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Capítulo 12

Gracias al cielo o por pura ignorancia de ambos, la relación que mantenía con Takami estaba estable. Y por "estable" me refiero a no hablar sobre el tema.

Somos muy cobardes.

Pero tenemos asuntos más importantes que atender ambos. Nos estamos centrando en como pasar esta época de frío. Ya era una ventaja que el lugar se mantuviera caliente a vaya a saber como.

Apenas son las cuatro de la mañana y no podía dormir. En unas horas tendría que trabajar en la cafetería, ya que era sábado. Y siendo sincera no quería ir.

Me levanto de la cama colocandome unas pantuflas, y me dirijo a la cosina en silencio para no despertar a nadie. Bostezo cansada estirando mis brazos y rascandome la cabeza, entrando a la cosina me encuentro con Dean.

—¿Chocolate caliente o café?

—Café... Pero no le pongas mucha azúcar—contestó adormilada recargandome en el refigarador.

Él rubio era unos de los que madrugaban o simplemente tenían insomnio, aparte de que no era extraño siempre verlo en la cosina. Después de todo había estudiado gastronomía, aun que tuvo que dejarlo porque sus padres murieron y el no podía pagar la Universidad a la que asistía.

—Haré un omelett, ¿quieres?—pregunto sacando los ingredientes de la alacena y sirviendo el café para pasarmelo—Cuidado, esta muy caliente.

—Claro—acepto dejando de recargarme del refrigerador para sacar la caja de leche y vertirla en la taza.

Dean y yo nunca tuvimos problemas para comunicarnos, nos llevamos bien y podemos hablar de cualquier tema.

—Ayer la iglesia de aquí cerca nos dono ropa de frío, tenemos que checarla—comentó preparando el desayuno—¿Tienes tiempo o hoy te toca trabajar?

—Trabajo.

—Okey, entonces le diré a Takami que me ayude, si que hemos tenido mucho que hacer—se quejó masajeando su cuello con cansancio.

—Hablando de trabajo... Quería hablar contigo sobre Takami—suelto pensando en las palabras que podría utilizar. Después de todo si que nos mantenemos muy ocupados de un lado a otro—A trabajado demaciado que me preocupa que pueda lastimarse o enfermar.

Escucho su suspiro agotador y voltea a verme.

—Que bueno que lo mencionas—dice regresando su mirada con ojeras a la comida—Hace días lo ví quedarse dormido en el suelo. También me preocupa.

—Tú estás casí en el mismo estado que él. ¿Cuanto haz dormido?—cuestione dándome cuenta de como lucia.

Si que tenía que ponerles más atención a estos dos.

—Unas ocho horas...

—Eso es bueno.

—Pero en solo tres días—agregó haciendo que frunciera el ceño y lo mirara mal.

Oh Dios. ¿Como puede sí quiera estar de pie cocinando a las cuatro de la madrugada?

—¿Te quieres morir o algo por el estilo?—hable mirándolo acusativo. Pero termino suspirando rendida y suavizando mi mirada—Porfavor ve a dormir Dean, hablare con los adolescentes para que tomen tus tareas por hoy... Y yo tomaré las de Takami.

—Recuerda que tu también eres una adolescente—exclama riendo—Entras a tu trabajo a las seis y sales a las dos por un descanso de una hora para luego regresar y salir a las siete. Tampoco te exedas.

—Necesitamos organizar las tareas de todos para que no nos afecte a nadie, muchos no hacen casi nada o simplemente nada

—Si bueno, por ahora desayuna y ten mucho cuidado al regresar—menciona extendiendome un plato y sacudiendome el cabello para luego salir de la cosina—Voy a golpearme hasta quedar inconsciente y si es posible, dormir unos cinco días—exclamó desde afuera.

Niego con la cabeza riéndome por su ocurrencia. Si que necesitaba dormir, porque comenzaba a decir tonterías.

Me tomó mi tiempo para desayunar, cambiarme y lavarme los dientes para al final salir.

Podía llegar antes, arriba de la cafetería vivía el gerente y también se levantaba temprano para barrer la entrada, ya era su rutina.

El lugar era bastante conocido por su buen café, pero un poco lento al entregarlo. Era la única camarera de la cafetería, no entiendo como es que no hemos encontrado otra personas para que nos ayude.

Aun así nos iba bien y el gerente siempre me agradecía por no renunciar, creo que cuando yo no voy él se encarga de todo. Me daba un poco de lastima.

Froto mis manos intentando crear calor y las dirigo a mi rostro soplando. Una pequeña maña que tengo al sentir mi nariz congelada.

Podía exahalar y ver el humo salir de mi boca.

Camino más rápido; no quería enfermarme en está época y menos sabiendo que ya se acercaban las nacionales y lo importantes que eran para todos.

—Sasaki-san—habla él gerente saludandome con la mano—Aún es muy temprano.

—Buenos días para ustedes también señor—contestó entrando a la tienda, la cual mantenía un ambiente cálido.

—Ya te dije que no me digas señor. Aún soy jóven—comenta cansado, desde que entre siempre lo llamaba por señor o jefe—Apenas tengo veintinueve.

—Casí treinta—murmuro quitándome el suéter y arremangandome la camisa blanca.

—¡Te escuche!—exclama siguiendome al mostrador.

—Perdón—me disculpó sonriendo, me era imposible no recalcarle su edad.

—Ya se que no lo haces—dice sentándose en un silla para suspirar rendido—¿Me veo muy viejo?

—Claro que no, ya sabe que solo lo molesto un poco—aclaró tomando un trapo para limpiar las mesas—Son apenas las cinco con treinta minutos pero afuera ya hay una mujer esperando a que la cafetería abra—señalo el reloj y a la señora que se encontraba en la banqueta—Creo que deberíamos abrir antes, con esté frío no es agradable estar mucho tiempo afuera.

—Entonces supongo que hoy tendremos mucho trabajo Sasaki-san—afirma levantándose de la silla para ir a abrir—Ánimo a nosotros dos.

Apenas declara eso la gente va llegando confirme pasaba el tiempo, me encontraba de un lado a otro y luego cobrando para al final limpiar las mesas.

Necesitaba un descanso, me dolian los pies. Gracias a Dios la clientela disminuyó con las horas y porfin pude sentarme agusto atrás del mostrador.

—¡Si se puede, si se puede!—animaba el mayor desde la cosina, también dándose apoyo moral para seguir cocinando y preparando las bebidas calientes.

—Oh, eres la chica desconocida—exclamaron enfrente de mí, ya reconocía a quien le pertenecía esa voz y forma de llamame—Es bueno encontrarte por aquí Sasaki-chan.

—Hoshiumi-senpai—contesto sorprendida al verlo, nunca lo había visto pasar por el lugar—También es un gusto verte.

Nos quedamos en un silencio, me era extraño ver a los Hoshiumis callados... Hasta podría decir que daba miedo.

—¿Y que haces por aquí?—pregunte intentando sacar un tema.

—Oh es cierto, tengo que ir a la Universidad para estudiar pero decide pasar por un café antes de ir—aclara apuntando al cartel detrás mío donde estaba el menú.

—Perdón, ¿solo es el café o deseas algo más?

—Una rebanada de pastel de chocolate—apuntó ansioso mirando el mostrador con vidrio donde se encontraban distintos pasteles.

Saco una charola de unicel triangular y corto una rebanada para colocarla junto una cuchara enrollada en una servilleta. Atras mío se encuentra una máquina para hacer café, lo sirvo en un vaso y con la espuma recreo la forma de una hoja, es algo que le hacemos como decoración.

—Sasaki-chan, ya está listo el desayuno para la mesa dos.

—¡Ya voy!—exclamó corriendo de un lado a otro para entregar lo de la mesa y luego regresar con el mayor que me esperaba—Aquí tienes Hoshiumi-senpai, perdón por el retrasó.

Cansada le entrego lo que pidió y le cobro.

—¿Eres la única mesera y la que cobra?—pregunto, supongo que preocupación por que en realidad tenía una cara de extrañado o yo que se.

—Buscamos más personal, pero aún no encontramos—respondo suspirando—Si nos vendría bien otra persona o más.

Más bien nos urgía. El gerente y yo apenas podíamos con nuestras almas, mientras él cocina, lava trastes y cobra aveces, yo me encargaba igual de muchas cosas.

—Me gustaría ayudarte pero necesito ir a la Universidad —sincerizo afligido—Creo que... Tengo una idea, no te preocupes Sasaki-chan la caballería vendrá si o si.

—¿Eh?

—Ya lo veras. ¡Te veo luego Sasaki-chan, tu solo espera!—exclamó saliendo de la cafetería dejándome totalmente confundida.

—¿Amigo tuyo?—pregunto mi jefe que había llegado a mi lado.

—Eso creo...

Después de un rato cerramos la tienda por un descanso, aun nos encontrábamos en la cafetería sentados, esperando y comiendo. También era una ventaja que Daiki, mi jefe, pagará por la comida de la tarde. Creo que es su forma de agradecerme por no renunciar, aparte de pagarme un buen salario.

—Me duelen los pies—se quejó el mayor con su frente pegada en la mesa.

Aveces dudaba que tuviera veintinueve años, pero luego miraba su apariencia y se me pasaba. Es claro que era todo un adulto con ligeros toques de mentalidad de adolescente.

Mi teléfono comienza a sonar, pero me encontraba concentrada comiendo por lo cual no contestaba.

—Ya contesta Sasaki-chan, esta es la octava vez que te llaman.

A regañadientes suelto los cubiertos y agarro mi celular para ver el nombre del culpable que tiene el valor de interrumpir mi hora de descanso.

Hoshiumi Korai. Alias la gaviota gritona como le había dicho mi hermano.

Ya no podía enojarme agusto. Todo mí enojo se fué y se reemplazó por una sonrisita.

—Hoshiumi—hable contestando la llamada.

—A que bien, creí que no ibas a contestar y ya me iba a poner paranoico por si te abría pasado algo—habló súper rápido agarrando aire cuando termino—En fin, la razón por la cual te estaba llamando es que venimos a tú salvación. Pero me perdí en el camino, y los chicos ya no deberían de tardar en llegar.

—¿Que?

—Ah si perdón, en resumen mi hermano me llamó para que fuera a la cafetería donde trabajas para ayudarte, así que yo llame a Nakamura, Hirugami y a Hakuba.... —aclaró guardando silencio—Pero yo me perdí.

Oh Dios, eh sido bendecida por grandes amigos y un ángel albino.

Era tan lindo.

Gracias señora Hoshiumi por parir unos grandiosos hijos.

—Sasaki-chan... ¿si puedes venir por mí? No me quiero perder más de lo que ya estoy—argumento sonando inquieto.

Avergonzada y sonrojada intento ocultar mi rostro con las mangas de mi camisa blanca y agachó mi cabeza.

—¿Donde estas?—pregunto intentando tener algo de información antes de ir por él.

—Mmm.... Estaré en la entrada de una tienda de videojuegos—contestó un poco agitado, había corrido a la dichosa tienda.

—Mandame la ubicación, y no te muevas, ya voy por ti—termine colgando y mirando a mi jefe, él se veía asustado—Voy a regresar, es posible que lleguen unos chicos para apoyarnos aquí en el café.

Al instante su cara cambio a una de alivio—No me des sustos así Sasaki-chan, creí que te ibas a ir y dejarme aquí trabajando solo—exclamó poniendo su mano en su pecho—Es increíble que consiguieras más personal.

Por el momento no le diré si será a un largo plazo o solo por hoy, capaz y se moría de un infarto.

Tome mi abrigo y bufanda para salir de la cafetería con el celular en la mano, me estaba indicando el camino para llegar a donde se encontraba Hoshiumi. Eran apenas las dos con treinta minutos, y el frío no perdona.

Desde lejos logró ver aquella cabellera albina tan distinguible, tenía también el celular en su mano y no quitaba sus ojos del aparato. Una vez estando enfrente suyo aún no nota mi presencia, estaba concentrado mirando una foto supongo yo. Decido ponerme detrás del él y susurrarle en su oído.

—¿Qué tanto miras como para no notar que estaba enfrente tuya?—cuestionó acusativa, haciendo que brincara en su lugar y volteara a verme.

—¡Sasaki-chan!—grito colocando su mano en su cuello por instinto—¡No hagas eso!

Estaba sonrojado... Lo había puesto nervioso y avergonzado.

Cielos, mi acción y acercamiento lo pusieron de esa manera.

Acabo de tener un déjà vu.

Ya solo faltaba que me diera una cachetada.

—No tenían que ayudarme—hable escondiendo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

—Prometí ayudarte en todo—contestó sonriendo—Aparte, no estaba haciendo nada en casa.

—Tú no prometiste eso ¿o si?—lade la cabeza sin recordar.

—¿No lo hice?—pregunto tambien intentándolo recordar—Bueno ahora lo hago. Yo Hoshiumi Korai prometo ser tu pilar en las buenas y en malas.

Eso parecía más bien las palabras que se utilizan cuando dos personas se casan. ¿Es una indirecta o no se había dado cuenta de sus palabras?

De igual forma eso había sido muy hermoso.

Me tienta besarlo... Pero es posible que luego el ambiente fuera incómodo o no.

—V-vamonos—tartamudeo empezando a caminar.

—¡Esperame Sasaki-chan!

Al final esté día no había sido tan malo. Hasta la clientela había aumentado con los chicos y Nakamura, quien había traído unas diademas de orejas de gato para todos... Y nadie se había salvado de usarlas, ni el jefe.

Fue muy divertido trabajar con todos, pero ya hora de irnos. Todos recibieron dinero y un capuchino de regalo; en el camino todos nos empezamos a separar para ir a nuestras casas.

Aunque Hoshiumi había decidido acompañarme, solo esperaba que no se perdiera de camino a su casa.

Íbamos en silencio caminando, el frío había aumentado por lo que estábamos pegados intentando agarrar calor del uno al otro.

Las luces de las farolas iluminaban nuestro camino, el sol comenzaba a ocultarse poco a poco tornando el cielo de colores amarillos y anaranjados, y del otro lado los colores obscuros empezaban a dominar en el cielo en su mayoría.

Creo que era el momento indicado.

—Hoshiumi se sincero... ¿Tú me quieres?—hable con cuidado tomando sus manos, después de todo no quería presionarlo demaciado, aunque eso parecía que estaba haciendo.

Ya habíamos llegado a la entrada del refugio.

Su rostro de tranquilidad y paz había cambiado a uno completamente tenso. Lo había arruinado.

O eso presentía.

Tome su silencio como un rechazo.

Y uno muy doloroso.

Suspiro agachado mi cabeza y poco a poco suelto sus manos, no quería aceptarlo, quería retroceder en el tiempo para detener mis palabras, pero eso era imposible. Era la primera vez que me sentía de esta manera, tan perdidamente enamorada que me dolía saber que lo había arruinado.

Aguantaba mis lágrimas lo más que podía, pero aún así sentía como escurrian por mis mejillas en silencio.

Estaba segura que ambos sentíamos estas emociones... ¡Entonces porque no decía nada!

—Sasaki-chan yo... —su voz era tan suave y melódica que no quería dejar de escucharla, aun que eso significará ser rechazada. Pero había sido interrumpido por un portazo, tras la puerta se encontraba Takami mirándolo mal.

Parece que había escuchado todo y había llegado a la misma conclusión que yo.

—Ya es tarde Reiko—habló quitándose su suéter para pasarmelo por los hombros—Regresa a casa Hoshiumi.

Declaró empujandome poco a poco a la entrada sin despedirse del albino. Apenas entramos y cerro la puerto yo me pegue en la pared dejándome caer hasta sentarme.

—¿Por que no me enamore de tí Takami?

[Antes]

Narra Hoshiumi Korai.

¿Por que habías soltado eso tan repentinamente?

Se suponía que yo tenía que decírtelo.

¡Yo te amo Sasaki Reiko!

Estaba tan sorprendido y a la vez feliz por ser correspondido. Nunca nadie se me había confesado, ¿que tenía que hacer?

Moría por dentro y había quedado en shock, no podía responder de lo sorprendido que estaba.

No pensé que este día llegaría tan pronto.

Desde que descubrí el voleibol, lo era todo para mi. No tenía tiempo para otra cosa que no fuera eso y pasar las materias para seguir jugando, entrenar y luego volver a entrenar para mejorar y que nadie me subestimara. Y gracias a todo ese esfuerza tuvo sus frutos, ser seleccionado al campamento es un enorme logró para mi meta.

Había cumplido mi meta a medio plazo y ahora quiero el premio mayor, lo que es poder jugar en una Liga y equipo profesional de voleibol.

Pero tu llegaste a mi vida rompiendo esas barreras con tu simple presencia. No imaginé que está declaración llegara antes y mucho menos que tú dieras el paso.

Me estaba hundiendo por dentro gracias a mi felicidad, pero no movía ningún músculo. La estaba cagando. Eso lo note al verte agachar tu cabeza y ver tus lágrimas escurrir por tus hermosas mejillas rojas por el frío.

Sasaki-chan yo.... —hable aún impactado, pero listo para decirte " Yo te amo". Pero fuí cruelmente interrumpido por el ruido de la puerta siendo azotada.

Era Takami quien tenía su ceño fruncido.

—"Regresa a casa Hoshiumi".

Esas palabras habían sido dichas tan frías como el clima que me habían hecho temblar.

Quería gritar y confesarte todos mis sentimientos.

Pero ya era tarde.

Takami había llegado antes poniendo su suéter y cubriendote con el para llevarte adentro.

Y todo junto con nuestras miradas destrozadas y mis palabras atoradas en mi garganta.

Eres lo más importante para mí... Te amo Reiko—murmure sabiendo que por haberme tardado en confesarlo había roto tu corazón, junto el mío por romper el tuyo.

Curiosidades:

1. Sasaki odia el frío.

2. Korai estaba practicando voli en su casa cuando lo llamó su hermano, dejó de entrenar para ir.

3. Takami llevaba tiempo esperando a Sasaki.

Extra: 4. La verdad la verdad, esta historia esta llevando un rumbo muy diferente del que había pensado. 🤡

Perdón por faltas de ortografía.

¡¡Feliz año nuevo atrasado!!

Dibujos súper feos y rápidos de como yo pienso e imagino que sería Sasaki Reiko. Postada: No pinten sus dibujos con pulmones que nunca habían utilizado en su vida. 🤡

No tengo para dibujar digital, así que pues nimodo, no se si se alcanzar a ver sus lunares. Se supone que Sasaki es lacia pero no se por que terminó con el cabello ondulado, imaginen que por arte de magia se le ondulo 🤡

Pido perdón si no es lo que esperaban. 👁💧👄💧👁

¡¡Voten y comenten que es gratis!! ✨❤🙏🏻

Ayame🌸















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