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☪ ✙CAPÍTULO 22✙ ☪


Leer cap anterior...

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Mientras su amigo hablaba y se paseaba frente a él, Min Yoongi observó distraídamente sus manos.

La imagen de Jimin atrapado y a su completa merced no quería desaparecer de su mente.

Anoche, había estado a punto de follarlo contra el colchón en serio, sin importarle que los resultados de los exámenes todavía no estuvieran listos.

Joder, había querido meterse en el interior de su lindo culo sin ninguna clase de restricción. Ni siquiera había mantenido la línea que usualmente trazaba con sus sumidos o amantes al siempre estar vestido, evitando el contacto a menos que sea necesario.

Sin importar qué, Yoongi siempre había dejado sus pantalones puestos sin permitir el contacto directo de piel con piel.

Pero con el molesto chico pelinegro, no había podido mantener esa línea.

Algo oscuro se había movido en su interior, se había retorcido y liberado desarrollando una especie de obsesión con Minnie.

Yoongi quería volver a tenerlo bajo su cuerpo, deseaba verlo atrapado con sus cuerdas y rogando por ser follado.

Y aquellos obscenamente gruesos labios brillantes pedían a gritos ser violados por su polla.

Joder... Nunca le había pasado qué no podía controlarse a sí mismo, que no podía dejar de desear algo.

La obsesión que estaba desarrollando por Park Jimin era peligrosa... Pero adictiva.

Y estaba mal, él no necesitaba ninguna clase de distracción mientras averiguaba la verdad detrás la muerte de su hermano.

Hoseok era lo único que importaba.

Pero aun así, Yoongi seguía deseando el cuerpo de Jimin, fantaseando con él, anhelando su piel marcada...

El deseo en él de dejar sus marcas en aquella suave piel delicada y pálida era uno perverso, posesivo y primitivo.

Era exasperante.

Él nunca se había sentido tan... Fuera de control.

Lo mejor sería cumplir todas sus fantasías antes de sacarlo de su sistema y su vida.

Era lo mejor, él siempre tenía que tener el control, manejar la situación, y con Jimin... Simplemente no se podía.

Y eso le molestaba.

—¿Me estás escuchando? —preguntó Namjoon deteniéndose.

Alzando su cabeza, el rubio abogado suspiró y se echó atrás en el sofá, recargando su espalda en el respaldar de este.

—Es una idea estúpida —anunció.

El pelinegro apretó su mandíbula.

—Necesito saber qué fue lo que le pasó a SeokJin, quién le hizo esto y... Si realmente está muerto —expresó.

—El tipo ese, Chanyeol, ya te dijo que confirmaron que era él —le recordó—. La última vez que hablaste con tu novio, este ni siquiera te quiso decir lo que estaba ocurriendo, a nadie en realidad, así que lo que vio y descubrió es un completo misterio hasta para su propio jefe.

—Pero sé que está relacionado con Kaleidos —anunció tomando asiento frente a él—. Aunque mayormente le indicaba de los lugares donde se distribuía droga y delataba quienes eran, Jin mencionó una vez que estaba buscando una droga llamada Kaleidos —explicó—. Podríamos comenzar por ahí.

—¿Lo estás diciendo a propósito? —preguntó apenas conteniendo el gruñido en su voz.

—¿Qué cosa? —preguntó frunciendo el ceño.

Observándolo fijamente, Yoongi asintió lentamente.

—Dicen que Hoseok murió por una sobredosis de droga, e investigando un poco y pude descubrir sobre una droga llamada Kaleidos —anunció.

Namjoon frunció el ceño—. Pensé que Hobi había dejado las drogas luego de aquella vez.

—Lo hizo —asintió—. Hay algo extraño en su muerte que no me termina de convencer, por lo que estoy investigando al respecto y sé, que ésta droga Kaleidos está involucrada en la muerte de mi hermano —explicó.

—Entonces, ¿me ayudarás? —preguntó.

—Dos trabajan mejor que uno —aceptó—. Y sé una forma de averiguar si SeokJin realmente murió o no —informó.

—¿Cómo? —preguntó interesado.

—¿Crees en los fantasmas?

—Creí que estábamos hablando en serio —gruñó frunciendo el ceño.

—¿Alguna vez no hablo en serio? —alzó una ceja.

Namjoon lo observó en silencio, manteniendo el ceño fruncido en su rostro.

—En realidad no estás jugando conmigo —pronunció cuando su amigo mantuvo su expresión seria.

—Luego de la muerte de Hoseok, descubrí a Jimin —comenzó—. Es un año mayor que Hobi y un despreocupado total que no le interesa nada más que el dinero, él era su amigo.

—Por favor, no me digas que él puede ver fantasmas y todas esas cosas y que tú creíste en él —pidió—. Tú mismo lo acabas de decir, él haría cualquier cosa por dinero.

—¿Me crees estúpido? —espetó observándolo con desagrado—. Le pedí pruebas antes de creer en él.

—Sí era amigo de Hoseok, perfectamente pudo haber sacado la información de ahí —indicó.

—Me habló de la cicatriz que me hizo mi madre —anunció apenas resistiendo llevar su mano instintivamente hacia su nuca—. Sabes que Hoseok nunca le mencionaría a nadie sobre esa mujer, él nunca hablaba de nuestra infancia a nadie, tú eres la única excepción.

—... ¿Estás seguro? —preguntó.

—Lo estoy —asintió con firmeza—. De todas formas, lo tengo viviendo en mi casa para tener un ojo sobre él —anunció—. Además, tiene alguna relación con el detective Jeon Jungkook por lo que puedo obtener información también por ese lado gracias a él.

—Bueno, ¿no suena interesante? —sonrió burlón—. Dime, ¿es por él que te ves distraído?

—No estoy distraído —espetó observándole con dureza.

—Te conozco Yoongi, soy tu único amigo además de Hoseok y has estado algo raro, distante y distraído, lo que no es típico en ti —observó.

—Estoy bien. —gruñó.

—Como digas —se encogió de hombros—. ¿Y crees que este chico pueda ver a SeokJin?

—Si él está muerto, sí —asintió—. Pudo y puede hacerlo con Hoseok, no veo por qué con tu amante no.

—Espera, ¿a qué te refieres con que puede? ¿Todavía sigue viendo a Hoseok? ¿Él está aquí? —exclamó sorprendido.

—No es qué pueda verlos realmente, según me explicó, él puede sentir su presencia y escucharlos —corrigió—. Y sí, Hoseok todavía está por aquí y Jimin ha estado hablando con él.

—¿Entonces ya sabes cómo murió?

—No, Hoseok no recuerda nada de esa noche lo cual solo confirma lo extraño que resultó ser su muerte —negó observando la TV encendida.

—No te molestes pero, ¿estás seguro de que no está mintiendo para sacarte más dinero? —preguntó.

—Creo que olvidas que sé cuándo una persona me miente, no por nada soy abogado —le recordó tomando el control de la TV, subiéndole el volumen a esta.

Ambos prestaron atención a la noticia, escuchando con interés a la joven mujer informando sobre el extraño caso de Lee Kyuhyun, un chico de 16 años quien murió en el Hospital General Kim luego de causar caos y atacar al personal.

—Ese chico —pronunció Yoongi cuando su foto apareció en la pantalla—. Yo lo vi —anunció.

—¿Cuándo? —preguntó Namjoon.

—Saliendo del Hospital, ese chico se atravesó y casi lo atropello —recordó—. Ya actuaba extraño en ese momento —comentó—. Se veía fuera de sí mismo. Y sus ojos... Él había consumido algo.

—¿Crees que Kaleidos? —cuestionó volviendo a bajarle el volumen a la TV cuando la noticia terminó sin ningún detalle más.

—No lo sé, hasta donde tengo entendido Kaleidos solo provoca la muerte inmediata —respondió sacando su teléfono celular cuando este comenzó a sonar—. Habla Min.

Que rígido eres cariño, estoy seguro de que ya guardaste este número con mi nombre —pronunció la seductora y coqueta voz de Jimin.

—¿Qué sucede? ¿Descubriste algo? —cuestionó ignorándolo.

Quedé con un jodido dolor de cabeza, lo que es una mierda a decir verdad, pero creo que he visto algo —anunció—. Espeluznante, pero lo hice.

—Esas son cinco —advirtió Yoongi y Minnie sonrió sabiendo perfectamente a qué se refería—. ¿Qué quieres decir con que viste algo? —preguntó ignorando a Namjoon que le observaba interesado.

Estar alrededor de ustedes está provocando que haga cosas que nunca he hecho, tuve una jodida visión en la habitación de Hobi, fue extraño cómo la mierda, mi cerebro se sintió como si estuviera siendo violado, pero de tanto sufrimiento salió algo interesante —anunció.

—¿Y bien? ¿Qué fue eso? —cuestionó cuando el contrario guardo silencio—. ¿Qué quieres?

Ahora hablamos —sonrió Jimin—. Quiero un bonus por esto, me sangró hasta la nariz y ensucie un buen conjunto de ropa, era la única camiseta blanca que tenía.

Solo si vale la pena.

Ahora sabemos que esa noche se encontró con una tal Ling —anunció.

—Imposible —gruñó—. Hoseok se alejó de todos esos estúpidos luego de que dejó la droga.

Hey, no mates al sexy mensajero —bromeó—. Y yo no dije que la buscó a propósito o algo, tal vez se encontraron por accidente o una mierda así, Hobi acaba de recordar que estuvo con ella y otro tipo que también era su amigo —explicó—. Tenía pensado en ir al bar.

—¿Dónde estás?

—Qué, ¿ya me extrañas? —sonrió.

—Dime dónde estás.

Tranquilo viejo, me voy a encontrar con el detective Jungkook —respondió observando cómo el nombrado se acercaba.

—¿Por qué?

Porque soy irresistible y quiere hablar conmigo.

—Dónde.

En tu corazón, bombón.

—Jimin —advirtió y el pelinegro rió.

Era tan divertido meterse con Min Yoongi.

Relaja esa arruga en tu frente, cariñito, estoy en el centro comercial. Tu chofer me trajo y me está esperando en el estacionamiento, o eso me dijo, pero en verdad me está vigilando a la distancia —respondió—. Deberías de buscar a un conductor mejor, no sabe disimular muy bien —aconsejó—. Ya te tengo que dejar, Kookie llegó —anunció y cortó la llamada sin escuchar la respuesta de Min.

Observando su celular, sonrió sabiendo que seguramente había irritado al molesto hombre y no podía esperar para ver cómo lo castigaría por ello.

Sí, tal vez se estaba volviendo un poquito adicto a los perversos juegos Kinky de Min Yoongi, pero el idiota mandón era excitante y le hacía venirse cómo nunca nadie lo había hecho.

Sin contar que lograba alejar todos aquellos gritos en su mente y realmente le producía placer, casi haciéndole sentir cómo si fuera una persona normal.

Era un juego divertido para ambos, pero no era idiota, sabía que todo acabaría en cuanto Min se aburriera de él o descubrieran finalmente lo que le ocurrió a Hoseok.

Su relación solo se basaba de eso, y por supuesto, el dinero.

—Minnie —pronunció Jungkook tomando asiento frente a él.

—Hey —sonrió guardando su celular—. Me invitaste a un café —anunció cuando la camarera se acercó a ellos, dejando un vaso de café helado frente al pelinegro.

—Quiero lo mismo, por favor —pidió el detective antes de que la joven mujer se alejara.

—¿Y bien? ¿De qué querías hablarme? —preguntó empujando sus lentes de sol más arriba.

—Lo siento Jimin, los resultados de ADN del cuerpo encontrado en el departamento incendiado coinciden con Kim SeokJin —anunció yendo directo al grano, sabiendo que no había otra forma de decirlo.

Jimin relamió sus labios, apenas conteniéndose de hacer una mueca ante la mirada que le estaba dedicando Jungkook.

Él realmente odiaba aquella mirada llena de compasión.

—Sí, bien... Lo que sea —respondió aparentando estar desinteresado—. ¿Por qué lo mataron?

—Aún se está investigando —contestó—. ¿Estás bien? —preguntó con cuidado, casi esperando que en cualquier momento rompiera a llorar.

Sí bien, tendría que seguir esperando sentado porque eso no iba a ocurrir a corto plazo.

Él no lloraba.

Y las lágrimas de anoche no contaban, porque eran de placer provocado por el idiota mandón de Min.

—Él sabía o vio algo que no debía, ¿cierto? —indagó ignorando su pregunta.

—No te lo puedo decir.

—¿Y está relacionado con Kaleidos? —insistió tomando un sorbo de su café helado.

—No puedo.

—Por favor Kookie, ya me metiste en todo esto, no puedes esperar a que permanezca a fuera ahora —sonrió ladino.

—Esto se está volviendo peligroso, realmente no quiero que te veas envuelto —anuncio dejando su mano sobre la de Jimin que descansaba encima de la mesa.

—Demasiado tarde —musito cantarín—. Ya estoy metido en esto y me están pagando por estar más profundamente metido que un tapón anal.

—¿Quién? ¿Min Yoongi? —espetó no muy feliz.

—Tal vez sí, tal vez no, ¿quién sabe? —se encogió de hombros—. ¿Me dirás lo que le ocurrió realmente a SeokJin?

Suspirando, Jungkook le observó frustrado.

—Él está muerto Jimin, y no sabemos lo que le ocurrió, vio o escuchó, pero sí, está relacionado con Kaleidos —informó—. Y la situación está empeorando.

—¿A qué te refieres? —preguntó interesado.

—En las noticias pasaron el caso de Lee Kyuhyun, ¿lo viste?

El pelinegro asintió. Ambos guardaron silencio cuando la camarera se acercó con el pedido de Jungkook antes de retirarse.

—Yo me topé con él incluso cuando intentaba escapar del Hospital, vi sus ojos Jungkook... Y sé que esos mismos ojos lo he visto antes —expresó de forma seria, algo que no calzaba en su rostro.

—Nuestro médico forense descubrió algunas composiciones de esta droga, y una de ella es una toxina peligrosa —anuncio—. Baekhyun cree que con la cantidad correcta, podría transformarse en la droga más que perfecta y completamente adictiva en nuevos niveles.

—Por lo tanto, los sujetos que han muerto hasta ahora no han sido más que pruebas y fallas —comprendió rápidamente.

—Fallas que terminaban en la muerte inmediata... Hasta ahora —tomó un sorbo de su café.

En realidad, una cerveza sería más conveniente en ese momento.

—Hasta este chico.

—¿Él...? —preguntó Jimin y el detective asintió.

—Se encontraron pruebas de que consumió drogas en su sistema —anunció—. La muerte no fue inmediata en este caso, pero hubo horribles efectos secundarios que arruinaron su cuerpo y mente.

—Sí, eso no se escucha muy bonito —dijo con sus labios torcidos.

—Minnie, esta droga solo se está volviendo más peligrosa —pronunció con seriedad—. Lee Kyuhyun es el primero de esta nueva fase, pero sabemos que más aparecerán y sin tener una prueba, no sabremos con qué estamos tratando exactamente.

—¿No me dijiste que tu médico forense ya descubrió los componentes?

—Descubrió uno que es una toxina peligrosa, todavía no sabemos cuáles podrían ser los demás —corrigió—. Y... Te tengo que decir algo importante —anunció sacando de sus pensamientos a Jimin.

—Lo siento, pero si te vas a declarar temo que te voy a rechazar, otra vez —expresó alejando su mano que había estado presa bajo la de Jeon.

—Jimin...

—Solo bromeo, si consigo algo de ese polvo mágico te lo diré —aseguró.

—Lo apreciaría, pero no se trata de eso —negó con seriedad.

—¿Entonces? —preguntó curioso.

—Fue solo una corazonada, ¿sabes? —comenzó—. Le pedí a nuestro forense que revisara los archivos de Jennie.

El cuerpo de Minnie se tensó y toda burla y descuido abandonó su sistema.

—Por qué. —espetó quitándose los lentes para observarle con fría y congeladora furia.

—Te lo dije, una corazonada. El tiempo en que murió, el momento en que empezó todo esto... —torció sus labios—. Lo siento. Creemos que ella fue una de las primeras víctimas de Kaleidos —anunció finalmente.

Y con esas simples palabras, el mundo de Jimin comenzó a tambalearse nuevamente.

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