Capítulo #31
LOLA
Esta semana mi hada madrina logró que tuviera una entrevista de trabajo porque le mostró mis fotos a un amigo que conocía de una agencia.
Nunca me sentí tan nerviosa como lo hice ese día, aunque Julia estuvo conmigo para acompañarme en todo el proceso.
Cuando acabó me sentí aliviada pero con miedo de haberlo estropeado y ser rechazada.
Antes de tomar caminos separados, Julia a su oficina y yo a casa, ella trató de calmarme y asegurarme de que les había gustado y que me llamarían de regreso.
Julia tuvo razón y así que toda la espera y la ansiedad que me comió el cuerpo valió la pena. A los pocos días regrese para que la agencia me tomara a bordo y ser parte de ellos.
Hoy realicé mi primer trabajo que me tomo todo el día, llegué a casa para ir directamente a mi cuarto y caer rendida en la cama como una roca.
****
Podía ver con más claridad el cuarto, señal de que había amanecido y tendría que empezar otro día. Estaba tan cómoda entre mis sabanas y me acurrucaba en las almohadas, quería quedarme ahí hasta el siguiente año.
Mis ojos se cerraban y pensaba en tomarme unos minutos más hasta que escuche a alguien entrar a mi cuarto.
—Levántate dormilona, ha llegado algo para ti —la tía Alice me sacudió del brazo para despertarme.
—¿Ahora qué pasa? —le pregunte quitándome las sabanas de encima.
—Ven, al parecer Brian ya se arrepintió—salió de mi cuarto sin decir más y dejarme con la curiosidad.
En la noche de la discusión, la tía Alice logró escucharlo todo pero decidió esperar al día siguiente para hablar conmigo.
Ella también se molesto con Brian y por eso al principio de nuestra platica lo insulto un poquito.
Permití que lo hiciera hasta que el pan no era más que migajas de tanto golpe que le dio contra la mesa.
Una vez que pudo tranquilizarse y volvió a comportarse como una persona civilizada, empezó su discurso sobre ser una mujer fuerte y saber valerse por si misma.
La escuche atentamente y absorbí cada una de sus palabras de sabiduría porque luego me tocó hablar a mí.
Tuve que devolverle la imagen que tenía de él, de cuando apenas comenzábamos a salir. Trate de convencerla de que él era bueno y sus intenciones no podían ser malas.
Y que la razón por la que se había comportado de esa manera desconsiderada se debía al estrés que le daba la gira por el país.
Los chicos apenas dormían por los conciertos y estar viajando, en el día iban como locos de un lado a otro haciendo entrevistas y más cosas.
Por suerte logré que le agradará Brian nuevamente, eso creía yo porque ya no veía ningún rastro de enojo hacia él. O quizás sabia esconderlo bien y yo no lo notaba.
En todo caso, me ponía contenta que Brian mostrará cualquier señal de que aún le importaba lo nuestro.
Me levante de la cama para salir del cuarto e ir a las escaleras, baje a la cocina y lo primero que vi al entrar fue un arreglo de flores (de rosas rojas en una base de cristal) muy hermoso.
—Nada mal —dijo la tía Alice asintiendo y haciéndome saber que aprobaba la ofrenda de Brian—. El detalle es precioso pero ahora falta escuchar su disculpa. Más le vale no arruinarlo que aquí no le estaremos consintiendo otra metida de pata.
Ignoré su comentario aunque no se alejaba mucho a lo yo pensaba respecto a Brian. Todavía me sentía molesta porque seguía sin entenderlo a él y sus razones por las que debía de hacer un lado la experiencia de modelar.
Él no podía decirme qué hacer y que no, yo ya había hecho mi decisión y Brian tendría que respetarla y aceptarla si quería estar conmigo.
Aún teniendo todos esos pensamientos, trataba de no darles tantas vueltas y así terminar confundiéndome más. Creía que era un asunto que teníamos que hablar en persona para arreglarlo y aclarar las cosas.
Me acerqué a la mesa y al hacerlo el aroma de las rosas fue más fuerte, pase mis manos entre ellas hasta que sentí un piquete en el dedo.
Metí la mano en las rosas para buscar lo que me había picado y lo que encontré fue un sobre blanco.
Era uno pequeño, de esos que se le ponen a los arreglos y así escribir una dedicatoria breve.
—Si esa resulta ser su disculpa, le haré escribir su propio testamento unas quinientas veces —comentó inesperadamente Pepper provocando que diera un salto y se me detuviera el corazón del susto.
Pepper se encontraba en una esquina comiendo una manzana, obviamente estaba tan informada como la tía Alice.
Al parecer mi atención en el sobre y mi situación con Brian hicieron que no notará su presencia.
—Vaya, con qué así está tu consciencia —dijo burlándose.
—¿Quién te dejo entrar?
—Fui yo, ¿ok? Ahora Lola, apúrate que debemos ver si le vamos planeando un castigo a Brian —la tía Alice me dio un empujón leve para animarme a terminar con la tensión de una vez.
—Tía, cálmese que todavía me falta leerlo —tome un respiro y comencé a abrirlo—. Y por favor, dejen de ser tan negativas —tal vez debía de escuchar mi propia petición al igual que ellas.
Me sentía nerviosa porque no tenía idea de lo que podría decir, tenía días sin hablar con Brian y no sabía cómo se sentía, si había cambiado de idea y me apoyaría, o si pensaba que lo nuestro ya no valía la pena.
El sobre y arreglo floral podrían significar dos cosas:
La primera era que nuestra relación había finalizado y a él le era difícil decírmelo en la cara.
Probablemente pensó que enviar un arreglo era conveniente para el rompimiento y su significado: todas las flores se marchitan algún día y eso fue lo que lamentablemente le pasó también a nuestro amor, acabo marchitándose.
La segunda era que el orgullo de Brian no le dejaba llamarme, por eso el sobre con una disculpa y anunciando que hablaríamos.
Tomarse esos días en los que nos aplicó la ley del hielo le habrían ayudado a pensar con claridad, pudo darse cuenta de lo cerca que estuvimos de perder lo que teníamos.
Todo por un problema que tenía solución pero que decidió ignorar en su momento. Las flores eran para que yo viera que aún le importaba y estaba dispuesto a seguir.
Abrí el sobre y saque la nota que tenía en el interior, el mensaje realmente era corto.
Me llamaba la atención que la letra de Brian era diferente y al firmar no había escrito su nombre completo.
Al menos lo que decía la nota me hacía creer que todavía estaríamos juntos.
—¿Y esto como lo podemos interpretar? —preguntó Pepper que ahora estaba a mi lado y mi tía del otro, ambas con la vista en la nota.
—Supongo que hará un intento más —le contesto la tía Alice poniéndose sus lentes—. A ver, préstamela un momento —le pase la nota y la observamos mientras la leía—. Hmm, tenias razón Lola, está tan ocupado que no pudo ni cerrar la "B" bien y esa "J" es un desastre.
Pepper se acercó a la tía Alice para mirar la nota una vez más, luego volteó a verme con una sonrisa y yo no entendía por qué lo hacía.
—Préstemela para que su sobrina la pueda ver mejor —tomo la nota de la tía Alice y se puso enfrente de mi alzando el papelito a la altura de mis ojos—. Con tu dedito tapaste una "B" que nunca estuvo ahí, ya ni te digo de la letra del apellido.
"Te veré más pronto de lo que te imaginas, ojalá te gusten las flores.
Con cariño, PM"
En ese momento comprendí el comentario de la tía Alice y el de Pepper, más la sonrisa que mostraba porque sabía qué no me esperada nada de esto.
Me di un golpe en la frente por no haberlo notado antes, Brian obviamente sabía que me gustaban las flores y en todas la cartas que me enviaba no ponía sus iniciales, él prefería firmarlas siempre.
—Esto es interesante —dijo la tía Alice que sonreía al igual que mi amiga—. Se le han adelantado a Brian esta vez.
—Creo que la tía Alice es del equipo Paul —se rió Pepper dándole un mordisco a su manzana.
Brian no me había enviado nada pero al parecer alguien más sí.
Venían de una persona de la que no esperaba recibir rosas y menos una nota anunciando que nos veríamos próximamente.
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