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☼Capítulo 39- Nuestro nidito de amor...

Harry.

Realmente estaba muy nervioso. ¿Le gustaría la sorpresa o tal vez no?

¡Ya! Reprochó exhausta mi conciencia. Claro que le gustará, me repetí mentalmente, aunque el temor seguía presente. Quería que esta noche sea perfecta para ambos. Íbamos a dar un paso muy importante en nuestra relación, o eso creía…

Ana: ¿Por qué estás tan callado? Preguntó.

- Por nada en especial, solo estoy nervioso...- Confesé, colocando una de mis manos sobre la suya.

Ana: ¿Harry Styles nervioso? ¿Y se puede saber por qué? - Demando, notando en su voz, curiosidad.

- Por la sorpresa, espero que te guste…- Suspirando- Esto es muy importante para mí y espero que para ti, también lo sea.

Ana: Todo lo que venga de ti, lo aceptaré con gusto, porque sé lo que haces con amor y eso vale un montón.

Sonriendo, mordí mi labio inferior. Ya estaría besándola si fuera por mí, pero era una misión imposible, con las manos sobre el volante.

Doblando hacia la derecha, fui reduciendo la velocidad poco a poco hasta frenar delante de un gran portón. Esperando a que el guardia, abriera la misma, tomé la mano de Ana.

- ¿Sabías que te amo? - Pregunté, sabiendo de sobra que ella sabía sobre mis sentimientos.

Ana: Sí, eso ya lo sé...- Encogiéndose de hombros- Pero no hay problema en que me lo recuerdes- Acariciando con su pulgar mis nudillos.-  Yo también te amo...

Acercándome a ella y entrelazando nuestro aliento, besé lentamente sus dulces labios. No había otro lugar, no había otro momento, en cual quisiera estar. Sólo necesitaba de ella.

Separándome, sonreí aunque Ana no pudiera darse cuenta de ello, y de lo feliz que era a su lado.

Saludando al guardia, volví a poner en marcha el auto. Pasando varios árboles, llegamos a nuestro nuevo hogar. Desabrochándome el cinturón, salí y rodeado el auto, abrí su puerta y posteriormente la ayudé a bajar.

Ana: ¿Ya puedo sacarme esta venda?

- No, todavía no- Susurré, besando su cuello.

Era adicto estar a su lado, poder besar esa dulce piel y respirar esa maravillosa fragancia que expedía como una rosa, la más bella de todas, por cierto.

Ayudándola a caminar, tomé su mano y con mi otro brazo, rodeé su cintura.

-  Bien, ahora vamos a subir unas escaleras, ten cuidado...- Subiendo el primer escalón- No quiero que te rompas una pierna por mi culpa.

Ana: No, ni quiero pensarlo...- Río ella- Mi tío nos cuelga a ambos.

-  Eso, no lo dudo- Riendo- Ya con esto, estoy arriesgando mi vida.

Ana: ¡No exageres!- Exclamó, besando mi mejilla- ¿Acaso no vale arriesgarla por mí?

Deteniéndola, la atraje hacia mi cuerpo y acercándome nuevamente a sus labios, contesté:

-  Por ti, podría morir y esperarte una vida.- Rozando nuestros labios. – Te amaría por mil años, si pudiera.

Ana: ¿Es una metáfora? Preguntó de repente aunque sonara más como una burla.

-  No, es amor...- Besando sus labios cortamente- ¿Estás lista?

Ana: ¿Lista para la sorpresa?

-   Sí… -Besándola nuevamente, volví a ayudarla.

 Subiendo el último escalón, tomé de mi bolsillo la llave. Abriendo la puerta, la conduje hacia la gran sala que se abría paso delante de nosotros. Cerrandola la entrada, y abrazándola por su bella cintura, susurré pegado a su cuello.

- Bien, es hora…

Desajustando el pañuelo, lo retiré de sus preciosos ojos. Volviendo a sujetarla por la cintura, esperé su reacción.

- ¿Qué te parece?- Pregunté, sintiendo como el silencio se convertía en una daga y traspasaba poco a poco mi corazón. No me puede suceder esto, pensé.

Ana: ¿Esto era la sorpresa?

-  Sí, pero si no te gusta podemos….

Ana: ¡Me encanta! ¡Es preciosa!- Exclamó, abrazándome- No puedo creer que hayas comprado esta casa. Es una buena inversión para tu futuro.

- Para nuestro futuro…- Corregí, acariciando su mejilla- Quiero que esta casa sea nuestro hogar…

Ana: ¿Nuestro hogar?- Preguntó emocionada aunque se notaba a kilómetros su miedo.

- Quiero que te mudes conmigo Ana- Besando su mano- Quiero que tomen en serio nuestro relación. Y tú sabes que no estoy mintiendo.

Ana: Eso lo tengo muy en claro- Sonriendo- ¿Entonces, tengo que mudarme contigo?

- Si tú quieres...- Encogiéndome de hombros- No te estoy obligando a que lo hagas, aunque me emociona mucho la idea.

Ana: Está bien…

- ¿Está bien qué?- Pregunté confundido.

Ana: Quiero vivir contigo… - Colocando sus brazos alrededor de mi cuello- Bueno, si sobrevivimos a la reacción de mi tío- Rodando los ojos- Ve preparado y especialmente protege tu parte inferior….

- No le convendría- Besando su cuello- Porque luego no le podría dar muchos sobrinos o sobrinas… - Sonriendo- ¿Te imaginas? ¡Sería horrible!

Ana: Siempre existe la posibilidad de adoptar….

-  No tengo inconveniente alguno, pero quisiera tener a una pequeña como tú- Besando su nariz- Y aun pequeño como yo, así de galante e inteligente….

Ana: ¡Que no se te caiga la casa encima!- Exclamó sarcásticamente- Ten cuidado con tu ego…

-  Así y todo, me amas- Dándole un beso corto- Creo que será mejor, que recorramos la casa…

Ana: Tienes razón, antes de que la derrumbes con tu ego, debería recorrerla por lo menos- Sacándome la lengua, se adelantó.

Negando con la cabeza, la seguí. Ama a esta mujer con locura y todo.

Ana.

¡Era poco decir que la casa era bella! ¡Era tan perfecta!

Bueno, la escogió el, y es perfecto, eso responde a tus halagos ¿No?

- Tienes un buen gusto- Admití, cautivada por la piscina que se armonizaba con los árboles que se alzaban elegantemente desde el primer piso, y el contraste de los edificios altos e imponentes de fondo, sólo concentraba aún más la belleza. No podía existir otro lugar tan lleno de vida y a la vez tan sencillo pero especial, cómo este. Era nuestro hogar y eso me inundaba de felicidad.

Harry: ¿Y, qué te parece la vista?- Preguntó apoyándose en la baranda de vidrio.

-  No tengo palabras, es la casa perfecta- Acercándome a él- Y más si tú, estás conmigo en ella.

Harry: Eso no lo dudes- Abrazándome- Aquí quiero verte andar descalza y embarazada- Colocando sus manos en mi vientre y frotándolo, como si de repente ésta creciera mágicamente- También, quiero ver a mi hijo o hija dar sus primeros pasos…- Dejando un rastro de besos desde mi mandíbula y bajando por mi cuello- Y por qué no, quiero disfrutar de entregarnos completamente, en esta piscina como en toda la casa….

- ¿Acaso quieres dejarme paralítica?- Pregunté con un toque de burla.

Harry: Y deberías pensarlo, porque luego de los 10 hijos que vamos a tener, no vas a poder caminar- Besando mi frente- Pero no te preocupes, yo estaré presente para cargarte a todos lados…

-  ¿10 hijos? ¿No te parece demasiado?- Enarcando una ceja- ¿Es una broma no?

Harry: No, no es una broma- Sonriendo ampliamente- Realmente quiero tener una gran familia contigo…

-  Entonces búscate otra- Saliendo de sus brazos. Si quiere jugar sucio, también lo haré yo.- Porque yo sólo quiero tener 3 hijos, ¿Cómo ves?

Harry: Bien, entonces, iré por una que sí me deje 10 hijos…- Caminando hacia la sala y dirigiendo su mirada por última vez hacia mí- Lastima que se desperdicie la última parte de la sorpresa, pero en fin.- Encogiéndose de hombros-  Puedes quedarte, nos estamos viendo.

Y como si nada, Harry se fue y quedé sola en aquella casa perfecta, bueno, ¡Ahora no era perfecta y menos sin él!

Caminando hacia las escaleras, subí sin ánimos. Me faltaba recorrer la parte de arriba pero seguramente hubiera sido mucho mejor, con su presencia.

- ¿Por qué debes ser tan cabezota, Ana Lancaster?- Pegándome la cabeza varias veces con la mano- Además no es tan malo 10 hijos o ¿Sí?

Acercándome al dormitorio, me quedé completamente embelesada, al ver la decoración.

¡Y la vista, es impresionante! Desde lejos se podía ver el Big Ben, el London Eye y el puente de Londres, que colgaba elegantemente sobre el río Támesis. Amaba ese lugar, tanto que hasta ya me sentía inglesa pero lo Argentina lo llevaba grabado en el corazón y eso jamás me lo olvidaría.

Dejando de admirar la belleza de la ciudad londinense, aunque fuese adictiva, me senté en la gran cama que yacía deslumbrante e imponente en aquella habitación.

-  Y bueno, ahora sólo seremos tú y yo- Sacándome los zapatos, y desabrochándome el abrigo, me adentré entre las suaves sábanas.- Sólo espero que la estés pasando bien, Styles.

Harry: Claro que lo estoy pasando bien… - Interrumpió en la habitación, mostrándose bastante arrogante.

-  Ah… Has vuelto- Contesté sin ganas- ¿Se puede saber que te trajo por aquí de nuevo? ¿Acaso no encontraste a la mujer capaz de darte 10 hijos?

Harry: Claro que la encontré...- Jugando con su avión de metal. Ese que en estos momentos odiaba. Sí, esto ya se estaba saliendo de las manos. ¿Y si no era un juego y realmente consigo una nueva mujer?

-  Entonces…- Saliendo de la cama, y poniéndome los zapatos y el abrigo nuevamente- Esto es tuyo- Acercándome, deposité en sus manos el collar con el avión idéntico al suyo- Que lo aproveches con la futura madre de tus hijos…

Harry: Está en la sala, tal vez te interese conocerla, antes de irte.

Un nudo en mi garganta se formó inevitable al escuchar esas palabras. ¿Esto era real o  era una pesadilla?

Asintiendo con la cabeza, salí casi corriendo hacia las escaleras. Una vez que llegué al salón, respiré varias veces antes de cruzarme con esa tipa y tal vez, en un arranque de celos, le quitara todo su cabello teñido, si no fuese natural. Dando varios pasos hacia la puerta de entrada, dirigí mi mirada hacia los pequeños sillones que adornaban y daban un toque hogareño a la sala y mi sorpresa fue más de lo que podía esperar.

Harry.  

Ana: ¿Qué clase de burla es ésta?- Preguntó ella, con sus ojos a punto de explotar en lágrimas- ¡Explícame Harry!

-  No es ninguna burla- Acercándome a ella- Es la mujer de la que te hablé, la que quiero que sea madre de mis 10 hijos, o los que quiera tener.

Ana: Eres un…. – Besándome sorpresivamente- Si quieres tener 10 hijos, vamos a tenerlos, si quieres hacerme el amor en la piscina está bien, pero no me dejes…- Enrollando sus piernas alrededor de mi cintura, atacó con cierta necesidad mi boca.

- No, no te dejaré jamás...- Correspondiendo a su asalto, comencé a acariciar su cintura y luego sus piernas- Y déjame decirte que el reflejo de esa mujer que ves, en ese gran espejo delante de ambos, me da todo lo que puedo necesitar para vivir y no quisiera irme de su lado, ni siquiera estando muerto.

Ana: Te amo Harry...- Besando mis labios repetidas veces- Te amo mucho…

- Yo más, amor- Bajando lentamente el cierre de su precioso vestido, comencé a caminar hacia nuestra recámara. Era hora de estrenarla. – Y por eso, te amaré de mil formas, ésta noche, ¿Te parece bien?

Ana: Más que bien… -Sonriendo coquetamente- Quizás podamos poner el marcha el plan “10 hijos para Harry”.

Riendo a carcajadas, la acomodé en la cama y subiéndome lentamente sobre su bello cuerpo, susurré cerca de su oído:

-  Con que tengas uno, me basta y me sobra pero lo que sí, nunca me faltes.

Y así, entre palabras de amor, fuimos deshaciéndonos de nuestras ropas, que estaban de estorbo entre dos cuerpos  que sólo querían amarse y convertirse bajo el cielo londinense, en uno sólo.

-  Bien, ¿Estás lista?- Pregunté, ansioso por entrar en ella.

Ana: Sí, hazlo ya… - Suplicó, mordiéndose el labio.

Asintiendo con la cabeza, comencé a entrar en ella, sintiendo como cada parte de mi cuerpo encajaba perfectamente con el suyo. Besando su increíble cuello, bajé hasta el valle de sus pechos y dejando un rastro de besos húmedos, descendí hasta meter uno de sus dulces pechos en mi boca. Si, parecía raro y sobre todo, parecía un bebé pero no podían imaginar como algo tan sencillo, podía desatar un gran incendio dentro del cuerpo de mi Ana, a la vez, que me movía lentamente dentro de ella, robando varios gemidos y rasguños de su parte. Acelerando un poco más mis movimientos, y perdiéndome en el camino del deseo, exploté al mismo tiempo que ella, liberando de ambas partes, unos gritos desgarradores que fueron absorbidos por nuestros labios hinchados y demandantes de cariño.

- Eso fue…. – Saliendo de ella, me di cuenta, de algo terrible- Sé que me vas a matar luego de esto, pero te lo tengo que decir…No he usado protección.

Ana riendo ante mi confesión, besó mi mejilla y acomodándose sobre mi pecho, contestó:

-   No te preocupes, hace dos semanas que comencé a cuidarme con pastillas anticonceptivas.

-  ¿Y eso? ¿Fue idea de Nora?

Ana: En gran parte me ayudó, pero no fue idea suya. – Acariciando mi pecho- Siempre que participo en torneos, por mi seguridad y porque sé que mi período es irregular, tomo las mismas para evitar dolores muy fuertes durante los partidos, si es que estoy en mis días, obviamente.

- Me alegra escuchar que te cuidas- Besando su frente- Y que ahora podemos sentirnos más libres y cómodos, ¿No?

Ana: Sí, eso lo acabo de vivir y fue demasiado intenso.

Riendo por sus palabras, salí de la cama y colocándome mi bóxer, caminé hacia la puerta.

 Ana: ¿A dónde vas?- Preguntó, desparramada sobre la cama. Las sábanas ocultaban demasiado, pensé.

- Iré por algo de comer y beber. Ya regreso.

Ana: Está bien, no tardes…

Ni quiero tardar, pensé. Cada vez mis pensamientos eran más locos y eso se lo debía a ella.

Recogiendo de la heladera, una botella de champagne, y cortando la torta de chocolate que gentilmente mi hermana cocinó y preparó para mi plan, subí nuevamente.

Ana: ¿Y eso?- Sonriendo con sus ojos iluminados- ¿Es para nosotros?

-  Así es…- Destapando la botella, serví las dos copas que yacían sobre la bandeja que había cargado. Dándosela, me acomodé en la cama, dejando entre ambos las porciones de torta- ¿Por qué brindamos?

Ana: Primero que nada, por nuestro amor, luego por todo este tiempo que hemos compartido, por los chicos, nuestra familia y nuestras profesiones, ¿Te parece?

-  Sí, aunque te olvidaste de algo- Sonriendo- Tenemos que brindar por nuestro futuro, ¿No?

Ana bajando la cabeza por un momento, sonrió y brindó, sin decir nada.

-  ¿Sucede algo?- Pregunté preocupado.

Ana: No, sólo son pensamientos tontos pero nada malo- Levantando la bandeja, la colocó sobre sus piernas- ¿Quieres probar?

-  Pruébalo tú y dime cómo está.

Ana: Está bien...- Tomando un buen pedazo, se lo llevó a la boca. Y saboreándolo,  repitió el proceso conmigo, hasta que algo metálico y brilloso, se llevó todas sus ganas de comer.

Sacando el anillo de la torta y limpiándolo, lo puso delante de sus ojos- Con este anillo, que vale mucho para mí y para mi familia, quiero pedirte que…

Bajándome de la cama, me arrodillé delante de ella y….

- ¿Quieres casarte conmigo Ana Lancaster? Bueno, ser mi prometida, para que no huyas antes de tiempo.

Ana: Bueno yo….

-  Ana, no le estoy poniendo fecha a nuestro casamiento, te daré el tiempo que quieras sólo quiero que formalicemos nuestra relación y que aceptes ser mi prometida. Podemos casarnos si quieres en dos o tres años, estoy dispuesto a esperar el tiempo necesario por ti. – Acercándome a sus labios- Te amo y jamás quiero alejarme de tu lado.

Ana: Acepto ser tu prometida, si eso te hace feliz – Con lágrimas en los ojos- Porque a mí me hace feliz serlo.

Colocando el anillo, símbolo de nuestro amor, lo besé. Se veía precioso e imponente en su mano, y más si con ese anillo, pronto, la presentaría como la señora Styles.

Ana: Bien, prometido, es hora de dormir...- Bostezando- Ya son casi las 4 de la mañana y no quiero que mañana al volver a casa, mi tío nos reprenda peor de lo que estoy imaginando, por hacer cosas indebidas.

Subiendo a la cama, y acostándome a su lado, nos acobijamos con las sábanas hasta quedar unidos en una enredadera de brazos y piernas, que se amaban y se seguirían amando hasta el infinito.

-  Buenas noches, Harry- Besándome- Te amo.

-  Buenas noches, Ana- Devolviéndole el beso aunque más apasionado- Te amo y mucho.

Pronto Ana se rindió entre mis brazos y más tarde también lo hice, sin importar lo que fuera a pasar dentro de algunas horas. Sólo importaba una cosa, estaba con la mujer que amaba.

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¡Nuevo capítulo, weee! SON CASI LAS 3:3O AM Y YO AQUÍ ¡ESCRIBIENDO!

En fin, espero que les guste, y sin realmente valoran mi trabajo, voten y comenten, ¡Por favor!

Por cierto ¡Feliz primer año! ¡Ahhhhhhh! ¡Me siento feliz! :)

Gracias por apoyándome, como siempre... Sin ustedes, no sería nada.

Otro noticia muy importante, que les quiero comentar es que... ¡Ya estoy escribiendo el final! Así que, prepárense jaja...

Falta poco para que ésta gran historia, llegue a su fin. Pero tranquilos, habrá segunda temporada.

Me despido, debo irme a dormir jajaja... Buenas noches. :)

PD: Foto de la casa que Harry compró, en la parte de multimedia, en la parte derecha.

Ana. xxx

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