☼Capítulo 45- Un test...
Ana.
- ¿Realmente vas a comer eso? - Me pregunto mi tío, por tercera vez.
Deborando con gusto el postre que había pedido, asentí con mi cabeza.
- ¿Qué tiene de raro el postre Lamington?- Levantando una ceja, esperé su respuesta.
Nick: Nada... Sólo que te has comido dos pasteles de carne, con puré de patatas y salsa de tomate y... - Tomando una sorbo de su vino blanco- ¿No te parece demasiado?
Limpiándome mi labio inferior con mi servilleta, tomé mi copa con vino y antes de siquiera probar un poco, recordé que "algo con forma de bebé" podía estar formándose en mi interior. Dejando de lado la copa, llamé al mesero para pedirle jugo de naranja.
Harry: ¿ Y eso?- Preguntó, probando con cierta lentitud su pastel de carne. Si no terminaba de comérsela antes, la comería yo, pensé.
- No es bueno tomar alcohol... - Contesté, con cierto nerviosismo. Era la excusa más estúpida que podía haber pensado. - Y tú tampoco deberías tomar, faltan menos de dos horas para el partido y el alcohol hará que te vuelvas un poco tonto, si hablamos de los reflejos y de tus movimientos.
Mesero: Aquí tiene su jugo de naranja, señorita Lancaster... - Sonriéndome, me lo entregó.
- Muchas gracias- Agradecí, tomando un poco- Estás muy rico... ¿Podrías traer otro vaso de jugo, por favor?
Mesero: Es recién exprimido, claro, no hay problemas. - Apretando con nerviosismo su bandeja, se alejó.
Harry: Parece que tienes un nuevo admirador... - Murmuró, sonriendo falsamente.
Frunciendo el ceño, pensé en qué debía decirle. Pocos más tarde, llegó nuevamente el mesero, ganándose mi atención.
Mesero: Aquí tienes, disfrútelo- Dándole a Harry su vaso de jugo de naranja, él lo aceptó de mala manera. Creo que se ha pasado de límite.
Levantándome de mi asiento, intenté decirle unas cuantas palabras, además de que se disculpara con el pobre hombre que sólo hacía su trabajo, pero una fuerte oleada de náuseas me hizo desistir de la idea, al sentir el olor a mariscos. Caminando rápidamente hacia el baño, busqué un cubículo vació y encerrándome en el, comencé a devolver todo. ¡Malditos mariscos! ¡Los odio! Levantándome, corrí el pestillo de la puerta y me acerqué hacia los lavados, dónde terminé por lavarme mi rostro con agua fría. Secándome con una toalla, vi mi mirada apagada.
- No te preocupes, dentro de dos meses, se irán las náuseas... - Girando mi rostro, me encontré con una chica rubia de aspecto modesto y tranquilo- Es común que cualquier comida te haga sentir asco pero así es el embarazo...
- ¿Qué? Yo no... - Intenté decir.
- Tranquila, no se lo diré a nadie- Sonriéndome, caminó hacia la puerta- Aunque deberías hablar de ello, poco a poco se te notará más tu situación y más en tu abdomen. Cuídate. - Abriendo la puerta, salió al exterior. En suma calma, observé mi reflejo en el espejo.
- ¿Será?- Levantándome la remera, toqué con miedo mi abdomen plano.- No, no creo que esté embarazada...- Tapando con brusquedad nuevamente mi piel, lavé mis manos con jabón y tomando de mi bolso, el enjuague bucal, me limpié mi boca. No sólo no me gustaba el sabor amargo que ahora sentía en mi boca, si no que además no me gustaba tener mal aliento.
- Bien... - Acomodándome mi cabello, salí del baño. Camiando hacia mi mesa, observé que sólo quedaba Niall. - ¿Y los demás?- Frunciendo el ceño, tomé asiento.
Niall: Tuvieron que salir rumbo a la cancha- Haciendo una mueca- Parece que el partido anterior al suyo, se suspendió.
- ¿Y por eso no me esperaron?- Pregunté, un poco enojada.
Niall: Hace casi 15 minutos que estás en el baño... - Contestó, encogiéndose de hombros- Él debía estar dentro de media hora y el viaje hasta allí es de 10 o 15 minutos, era mejor que se fuera y luego tú lo alcanzaras conmigo.
- Está bien.. - Levantándome, esperé a que él también lo hiciera- ¿Vamos?
Niall asintiendo, se levantó y caminando junto a mí, salimos del restaurante en silencio. Una vez que nos encontrábamos en la calle, pedimos un taxi que nos llevó aunque el tráfico retardó un poco más nuestra llegada y eso me molestaba.
- A este paso, llegaremos cuando termine el partido... - Rodando mis ojos, apreté nerviosamente mi cinturón de seguridad, volviendo blancos mis nudillos de tanta presión.
Niall: Tranquila, vamos a llegar... - Sonriéndome, tomó mi mano y di un suave apretón.
Asintiendo con la cabeza, dejé que él siguiera tomando mi mano por un rato más. Era bueno contar con apoyo en un momento así, aunque tenía en claro que él era un buen amigo y nada más. Amaba demasiado a un tonto chico de rulos y mirada verdosa, como para poner mis ojos en otra parte.
Niall: Ana.. ¡Llegamos!- Exclamó, aplaudiendo.
- ¡Al fin!- Desabrochándome el cinturón, bajé rápidamente.
Niall pagando al taxista, tomó mi mano y corrió conmigo hacia la entrada, dónde los guardias con amabilidad, nos hicieron pasar. Llegando a nuestros asientos, sentí mi cuerpo pesado y mis piernas desfallecer. Pareciera que hubiera corrido una maratón entera.
Nick: ¿Ana, estás bien? - Preguntó. Seguramente me veía más pálida de lo normal.
- Sí, sólo necesito algo de agua- Murmuré, normalizando poco a poco mi respiración agitada.
Él ofreció su botella, y agradeciéndole tomé prácticamente todo su contenido. Realmente estaba sedienta, y hambrienta.
Niall: Necesito comprar cerveza. Ahora vuelvo. - Levantándose de su asiento, salió como si nada a comprarlas. O él era paranormal o yo estaba demasiado vieja.
- ¿Señorita Lancaster?- Girando mi rostro, me encontré con una reportera demasiado agradable.
- Sí, soy yo. ¿Qué necesita?
Reportera: ¿Puedo hacerle una entrevista?- Sonriendo tímidamente, pensé en decirle que no pero era su trabajo y sólo por que me había caído bien, acepté.
- Está bien. ¿Dónde te parece que estaría bien?
Reportera: En la sala de conferencia ¿Puede ser?- Sonriéndole, asentí.
- Bien, enseguida vuelvo tío Nick- Besando su mejilla, me alejé con ella.
- Por cierto mi nombre es Débora... - Se presentó, tendiendo su mano.
- Mucho gusto, Débora- Aceptando su mano, seguimos nuestro camino.
Harry.
¿Qué debería hacer? Me pregunté, mientras en mi celular el número de Ana me invitaba a llamarla. ¿Deberías hacerlo? Removiendo mi cabello nerviosamente, pensé en lo sucedido. Realmente me había comportado como un verdadero idiota con el mesero y con ella.
- ¡Cuando dejaré estos malditos celos!- Exclamé, apretando con fuerza el mango de mi raqueta.
Louis: Cuando aceptes en tu enorme cerebro que ella te ama... - Comiendo papas fritas, que no sé de dónde había obtenido- Y que además es tu prometida.
Liam: Te doy toda la razón... - Mirándome fijamente- O dejas de ser inmaduro o Ana va a terminar alejándose de tí.
¿Ella alejándose de mí? ¡Eso es imposible! ¿O no?
Zayn: ¡Ya basta, chicos!- Exclamó, acercándose- No estuvo bien lo que hiciste pero puedes repararlo. Y otra cosa, pon todas tus fuerzas en este partido y dedícale cada logro a ella porque todo lo que has aprendido es gracias a Ana y a que te ama. Para Ana tu eres todo, y para nosotros también, así no nos defraudes.
¿Zayn realmente quería que llorara? ¡Pues, bien! Lo había logrado.
- Gracias, bro...- Abrazándolo, sonreí al contar con amigos así. Ellos eran fabulosos y eran más que amigos, eran mis hermanos.
Juez: ¿Listo señor Styles?- Interrumpiendo nuestro momento de amigos, esperó mi respuesta.
- Sí, más que listo.
Juez: Bien, en 5 minutos lo espero en la cancha.
Louis: ¡Suerte amigo!- Abrazándome salió junto a Zayn, que no paraba de hacer discursos.
Liam: Creo que Zayn me ha ganado mi puesto- Riendo, me abrazó- Buena suerte, Harry.
- Gracias Liam- Sonriendo, lo dejé partir.
Inspirando y exhalando aire, intenté calmar mis nervios. Era peor que hacer un concierto, pensé... Bueno, no era algo grupal jugar tenis, esto era algo individual y así lo quise. Si me hubiera anotado solamente en el partido de dobles, no estaría en ésta situación pero no me quejaba, me gustaba hacerlo.
- Es hora... - Murmuré.
Tomando mi raqueta y lo demás que necesitaba a mano, por las dudas, caminé hacia la salida.
Ana.
Débora: ¿Y cómo te preparas para tu casamiento con Harry?
¿No era estrictamente profesional ésta entrevista?
- Pues bien, todavía no hemos decidido una fecha- Sonriendo falsamente, intenté calmarme.
Débora: ¿Han pensado en tener hijos?
¿Acaso quería que me enojara? Suspirando pesadamente, respondí.
- Considerando que una decisión muy personal, no sabría que decirte.
Débora: Bien, gracias por la entrevista. Esperamos que ganes el Abierto y que tu relación con Harry siga tan bien como hasta ahora. Muchas gracias. - Sonriendo, el camarógrafo cortó la escena.
- ¿No era estrictamente profesional?- Levantando una ceja, esperé su respuesta.
Débora: Sí, pero debía hacerte esas preguntas aunque no quisiera- Haciendo una mucea- Mi jefe me amenazó con dejarme sin trabajo si no lograba hacértelas.
- Está bien, pero no lo hagas más. Hay muchas empresas que pagarían muy bien con tu trabajo, así que piensa en tu bienestar y no en tu patético jefe.- Levantándome de mi silla, me alejé.
Bien, ahora a la cancha. Necesito estar presente en el partido de Harry, él me necesita.
- ¿Ana?
Girando sobre mis talones, me sorprendí al verlo.
- ¿Tú? ¿Qué haces aquí? - Acercándome, sonreí a reconocer por completo sus facciones. Era muy parecido a Harry.
Edward: Necesito hablar contigo... ¿Podríamos tomar un café juntos?- Sacándose sus lentes, dejó a la vista sus impactantes ojos verdes. De igual forma, no había como los de Harry.
- Es que iba a...
Edward: Es muy urgente... - Interrumpiéndome- Por favor...
- Está bien. ¿Dónde vamos? - Él colocándose nuevamente sus lentes, comenzó a caminar. Encogiéndome de hombros, lo seguí. No sabía que le pasaba pero parecía que era algo bastante serio por su semblante serio y su poco humor.
- Bien, ¿Qué sucede?- Pregunté, una vez dentro del bar. Por suerte, el televisor mostraba el partido y podía estar al tanto.
Edward: Necesito un favor muy especial... - Jugando con sus manos nerviosamente- Y necesito que tu me ayudes.
- Dime... ¿En qué puedo ayudarte?- Frunciendo el ceño, esperé su respuesta, más que impaciente.
Edward: Bueno yo...
Mesero: Sus cafés y la rebanada de torta de chocolate... - Sirviéndonos, se retiró en silencio, luego que les agradeciéramos.
- Deber ser algo grave... ¿No?- Tomando mi café,lo incentivé a que hablara.
Edward: Necesito 15 millones de pesos... - Contestó, haciendo que prácticamente escupiera el café en la mesa. ¿Qué?
- Lo siento... - Pidiendo disculpas por tal accion vergonzosa, limpié la mesa con una servilleta y observando a mi alrededor, suspiré de alivio al darme cuenta, de que estabamos prácticamente solos aunque una pareja reía en el fondo, muy ocupados en su mundo de besos y caricias.- ¿15 millones de pesos? ¿Para qué los necesitas?
Edward: Debo pagar una deuda... - Evitando mirarme, tomó su café.
- Puedes sacar un préstamos del banco, no creo que te...
Edward: ¡No puedo!- Exclamó, otra vez dejándome sin concluir- Pero es demasiado dinero y no quiero que nadie sepa de la deuda millonaria que debo afrontar.
- ¿De qué es la deuda? Si es que se pueda saber...- Observando su mandíbula tensarse, hice una mueca al darme al darme cuenta, que había dado en el clavo.
Edward: No puedo decírtelo...
- Bien... Entonces no puede prestarte dinero... - Levantándome de mi asiento, intenté retirarme pero su mano me detuvo. No era cuestión de prestarle dinero o no, la cuestión era la confianza que él tenía en mí. ¿Por qué debía tener confianza en él, si él no la tenía conmigo?
Edward: Si no pago antes del viernes, me van a matar... - Aflojando su agarre y retirando su mano, comenzó a sollozar.- Estoy metido en un gran lío por pedirle dinero a un tipo que es muy peligroso pero yo no sabía de eso y ahora debo asumir las consecuencias.
- ¿Y sí te mata luego de que le des el dinero? ¿Cómo puedes confiar en él, si no sabes de lo que es capaz?- Preguntó, tratando de que entrara en razón.
Edward: Porque con su dinero pude salvar a mi novia... A la persona que más amo... - Susurró, haciendo que cayera sin más en mi asiento- Él fue quién me dio la mano cuando nadie me la dio y sé que es justo si me quiere matar, es su dinero y debo pagárselo.
Pensando en la situación por un rato, no percibi el tiempo pasar; el partido de Harry ya había comenzado y todavía seguía sentaa en un bar con su primo que tenía un gran problema.
- Está bien... Te prestaré el dinero pero a cambio de algo...
Edward: ¿Qué quieres a cambio?
- Quiero que me consigas al mejor detective...
Edward: ¿Para qué lo necesitas?
- Quiero investigar a una persona...
Edward: Está bien... Te ayudaré, si es lo que necesitas.
Dándole la mano, hicimos oficial el trato; dándome el número de su cuenta, terminó su café.
Edward: ¿Estás bien?. Preguntó.
- Sí, ¿Por?- Dejando de lado mi porción de torta, dirigí mi mirada hacia su rostro contraido.
Edward: Casi no probaste la torta... Y eso que lo habías pedido con ansias.
- No es eso... Ya no me gusta. - Haciendo una mueca, reí modestamente- Ya es algo común, y peor si se trata de mariscos. Odio el olor, me hace sentir mal.
Edward: Sí, es algo desagradable. A mi no me gustan los mariscos- Riendo, hizo que la tensión en el aire desapareciera- Bien, creo que es hora de irme.
- Sí, yo también debo irme.- Levantándome, tendí mi mano.
Edward: Nada de formalidades, un abrazo querida prima- Abrazándome, me hizo sonreir.
- Nos vemos. - Saliendo del bar, él se quedó un rato más, a pagar la cuenta suponía.
Caminando hacia la cancha, quedé estática al ver una farmacia. ¿Y sí entraba a comprar un test? ¿Y si me sacaba las dudas de que realmente estaba embarazada?
Dudando un poco, entré y luego de varios minutos, fui atendida.
- Es hora de saber la verdad... - Murmuré, una vez que tenía la cajita del test en mis manos.- Es hora de saber si estoy embarazada...
- ¿Embarazada?
Girando mi rostro, me descompuse al ver nuevamente su rostro. Edward observaba con recelo y asombro el test. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
_______________________________________________________________________________
¡Nuevo capítulo! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Espero que les guste, aunque no sea un capítulo muy feliz que digamos pero bueno... ¡Ya es casi el final de la primera temporada y falta mucho por vivir, leer y sentir, todavía!
Por favor, voten y sigan leyendo. ¡Necesito de su infinita y grandiosa ayuda! Sin ustedes, no sería nada.
Bien, les dejo una foto de Harry con su vestimenta deportiva en la cancha de tenis y la canción de Spaces, de One Direction. Me inspiré un poco en ella y en lo tormentosa que se pondrá su relación a partir de ahora.
Ana. xxx
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro