☪ ✙CAPÍTULO 30✙ ☪
Cuando Jimin comenzó a recuperar la conciencia, gimió con dolor, deseando inmediatamente no haberla recuperado.
Su cabeza dolía sintiéndose pesada como si tuviera un bloque de cemento sobre esta y en sus oídos había un molesto pitido agudo igual o peor al grito de aquellas almas en pena luchando por llegar a él.
Era como estar parado en medio de un mar de gente, todos mirándole y gritándole, intentando ser escuchado sobre el otro.
Dios del infierno, cómo odiaba eso.
Quejándose, alzó sus manos llevándolas contra su rostro y presionó sus dedos en sus oídos intentando quitar el sonido desagradable que le llegaba a provocar náuseas.
—Deja eso —ordenó una voz demandante, y unas manos ajenas aparecieron apoderándose de las suyas, dejándolas contra la cama otra vez.
Frunciendo el ceño, Minnie se obligó a abrir uno de sus ojos y gruñó bajito antes de abrir los dos, observado a su alrededor desorientado.
Bueno, parecía que ya no estaban en el despacho.
—¿Qué ocurrió? —preguntó con sus cejas juntas.
—¿No recuerdas? —cuestionó en cambio Yoongi, quien seguía sentado a su lado.
—¿Qué cosa? —suspiro volviendo a cerrar sus ojos.
Joder, parecía que iba a ser de esos días en el que incluso la luz le molestaba más que de lo costumbre.
—Estabas intentando contactar con SeokJin, te quedaste quieto sin moverte por unos largos minutos y luego de la nada te pusiste a hablar solo mientras tus oídos y nariz comenzaron a sangrar y tus labios se pintaban de azul —contó—. por más que te hablaba y movía, no reaccionabas, y después solo te desplomaste en el suelo. ¿Me quieres decir qué te ocurrió? ¿Siempre es así?
Ah... Así que no había soñado todo eso.
—¿Cómo explicarte algo que ni yo mismo entiendo? ¿Una cosa que solo comenzó a ocurrir después de conocerte? —bufó pasando el dorso de su mano bajo su nariz en busca de sangre.
—Te limpié —anunció Min con seriedad—. Estuviste inconsciente un buen tiempo, tuve que llamar al médico para que me dijera que estabas bien. Despertaste cuando te estaba revisando y te volviste a dormir —informó—. Se supone que tengo que volver a llamarlo al despertar.
—Está bien, déjalo, no lo necesito —negó moviendo su mano desdeñosamente—. Mi cabeza me está matando y tengo un molesto pitido en los oídos, además de tener ese ardor en mi nariz como si me hubiese ahogado para tener que lidiar con un molesto doctor —hizo una mueca—. Esto no es nada. Más importante, creo que vi a SeokJin y muy definitivamente a Hoseok —anunció intentando sentarse en la cama.
—¿Más importante? —repitió Yoongi, apretando su mandíbula—. Todo parecía ser sacado de una película de terror de mala calidad. Sangrante. Te desmayaste. —le recordó—. No es normal que una persona sangre sin razón, menos por sus oídos y luego despierte como si su malestar no fuera nada —expresó.
—Seh... Creo que la palabra normal nunca ha calzado en mi vida —se señaló a sí mismo de arriba hacia abajo y logró esbozar una pequeña sonrisa burlona—. Pero como te digo, eso no importa —aseguró, ignorando el dolor que se reflejaba claramente en su rostro.
—¿Qué hay de malo en tu cabeza? —exclamó Min con el ceño fruncido.
¿Cómo una persona podía ser tan descuidada consigo mismo?
—Muchas cosas en realidad —rió y luego su expresión cambio a una de dolor—. No me hagas reír —pidió haciendo presión en su sien con sus dedos—. A lo importante. Lamentablemente no pude hablar con los chicos, pero los vi, algo que no ha pasado en mucho tiempo —reveló observándolo con repentina seriedad—. Vamos, tenemos que ir a buscar a los amigos de Hoseok, ellos estuvieron con él el día que murió...
—¿Qué amigos? Hoseok podía ser muy sociable, pero no era tan cercano a nadie.
—Una tal Ling y no recuerdo el nombre del otro —respondió—. No sé qué ocurrió exactamente en ese momento, pero antes de caer inconsciente, Hobi o Jin me mostraron esa habitación extraña y ellos estaban ahí con tu hermano, algo tuvo que haber pasado en ese lugar —expresó intentando levantarse de la cama—. Tengo que ir a los clubes otra vez en el sector rojo y debo de avisarle también a Kookie, tal vez esa habitación es lo que busquen ellos también.
—No, tú te vas a quedar en la cama —declaró Yoongi empujándolo de vuelta a esta.
—Hey —se quejó el pelinegro cayendo contra el suave colchón.
Observando extrañado a Yoongi, frunció el ceño y tocó bajo su nariz descubriendo sangre.
—Te vas a quedar aquí y descansarás hasta que ya no tengas molestia alguna —anunció Min tomando un paño húmedo para presionarlo contra la nariz de Minnie.
—No, tengo trabajo por hacer —se quejó.
—No puedes trabajar si estás enfermo —espeto.
—He recibido palizas peores y de igual forma he ido a trabajar al día siguiente —resopló—. No porque me duela la cabeza y sangre un poco significa que me quedaré aquí.
—Eso es exactamente lo que significa que harás, y me obedecerás si no quieres que te amarre a la cama —gruñó—. No me importa si a ti no te preocupa tu propia salud, a mí sí lo hace.
—Me estás pagando por acostarme contigo y averiguar sobre Hobi —le recordó con burla, no queriendo permitir que la preocupación del molesto hombre le tocase.
—Sí —asintió con firmeza—. Y por si no recuerdas, en uno de esos contratos se menciona cuidar sobre tu salud —dijo quitando el paño, verificando que no saliera más sangre—. Por lo que te quedarás aquí tranquilo hasta que estés bien o me estarás obligando a llamar al médico otra vez para que te coloque un calmante esta vez.
—¿Y? ¿No tengo ni voz ni voto en esto? —gruñó cruzando sus brazos.
—No.
—Te recuerdo que esta es mi vida y mi cuerpo —se burló.
—Dejó de ser tú vida y tú cuerpo desde el día en que firmaste el contrato —anunció levantándose—. Ahora eres mío —declaró con una fuerza que dejó por primera vez sin palabras al pelinegro.
Inclinándose, agarró la nuca de Jimin y atrapó su boca en un consumidor, dominante y fogoso beso que le quitó todo el aliento.
—Mío —declaró mordiendo su labio inferior mientras lo veía directo a los ojos.
Y luego se fue, así de simple, con los bonitos ojos azul-violeta parpadeando repetidas veces en silencio.
Del otro lado de la puerta, Yoongi suspiró apretando el puente de su nariz.
"¿Contrato? ¿Salud?" se burló su propia mente de él, sabiendo que no era más que una excusa para justificar la preocupación que sintió por Jimin, junto aquella necesidad de cuidarlo al verlo tan...
Indiferente a su propio dolor.
Su ceño se volvió a fruncir de solo pensar en su pálido rostro enfermizo y las muecas de dolor que había hecho constantemente mientras hablaban.
Si Jimin no podía cuidar a sí mismo, entonces él lo haría, lo quisiera o no el pelinegro.
¿Obsesión?
Ya no importaba, nada importaba. Park Jimin era suyo y si él no podía cuidarse, entonces ya no lo haría, él se haría cargo de todo.
Ahora, tenía unas cosas qué averiguar.
—Lo siento mucho señor —expresó nuevamente su niñera bajo el marco de la puerta.
—Está bien, Sunny —le sonrió a la mujer mayor—. Avisé en el trabajo que mi hijo estaba enfermo y que no podría volver a trabajar, mi jefe me dio permiso —aseguró.
—Hay caldo de pollo en la cocina, le falta poco para que esté listo —informó—. Esta noche le avisaré si mañana podré venir —prometió.
—Está bien, no te preocupes y ve a casa a cuidar de tus propios hijos —instó amable.
Asintiendo, la mujer finalmente se alejó subiéndose al taxi que le esperaba.
Cerrando la puerta con un suspiro, Kim Taehyung se dirigió a la cocina y apagó la olla una vez el caldo de pollo estuvo listo.
Sacando su teléfono celular, torció sus labios al contemplar los mensajes de Jungkook. Con la repentina llamada de su niñera avisándole de su emergencia, no había alcanzado a informarle más que a su jefe quien inmediatamente le había concedido permiso para retirarse, concediéndole el resto de la tarde también.
Jungkook no parecía muy feliz de que hubiera desaparecido o que no le contestara los mensajes, pero no quería preocuparse de ello en ese momento.
Bloqueando su teléfono, lo dejó sobre la mesa de la isla antes de dirigirse a la habitación de su hijo y observó con cariño y preocupación, al pequeño cuerpo acurrucado en el centro de la cama.
—¿Cómo estás, cariño? —preguntó adentrándose a la habitación.
—Mejor, papi —respondió la pequeña vocecita rasposa y algo gangosa.
El pequeño Yeonjun se sentó en la cama intentando tirar de las mantas más arriba para cubrir su cuerpo.
—Mm... Pues no te escuchas bien —pronunció sentándose a su lado y tocando su frente—. Y parece que tienes algo de fiebre —frunció el ceño.
—¿Fiebre papi? —repitió y tosió un poco.
Levantándose, Taehyung fue por el termómetro digital y luego volvió al lado de su hijo.
—¿Tengo fiebre, papi? —preguntó el infante observando a su padre verificar los números en el pequeño aparato.
—Está un poco elevada, pero no mucho —respondió Tae, acomodando las mantas un poco más abajo antes de acariciar el cabello castaño con destellos rubios.
Era tan parecido a ella...
—¿Tienes que ir a trabajar? —preguntó cuando el teléfono de Taehyung comenzó a sonar fuera de la habitación.
—No, me dieron el resto de la tarde libre para estar contigo —prometió tocando la punta de su pequeña nariz y el menor sonrió ante ello—. La sopa de Sunny ya está lista, ¿quieres comer aquí o en la cocina? —preguntó.
—Uhm... —pronuncio llevando un pequeño dedo contra su mentón—. ¿Y en el sofá viendo una película? —propuso.
—¿Y si comemos en la cocina y luego vamos al sofá a ver una película? —propuso en cambio.
—Trato —sonrió tirando de todas las mantas hacia atrás.
—Tranquilo campeón, la televisión no se irá por si sola —bromeó ayudándolo a salir y tomándolo entre sus brazos.
Yeonjun rió mientras rodeaba con sus brazos el cuello de su papi.
Dirigiéndolos a la cocina, Taehyung lo sentó en la silla frente a la isla y colocó una manta delgada sobre sus hombros.
Dándose vuelta, sirvió un poco de caldo para Yeonjun y lo dejó frente a él junto a una cuchara.
—Está caliente, ten cuidado —advirtió antes de servirse para él.
—Papi, remedio —aviso Yeonjun cuando la alarma de su reloj de muñeca de superhéroes comenzó a sonar junto al teléfono de Taehyung.
—Te serviré algo de zumo —dijo levantándose.
Volviendo al lado de su hijo con vaso de zumo y el jarabe, lo sirvió en una cuchara y luego lo empujó a los labios del menor quien obedientemente abrió su boca y trago.
—Malo —se quejó haciendo muecas.
—Bebe zumo —indicó entregándoselo—. ¿Mejor?
—Mejor —asintió sonriendo, volviendo a comer.
—Mi pequeño tesoro —murmuro acariciando la cabeza del menor con ternura.
—Come papi —pronunció el infante, observándolo con sus ojitos sonrientes.
—Sí, lo haré —sonrió tomando la cuchara—. Vaya, ¿invitaste a alguien? —preguntó cuando la puerta de su hogar fue golpeada.
—No papi, ¿y tú? —preguntó curioso.
—Tampoco —respondió levantándose cuando el sonido persistió—. Quédate aquí, no te levantes —ordenó alejándose.
Dirigiéndose a la entrada, abrió la puerta y observó con sorpresa a su compañero, el detective Jeon, del otro lado.
—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —preguntó confundido.
—Si contestaras mis llamadas lo sabrías —le gruñó—. Ni siquiera leíste mis mensajes.
—Heechul me dio permiso, estoy libre por el resto de la tarde —pronunció asegurando la puerta a su costado para que Jeon no pudiera observar el interior.
Jungkook frunció el ceño ante el gesto.
—Eres un detective, Taehyung, nunca tienes en realidad un descanso o día libre —se burló.
—Se trata de una emergencia, tengo permiso, ahora vete —espetó.
—¿Papi? —preguntó una pequeña vocecita seguida de una fea tos.
—¿Papi? —repitió Jungkook visiblemente confundido.
"Si quieres tener otra oportunidad con Jungkook, debes de ser paciente, seguir intentándolo y... Revelar lo que ocultas"
Por alguna razón, las palabras de Jimin penetraron en la mente de Taehyung y se quedaron ahí.
El sonido de la tos sin parar le hizo reaccionar y volvió al interior de su casa rápidamente, yendo al lado de su hijo golpeó suavemente su espalda y la masajeó hasta que dejó de toser.
—¿Estás bien, cariño? —preguntó preocupado.
—Si papi —asintió y luego observó curioso al extraño que estaba en su sala de estar—. Papi, ¿quién es él? —preguntó.
Casi con temor, Taehyung se volteó para observar a Jeon Jungkook parado en el centro de su sala de estar, contemplándoles confundido.
—¿Papi?
—Él es Jeon Jungkook, cariño, es mi compañero de trabajo —presentó.
—Oh, ¿otro detective? —sonrió emocionado.
—Si cariño, otro detective —asintió.
Bajando de los brazos de su padre, Yeonjun fue al lado de Jungkook y se presentó.
—¡Hola! Soy Kim Yeonjun, y él es mi papi —señaló a Tae.
—Hola campeón —saludó Jungkook con voz algo forzada—. Uh, ¿cuántos años tienes? —preguntó aclarando su garganta.
El cuerpo de Taehyung se tensó ante aquella pregunta y se precipitó al lado de su hijo.
—¡Cinco años! —sonrió alegre y luego tosió.
—Cinco años... —repitió Jungkook y de pronto, la traición apareció en sus ojos mientras contemplaba a Taehyung.
—Jungkook... —pronunció culpable y asustado.
—Eres hermoso Yeonjun, idéntico a tu padre —halago con una sonrisa forzada, falsa—. Si me disculpan, tengo que volver a trabajar —anunció alejándose.
—Cariño, quédate aquí y busca una película para ver —ordenó Tae dejando al niño en el sofá antes de correr detrás de Jungkook—. ¡Espera! —pidió siguiéndolo fuera de la casa.
—Ahora no, Kim —le gruño siguiendo su camino hacia el auto.
Lo estaba perdiendo, otra vez, lo estaba perdiendo.
"Si quieres tener otra oportunidad con Jungkook, debes de ser paciente, seguir intentándolo y... Revelar lo que ocultas"
—No es lo que piensas —rogó siguiéndolo.
—Cinco años. Idéntico a ti. Es obvio que me engañaste, Kim Taehyung —se burló abriendo la puerta de su auto.
—¡Es el hijo de mi hermana! —gritó, logrando finalmente que Jungkook se detuviera.
—Pero... Te llamó papá —pronunció ahora confundido.
—Cinco años Jungkook, mi hermana murió hace cuatro, desaparecí hace cuatro años —pronunció observando el suelo—. No es difícil averiguarlo.
—Estás mintiendo —negó con su cabeza—. ¿Ella realmente está...?
—¿Por qué mentira con algo como esto? —se burló.
—Entonces... ¿Por qué? —cuestionó—. ¿Por qué me abandonaste sin decir nada? ¿Por qué te fuiste?
—Si... Es probable que te deba una conversación —intento sonreír haciendo una mueca en cambio.
—¿Tú crees? —espeto no muy feliz.
—¡Papi! Quiero ver Shrek —gritó Yeonjun abriendo la puerta.
—Vuelve adentro, ya voy —le ordenó, pero el pequeño no obedeció y el teléfono de Jungkook comenzó a sonar—. Yeonjun —advirtió y el niño finalmente entró.
—Tengo que irme —anunció Jungkook luego de cortar la llamada—. Pero volveré, me debes una explicación de todo esto.
—Sí, lo sé —asintió—. Ugh... Llámame cuando vengas, haré dormir a Yeonjun para tener una conversación más tranquila.
—Te enviaré un mensaje —anunció subiéndose al auto, sin cruzar ninguna palabra más despegó lejos de ahí.
Observando el auto hasta perderlo de vista, Taehyung suspiró masajeando su pecho antes de entrar a su casa, cerrando la puerta, le sonrió a su hijo mientras iba hacia el sofá.
__________________________________________
Hola mis copitos! Espero que tengan un buen fin de semana, un besote y un abrazote <3
Para los copitos que pensaban que sería m-preg, sorry ksjfsjk
PD: Para los interesados me he creado una cuenta en Instagram para subir contenido respecto a mis historias jsjsjs <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro