dinero u otros materiales que ocupamos. Este refugio lleva dos años, pero aún así necesitamos gente—habla cruzando los brazos—Es tu desicion Sasaki-chan.
—No se cosinar—declaró avergonzada—Pero aprendo rápido, puedo hacer varias cosas o pueden enseñarme.
—Creeme, aquí puedes aprender varias cosas aunque sean pequeñas, siempre nos vamos a ayudar entre nosotros—soltó riendo—Entonces es oficial, bienvenida a casa.
—Ya llegué—susurro para mi misma viendo a todas las personas reunidas.
—¡Hey chicos! Se van a perder todo el show, creo que hoy es de magia—nos grita Dean apuntando unos espacios a su lado para que nos sentaramos en el piso—¡Apurate en darle esa charla motivadora, animal!
—¡A quien le dices animal, maldito bastardo!—exclamó Takami enojado—Se supone que deberías estar repartiendo algún postre.
—Debería, pero cambié de lugar con Ray—sacude su cabello sin interés—Ya apuren su plática y vengan aquí.
Terminamos aceptando y nos sentamos a su lado, no tarda en aparecer la señora Saiki para acompañarnos.
—Que empieze ya antes de que me quedé dormida—ríe la mujer acomodando un cojín donde se sentaba.
Esté ambiente si que era agradable, hace años que no sentía esté familiar sentimiento.
—Disfruta lo que queda del día Sasaki-chan, porque mañana tendrás que hacerle frente a Hoshiumi Kōrai—anuncio Takami burlón—Estarás cara a cara con uno de nuestros mejores deportistas de la preparatoria Kamomedai.
Suspiro cansada de sólo pensarlo, había olvidado ese detalle.
Quien en su sano juicio tenía que enfrentar a aquel chico que me había dejado anonada, para luego darle una cachetada de improvisto.
No tenía ni ganas de pensar que pasaría el día de mañana.
Aún así... Tenía que admitir que él me había hechizado a primera vista, algo cliché pero era una realidad.
Kōrai de cerca es muy apuesto.
Con todos esos pensamientos en mi cabeza, comienzo a cubrirme el rostro al sentirlo arder, los nervios y lo avergonzada que estaba por sentir todo eso desequilibra todo lo que había pensado antes sobre el amor.
¿Qué era realmente el amor aparte de una reacción química?
Perdón por publicar nuevamente estos capítulos, estoy teniendo problemas con wattpad, me volteo los capítulos y al momento de leerlo estaba primero el cuatro y luego el tres
Curiosidades:
1. Takami en realidad ya había visto a Reiko trabajar para luego ir a dormir entre los callejones.
2. La señora Saiki le tiene un gran apreció a la protagonista por todo lo que ha hecho por ella sin pedir algo a cambio.
3. Todos aquellas personas que se unen a Takami para apoyar, se vieron en la obligación en aprender muchas cosas a corta edad para sobrevivir. Por esa razón Ryota Takami se esfuerza demaciado en sus estudios.
Perdón si hay faltas de ortografía.
Tengo un montón de tarea pero me estoy haciéndo mensa.
Quiero que el desarrollo de la historia sea buena así que el romance será un poco lento... O al menos eso espero lograr en menos de 25 capítulos.
¡Voten y comenten porque no cuesta nada! ✨❤👊🏻
Ayame🌸
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