La junta de trabajo terminó tarde tomando algunos minutos de su hora de comida, Joshua extendió los brazos y agitó la muñeca para apartar la ropa y ver su reloj. En realidad no estaba interesado en la hora, pero el pequeño gesto lo hacia parecer ocupado y por lo tanto no tendría la mirada curiosa y berrinchuda de Jeonghan sobre él. Cerró la laptop y alzó el rostro solo para ver a su amigo asaltando su refrigerador.

—¿porque te vistes así siempre si no estás en la oficina?— Preguntó Jeonghan metiéndose a la boca un croissant. —Era normal cuando aun vivías con tus padres pero ahora es demasiado pretencioso.

—Es mejor que vivir en pijama. Es la una de la tarde y sigues como si acabaras de despertar.— Se puso de pie tomando su celular y su cartera. —Aparte, tengo que ir a la oficina en una hora. Tengo una junta con mi padre y creo que él no quiere verme en pijama.

—No es pijama, es mi estilo. Se llama felicidad, es poco comprendido por personas como tú.

Rodó los ojos y se acercó a Jeonghan para besar su cabeza y despedirse.

—asegúrate de cerrar la puerta cuando salgas. O que Seungcheol lo haga.

Jeonghan se encogió en hombros tomando la leche del refrigerador, a pesar de que el desgraciado de su amigo tenía su propio departamento seguía durmiendo en el de Joshua solo para no tener que limpiar su desorden, porque Seungcheol le había prohibido seguir contratando personas de limpieza para lavar uno o dos platos sucios. Joshua también lo prohibió, pero nunca logró hacer que Jeonghan lo cumpliera. De cualquier forma Jeonghan estaba en su departamento todas las mañanas siempre que Seungcheol tuviera trabajo.

Jeonghan solía decir que en realidad pasaba su tiempo con Joshua y que Seungcheol era solo la excepción. Quizás era cierto.

—Joshua.— Jeonghan lo llamó cuando estuvo en la puerta. —Dame tres razones para casarme con Seungcheol.

Ah. Se giró para encarar a su amigo, y este se veía demasiado serio.

Tres razones.

No tenía que preguntar porque, conocía lo suficiente a Jeonghan como para saber que quería dudar y preguntarse si realmente quería esto, porque Jeonghan era indeciso, siempre lo fue, cambiaba de opinión y a veces se arrepentía, por eso temía de las veces en las que estaba decidido y enfocado, era extraño para él.

Respiró profundo alzando la mirada como si pensara en ello.

—Lo amas. Esa es la única razón que necesitas.

—También te amo a ti.

—No, no así.

Le sonrió a Jeonghan antes de salir del departamento.