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☪ ✙CAPÍTULO 8✙ ☪


—Ve a hablar con Jimin primero —ordenó Heechul.

—¿Y Jungkook? —preguntó observando a través del ventanal unidireccional a un relajado Jimin silbando, con su cabeza colgando hacia atrás contemplando el techo mientras que sus pies descansaban sobre la mesa.

Él estaba totalmente ajeno al vidrio polarizado que les permitía a los detectives verlo en la habitación de interrogatorios, pero sin permitirle a Jimin observarlos a ellos.

—Pensé que él había pedido hablar con Jimin primero.

—De cierta forma Jungkook está relacionado con Minnie, no quiero interferencias por lo que le he enviado a hablar con Min Yoongi antes —respondió.

—¿Y eso realmente fue una buena idea? —pregunto el detective Kim volteando a verlo.

Ambos sabían de rivalidad entre ellos, su sargento debería de saberlo aún mejor.

—Probablemente no —concedió—. Ve y entra ahí, novato —ordenó.

Rodando sus ojos ante lo de novato, Taehyung entró en la habitación e ignoró la molesta sonrisa brillante que le brindó Jimin cuando le vio.

—¿Me darán desayuno? Aún no he podido comer nada —pidió.

—Baja tus pies de la mesa—ordenó tomando asiento frente a él—. Y no, este lugar no es una tienda ni un restaurante.

—Con hambre no puedo pensar bien —se encogió de hombros bajando los pies de la mesa, sentándose correctamente mientras se quitaba su chaqueta revelando pequeños tatuajes discontinuos y sin sentido a los ojos del detective.

—¿Conoces a Min Hoseok? —cuestionó el detective Kim, ignorándolo.

—¿Dónde está el detective Jeon? Él me gusta más —sonrió.

—¿Conoces a Min Hoseok? —reiteró.

—El nombre no me suena —se encogió de hombros.

—En el auto dijiste lo contrario —le recordó.

—¿En serio? —pregunto sorprendido—. Lo siento, tengo hambre y no lo recuerdo —volvió a sonreír de forma inocente, lo que era irritante.

Suspirando, Taehyung se recargó en el respaldo de la silla y observó a Jimin fijamente. Tendría que jugar su juego si quería respuestas.

—Te traeré algo, pero tienes que hablar —anuncio finalmente.

—Ahora estamos hablando —dijo el pelinegro observando fijamente a Taehyung, quitando su expresión despreocupada y juguetona para un semblante mucho más serio—. Teniendo mi comida entre mis manos, responderé a cada pregunta —prometió como todo hombre de negocios.

Y algo se sacudió dentro de Taehyung con su declaración, sintiendo que había algo más en aquellas palabras.

—¿Me quieres decir algo más? —preguntó frunciendo el ceño.

Jimin simplemente sonrió entre labios, en silencio.

Observando hacia el ventanal, el detective Kim asintió y se levantó de la mesa, saliendo de la habitación.

—Necesitaré comida —anuncio y su jefe asintió y le ordenó a un policial que fuera por ello.

Pronto, un disturbio llamó la atención de ambos y los dos reconocieron una de las voces que se alzaba.

—Mierda, ese idiota —exclamó Heechul dirigiéndose a la puerta—. Iré a revisar a Jungkook, quédate con él y no lo subestimes —ordenó antes de alejarse.

"¿Subestimar?" se preguntó volteando a observar nuevamente al pálido chico pelinegro que parecía estar cantando una canción infantil.

—Solo es un idiota interesado en el dinero —resopló y volvió a entrar en la habitación.

—¿Y mi comida? —preguntó Jimin observándolo.

—En camino —respondió quedándose de pie—. Para ser alguien cercano a Hoseok, no pareces muy impactado por su muerte —observó.

Jimin suspiró cruzando los brazos sobre su pecho.

—Lo conocí en las reuniones de adictos en recuperación, nos volvimos amigos, nos contábamos cosas —se encogió de hombros—. A veces creo que me llamaba solo para desahogarse de su vida, pero como aquello siempre significaba comida gratis no me importaba mucho. Éramos conocidos, compañeros, amigos, pero no hermanos ni mejores amigos.

—Entonces no te importa.

—No dije eso —suspiro—. Me sorprende su muerte, no me lo esperaba, me duele, pero no lloraré por ello. Llorar no soluciona nada y ya he perdido a gente antes —respondió asquerosamente sincero para su gusto.

Minnie arrugó su nariz. Ugh. Realmente necesitaba comida, él no pensaba bien sin comida.

—En el auto dijiste que le habías advertido que tuviera cuidado —recordó Taehyung avanzando un paso—. Sí, te escuché. ¿Por qué le dijiste eso?

Jimin observó la mesa, buscó abajo de esta y luego a su alrededor.

—¿Qué haces? —preguntó Taehyung confundido por sus acciones.

—No veo la comida —respondió y comenzó a silbar nuevamente.

Suspirando frustrado, el detective Kim volvió a apoyarse contra la pared.

—¿No tienes alguna otra clase de pregunta mientras esperamos, detective? —preguntó Jimin relajadamente—. Las cartas pueden tener sus respuestas.

—Lo dudo realmente —bufo.

—¿Está seguro? —sonrió ladino, inclinando su cabeza ligeramente—. Hay una pregunta que quieres hacer pero no te atreve, lo puedo ver.

—No caeré en tu juego —gruñó frunciendo el ceño—. No te pagaré para que leas mis cartas.

—Lo haría gratis, por la comida y aburrimieeeeento —comentó balanceándose en la silla.

—Pensé que la comida era por contestar las preguntas —le recordó.

—Solo necesito la caja de madera que está dentro de la mochila que me quitaron, ahí están mis cartas —pronunció—. Nadie pierde nada, ¿o sí?

Observándolo, Taehyung chasqueó su lengua y finalmente salió otra vez en busca de lo que le había pedido Jimin, queriendo burlarse del pelinegro.

Cuando volvió con el objeto entre sus manos, Minnie inmediatamente la recibió y la abrió, sacando del interior un mazo de cartas en vueltas en una tela roja.

Colocando la tela sobre la mesa, Jimin observó al detective y con su cabeza señalo el asiento frente a él.

Con el ceño fruncido, Taehyung tomó asiento.

—¿Alguna pregunta en especial? —preguntó revolviendo las cartas. Aquellos ojos azul-violeta observando le fijamente.

Kim torció sus labios viéndose incómodo.

—¿No que sabías lo que quería preguntar? —se burló.

Jimin sonrió—. Por supuesto. Divide el mazo en dos y escoge tres cartas —ordenó.

Observándolo, Taehyung se demoró unos segundos antes de obedecer.

—Da vuelta la primera —instruyó—. La Luna —anuncio.

—¿La qué? —preguntó observando la imagen en la carta.

—Algo en tu vida no es lo que parece —anunció—. Tal vez hay algo que no se ha comprendido del todo o una verdad que puede llegar a costar que se acepte —lo observó fijamente—. En algunos casos, puede significar que hay algo importante que está siendo ocultado y el limitar la incertidumbre te puede ayudar a encontrar esa paz que deseas.

—No sé de qué me hablas.

Jimin lo observó con una sonrisa ladina—. Yo no hablo, las cartas lo hacen.

Respirando profundamente y manteniendo su expresión desconfiada, Taehyung dio vuelta la siguiente carta.

—La emperatriz —anunció pasando sus dedos sobre la carta—. Ella soluciona los problemas de amor e indica oportunidades positivas. Puede que haya un nuevo comienzo desplegándose, pero eres tú el que decide su calidad y para ello tienes que avanzar.

Dando vuelta la última carta, el detective observó ansioso a Jimin.

—El tres de Bastos habla sobre nuevos comienzos, logros y sociedades positivas —anunció—. Tienes que mantener los ojos abiertos para nuevas oportunidades, y la mente abierta a nuevas posibilidades. Las recompensas que traerán estas nuevas oportunidades sólo llegarán al final por lo que debes de ser paciente y quedarte hasta el final para poder disfrutarlas. ¿He respondido a tu pregunta? —cuestionó arqueando una ceja.

Observando aquel rostro de atractivas facciones, Taehyung salió de su sorpresa interna y resopló con desagrado.

—Ni cerca estuviste —expresó ocultando lo sacudido que había quedado.

Minnie sonrió—. Si quieres tener otra oportunidad con Jungkook, debes de ser paciente, seguir intentándolo y... Revelar lo que ocultas —anunció.

Taehyung frunció el ceño inmediatamente y abrió su boca, pero el sonido de la puerta interrumpió lo que sea que el detective iba a preguntar.

—Sabía que tú eras el detective bueno —bromeó el pelinegro volviendo a guardar sus cartas.

—Uhm, ¿demostrando tus cualidades? —preguntó Jungkook con una bolsa con comida entre sus manos.

Jimin observó curioso a la persona que aparecía detrás del detective Jeon.

Algo en aquellos ojos grises como el acero y brillantes como las estrellas pero poderosos como un meteorito le estremeció.

Era un hombre poderoso.

—Así que fuiste tú —gruñó el hombre con un odio que sorprendió al pelinegro.

Mínimo debían de cruzar unas palabras antes de odiarse, ¿no?

—¿Te conozco? —preguntó confundido, recibiendo su comida.

—Te dije que no podías entrar aquí —espetó Jungkook obligando con su cuerpo al hombre rubio a salir de ahí.

Taehyung observó a Jimin.

—Parece que a muchos no les caes bien.

—Es mi esencia natural —le cerró un ojo antes de desenvolver su sándwich y darle una gran mordida.

—Ahora tienes que responder las preguntas —le recordó el detective, sus ojos posados sobre la caja de madera con las cartas en el interior.

No podía dejar de pensar en las palabras que le había dicho el molesto chico.

Jungkook volvió a entrar en la habitación y observó a ambos hombres antes de concentrarse en Jimin.

—¿Conoces a Min Hoseok? —comenzó el interrogatorio.

—Éramos compañeros en las reuniones de drogadictos en recuperación, se podría decir que nos hicimos amigos con el tiempo —respondió Jimin antes de morder nuevamente su sándwich.

—¿Dónde estuviste anoche? —preguntó Taehyung.

—Luego de terminar mi trabajo fui a mi departamento y me quedé ahí —contestó tomando su vaso de gaseosa—. ¿No tienes café? La gaseosa tan temprano me produce gases.

Rodando sus ojos, Taehyung le quitó el vaso con gaseosa.

—Contesta nuestras preguntas.

—Mejor dámela, no importa —pidió quitándole el vaso nuevamente.

—¿Hablaste con Hoseok anoche? —preguntó Jungkook cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Uh, sí. Me llamó todo emocionado porque había podido ir a una fiesta y se divirtió sanamente. Me dijo que ya iba a casa —respondió.

—¿A qué hora fue eso?

—Entre dos o dos y media de la madrugada.

—¿Y por qué le llamaste esta mañana? —interrogó el detective Kim.

—Porque habíamos quedado en ir a desayunar juntos en caso de que su idiota hermano no le felicitara por su logro, y, por el contrario, le regañara y criticara como siempre —se encogió de hombros.

—Entonces, la última vez que hablaste con él ya se iba a casa —preguntó Jeon.

Jimin asintió bebiendo de su gaseosa por su pajilla.

—¿Y qué fue eso en el auto de que le advertiste que tuviera cuidado? —le recordó Taehyung—. ¿Hoseok tenía problemas con alguien? ¿Alguien lo molestaba?

—Nah, Hobi era demasiado amigable y bueno, todo un solecito —descartó—. Antes nos habíamos encontrado y me invitó a almorzar. Le leí las cartas, ya que hace un tiempo que quería que lo hiciera —torció sus labios—. Luego de hacerlo no tuve un buen presentimiento de ello, las cartas le motivaban a moverse, tener fuerza de voluntad y aprovechar las oportunidades que se le presentaban, todo para demostrarle a su hermano que había cambiado y que podía confiar en él... Pero no tuve un buen presentimiento de ello, ¿sabes? Simplemente no estaba ahí y por eso le dije que tuviera cuidado cuando me llamó.

—¿Qué tiene que ver ir a una fiesta con demostrarle algo a su hermano? —preguntó el detective Jeon.

Jimin suspiró inclinándose hacia adelante, recargando sus codos sobre la mesa.

—Hoseok cometió un error estúpido influenciado por malos amigos, él sabía que era solo gracias a su hermano que pudo salir de ese oscuro hoyo, pero... —negó con su cabeza—. No importa lo que hiciera o dijera, nunca volvió a ser digno a los ojos del estúpido Yoongi, él siempre encontró algo, siempre queriendo controlar todo... Le estresaba —explicó—. Él seguramente pensó que, si iba a una fiesta y volvía a su casa sano, tal vez el idiota volvería a confiar y darle algo de libertad que le quitó.

—¿Y sabes de esto por...? —preguntó.

—Le gustaba hablar entre la comida, se desahogaba hablando conmigo —se encogió de hombros—. ¿Cómo murió? —preguntó curioso.

Taehyung y Jungkook compartieron una mirada.

—Gracias por responder las preguntas —anuncio Jungkook retirándose de la habitación.

—¿Ya me puedo ir entonces? —preguntó observando a Taehyung—. Tengo que ir a trabajar.

—Si, ya te puedes ir —asintió levantándose—. Pero tendrás que contestar nuestras llamadas si te necesitamos.

—Promesa de explorador —anunció haciendo el saludo—, pero necesito mi mochila y mi botella de zumo —le recordó tomando su caja de madera junto a su chaqueta antes de seguirle fuera de la habitación.

Jimin apenas alcanzó a agacharse cuando vio un puño volar en su dirección.

—¡Hey! Trabajo con este rostro —le gruñó al hombre de ojos grises que le observaban furiosos.

—¡Es tú culpa! —espetó enojado, era increíble el odio que transmitían aquellos ojos mientras sus expresiones apenas lo mostraban.

—¡Te dije que te quedaras tranquilo! —gritó Jungkook agarrando de los brazos al rubio abogado enojado—. Maldición Yoongi.

"Yoongi" repitió Jimin alzando una ceja.

—Así que tú eres el idiota hermano —sonrió.

—Taehyung, saca a Jimin de aquí —ordenó Jungkook mientras luchaba por mantener al hombre que forcejeaba por escapar.

—Maldición. Aquí están tus cosas —apareció Taehyung entregándole la mochila y la botella al pelinegro, comenzando a guiarlo fuera de la comisaría.

Observando sobre su hombro, Jimin le sonrió al hombre y le cerró un ojo antes de seguir su camino, desapareciendo.

—¿Por qué lo dejaste ir? ¡Él es el culpable! —gruñó Yoongi finalmente dejando de luchar.

—Jimin no lo mató ni es sospechoso, solo teníamos unas preguntas como la última persona que habló con Hoseok —respondió Jungkook soltándolo.

—Exijo que confirmen su coartada —ordenó.

—Nosotros sabemos cómo hacer nuestro trabajo —espetó molesto—. Y agradecería que no nos interrumpieras más.

—¡Él lo mató!

—Nadie lo mató, murió por sobre-...

—No te atrevas a decir más —ordenó haciendo puños sus manos—. Solo dime dónde encontrar a mi hermano, me lo llevaré.

—No puedes, el forense sigue haciendo pruebas.

—No me interesa —espetó—. Si no quieres que los demande, llévame con él.

Suspirando frustrado, Jungkook comenzó a caminar, ordenando silenciosamente que le siguiera.


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