☪ ✙CAPÍTULO 35✙ ☪
Sentado cómodamente en el sofá con sus pies descalzos encima de la pequeña mesa de centro, Jimin disfrutaba de un delicioso cereal con leche entre carcajadas que se le escapaban mientras observaba una película de miedo.
—¿En serio te estás riendo de cómo matan a alguien? —preguntó Jungkook con expresión confusa, observándolo desde la cocina.
—Es que es tan obvio que la iba a matar si se iba en esa dirección y de igual forma lo hizo que me da risa —sonrió observándolo por encima de su hombro—. Ven a reírte conmigo de las desgracias de los demás, eso siempre ayuda —golpeó el cojín a su lado.
—Eres terrible —pronunció dirigiéndose al lado del sofá—. ¿Hace cuánto estás despierto? —preguntó curioso.
—¿Cuatro o cinco de la mañana? —se encogió de hombros—. ¿Sabes qué? Olvida las películas de mala calidad, también podemos buscar videos graciosos si te hacen sentir mejor —propuso observándolo.
—Eso es peor —suspiró negando con su cabeza—. Ya me tengo que ir a trabajar —anunció.
—Que te vaya bien, disfruta, mata a alguien por accidente y hazle la vida imposible al detective Kim no dándole una respuesta todavía —expresó con emoción.
—Primero, no mataré a nadie por accidente ni por cualquier otra razón que se te ocurra. Segundo, pensé que te caía bien Taehyung. Y tercero, aún no tengo una respuesta que darle —respondió buscando sus llaves.
—Primero, eres aburrido. Segundo, que me caiga bien no significa que no me guste molestarlo. Y tercero, si claro —bufó.
—¿Qué significa ese "si claro"? —exigió frunciendo el ceño en su dirección.
—Lo sabes —respondió volviendo su atención a la película, comiendo su cereal.
—¿Entonces qué ocurre contigo y Yoongi? —cuestionó.
—Ugh, golpe bajo detective.
—Tú eres el que sacó el tema de Taehyung —se defendió.
—Y tú el que me pidió un consejo —le sonrió dulce.
—Había olvidado lo irritante que puedes ser —expresó negando con su cabeza.
—Siempre lo he sido, pero no has querido verlo —movió su mano desdeñosamente—. Lo que pasa es que ahora la venda ha caído de tus ojos y... ¿Sabes qué significa eso? —preguntó observándolo, manteniendo esa irritante sonrisa en su bonito rostro.
—¿No quiero saberlo?
—Lo quieras o no, sigues amando a Taehyung —se burló.
—Wow, acabas de nombrar la palabra con A —exclamó con sorpresa exagerada—. ¿Significa eso que tú también lo has aceptado?
—Mejor vete a atrapar los malos, detective —gruñó observando la película, ignorando al contrario.
—¿Estarás aquí cuando vuelva? —preguntó tomando sus llaves.
—No lo sé, tal vez, quién sabe —respondió sin verlo.
—Si sales, asegúrate de cerrar bien —pidió saliendo del departamento, dejando a solas a Jimin.
Terminando de comer su cereal, Minnie apagó la TV silenciando la habitación de aquellos agudos gritos femeninos mal actuados peor que película porno, ¿o tal vez eran los mismos?
Acomodándose en el sofá, se recostó observando el techo de la sala de estar, intentando duramente no pensar en aquel molesto y sexy abogado que había sacudido su mundo, quién había logrado meterse bajo su piel y quemar su nombre en esta.
Se había prometido a sí mismo no permitir que nadie se metiera tan profundo luego de la muerte de su abuela, pero entonces Jennie había llegado, después Hoseok y luego Jin, y aun así había perdido a todos, quedando solo otra vez.
"¿En verdad estás solo?" preguntó una voz dentro de su cabeza.
Imágenes de sus momentos con Yoongi llegaron a su mente.
—¿Cómo es posible que pasáramos de la obsesión al amor? ¿Del odio a la atracción? —cuestionó a nadie en especial—. ¿Por qué él?
Apretando sus labios, hizo un involuntario puchero y sobó su pecho al recordar la expresión en el rostro de Yoongi cuando le había llamado mentiroso, luego la que había hecho cuando se había ido de la casa.
De repente, frunció el ceño, su mente vagando y mostrándole más detalles de aquel momento.
En el rostro de Yoongi había... ¿Tristeza? ¿Dolor? ¿Culpa?
¿Por qué?
Él había sido el imbécil que había decidido creer en el otro leproso sarnoso, ¿cierto?
Entonces... ¿Por qué se veía con expresión arrepentida?
—No, es imposible que alguien como él tenga esos sentimientos o cualquiera —negó agitando su cabeza, queriendo quitar aquella imagen que no quería abandonar su mente.
"¿Por qué es imposible? Mi hermano sigue siendo una persona, él tiene sentimientos" pronunció Hoseok, apareciendo finalmente.
—Sentimientos que decidió ocultar y enterrar —le recordó.
"Sentimientos qué salieron a flote nuevamente gracias a ti" indicó.
—Sí claro, y por eso decidió creer en esa perra sarnosa y echarme de la casa —resopló colocando un brazo sobre sus ojos—. Al menos le dije lo que quería.
"Se asustó y se equivocó, él es un ser humano también, Minnie, se puede equivocar" expresó.
—¿Por qué lo estás defendiendo? Pensé que estabas de mi lado —se quejó—. ¿Y el asustarse? Por favor —resopló quitando el brazo de sus ojos—. Un hombre como Min Yoongi no teme a nada porque no tiene sentimiento alguno.
"Tú mismo dijiste lo que puede significar para personas como ustedes la palabra con A" le recordó. "Yoongi... Él... Nunca ha tenido a nadie con quien contar, ni siquiera nuestros padres. Verse a sí mismo cambiando, despertando sentimientos y emociones, tal vez lo asustó" expresó.
—¿Así que me estás diciendo que el increíble Min Yoongi se le iluminó ese cerebro suyo y asustó de pronto? —arqueó una ceja observando el techo.
Entonces, recordó el sonido de la puerta cerrándose cuando estaba conversando con Hoseok en el baño.
"No sé si-..."
—Silencio Hobi, mi momento de epifanía está llegando a mí —ordenó con el ceño fruncido, intentando recordar.
Aquella persona que había subido a su habitación solo asumió que se trataba del señor mayordomo MinJu, pero lo descartó luego al encontrar a la religiosa putaza con Yoongi y su bolsito.
Arrugó su nariz al recordar como Yoongi había lanzado su bolso por la ventana.
"¿Minnie?"
Y entonces le dijo esa mierda. Volvía a enfurecer de solo recordar aquello, volviendo a sentir el deseo de tomar aquella pluma de su impecable escritorio y enterrársela en...
¿Su escritorio?
La imagen del computador encendido con una página hablando de la diabetes llegó a su mente, así como los papeles en la mesa y de pronto el cambio en su comida volviéndose repentinamente sana.
—Ese idiota —exclamó sintiendo sus ojos ardientes y los volvió a cubrir con su antebrazo.
Lo sabía, Min Yoongi sabía de su enfermedad y que Jeonghan le estaba mintiendo.
El muy maldito planeó un pequeño show especialmente para el en tan poco tiempo, aprovechándose de la situación que le otorgó la perra celosa todo para evadir sus sentimientos, echándolo de la casa.
Ahora podía entender aquella última mirada y todo lo que había a través de ella.
"Mi hermano se equivocó, Jimin. Y él está sufriendo ahora las consecuencias de ello" expresó Hoseok sin poder contenerse ante el silencio de su amigo.
¿Sufriendo? ¿Yoongi?
—Sí, claro. ¿Y cómo se supone que alguien como él está sufriendo ahora? —preguntó con burla resentida.
"Porque no estás con él" contestó simplemente.
Jimin se quedó en silencio, lentamente quitó el brazo de sus ojos.
La curiosidad ahora lo estaba picando como una perra en él.
¿Sería verdad?
—Explícate.
"Te dije que mi hermano también había sufrido, más que nosotros dos posiblemente. Para Yoongi, confiar no es fácil, pero lo hizo en ti, se asustó tras comprenderlo, pero lo hace"
El hermoso pelinegro bufo—. Déjame dudar de ello.
"Piensa. Siempre te trató diferente a los demás, te permitió salirte con la tuya, soportó tu actitud y te quiso cuidar" le recordó.
Pero aun así hizo todo ese acto para sacarlo de su vida.
¿Qué tanto había sufrido entonces?
"El tema de las drogas es algo delicado para Yoongi, no solo por mí... "
Pobre Hobi, aún no sabía que su hermano había planeado todo ese pequeño acto, pero...
—¿Está relacionado con tu madre? —recordó frunciendo el ceño.
"No puedo hablar de ello, no es mi historia para contar. Pero por favor, ve a ver a mi hermano, te necesita" rogó.
—No iré a ver cómo está —anunció—. Pero necesito cobrarle mi dinero y buscar mis cosas —dijo levantándose del sofá.
Excusa o no, a Jimin ya no le importaba, quería saber la verdad.
"Gracias" pronunció Hoseok.
El pelinegro negó con su cabeza y se detuvo a medio camino de la habitación para vestirse.
—Ah, y espero que sea la última vez que tomes mi cuerpo de esa forma —advirtió—. A los dos nos deja hecho mierda.
"Lo intentaré" rió el menor.
Jimin cruzó la puerta de la gran mansión e ignoró el alivio que contempló en el rostro del mayordomo al verle.
—¿Dónde está? —preguntó observando a su alrededor.
La casa se sentía escalofriantemente silenciosa y vacía, fría incluso. No se veía ni se sentía absolutamente a nadie, aparentemente no había ningún empleado más que MinJu.
—El señor Min se encuentra en la que es su habitación, señor Park —respondió.
Sin decir más, Minnie asintió y subió las escaleras ignorando la ausencia total de los infinitos empleados que tenía Min, o los que habían estado tras salir de la casa hace tres días.
Alzó ambas cejas con sorpresa mientras caminaba por el pasillo, contemplando las habitaciones que pertenecían a Ryujin y Jeonghan completamente vacías y sin ningún rastro de ninguno de los dos.
"Yoongi los echó después de que te fuiste" informó Hobi.
—Necesitaré un tiempo a solas con tu hermano, para discutir del dinero y eso —pidió deteniéndose frente a la puerta.
"Sí claro, los dejo" bufó desapareciendo con una sonrisa.
Respirando profundamente, el joven pelinegro abrió la puerta y alcanzó a agacharse para esquivar una botella de vidrio.
Esta se estrelló contra la pared y se rompió arrojando el líquido sobre la alfombra.
—Fuera, te dije que quiero estar solo —advirtió con una voz tan tranquila y baja, que provocaba escalofríos.
—Entonces ve a tu propia habitación —anunció entrando de todas formas, cerrando la puerta detrás de él.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó sin verlo, sin moverse de su posición sentado en el suelo con su espalda recargándose en la cama—. ¿Por qué volviste?
—¿Por qué más? Me debes dinero y mis cosas siguen aquí —le recordó observando con sorpresa al hombre silencioso, tranquilo y deprimente.
Nada al hombre arrogante y poderoso que había conocido, que había dejado en la casa días atrás.
—Bien, lo depositaré a tu cuenta. Ahora, largo —ordenó sin ese característico tono de mando en su voz, aquel que instruía a obedecer quisieras o no.
—De acuerdo, mentí —suspiró yendo a su lado—. Estoy aquí porque entendí que no era solo un sentimiento de obsesión entre nosotros, es esa maldita palabra que inicia con "A" y termina con "Mor" lo que hay aquí y sé que tú igual —expresó sentándose a su lado—. También descubrí todo tu teatrito con la perra sarnosa. Así que, seré la persona que use la cabeza y te dé la oportunidad de explicarte y disculparte rogando de rodillas. Lo sé, soy fabuloso, de nada.
—... No hay... No hay nada que discutir —pronunció sin mirarlo, contemplando una de las botellas de alcohol frente a él—. Y no sé de qué show me estás hablando.
—Es solo una oportunidad, Min, no la desaproveches —advirtió y quitó las botellas de su camino.
En silencio, Yoongi observó como el apuesto pelinegro lo montaba a horcajadas sobre su regazo y tomaba su rostro entre sus manos, obligándolo a observarlo.
Y ahí estaban otra vez, todas aquellas emociones que el molesto hombre no podía expresar abiertamente siendo reflejadas en sus ojos plateados.
—¿Cuánto bebiste? —cuestionó observándolo con aquellos bonitos ojos azul-violeta.
Su alma siendo observaba y devorada a través de su mirada.
—Lo suficiente como para no pensar en dónde estabas, si estabas bien y si ibas a volver —expresó con un suspiro—. Pero no lo logré —añadió por lo bajo.
—Aw, que dulce, en verdad creíste que ibas a poder olvidar mi grandeza —sonrió la pequeña mierda, robándole un casto beso—. Ahora, sé un verdadero hombre y súbete esos pantalones dejando el miedo, preocupación y cualquier otra mierda atrás. Sé honesto y suelta todo o me levantaré, cruzaré esa puerta y nunca más me volverás a ver —advirtió con seriedad.
Las manos de Yoongi fueron instintivamente a la cadera de Jimin, afirmándolo con fuerza e impidiendo así cualquier posibilidad de irse. No otra vez.
—¿Qué quieres saber? —preguntó observándolo, rendido.
—Todo —respondió—. Quiero absolutamente todo de ti.
—Si te doy todo, no podrás irte, nunca —advirtió con una extraña tranquilidad.
Ah... ¿Esto era lo que había estado buscando tal vez?
Tanto miedo, inseguridad que había sentido realmente no servían para nada.
—Mh... Me parece un trato justo —asintió—. Ahora, habla.
—Otro trago primero —pidió buscando una botella.
—Ah-ah —negó el pelinegro empujando lejos las otras botellas que quedaban—. Te quiero sobrio para que después recuerdes todo lo que me vas a decir —anunció—. Eres un abogado, estoy al tanto de la mierda tramposa que pueden ser.
—Lo necesito, es desagradable hablar del pasado... Es... Difícil —expresó sincero, sus labios torcidos en una mueca dolorosa.
—Pobre bebé —pronunció Jimin sin sonar burlón realmente y volvió a tomar su rostro entre sus manos—. Si se vuelve muy difícil, solo bésame —anunció juntando sus labios en un prolongado beso lento, denso y... Suave.
Cuando se separaron, Yoongi suspiró y apoyó su frente sobre la de Minnie, buscando algo de fuerza que lo había dejado.
Había sido un cobarde antes, asustándose y alejando a Jimin en una decisión apresurada cuando los sentimientos que había estado ignorando, ocultando finalmente explotaron en su cara.
Apreciar al molesto hombre cruzar aquella puerta sin mirarlo fue como si le hubiesen arrancado el alma... Y no estaba dispuesto a volver a pasar por ello.
"No lo haré" decidió aferrándose con fuerza a sus caderas.
—Piensa en una casa vieja, descolorida y que necesita muchos arreglos. Luego imagínate una peor a esa y entonces sabrás en qué clase de lugar vivía —comenzó—. Mis primeros años de vida no fueron buenos, pero tampoco un infierno. La comida escaseaba, mis padres discutían, yo era ignorado o golpeado por mi padre —sonrió amargo—. Lo odiaba, más de una vez desee que se fuera o muriera. Cuando Hoseok nació, las cosas estuvieron calmadas, pero solo tomó que Hobi tuviera tres años para que papá nos abandonara y entonces la adicción de mi madre a las drogas se volvió peor —dijo con desagrado—. Ella ya no se preocupaba por nosotros, yo era quien tenía que ver nuestras comidas, la casa y cuidar de mi hermano.
El cuerpo de Yoongi se tensó, y Jimin supo que se venía algo realmente malo y duro.
—Cuando cumplí los ocho, nuestra madre comenzó a prestar más atención hacia nosotros y las cosas comenzaron a cambiar a nuestro alrededor. Yo seguía ocupándome de Hoseok, pero ella comenzó a traer personas a la casa y se encerraban en la habitación por largas horas para drogarse y tener sexo —contó con repulsión—. A la mañana siguiente, saldría a penas vistiendo ropa interior, acariciaría la cabeza de Hobi y le daría algún tonto regalo. Un día, incluso nos dio un suéter a juego idénticos que Hoseok amaba.
Jimin inmediatamente pensó en aquel suéter que había visto en la habitación de Hoseok, guardado en una caja y cubierto de sangre.
Minnie abrió su boca queriendo preguntar al respecto, pero Min se apoderó de sus labios y le besó expresando rabia y dolor con cada movimiento y roce.
—Los días malos comenzaron luego de ello —prosiguió con su respiración algo agitada tras terminar su beso—. Cada cosa que le molestara, por mínima que fuera, se desquitaba gritándonos y golpeándonos. Siempre traté de recibir los golpes por Hoseok, pero no siempre estaba a su lado —suspiró ejerciendo más fuerza en su agarre en Jimin.
El pelinegro torció sus labios al sentir dolor por el mortal agarre, pero no dijo nada y siguió escuchando en silencio.
—Entonces, a los diez años, me comencé a dar cuenta de que mi propia madre se me quedaba mirando fijamente de forma extraña por largas horas, haciéndome sentir extraño. Pronto, comprendí que esa mirada era igual a la de los hombres que traía a casa —dijo con rabia—. Un día, estaba durmiendo en mi cama y me desperté con ella sentada a mi lado, intentando desnudarme. Otro, con ella sentada sobre mí, desnuda y acariciándome.
La boca de Yoongi volvió a buscar la de Jimin, intentando alejar aquellos recuerdos le besó con tanta fuerza que los labios del pelinegro dolieron e incluso cierto gusto metálico quedó en su paladar.
—Ya no podía dormir tranquilo, cada vez que bajaba la guardia, ahí estaba ella, lista para atacar —expresó con desagrado—. Lo odiaba, me repugnaba que me tocara o me observara, pero más aborrecía era que intentara hacer lo mismo con mi hermano...
—¿Te violó? —preguntó Jimin con un escalofrío recorriendo su cuerpo ante el pensamiento.
—Me tocó, besó, masturbo. Hizo de mi cuerpo lo que quiso y yo no pude hacer nada para defenderme, mi fuerza no era nada a comparación a la de ella —gruñó atrapando el labio inferior del contrario entre sus dientes.
—Hombre, duele —se quejó Minnie y Yoongi lo soltó, lamiendo en cambio con suavidad.
—Lo soporté por cuatro años, pero cuando vi que estaba observando de la misma forma a Hoseok, me comencé a preocupar. Entonces, una noche no fue a mi cuarto, y dormí tranquilo —lo besó castamente—. A la mañana siguiente, Hobi me contó alegre como nuestra madre había ido a su habitación y lo había desnudado para abrazarlo durante toda la noche.
Jimin jadeó sin poder contenerlo.
—Enfurecí. La enfrenté. Discutimos y todo se fue al carajo —Minnie alzó sus manos por su cuello y tocó instintivamente la herida detrás de su oreja.
Si... Él recordaba ese momento gracias a los recuerdos de Hoseok.
Rodeando con sus brazos el delgado cuerpo, Yoongi lo atrajo más y ocultó su rostro en su cuello, aspirando profundamente su aroma.
—Ella... —tragó—. Hoseok la mató y ni siquiera lo recordó, nunca —anunció.
—¿Hobi? ¿Cómo? —exclamó sorprendido.
—No recuerdo mucho luego de que me golpeara la cabeza con un jarrón, solo sé que era de noche y estaba en mi habitación. La puerta se abrió y ella entró como de costumbre, como si no hubiese pasado nada —respiro profundo—. Me negué a hacer lo mismo a menos que prometiera dejar a Hoseok tranquilo, se enojó, gritamos, ella comenzó a golpearme y lastimado como estaba no podía hacer más que recibir... Cuando dejé de sentir los golpes, la miré y ella cayó al suelo con su espalda sangrando. Hoseok estaba detrás de ella, temblando, con grandes ojos asustado y un cuchillo entre sus pequeñas manos —recordó cerrando sus ojos—. Cuando ella se levantó para volver a luchar, Hobi corrió y le enterró el cuchillo en su vientre varias veces hasta que ella cayó al suelo, inmóvil. Le quité el cuchillo a Hobi y lo abracé, observando como la vida se iba de los ojos de aquella mujer que se hacía llamar nuestra madre mientras pedía ayuda.
—Eso fue... —balbuceo comprendiendo que su vida realmente había sido una mierda más difícil que la suya.
—Hobi quedó tan traumado, que su mente simplemente borró esa escena. Entonces, me prometí a mí mismo que protegería a Hoseok a cualquier costo. Estudie y trabaje duro para ello, y aun así le falle —expresó enojado—. Hasta dónde sé, la adicción de Hobi podría haber comenzado por culpa de Jeonghan y lo que le hacía.
—Hey, no le fallaste a Hobi del todo —pronunció Jimin obligándole a que le mirara—. El único culpable aquí es la puta esa que fingía ser la Santa María cuando estabas a su lado, de nadie más que él es el culpable de molestarlo —gruñó—. Y no busques excusas para la adicción de Hoseok, eso fue una mala elección de una mala junta.
—Pero si lo hubiera cuidado mejor, él estaría...—suspiró—. Es mi culpa —insistió—. Yo soy el mayor, el jefe de la casa y quien estaba al mando, debía de haber sabido todo.
Resoplando, Minnie estrelló realmente su cabeza en la contraria, juntando sus frentes en un fuerte choque.
—Cállate. Lo que paso con Hobi fue malo, pero él no te dijo nada porque pensó estúpidamente que esa perra te hacía feliz, como ves, él también se equivocó. He estado en la mente de Hoseok, sé lo que siente y te puedo jurar que no te culpa por nada, ni por lo ocurrido con Jeonghan ni por como murió —expresó observándolo fijamente—. ¿Entiendes? Tienes que grabártelo en la cabeza, él te ama a pesar de todo porque eres su hermano mayor, si sigue por aquí no es por el misterio de lo que le pasó, es por ti.
—¿Por mí? —preguntó con su garganta cerrada.
—Por ti, porque te ama y se preocupa por ti —aseguró—. Así que deja esa mierda de culpabilidad atrás.
Cerrando sus ojos, Min asintió levemente mientras se aferraba al cuerpo de Jimin, la verdad entrando en él con fuerza.
—Ahora puedo entender muchas cosas —pronunció Minnie acariciando su nuca—. Tu infancia fue una mierda y por culpa de tu madre es que siempre quisiste tener el control en la cama también. Por eso este estilo de vida —comentó.
—Yo tuve que estar a cargo en todo sentido luego de eso, no podía permitir que otra persona tuviera el poder, ni siquiera en la cama —aceptó—. Y a pesar de todo, igualmente fallé en ese sentido porque llegaste tú —resopló.
—Lo tomaré como un halago —sonrió besándolo como recompensa.
—Ya te dije mi verdad —pronunció Min—. Ahora, yo quiero saber la tuya —exigió.
—Bien, pero no es tan interesan o larga como la tuya —advirtió Jimin aceptando darle un respiro a su abogado.
Al menos parecía que había logrado realmente llegar a él con el tema de Hobi.
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Espero que les haya gustado mis copitos!
En verdad, venía preparada con una mini maratón pero por alguna razón el cap 36 no estaba corregido y editado así que lo prepararé de nuevo y se los estaré subiendo mañana en la tarde, por mientras espero que disfruten de este <3
Que tengan buen inicio de semana mis copitos, nos vemos <3
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