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Capítulo #17



Lola y Pepper se sorprendieron al ver a los hombres que habían visto en el pasillo.

Aunque lo que más les llamó la atención fue ver cómo se arrancaban los bigotes de la cara y las patillas, y quitándose unos lentes al final.

Al hacerlo tuvieron una mejor vista de sus caras y las bocas de ambas se abrieron y formaron una "o" perfecta.

Sus caras no se veían maduras, no eran señores pero sino hombres jóvenes.

Ellos se quitaron el sombrero liberando un cabello largo, reconocían ese corte que era famoso gracias a cuatro chicos.

Pero solo había dos de ellos sentados en el sillón.

—Lola, ¿recuerdas lo que te dije en el baño? —Pepper le susurraba a su amiga que negaba con la cabeza—, ¿qué era poco probable encontrar al menos a uno de ellos justo hoy y aquí?

Pepper le había platicado a su amiga de lo chistoso que sería chocar contra una celebridad y mucho más si se tratará de los Beatles que ni en un millón de años los conocerían.

Lola no podía moverse y tampoco hablar, una cosa era estar detrás de escena y otra conocer a los músicos más populares del momento.

—Hey, ¿qué pasa? —John se levantó del sillón y les ofreció su mano.

Paul rodó sus ojos porque pensaba que aunque era probablemente que todos sabían quiénes eran, presentarse decentemente no estaba de más.

—Disculpen, él es John y yo me llamo Paul —les dijo con una sonrisa y ofreciéndoles también la mano.

Pepper y Lola solo rieron nerviosas.

Los chicos ya estaban acostumbrados a cierto comportamiento así que pacientemente esperaron a que la impresión desapareciera.

Prefieran mil veces esa reacción a una en la que ellas terminen abalanzándose contra ellos y tratarán de arrancarles cabellos.

Pepper tenía muchas ganas de decirles que no era necesario que se presentarán, pero por educación y tal vez por primera vez, hizo que su boca le obedeciera.

—Mucho gusto, yo soy Pepper —saludo primero a Paul y luego a John.

Ella intencionalmente trato de hacer su saludo un poco más lento, le estaba agarrando la mano al amor de su vida que se veía mejor en persona a comparación del póster que tenía.

John notó como la pelirroja ponía un poco más de presión al saludo y ya al soltarle la mano sintió que lo hizo muy despacio como una caricia.

—Encantada de conocerlos, soy Lola —les correspondió el saludo a ambos.

Paul al entrar al camerino de los Stones, no pensaba que lo primero que fuera a entrar por la puerta fuese una chica de cabello castaño y ojos tan brillantes como su sonrisa.

Después de la introducción ahora los cuatros se quedaron parados sin decir nada, esperando que alguno de ellos explicaría la situación en la que estaban.

—Y entonces, ¿trabajan aquí? —Paul rompió el silencio.

Lola y Pepper trataban de hacer memoria porque lo que ellas recordaban era que habían entrado al camerino de los Stones y no al de los Beatles.

—Quién diría que las chicas que están detrás de escena fuesen tan guapas como las bailarinas y actrices que salen en la pantalla —les sonreía John y con un guiño.

Pepper sintió calor en el camerino y pensó que se desmayaría en cualquier momento.

—Oh, no, solo nos invitaron.

Lola se rio nerviosa junto con Pepper y se dio cuenta que lo que decía la gente sobre la personalidad juguetona de John era verdad.

—Y probablemente entramos al camerino equivocado, de verdad, no queríamos molestarlos —Lola agarro a Pepper del brazo y casi la arrastraba hacia la puerta.

—No, chicas, ¡esperen! —Paul extendió su brazo y tenía abierta la mano en señal de alto.

—En realidad somos nosotros los que nos infiltramos.

—Sí, tranquilas, no están en el camerino equivocado.

John y Paul se sentaron e invitaron a las chicas a hacer lo mismo.

Ahora Pepper y Lola los miraban y escuchaban atentas lo que los chicos tenían que decir.

—Estábamos en el set de al lado grabando un especial y cuando acabamos escuchamos que los Stones iban a estar aquí.

Andy les había dicho que estaba trabajando con una nueva banda llamada los Rolling Stones y que sabrían más de ella pronto.

Ese día los chicos habían escuchado el sencillo y pensaban que eran buenos y les gustaba su música.

—Sí, así que le pedimos a la gente que nos ayudarán a mejorar el disfraz para venir acá y no llamar la atención.

—Queríamos verlos tocar por unos minutos o al menos pasar a saludar.

—¿Y dónde están George y Ringo?

Pepper no se quejaba de que dos Beatles estuviesen ahí en ese momento pero tampoco hubiese estado nada mal conocer a los demás.

—Ellos se quedaron viendo el resto de la prueba de sonido.

Pepper casi y podía poner atención, estar en la misma habitación con un John de carne y hueso era uno de sus sueños más salvajes.

—En realidad ya nos habíamos conocido antes, un día nos topamos en la compañía discográfica y platicamos un poco.

Brian no le había contado nada a Lola y él siempre le platicaba sobre lo que hacían.

No se iba a acabar el mundo y ni tampoco se enojaría con él.

Brian y la banda habían estado trabajando mucho en el estudio para mejorar su sonido y sacar buen material, Lola comprendía si se le hubiese pasado contarle.

—Lamentablemente no podremos quedarnos para verlos tocar —dijo Paul que pasó su vista del piso a Lola.

—Y ni para platicar más con ustedes, ya nos tenemos que ir, Paul —añadió John que veía su reloj.

Ambos chicos se despidieron de Lola y Pepper con la mano.

Aunque John no iba a dejar escapar la oportunidad y decidió también darles un abrazo rápido, primero lo hizo con Lola.

Paul al ver la intención de John, decidió imitarlo y le dio uno a Pepper.

Las soltaron y entonces intercambiaron, se guiñaron el ojo el uno al otro mientras que les decían a las chicas que les daba gusto haberlas conocido.

Lola se sintió un poco incómoda en el abrazo, aunque no podía negar que Paul no se veía nada mal y que olía muy bien.

En cambio Pepper, creyó estar en el cielo cuando los brazos de John la rodearon y pegaba su mejilla a la suya.

Los chicos se separaron aunque Paul jalo de Lola al hacerlo, su collar se había enredado en un botón del saco de él.

John y Pepper ni lo notaron porque ahora ambos platicaban a un lado de la puerta, dejándolos a ellos en medio del camerino.

Lola trataba de desenredar el collar del botón y Paul también intentaba ayudarla, ambos reían nerviosos al estar tan cerca y casi chocando narices.

Y entonces la puerta del camerino se abrió y entraron los Stones que les tomó de sorpresa ver la escena.

Sobre todo a Brian, primero vio que en suelo estaba el collar de Lola acompañado de un botón.

De de ahí pasó la mirada a Paul que sujetaba a Lola y sus caras a estaban a solo unos centímetros de tocarse.

Unos segundos antes de llegar a esa escena, ellos habían podido desenredarlo un poco pero el collar no parecía querer ceder.

Por lo que Paul le propuso a Lola que lo empujara para poder liberar el botón.

Lola no quería dañar la ropa de Paul pero no tenían otra opción y ambos se habían desesperado ya.

Así que en el último segundo Lola puso su mano en el pecho de Paul y lo empujó logrando arrancar el botón con el collar.

Pero por el impulso ella perdió el equilibrio y casi cae de espaldas, pero los reflejos de Paul eran buenos y detuvo su caída rodeándola con su brazo y ahora se miraban fijamente.

Cuando intentaban desenredar el collar, Paul noto lo bonita que era Lola al verla tan de cerca, pero sintió algo diferente ahora que la tenía en su brazos y ella sonreía nerviosa.

A Paul le hubiese gustado estar así más tiempo, había algo en Lola que le llamaba la atención y quería averiguar más.

Pero reaccionaron separándose lo más rápido que pudieron una vez que sintieron la mirada de los chicos en ellos y alguien tosía falsamente.

Por suerte John fue el que trató de deshacerse del momento incómodo y saludo animadamente a los chicos, Paul se aclaró la garganta y no tardó en imitarlo.

Pepper pasó de tener los ojos tan abiertos como platos a morderse el labio al sentirse nerviosa por su amiga.

Y Lola también se sentía así porque no sabía que pasaba por la mente de Brian o cómo actuaría con Paul.

—Hola, ¿qué tal? —lo saludo un Paul nervioso.

A Brian le sorprendió ver a Lola en los brazos de un tipo nada ordinario, se trataba del mismísimo Paul McCartney.

Brian no era de ser celoso porque confiaba en Lola y la respetaba, también sabía que era leal y que lo quería tanto como él a ella.

Paul solo evitó que se cayera y eso es todo, no tenía motivo para pensarlo de más.

—Hey Paul, pues muy bien, ¿y ustedes?—le respondió Brian ahora dándole unas palmadas en la espalda.

Mientras que Paul le respondía, por un momento Brian pensó en darle más fuerte y tal vez en la cara, pero quitó ese pensamiento tan rápido como apareció.

—Chicos, no pensé encontrarlos aquí —Andy le dio un abrazo a cada uno.

—Y nosotros tampoco, aunque sí que hemos escuchado el sencillo varias veces ya, van muy bien —John ahora ponía su brazo en los hombros de Andy.

—Pues ya sabes con quién están, uno hace lo mejor que puede.

—Sí, tienes un gran talento en manos —mencionó Paul que veía a cada Stones y ellos le sonreían agradeciéndoles.

—A ver cuando nos dejas a mí y a Paul ir al estudio y meter un poco las narices en lo que hacen.

—Y se traen a Ringo también que sería el indicado para eso.

Los Stones dudaron unos segundos en reírse del chiste pero lo terminaron haciendo, al ver que Andy lo hacía y los chicos los animaban a unirse.

—No pero, de verdad, podríamos colaborar y escribirles algo.

—Sí, John y yo no tenemos ningún problema, si gustan chicos.

Entonces Paul y John se pusieron a platicar con los Stones y Andy.

Pepper aprovechó que los chicos estaban distraídos y se acercó a Lola, que no se había movido ni dicho mucho.

—Tranquila.

—Ay Pepper, ni yo sé qué fue eso.

—No fue nada así que ya no te preocupes.

—¿Y si Brian está molesto?

—A ver, no empieces a poner problemas donde no los hay, Brian no es así.

—Pero...

—¿Ves? Esta conviviendo con Paul tranquilo y se ve normal como siempre.

Lola sabía que Pepper tenía razón, debía de dejar de imaginarse cosas y preocuparse por nada.

Regresaron la atención a los chicos que ahora reían y a veces se daban palmaditas en los hombros o en la espalda.

—Y ya quedamos, ¡eh!

—Sí John, nosotros estaremos aquí, son ustedes los que desaparecerán e irían a quien sabe dónde.

John y Paul se empezaron a despedir primero de los chicos con un abrazo y también les desearon buena suerte.

—Adiós, ojalá nos veamos pronto —John le dijo a Pepper en el oído mientras se despedía de ella.

Ella explotaba de felicidad y seguramente ya no podría ver su póster como lo hacía antes después de esto.

—Pues supongo que hasta luego —Paul dudó un segundo en despedirse de Lola con un abrazo pero acabó haciéndolo.

No quería que ella se sentiría incómoda con él, ya que era probable que la vería en otra ocasión si era amiga de los Stones.

Lola correspondió al abrazo de Paul y trato de mirar a Brian que ahora hablaba con los demás y parecía no prestarles atención.

John y Paul finalmente se despidieron de Andy.

—Nosotros siempre cumplimos con nuestra palabra.

—Nos vemos hasta la próxima y más vale que sea para escribir algo —John agarraba a Andy del hombro y lo apuntaba con un dedo.

—Ya hablamos, está bien, se cuidan y les mandan nuestros saludos a George y Ringo.

Andy los despidió con un abrazo y ellos se ponían el ultimo toque del disfraz que les faltaba que era el sombrero, hicieron una reverencia y se fueron.

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