Lola

Removió la bufanda que le cubría la mitad del rostro y buscó su cartera mientras Archie le decía el total.

Sacó una cartera de cuero junto a unas llaves y le dio el dinero a Archie, levantó la cabeza y entonces cruzó su mirada con la mía.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntamos al mismo tipo.

Andy se quedó paralizado un segundo.

—Trabajo aqu.. —sacudí la cabeza y me corregí—. Trabajé aquí con Archie, ¿no lo sabias?

Andy inclinó la cabeza hacia adelante y abrió los ojos impresionado, se llevó las manos a la cabeza y empezó a sobar su frente con los dedos, empezó a dar vueltas mientras murmuraba maldiciones.

Archie se le quedó mirando confundido al igual que yo. Necesitaba explicaciones ahora.

Él debía de estar con los chicos, lejos de esta tienda, debían de estar ocupados con entrevistas o shows.

Nos dio la espalda por un momento y se quedó quieto, luego escuchamos su inhalación y dejó salir una fuerte exhalación.

—¡Hola, Lola! —se volteó y me saludó con un abrazo, entonces se dirigió a Archie y leyó la etiqueta en su camisa—. Y a usted, Señor Waters, tiene una tienda muy buena.

—Gracias por su compra —le estrechó  la mano que le ofrecía y con la otra le acercaba la bolsa con sus discos.

Trate de ser paciente y espere a que Andy terminara su interacción con Archie. Parecía que estaba interesado en saber más de él y su negocio, ignoraba que a él le faltaba responder qué hacía aquí.

Hice un esfuerzo por recordar a Brian y cualquier mención de su regreso, revisé fechas y conversaciones que guardaba en mi memoria pero...

No encontré nada que me avisara que estarían en la cuidad. Lo cierto era que no habíamos hablado por varios días, no tenía ninguna noticia reciente de él.

Cero llamadas y cero correspondencia.

Era como si todo ese tiempo que pasamos juntos hubiera sido solo un sueño. Una memoria muy lejana, era un fantasma del pasado.

Existían días en los que se sentía como si no nos hubiéramos conocido nunca.

Yo me encontraba en la tienda de discos con Archie y Brian estaría quién sabe dónde con su banda.

Cada quién indiferente de la existencia del otro, cada uno haciendo su vida.

Así es justamente cómo se sentía todo, esa era nuestra realidad. Este había sido uno de esos días hasta que Andy apareció.

Sorprendentemente Paul era una figura presente, más que Brian, el que era mi novio.

Paul hasta me había enviado un arreglo de flores, uno de los músicos más populares en la actualidad.

Aparentemente Brian, con su popularidad como músico que seguía en ascenso, ya no se tomaba la molestia de comunicarse conmigo.

Empezaba a enojarme aún más con él al tomar en cuenta esos detalles, mis dedos tomaron parte de mi abrigo y froté mis dedos en la tela. Tenía que calmarme y preguntarle a Andy qué era lo que estaba pasando.

Archie me dio un codazo y lo miré a la cara para luego pasar a la de Andy.

—Supongo que Brian lo mencionó alguna vez, la verdad no lo recordaba hasta que pues, te encontré aquí —señaló el mostrador y el resto de la tienda para resaltar su aclaración.

—Nos dimos cuenta —sonreí incómoda con Archie y entonces él decidió alejarse un poco para darnos espacio—. Yo también estoy sorprendida de verte, ¿no deberías estar con los chicos?

—Sí, me enfermé y regresé antes, ellos se quedaron con alguien más —pegó la bolsa a su cuerpo y, así pude ver mejor la cartera y las llaves que permanecían en su mano. Una llave en especial me llamó la atención.

En mi cabeza apareció una imagen de cuando Brian me dio una copia. Corrección: Me la entregó el chofer Clint, pero había sido de parte de Brian.

La que estaba ahora en posesión de Andy se parecía muchísimo a la mía, podría haber jurado que aquella llave era la original. Se veía usada y tenía uno que otro rayón.

Él lo notó y cambió de mano, sujetó la bolsa y la otra desapareció en uno de sus bolsillos. Un poco tarde para pensar que ocultarla ayudaría en algo, solo incrementó mis sospechas.

—Creo que debería irme ya —Andy parecía debatirse entre quedarse callado o decir otra cosa, advertí un reflejo en su boca.

Debió de esperar lo que se aproximaba.

—¿Esa es la llave de Brian? —le pregunté y él no estaba seguro de responder, ahora los dos estábamos nerviosos.

Y entonces asintió y yo traté de descifrar por cuál motivo mantenía la llave con él.

¿Brian también estaba de regreso? Supuestamente no, en palabras de Andy, los chicos seguían trabajando con alguien sustituyendo su lugar.

Esto no era para nada algo que Brian haría, volver y evitarme, borrarme del mapa de esa manera.

¿Sonaba exagerada? Quizás, pero se trataba de uno de mis temores... Su silencio, su ausencia en mi vida.

El tiempo pasaba y eso se convertía en lo normal, no tenerlo conmigo, no me refería únicamente al contacto físico.

Y sí, extrañaba sentir sus brazos envolviéndome y sus besos recorriendo mi cuerpo pero, también me faltaban sus cartas de amor y poder escucharlo hablar y reír a través del teléfono.

Lo echaba de menos, quería que estuviera a mi lado, quería que nuestra relación fuera como antes.

Sé que era imposible pedir algo así, no siempre puedes tener aquello que quieres.

Al menos no tan fácilmente.

En la vida de Brian y en la mía existía un desequilibrio. Estábamos perdidos. Su silencio no me dejaba tranquila y no sabía qué sentir al respecto.

La idea de que él fuese capaz de hacer algo así, de bloquearme, de que estuviera molesto e inconforme con el nuevo giro que le estaba dando a mi vida. Esperaba una reacción diferente de su parte.

No sabía qué hacer, el punto en el que estábamos me hacía sentir mal, intentaba trabajar y distraerme pero él siempre lograba regresar.

Siempre.