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Haz que valga la pena tanto sufrimiento. Brilla incandescente ante todos aquellos que intentaron apagarte. Brilla, demuéstrales que hagan lo que hagan jamás lo lograrán.
- Edisson A.
Los focos le tapaban la visión. El sonido del metrónomo en sus oídos le frustraba al cantar. La cantidad de cámaras que sólo apuntaban a él le ahogaban y cada vez se hacía más cansino. Pero tenía que actuar perfecto, si cometía un sólo fallo...
Le tirarían a la basura y pasarían al siguiente.
Es lo que tenía ser una estrella del pop; si ganas algo de suerte destacas sobre el resto, la gente "ama" la figura que eres y de repente te conviertes en alguien importante en sus vidas. Sin embargo, les fallas una vez y desaparecen para siempre, como si ellos no te hubiesen fallado miles.
Si dejas de brillar se apaga tu bombilla, y bombilla fundida; que la cambien.
Jisung se encontraba en un momento crítico de su carrera. Su último álbum había roto récord de ventas y la canción principal se viralizó rápidamente. Ahora todo el mundo tenía a Han en el punto de mira. "He tenido suerte" pensaba.
Es por eso que se había preparado el doble para esa actuación. El programa se celebraba todos los fines de semana y se emitía en las cadenas más importantes de Corea del Sur.
El clímax de la canción se acercaba, dejó de bailar y dirigió toda su concentración a la letra. Cuando alcanzó la nota alta y la canción por fin llegó a su fin, Jisung alzó las manos y dedicó un corazón gigante a sus fans, seguido de un fuerte "Gracias" que no se escucharía tan bien, pero se daba a entender por sus gestos.
"Lo has hecho bien" pensaba, "Lo has hecho muy bien, a la gente le habrá gustado mucho"
Al salir fuera del escenario, justo en el pasillo que separaba la sala que daba lugar a los bastidores lo notó.
Fue un simple tropiezo. Un roce de hombros, pero lo suficiente para hacerle girar. Y la persona con la que había chocado también lo hizo.
Cuando uno de los focos le alumbró a contraluz y, a pesar de sólo haber visto la mitad de su rostro, le reconoció al instante.
—Minho.
El nombrado sonrió.
—Deséame suerte.
—Hipócrita.
Esa fue su primera conversación después de casi cinco años sin verse.
Jisung sabía que Minho se había convertido en lo mismo que él, en un idol, y también sabía que Minho sabía que él lo era.
—Yo me definiría más como una persona egocéntrica.— Él sonrió y Jisung sentía que le daban arcadas.
Después de todo lo que ocurrió, ellos dos estaban ahí, en el mismo escenario que una vez, hace mucho tiempo atrás, disputaron y desearon conseguir.
Jisung pensó que Minho se daría por vencido, pero allí estaba, riéndose de él.
Minho pensó que Jisung no lo conseguiría, pero allí estaba, matándole con la mirada.
—Y arrogante.— Añadió Han para luego dar la vuelta, decidido en irse de allí.
Pero sintió que paraba atropelladamente. La mano de Minho agarró su brazo y le escuchó susurrar a su oído.
—Deberías tener cuidado, siempre hay ojos viendo.
Jisung volvió a la realidad y miró a su alrededor. Era cierto que estaban rodeados de miembros encargados y organizadores del programa.
Por un momento, había olvidado su imagen pública.
—¡Leeknow! ¿Qué haces que todos están en sus posiciones y tú aún no entras al escenario?—Gritó una persona de la que no sabían bien su procedencia.
Detrás de Minho, en el escenario, tres chicos esperaban a que él entrase. Un hueco vacío en el centro gritaba de lejos "Lee Minho ocupa este lugar."
—Ha sido un placer verte de nuevo.
—Gracias.— Fingió Han.— El sentimiento no es mutuo.— Escupió susurrando. Minho soltó una risa fingida.
—Espero que nos volvamos a encontrar.— Dio la vuelta y se perdió entre las luces que alumbraban el escenario.
—Yo espero que no.— Casi gritó. No se arrepintió ni un poco.
Al fin y al cabo, ellos dos eran personas, tenían un trasfondo más profundo que una sonrisa mal fingida y un corazón hecho sin ganas. Ellos dos no se llevaban bien, ¿por qué tendrían entonces que fingir lo contrario? Decidió no ocultar su odio a Leeknow.
Y quizás ese fue su primer error.
Cuando salió de los bastidores y se dirigía a su camerino, corrió hasta al baño y vomitó allí.
Lee Minho había vuelto a su vida. Otra vez.
En la televisión se anunciaba en grande. La nueva canción principal de Han había llegado a trescientas millones de visitas en varias plataformas de streaming.
—El cantante Han, que debutó hace apenas unos meses, ha vuelto con una canción que ha roto las expectativas de muchos. Su nuevo álbum ya ha vendido un millón de copias, convirtiéndose en million seller.
Minho prestaba atención a las noticias desde el sofá de la sala común con los otros miembros de su grupo. Sin embargo, su mirada era diferente, tenía algún brillo de determinación. En sus manos zarandeaba un lápiz.
Jisung apareció en la pantalla contestando a las preguntas que alguien le entrevistaba.
—Me he esforzado mucho para llegar hasta aquí.— Dijo.— Así que no puedo estar más agradecido.
Minho apretó con fuerza el lápiz en sus manos hasta romperlo.
—Oh, cuidado con eso...— Comentó su compañero.— Me vas a saltar un ojo.
—Pues mejor cállate, Hyunjin, si no quieres que lo haga ahora mismo.— Replicó frustrado.
—Oh, siempre tan dulce...— Hyunjin le abrazó y apoyó la cabeza en su hombro, aún sentados en el sofá. Hasta que vio cómo le asesinaba con la mirada.— Lo siento... Oye, ese de ahí es Han, ¿verdad? Antes erais trainees de la misma empresa, ¿no?
—Sí. Nos conocemos de algo.
—Pues me he enterado de que pronto cambiarán de presentadores en el programa de los findes. Si la empresa lo hace bien, seguramente le elijan a él.
De repente, una bombilla se encendió en su cabeza.
—Gracias por tu información, Hyun, siempre fuiste mi miembro favorito.
—Ya casi llegamos a trescientas cincuenta millones de visualizaciones. ¡Esta nueva canción es alucinante! Muy bien, Jisung.— Su manager le felicitaba, pero él no estaba muy atento. Practicaba acordes para una nueva canción.
Y mientras, sin querer hacerlo, recordaba.
Recordó el primer día que se miró al espejo y se dijo a sí mismo: "Voy a cantar el resto de mi vida"
Recordó la primera vez que se subió a un escenario, cuando tenía tan sólo nueve años.
Y recordó también el correo que recibió después de pasar la audición. "Estás dentro" leía una y otra vez.
Allí entonces le conoció. Pensó que serían amigos, y lo fueron. Pensó que se llevarían bien, y lo hicieron. Pensó que se complementaban el uno a otro, y lo hicieron. Pensó que estarían juntos incluso bajo los focos...pero no fue así.
—Han Jisung, eres tú, ¿verdad?— Su jefe le llamó.— Te daremos la oportunidad de debutar, pero tendrás que hacerlo en solitario.
Él no lo pensó dos veces. De todas formas, es lo que siempre quiso. Subir al escenario y brillar.
—Sí, lo haré.
Pero parecía que más de una persona no estaba contenta con esa decisión. No llegó a pensar en ningún momento que una de esas llegase a ser Minho.
No hasta que le propinó el primer puñetazo.
Luego siguieron más, pero ninguno le rompió más que el primero.
Cuando él y sus amigos le dejaron maltrecho y tirado por ahí, realmente pensó en rendirse por un momento.
Pero al sentirse tan traicionado por quien una vez fue su mejor amigo, decidió demostrarle que conseguiría su sueño.
Sin quererlo, comenzó a tocar una canción violenta, tanto que los acordes daban miedo. Paró al darse cuenta de esto, estaba temblando.
—Em, bueno...— Continuó su manager.—¿Entonces lo harás? Sabes, presentar el programa de los sába-
—Sí, lo haré.— Afirmó decidido. Le avergonzaba pensar la razón por la que aceptó; para que Minho tuviese que verle en televisión cada sábado y se comiese sus propias palabras.
—Genial, porque ya tienes compañero.
—Oh, ¿ya decidieron?— Preguntó asombrado por la agilidad del papeleo.
—Sí. El central de Stray Kids.
—¡¿Qué?!
Lo veía frente a él. Su odiosa sonrisa, tan falsa como él mismo. Y aún así el maldito se veía guapo, con un traje negro que le dejaba ver su cuello con plenitud, tal y como lo habían preparado para su primer programa juntos, tal y como iba vestido él mismo.
—Hola de nuevo.— Soltó.
Jisung no contestó, porque decidió que lo suyo sólo se centraría en el trabajo, y su trabajo era presentar un programa leyendo algo que alguien más escribiría para ellos, no charlar como estúpidos detrás de cámaras.
—He dicho "hola".— Exageró.
—No me interesa hablar contigo.— Agarró una libreta y escribió ideas para las letras de sus próximas canciones que le surgían sobre la marcha. Una pena que la última semana solo hayan empezado por "Odio" y acabado por "Lee Minho"
—He visto que al final debutaste como solista.— Continuó ignorando el hecho de que le acababa de decir que no le dirigiría la palabra.— ¿Fue por decisión propia o porque eres tan malditamente irritable que no encontraron compañeros para ti?
Jisung apretó el bolígrafo sobre el papel. Otra idea vino a su mente. "Idiota" escribió.
—También escuché que escribes y compones tus propias canciones.— Le arrebató la libreta de las manos.— Debes de sentirte muy solo si siempre escribes canciones sobre amor...
—También lo hago sobre amor propio.— Intentó alcanzar la libreta, pero Minho le esquivaba.
—Por eso digo que debes de sentirte solo.
—Si has venido aquí sólo para molestarme, puedes irte a tomar por culo.— Le quitó de una vez la libreta de sus manos y salió de la sala para, al menos, respirar algo de aire.
Ver a Minho siempre le provocaba ansiedad.
Había memorizado unas cuantas líneas y el resto las leería sobre la marcha. En general, todo iba bien.
Hubiese ido muchísimo mejor si su compañero no hubiese sido el centro de Stray Kids.
Lo sabía desde un principio; Minho era guapo, talentoso y al parecer la gente lo veía carismático, todo lo que se le puede pedir a un idol. Era lógico que la empresa le diera ese rol.
También veía lógico que la gente se emocionara por ver juntos a sus cantantes favoritos. Es decir, Han también era el prototipo de idol perfecto.
Entraron a la sala donde tendría lugar la presentación. Detrás de ellos se lucía una pared con estampado y logotipo del programa. Además, los micrófonos correspondientes de cada uno tenían su nombre de artista. Para Jisung el de "Han" y para Minho el de "Leeknow"
—¿Sabes?— Habló Minho cuando una maquilladora retocaba por última vez su cara.— Si seguimos juntos en este programa, también tendremos que colaborar en algún momento.
—No haré eso.—Minho carcajeó dramático.
—¿Es que no has leído el contrato? No puedes decir que no ahora.
—¡Empezamos en un minuto!— Gritó un miembro del staff.
—Recuerda, Han.— Habló acentuando su apellido.— Para ellos, sólo somos conocidos.— Susurró a su oído.— Más te vale hacer que piensen eso.— Sonrió por última vez antes de mirar a la cámara. Lo vio en sus ojos, no era un aviso, era una amenaza.
—Empezamos en tres.— Jisung le miró de perfil. Minho no había cambiado mucho físicamente.— En dos.— Observó su sonrisa, aunque prefería la verdadera.— En uno.— Minho miró hacia él y entonces Han apartó la mirada.
—¡Hola a todos!— Comenzó Leeknow.—Buenas tardes, ¿habéis comido?
—Sí, recordad que es muy importante no saltarse las comidas.— Continuó Han, tal y como el programa dictó.
—Bueno, ya que somos nuevos aquí, ¿qué te parece si nos presentamos?— Cuando Han le dedicó una mirada a Minho lo entendió; ellos dos estaban ahí para pelear de nuevo el primer puesto, para intentar destacar sobre el otro.
Si Minho quiso participar en el programa, fue para no dejarse ganar por Jisung.
—¡Tienes razón! Empezaré yo, entonces.— Han cambió el micrófono de mano, y con esta libre la llevó a su mejilla izquierda, formando la mitad de un corazón.— Soy Han, Hannie para mis fans.— Cerró los ojos y actuó de forma linda. Sabía que así llamaría bastante la atención, habían sido muchas las veces que le decían que sus cachetes le hacían ver tierno. Entonces jugaría con eso.— Por favor, ¡dennos mucho amor durante nuestra estancia en el programa!
Minho apretó su micrófono. Aborrecía esa actitud, esa de creerse superior a los demás. Tampoco podía culparle mucho, él mismo era así. También sabía que no podría seguirle el juego a Jisung, pues esas cosas no eran su punto fuerte. Tendría que sobrepasarle de otra manera.
—¡Yo soy Leeknow! El central de su grupo; Leeknow. El bailarín principal; Leeknow. El más carismático y guapo; Leeknow. ¡Yo soy Leeknow! ¡Gracias por seguir el programa, espero que lo sigáis haciendo en un futuro!— Jisung rio para él mismo. Hablar sobre tus cualidades era una manera muy egocéntrica de presentarse. Sin embargo, la mayoría de las veces funcionaba. Además de que le seguía esa sonrisa descarada, a la gente le encantaba Leeknow.
—Bueno, ya que nos hemos presentado, ¿deberíamos de continuar con el Mucore de hoy?— Casi interrumpió Han.
Le resto del programa concurrió de la misma manera. Leeknow peleaba por destacar, entonces Jisung se la devolvía.
—Oh, chicos.— El encargado del programa les miraba asombrado.— Veros presentar el Mucore hoy ha sido como ver un ring de lucha. Me ha encantado, ¡hacedlo así la próxima vez!— Podía sentir la risa de Minho a sus espaldas. Odiaba aquello.— Oh, ahora los reporteros os harán fotos, así que dejad vuestra competitividad a un lado y posad como buenos amigos.
Jisung sintió enrojecer. ¿Tan obvios habían sido? ¿Le gente se habría dado cuenta?
—Vamos.— Minho le guió con la mano en la cintura. En su cintura. ¿Qué demonios se creía que estaba haciendo?
Al llegar a la zona donde le sacarían fotos apartó su mano, pero el muy descarado volvió a ponerla.
—¿Qué mierda estás haciendo?— Susurró Han mirando hacia las cámaras.
—No, ¿qué mierda estás haciendo tú? Tenemos que posar como buenos amigos.— Imitó la voz del encargado del programa.
—Bueno, pues como eres tan buen amigo mío vas a apartarte lo suficiente para alejar tus sucias manos de mí.
Y tal y como Jisung le había pedido, Minho le acercó más a él.
Han volvió a apartar su mano, pero la colocó otra vez.
—Minho.
—¿Prefieres que te toque el culo?— Preguntó con socarronería.
—Te voy a...
—Calla y sonríe.— Advirtió Minho sin dejar de sonreír a las cámaras.
Cuando las fotos pararon y los flashes dejaron de deslumbrar lo suficiente para poder caminar, salieron casi corriendo de allí, hasta tener un momento de paz en la entrada al escenario donde los artistas actuaban.
Minho se acercó a una larga pared blanca y Jisung lo miró curioso.
—Acércate.— Le dijo con un móvil en sus manos.
—¿Qué piensas hacer?— Cuestionó Han.
—Una selca. Para Instagram.— Jisung carcajeó.
—Las cámaras deben de haberte fundido el cerebro si de verdad piensas que voy a hacerme una foto contigo.
—Sólo una. Para los fans.— Entonces Minho le enseñó su cuenta de Instagram.
De nuevo había olvidado la imagen pública. La gente haría escándalo si supiesen que no había contacto entre ellos.
—Sólo una.—Minho le miró victorioso.
Alzó el móvil y se vieron en él. Minho sonrió como siempre, de esa forma tan descarada que, al parecer, la gente amaba. Jisung esa vez pensó en su madre, quien había sido la única apoyándole todos esos años. Sonrió inconscientemente. Esa sí había sido una sonrisa sincera.
Cuando tomaron la foto se apartó de inmediato. Minho frunció el ceño.
—No te ves bien en esta.— Dijo.— Tomemos otra.
No le enfadó su comentario, pero sí le molestó pensar que quizás una mueca falsa le hacía ver mejor que el amor a su madre.
—Entonces no la subas.— Y se fue de allí.
—¡Jisung!— Su manager le llamó.— ¿Has visto estas fotos?— Comentó señalando las fotos que se habían tomado antes, donde Minho apoyaba una mano en su cintura.
—¿Qué ocurre?— Preguntó nervioso.
—¡Están increíbles! ¿Os conocíais de antes?
—Sí... fue un reencuentro después de años.— Murmuró sin muchas ganas.
—¡Se nota! Parecíais muy felices de haberos visto de nuevo.
Ese programa iba a matarlos. A ambos.
—Minho, ¿estás bien, amigo? Porque te noto fuera de lugar hoy.— Hyunjin le ofreció una botella de agua y él aceptó gustoso.
Tenían que practicar la coreografía para su siguiente álbum, siempre era así; terminaban uno y seguían con otro. No tenían unas míseras vacaciones.
Ahora, ambos practicaban individualmente partes de la coreografía, pero en verano los dos estaban derrotados.
—Es sólo... bueno, supongo que necesito un descanso.
—Puedes pedirlo. Yo lo haré la semana que viene, antes de que empecemos con el rodaje.
—Necesito contarte algo.— Habló de la nada Minho.— Es algo que hice hace mucho tiempo, y de lo que me arrepiento hasta ahora...
—Adelante.
—Bien, pero, ¡Repito que yo no me siento nada orgulloso de aquello! Fui un... ahg.— Comentó frustrado.
—Pareciese que mataste a alguien...
—Creo que sí llegué a hacerlo.
—¿A-A qué te refieres?
—Hay más de una manera de matar a alguien.
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—Hola. Has estado bailando esa coreografía bastante, ¿se te dificulta algún movimiento?
Minho le miró atónito. ¿Ese chico, un tipo cualquiera, estaba dispuesto a darle consejos de baile a él? ¿Una persona que ha estado bailando durante toda su vida?
—No, la bailo porque me gusta y ya.— Escupió. El chico se encogió un poco.
—A-Ah, vale... bueno, entonces te dejo con eso...
Se sintió un poco mal, pero no podía tratarlo. Desde niño, había sido criado en un ambiente hostil. Sus padres le obligaban a ser perfecto, pero raramente le decían qué estaba bien o qué estaba mal, porque para eso ya tenían a su hermano mayor o "ejemplo a seguir", así que sólo le mostraban decepción.
De todas formas, eso no justificaba su forma de actuar. Sabía que tenía que cambiar, pero siempre volvía a hacerlo.
Cambiar era tan difícil e inesperado que deseaba no haberlo hecho nunca.
—No te acerques mucho.— Le dijo un compañero.— Porque Lee Minho es peligroso. Él y sus amigos lo son.
Le había escuchado, y sin embargo volvió a preguntarle.
—¿Estás seguro de que no necesitas ayuda?
Minho volvió a mirarle y esa vez, supo que no era una mala persona, le estaba preguntando porque de alguna u otra forma se preocupaba por él. Dentro, y muy en el fondo, le estaba importando a alguien.
—Pero te acaban de decir que soy peligroso, lo he escuchado.
—¿Y qué? Sé que no lo eres.
—Tú no me conoces.
—Las personas que lo dicen tampoco.
Minho quedó un rato callado. El chico se sentó a su lado en el suelo.
—Los zapatos.— Dijo por fin.
—¿Ah?
—Los zapatos me molestan, pero mi casa está lejos y si vuelvo por otros no me daría tiempo de regresar, tampoco puedo puedo desperdiciar la tarde, mañana tengo la prueba de esta canción.
—Ya veo... ¿Qué número tienes de pie?
—Doscientos sesenta.
—¡Yo también, qué casualidad!— Rio.
"Su sonrisa es absurda" pensó. Y era verdad. La forma que tomaban sus labios al reírse le recordaba a cierto animal.
El chico se acercó y comenzó a desatar sus cordones.
—¿Qué haces?— Preguntó confuso.
—Bueno, si te molestan sólo quítalos.
Minho volvió a mirarle asombrado.
—No somos los únicos usando esta sala de baile. Por respeto, sólo-
—¡Chicos!— Gritó de repente.—¡Lee Minho quiere usar esta sala él solo, y más vale que os vayáis ahora mismo porque es muy peligroso!
Sorprendentemente, quedaron ellos solos en la sala.
—Eso ha sido...— Habló sorprendido.
—¿Alucinante?
—Alucinantemente absurdo.— Él volvió a reír.
—Me llamo Jisung.— Soltó.— Han Jisung, y te recomiendo que te acuerdes bien de ese nombre porque pronto me verás brillar en la tele.
Minho sonrió para sí mismo. No supo cómo, pero aquel chico le había caído muy bien.
—El mío ya lo sabes, pero soy Lee Minho, y también deberías acordarte de él.
—Lo voy a hacer, lo presiento.
Desde aquel día, se volvieron mejores amigos. Llegó un momento en el que lo hacían todo juntos. Incluso Minho se había quedado algún que otro día a dormir en su casa para no tener que desplazarse tanto.
Sí, Minho le amaba de verdad.
Hasta el día en el que informaron a Jisung que debutaría en solitario.
Minho se había hecho tanto a la idea de formar un grupo con él... incluso no le importaba que fueran sólo ellos dos, pero estaba seguro de que lo quería con Jisung.
Se sintió traicionado por la forma tan rápida en el que lo aceptó. Ni siquiera pensó en él cuando firmó el contrato.
—¿Por qué no celebramos tu inesperado debut, Sung?— Comentó la tarde en la que se enteró.
—¡Claro! ¿Dónde iremos?—Estaba tan feliz...
—Comamos fuera, a algún restaurante caro, iremos con mis amigos, también se alegran por ti...
Fue la primera vez que Jisung lo vio. Su sonrisa falsa, una que le estuvo acompañando toda la tarde.
—¡¿Qué hacéis?! ¡Soltadme!— Gritó con lágrimas en los ojos cuando le llevaron a un callejón oscuro.
—Eso, soltadle.— Habló Minho por detrás. Sus amigos le dejaron caer al suelo y Jisung masculló de dolor.
—¿Qué haces?— Le veía con los ojos llenos de lágrimas.
—No... ¿qué crees que haces tú?— Le agarró del cuello de su camiseta.— ¿Es que ni siquiera recordaste en ningún momento que nosotros íbamos a hacerlo juntos?
—Y-Yo-
—Dijiste—Le interrumpió.— Que brillaríamos bajo los focos. ¡¿Tampoco lo recuerdas?!— Le estampó contra la pared y el golpe le causó una grave contusión.— Eres un hipócrita, como el resto, sólo se acercaste a mí por beneficio propio, y ahora... me dejas como si nada. Eres un egoísta arrogante.— Le dio el primer golpe.
Le rompió.
Porque nunca antes alguien había confiado tanto en Jisung como lo había hecho Minho, no hasta aquel día.
Él y sus amigos no dejaron de golpearle hasta dejarle lleno de moretones y sangre.
Al día siguiente, Jisung dejó la empresa.
Minho tampoco tardó en hacerlo.
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—Wow.— Soltó Jeongin, otro compañero del grupo.— Eso explica bastantes cosas.
Sin darse cuenta, Minho confesó todo aquello al resto de miembros del grupo que ahora le miraban expectantes sentados junto a él en la sala de baile.
—Deberías de disculparte.—Dijo Seungmin.
—He querido disculparme todos estos años, pero... joder, tampoco tenia forma de contactarle. Y no es como si me fuera a perdonar, una paliza así no se olvida fácilmente... creo que hasta le dejé alguna cicatriz, mierda.
—Al menos estás arrepentido y reconoces tu error.— Hyunjin dio unas cuantas palmadas en su espalda.
—Aunque me disculpase ahora que tengo oportunidad... él no me tomará en serio.
Sentía que se ahogaba.
Estaba encerrado en su habitación y acababa de tener un ataque de ansiedad.
Después de todo, Minho tenía razón, se sentía muy solo.
Cuando ocurrió la pelea, nada volvió a ser igual. Jisung aprendió a vivir solo.
Y estar solo es genial, porque no tienes a nadie molestándote o diciéndote qué hacer.
Pero sentirse solo es horrible.
Quiso salir para, al menos, respirar aire fresco.
Mala decisión.
Pronto se encontraba rodeado de personas que, sorprendentemente, le reconocían.
Imagen Pública.
Aunque los paparazzi eran lo peor. Salir sin protección, ¿en qué pensabas, Han Jisung?
Una mano se aferró a él y consiguió sacarlo de entre la multitud.
—¡Gracias!— Cuando la persona que lo sacó de allí quitó su mascarilla, se congeló.— Oh.
—Estás bien, ¿verdad? Has tenido mala suerte, una persona te reconoce y el resto la sigue.
—Tú eres...
—Oh sí, perdón, no me presenté. Soy Seungmin, de Stray Kids, creo que sólo coincidimos una vez pero la verdad nunca hemos hablado.
—¿Qué haces por aquí? Tan tarde en la noche...
—Sentía que me ahogaba.
—Sí, conozco esa sensación.
—Tú y Minho...— Habló luego de estar un rato en silencio.— Bueno, ahora que sois compañeros de televisión... ¿cómo se comporta contigo?
—B-Bueno, a veces él es...
—Un poco cabronazo, ¿verdad?
—Diría que la mayoría del tiempo.— Seungmin carcajeó así que Jisung lo hizo también. Era bueno saber que ahora Minho tenía amigos decentes.
—Sí, reconozco que lo es. Pero, ¿sabes? Hay muchas cosas de las que no estoy orgulloso, pero, mis miembros... bueno, sí, todos son unos cabronazos pero, Minho no es un cabrón de verdad, ¿me explico? Lo conozco desde hace dos años, aunque sé que tú lo haces desde más.
—¿Él os lo ha contado?
—Sí. Nos lo ha contado todo, de hecho.— Jisung tragó fuerte.— Han.
—¿Sí?
—Minho ha cambiado. Dale una segunda oportunidad.
Pasó una noche luego de una cena con todos los organizadores del programa. La empresa les habían invitado a ellos dos también, así que por educación, no pudieron rechazarlo.
—No creo que debas de beber otra copa...— Le pedía Minho, viendo como Jisung ya iba por la cuarta.
—Está bien, yo -Hip- controlo.
—Ya estás borracho, ¿verdad?— Le dijo quitando la copa de sus manos con facilidad.
—¡Pero qué dices!— Reía. Sus mejillas y orejas teñidas de un tono rojizo.— Se cree que estoy borracho...— Acusó a Minho con un miembro del staff que pasaba por allí al lado.
—Bien, sí, creo que ya es hora de irnos.
—¡¿Qué?! ¡No!— Minho tiró de su brazo y le obligó a andar.—¡No, no, no, no, no!
—Vamos, no te comportes como un niño chico...— A ese punto, todos en el salón le estarían viendo.— De acuerdo, ven aquí.
—¿Ah?— Minho apoyó una mano en su espalda y la otra levantó sus pies, cargándolo como princesa.—¡Oye! ¡Bájame!
—No te voy a bajar hasta que lleguemos a tu casa.
—¿A-A mi casa? Ay, pillín...— Pellizcó uno de sus mofletes. Estaba realmente borracho.
Minho pensó si esa parte de Jisung había olvidado lo que le había hecho cinco años atrás.
—E-Está bien pero... llévame a caballito.— De repente, se sentía tímido.
—Vale.— Minho dejó que bajase y luego se agachó un poco, lo suficiente para que Jisung colocase las manos en sus hombros y pudiese apoyarse en su espalda.
—Hm.— Hizo un pequeño ruidito al subirse. Cuando Minho lo levantó, se quejó un poco.— N-No te muevas tanto que me mareo...
—¿Que te qué?
Afortunadamente, Jisung no vomitó en su espalda.
Luego de un par de indicaciones falsas, por fin llegaron a la puerta de su apartamento.
Aunque no se dieron cuenta de que alguien más les seguía.
—Vamos, ya hemos llegado.— Sin embargo, Jisung no bajaba de su espalda.
—No...no quiero.
—¿Qué?
—Quédate. No quiero que te vayas otra vez.— Le abrazó más fuerte. Pensó que quizás estaba dormido, pero cuando le dejó en el suelo, todavía estaba despierto.
—Jisung, ¿estás...?— Estaba llorando.
—Desearía no haberte conocido nunca.—
Vio cómo restregaba las manos por sus ojos para quitar de allí las lágrimas.
Minho le rompió a golpes, pero él lo hizo con unas simples palabras.
—Porque ahora...— Gimoteaba.— Tengo que irme a dormir cada noche... con la sensación en el pecho de que... lo hice mal.
Minho paró todo por un segundo. Incluso dejó de respirar.
Apretó el puño de ira. Estaba enfadado.
Enfadado consigo mismo. Porque después de tanto tiempo era incapaz de admitirle lo mucho que se arrepentía, lo mucho que odiaba que él tuviese que sentirse mal por algo que no fue su culpa.
Con furia le agarró del cuello de la camisa y le acorraló en la pared.
Desde cerca podía ver una marca en su mejilla. Se notaba que aplicaba suficiente maquillaje para ocultarla, pero estaba ahí; una cicatriz.
—Tú... ¿no entiendes que-
Un flash cegó a Minho durante unos segundos. ¿Qué había sido eso? ¿Una foto?
Si había alguien ahí sacando fotos, entonces... ¿qué pasaría con su reputación si pensasen que estaba realmente enfadado con Jisung?
Así que se le ocurrió una idea más tonta.
Le besó.
Mierda. Mierda. Mierda. ¿Qué demonios hacía?
Jisung abrió tanto los ojos que casi se salían de sus órbitas.
Minho mentiría si dijera que no le gustó. También lo haría si le hiciese creer que no era lo que había querido desde hace tanto tiempo.
¡Pero no así!
Se volvió a escuchar una cámara de fotos pero cuando Minho se apartó y fue a buscar quién era, esa persona corrió hasta huir de allí. Antes de que Minho le persiguiese, Jisung comenzó a reír.
—¿Qué?
—¡Tú también estás borracho!— Carcajeaba. Pero paró en seco cuando una arcada se apoderó de él.
—Oh no, ¡las llaves, Jisung, las llaves!
Al menos se alegraba de que el beso hubiese quedado olvidado.
—¡Han Jisung! ¡¿Se puede saber qué es esto?!— Su manager le reclamaba una foto que se había esparcido como la pólvora en la que salían él y Minho besándose.
—Y-Yo tampoco sé qué es eso...
—¡¿Cómo que no sabes qué es esto?! ¡Estás en todos los medios! Ni siquiera podía ser una idol femenina... ¡tenía que ser Leeknow! ¡Has besado a un hombre!
—¡De verdad que no lo recuerdo! Además, lo dices como si fuera algo malo...
—¡Claro que lo es! ¡Ahora todo el mundo piensa que ustedes dos están saliendo! Primero esa foto en la que estabais tan cerca ¡Y ahora esto!
—¡Te dije que los buenos amigos no hacían esa clase de cosas!— Le reclamó Jisung a Minho, quien había estado en esa sala todo el tiempo.
—Ya hablé con mi empresa.— Dijo.— Y ellos acusarán a la persona que publicó la foto de difamación, también modificarán nuestras caras y dirán que esa era la foto original... esto no llegará muy lejos.
—Aunque.— Prosiguió ahora Jisung.— Seguiremos presentando Mucore...
—No llegará lejos.— Volvió a decir Minho.
—Y ustedes dos...— Su manager les sentenció con la mirada.— Como les vuelva a ver haciendo algo por el estilo... estáis muertos.
El manager dejó la sala y ahora sólo estaban Minho y Jisung en ella.
—No puedo creer que me besaste...— Suspiró Jisung.—¿Qué demonios te pasó por la cabeza?
—Es que parecía que estaba a punto de pegarte y...
—¡¿Y por eso se te ocurrió la maravillosa idea de besarme?!
—Te prometo que es mejor que la gente piense que nos amamos a que nos odiemos.
—¡Pues qué irónico que sea justamente al revés!— Espetó. Se estaba poniendo nervioso.
—Oye, tampoco- ¿Jisung?— Cuando volvió a verlo, su cara estaba empapada de lágrimas, su respirada inestable y sus temblores le dieron a entender que estaba pasando por un ataque.
Minho le conocía mejor que nadie en aquel edificio. Le conocía mejor que cualquier persona que le hubiese puesto las manos encima, e incluso le conocía mejor que el estúpido que le hubiese recetado esas malditas pastillas.
Jisung no necesitaba droga, Jisung necesitaba ayuda. Ayuda de verdad.
—Ey, Sung.— Hacía años que no le llamaba así.
—N-No sólo.— Le costaba hablar, estaba hiperventilando.— Déjame solo, por favor...— Pero sus ojos le suplicaban que se quedase. Que le abrazase y le dijera que todo estaba bien, hasta convencerlo y tranquilizarlo.
—Oye, Sung, ya está bien, ¿vale? Dime qué necesitas.
—Mis pastillas... e-están en mi bolso... tráelas por favor.
—Sí, voy.— Corrió hacia el bolso. No era la primera vez que había experimentado algo similar con Jisung. Él ya se había acostumbrado a eso, mucho tiempo atrás. Se preguntaba quién había estado cuidando de él en su ausencia, o si había aprendido a manejarlo por sí mismo. Algo dentro de él dolió al reconocer que quizás Jisung no le necesitaba para nada nunca más.
—Gracias...— Las tomó cuando Minho se las ofreció.— ¿Puedes irte? Q-Quiero estar solo...
Minho le miró. Así que ahora las cosas eran así...
—Claro. Si necesitas algo, llámame.— Rio para sí mismo porque Jisung no tenía su número.— O grítame, lo que tú veas...— Jisung sonrió ante su broma.
Cuando Minho dio la vuelta, Han volvió a hablarle.
—Aunque puedes estar solo conmigo...
Una luz de esperanza brilló dentro de él, porque eso era algo que habían desarrollado años atrás, donde sólo se sentaban junto al otro, no hacían nada, ni siquiera hablaban. Sólo miraban el infinito, pero al hacerlo ambos era más cómodo.
—Sí. Puedo estar solo contigo.
Se sentó a su lado. No le importó mucho el haberse acercado tanto a Jisung, de todas formas a él tampoco parecía importarle. No cuando tan pronto como se sentó Jisung se tiró encima para abrazarle. Se ocultó en su cuello y soltó todas las lágrimas que le quedaron atascadas. Incluso cuando los recuerdos del pasado se habían quedado estancados dentro de su memoria en forma de trauma, los brazos de Minho siempre conseguían hacerle sentir bien.
—Está bien, puedes soltarlo todo. De todas formas hace calor y refrescarme el cuello no está de más.— Escuchó cómo Jisung soltaba una risita tímida.
—Olvidé lo bien que se sentía estar contigo cuando no estás modo "Hijo de puta".
—¿Cómo es ese modo?— Preguntó acariciando su espalda.
—Bueno, ya sabes, te pones histérico y rompes cosas...
—Oh, sí. Mi modo "problemas de ira".
—Sí, ¿lo recuerdas? La última vez me rompiste a mí.
—Dime la verdad, ustedes dos se besaron, ¿no?
—Déjale Jeongin.— Replicó Hyunjin.— Además, se nota que sí, ¿no ves lo rojo que está?
—¡Ustedes dos, cállense!— Jeongin y Hyunjin rieron a la par.— Sung va a llegar en cualquier momento...
—Oh, ¿Sung? ¿Es que ahora se ponen apodos cariñosos? ¿Y él cómo te llama? ¿Honnie?— Jeongin rio por las ocurrencias de Hyunjin.
—Hola...— Comentó incómodo al entrar a una habitación con tantas personas desconocidas.
—Jisung, hola.—Minho sonrió inconscientemente.—Vamos a otra habitación, aquí no hacen más que chismorrear.— Espetó mirando a sus compañeros.
—Oh, ¡hola, Seungmin!
—Hola Han.— Seungmin le sonrió. Él le caía muy bien. De todos allí, parecía el más calmado.
—¿Para qué me has llamado?— Dudó Jisung cuando ya abandonaron la habitación.
—Al parecer la gente se ha creído eso de la foto y esos rumores se han desmentido todos.
—Me alegro. Oh, te has teñido el pelo, ¿verdad?— Habló nervioso mientras jugaba con sus dedos. Lo suyo no eran los elogios, definitivamente.
—Sí, ¿por qué?
—N-Nada, el rubio te queda...interesante.
—¿Interesante?— Minho sonrió de lado.—¿Quieres decir que me queda bien?
—Sí, bueno... ¡además, yo también lo tengo rubio ahora así que compartimos color de pelo!— Jisung rio por sus ideas. Minho también lo hizo, pero no porque ahora ellos dos tuviesen el pelo color rubio, sino porque había olvidado lo bonita persona que era Han Jisung.
Y pensar que él mismo le destruyó hace años... hacía que su corazón diera un vuelco.
—Oye yo... tenemos que hablar. — Minho le paró.
—Oh, ¿Te parece si vamos fuera? El aire de aquí hace que me ahogue.
—Claro.
Sin quererlo llegaron a un puente. Ninguno de los dos hablaba, pero las palabras tampoco hacían falta.
—¿Cómo empiezo esto...?— Sin darse cuenta, se acercó lo suficiente a Jisung como para dejarle paralizado contra las barras del puente.
—¿Por el... principio?— Jisung se puso nervioso al tenerlo tan cerca. La última vez ellos dos acabaron besándose, aunque no lo recordase muy bien. Era una pena.
—Bien. Lo siento.
—¿Ah?
—Lo siento por haberte pegado un puñetazo. Lo siento porque después de ese vinieron más. Lo siento por dejarte abandonado en la noche por cualquier calle de Seúl sin siquiera mirar atrás. Lo siento por no haberme alegrado cuando me dijiste que debutarías. Lo siento porque me sentí tan celoso que te culpé de ello. Lo siento porque al día siguiente te quise llamar para pedirte disculpas y tú no contestabas el teléfono. Lo siento porque incluso cinco años después he sido incapaz de decirte todo esto a la cara. Lo siento por haberte hecho pensar que tú lo hiciste mal cuando sólo estabas persiguiendo tu sueño. Lo siento por haberte besado cuando estabas borracho y lo siento porque quiero hacerlo otra vez.
Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre sus labios y le besó con todas las ganas que estuvo reprimiendo durante cinco largos años, sin siquiera dejarle procesar la disculpa.
Lo sabía bien; que le amaba más de lo que debería, y más de lo que Jisung pensaba que lo hacía.
Al separarse, Jisung volvía a llorar.
—¿Pero qué coño te pasa?— Lloriqueó.— Primero me das la paliza de mi vida, luego nos volvemos a encontrar cinco años después, me tratas para la mierda, luego me besas cuando estoy borracho, te disculpas por algo que hiciste años atrás y ¿vuelves a besarme? Me haces sentir como si estuviese en una montaña rusa...
—L-Lo siento, ¿no dije lo suficiente? Perdón, ¿puedo besarte de nuevo?— Se acercó hasta que sus narices se rozaban entre sí.
—Si me besas otra vez vas a hacer que caiga en picado. En mi montaña rusa.— Jisung miró sus labios mientras relamía los suyos.— Y odio las sensaciones fuertes.
—Es una pena.
—¿Por qué?
—Porque yo amo tus labios.
Quizás deberían de haber parado luego de esos dos besos que llegaron después, aunque no fue hasta el quinto en el que se dieron cuenta de que estaban expuestos en la calle, de día.
—La gente nos está echando fotos...— Susurró Jisung sobre el rostro de Minho. Tantos años de abandono se sintieron recompensados teniéndolo ahora a su lado.
—Supongo que no tenemos excusas después de esto.— Sonrió antes de volver a juntarse en otro beso. Sí, ellos dos eran un desastre.
Un desastre tan bonito que brillaba.
—Entraremos en diez minutos.— Habló Minho.
Ellos dos estaban esperando para entrar a presentar el programa. Era otro sábado.
—Escuché que estás nominado a mejor nuevo artista del año.— Volvió a hablar.
—Sí.— Fue lo único que dijo. Minho frunció en ceño.
—¿Estás bien?— Se acercó a él, pero Jisung dio media vuelta.
—Voy a ir entrando...
—Pero...— Cuando quiso pararlo ya se había perdido entre los trabajadores del programa.—Seungmin, ¿has visto eso?
—¿La manera en la que te ha rechazado? Sí.— Seungmin le respondió desde el sofá. Un miembro del staff le preparaba para actuar ese sábado.
—¿Por qué? ¿Qué he hecho mal ahora?— Se llevó las manos a la cara desesperado.
—Bueno, quizás es porque le succionaste el alma en público incluso cuando su manager dijo basta, luego de eso todo el mundo cree que sois una pareja de verdad y tú todavía ni siquiera se lo has sugerido.
—Oh... había olvidado esos... pequeños detalles.
—¿Pequeños?
—Bien. La he vuelto a cagar en grande. Esta tarde mismo le-
—¿Vas a hacer qué? Hace cinco años que no os veis. Creo que lo mejor es que os pongáis al día.
—Sí... voy a hacer eso, ¡gracias Seungmin!— Corrió para abrazarle, pero este corrió para que eso no sucediese.
—¿Para qué me has traído aquí?— Cuestionó entrando al restaurante, luego del Mucore de ese día.
—Bueno, este fue el prim-
—El primer restaurante al que vinimos, sí.
—Bueno, quería que... hablásemos de todos estos años.— Dijo sentándose en una mesa ya reservada.
—Técnicamente aún no te he perdonado.— Minho quedó petrificado.
Jisung tenía razón. Si él no le perdonaba tampoco podría hacer nada para remediarlo.
—Estoy en todo mi derecho de no hacerlo.— Continuó.— Quiero decir, incluso después de reencontrarnos me trataste mal.— Minho cerró los ojos maldiciendo sus impulsos.
Ver a Jisung le causaba ira, pero no por algo que él hubiese hecho, sino porque era incapaz de abrirse lo suficiente.
—Sí, tienes razón. Yo lo entenderí-
—Te perdono.— Le volvió a interrumpir.— No vivo en el pasado. Además, hay una persona que me pidió que te diese una segunda oportunidad.
—¿S-Sí?— Minho podría llorar de felicidad.
—Sí. Así que más te vale pedir mi postre favorito. Por cierto, invitas tú.
—Claro.— No le importaba si Jisung ahora le pedía un lamborghini, se lo compraría y se endeudaría de por vida si significaba tenerlo a su lado.
Cuando llegó su tarta y comenzó a comerla felizmente, Minho no pudo evitar preguntar.
—¿Por qué escogiste llamarte "Han"?— Si bien la pregunta parecía ridícula, todo tomaba sentido cuando ellos dos cinco años atrás discutían sobre sus nombres de artista. Minho sugirió "Han" y a él le encantó. Se sorprendió cuando incluso después de lo que hizo lo escogió para su nombre.
—Va a sonar algo... tonto, pero aunque después de todo lo que me hiciste... bueno, seguías siendo mi amigo. Además, lo prometí...— Minho volvía a sentirse mal, porque había dañado a alguien tan bonito.
—Lo siento po-
—Dije que te perdono. Es más, deberíamos de hablar de lo bien que me queda el color azul, ¿no te parece?— Mencionó llevando las manos a su pelo.
—Sí.— Minho sonrió.— Te queda genial.
El año llegó a su fin y como se celebraba siempre, tendría lugar la entrega de premios a los artistas más destacables.
Y Jisung estaba preparado para salir a presentarse con una actuación, como todos seguramente harían, sin embargo, se mordía las uñas como tonto porque esa era la actuación más grande que había tenido hasta la fecha.
—Sung, cariño, ¿estás mordiéndote las uñas?
Minho le miraba preocupado y no pudo evitar sonreír. Quizás le quería transmitir que "estaba bien" cuando el resto de su cuerpo le demostraba lo contrario.
—Es sólo... siento que me voy a olvidar de algo, y-yo...
—No.— Minho le obligó a sentarse junto a él en el sofá. Afortunadamente, no había nadie más en su camerino, aunque no hubiera sido un problema. Al fin y al cabo, la gente ya sospechaba que tenían algo.— Lo vas a hacer perfecto, como siempre lo has sido.
—Pero, ¿y si-
—¿He dicho ya que me encanta tu lunar?— Le interrumpió.—Este de aquí.— Tocó el lunar que adornaba su mejilla y luego posó un beso encima.
Jisung rio.— Creo que lo has mencionado alguna vez... pero, te estaba hablando de mis problemas, ¿qué pasa-
—Oh, también amo tu sonrisa. Eres tan lindo... se me apetece besarte, ¿puedo besarte? Sí, ¿verdad?
—Oye-
Minho volvió a interrumpirle con otro beso, esta vez en sus labios.
—¡No me estás dejando terminar!— Se quejó de una vez.
—Esos pensamientos tuyos tampoco.— Replicó.— Vienen a tu mente sin más y te hacen dudar de tus capacidades.
—¿Y qué hago? No puedo simplemente deshacerme de ellos.
—Puedes vivir con ellos. Mira.— Minho acomodó a Jisung en su regazo.— Puede que se te olvide algo. Puede que no salga como esperabas, ¡Pero te ocurre a ti y a muchísima más gente! Así que si te caes en el escenario, te levantas y sigues. Si no te gusta cómo acabó la presentación pues la siguiente vez lo haces mejor. Ahora bésame porque después de ti me toca a mí y también necesito fuerzas.
Jisung rio cuando Minho le besó sorpresivamente otra vez. Ellos eran algo todavía no definido, pero sin duda algo muy bonito.
—Bien, lo haré con todas mis fuerzas.
—Sí, quiero verte brillar.
—Ya lo estoy haciendo.— Respondió seguro de sí mismo.
—No te veo.
—Porque tú también estás brillando.
Todas las actuaciones de la noche acabaron y sin duda había salido como se esperaba.
Ahora tocaba la entrega de premios, y si Jisung ganaba el premio a mejor artista nuevo del año sin duda quedaría grabado como historia de su carrera.
—Continuemos con el premio a mejor cantautor y compositor...
Jisung observaba la entrega de premios desde su asiento y en su mente criticaba si era merecido o no. También hacía apuestas que nunca ganaban. "¡Esto es falsísimo" Decía cuando ganaba alguien que, según él, no lo merecía.
De repente sintió algo helado en su mejilla y pegó un salto en su asiento.
—¡Ah!— Pero al ver a Minho con una botella de agua fría se tranquilizó.— No me asustes así...
—Pensé que quizás tenías sed. Con lo bien que lo has hecho... — Se sentó en una silla libre a su lado y acarició su mejilla mientras Jisung bebía.
—Vosotros también lo habéis hecho genial. Te prometo que no dejé de gritar.— Minho carcajeó.— Oye...
—¿Sí?— Le vio con esa sonrisa que amaba, esa sonrisa que le salía sin darse cuenta y que deseaba que todo el mundo viera. Ojalá todos conocieran esa parte de Leeknow.
—Quiero... que si por alguna razón ganase, subieses conmigo a recoger ese premio.
—¿Por qué? Es tuyo...
—Porque de todas las personas que hay aquí, tú fuiste el único que confío en mí desde el principio.
—Pasaremos a la entrega de mejor artista nuevo del año.— Jisung agudizó los oídos. Si escuchaba su nombre lloraría, gritaría, juraría que hasta podía tirarse al suelo y rodar. Al fin y al cabo, ese era su sueño.
Al principio, creyó escuchar su nombre, pero al ver que Minho no reaccionaba pensó que escuchó mal, o quizás sí escuchó bien. ¿Lo hizo?
Sí, lo hizo.
—¡Han!— Su nombre y fotos de repente inundaron las pantallas de los lados del escenario. Ahora estaban esperando a que él subiese a recoger el premio que le pertenecía.
Y tal y como se lo pidió a Minho, fue con él, aunque no pasó al escenario, quedó tras el telón.
Jisung caminó impaciente, pero al notar que Minho no le seguía del todo dio media vuelta.
Le veía sonriendo detrás del telón, indicándole con las manos que recogiese el premio.
"Dijiste que brillaríamos bajo los focos. Eres un hipócrita. Eres un egoísta arrogante"
Las palabras que Minho le dijo años atrás empezaron a hacer estragos en su cabeza. No quería que le dejase. No quería que Minho se fuese de su vida otra vez.
"Esos pensamientos tuyos... Puedes vivir con ellos."
Jisung se acercó a Minho y tiró de su mano. Pudo escuchar una queja de su parte pero realmente no le importó.
Y tan pronto como agradeció el premio y lo sostuvo en sus manos, se lanzó para besar a Minho.
Le estaba besando frente a millones de personas. Seguramente el vídeo circularía por internet durante los siguientes meses, pero le daba igual, porque para él Minho lo significaba todo.
Él era la persona en la que podía confiar, quien supo aceptar sus errores, quien le hacía sentir bien.
—Estás loco...— Murmuró Minho cuando Jisung enganchó los brazos a su cuello.
—Pues este loco acaba de ganar el premio a mejor artista nuevo del año.— Sonrió a más no poder. Escuchaba cómo la gente aplaudía, pero los demás no importaban.
Los demás no eran necesarios cuando tenía enfrente al amor de su vida. A alguien que todavía estaba aprendiendo a querer. Tenía a Jisung en sus brazos, y con eso era más que suficiente.
—Ahora te veo.— Habló Minho, secando las recientes lágrimas de sus mejillas.— Estás brillando.
✧ Fin ✦
7780 palabras.
N/A:
No os voy a mentir, he escrito esto en tres noches. Me llegó la inspiración y necesitaba hacer de esto un one shot. En realidad, es el primero que hago.
¿Quizás escriba una continuación corta...?
3・🐱
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