Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21- El pasado ha vuelvo...

Harry.

- ¿ Me vas a decir de una maldita vez que te sucede? Pregunté por milésima vez, con cierta impaciencia.

- Nada...- Susurró ella, frenando de golpe.

- ¿Cómo que no sucede nada? -Grité perdiendo el control- Casi acabas de pasar un semáforo en rojo y ¡NO SUCEDE NADA!

- ¡Para de gritarme!, ¿Quieres?- Demandó ella, comenzando a llorar.

- Lo siento ¿vale?- Suspiré pesadamente, para acercarme a ella y abrazarla- pero estoy preocupado por ti.

- Soy una estúpida- Susurró con pesadas y grandes lágrimas, cayendo sobre su dulce e ingenuo rostro contraido.

-  ¿Me vas a contar lo que sucede? Pregunté otra vez, más calmado- Y no me digas que no es nada, porque ya me lo repetiste mil veces al pretexto.

-  Es que..- Separándose de mi- No quiero que te alejes de mi.

- ¿Alejarme de ti?- Haciendo una mueca- Ni que me fueran a matar.

Ante mis últimas palabras, pude observar cómo su cuerpo se tensaba.

- ¿Qué sucede ahora?

Poniéndose sus anteojos, comenzó nuevamente a manejar su auto, mientras el silencio sepultaba nuestras voces, en el más allá.

Al llegar a casa de mi hermana, ella, no apagó el motor.

- Baja de auto- Acomodándose su cabello- Necesito estar sola por unos minutos.

- ¿A dónde vas? Demandé con cierto temor.

- No te preocupes, volveré pronto.

- Ana, por favor, necesitamos hablar. - Pedí  con preocupación.

- ¿Hablaremos cuándo vuelva, sí? Ofreció para darme un pequeño beso.

- ¿Estás segura?

- Sí.

Desabrochándome el cinturón, abrí la puerta para buscar en los asientos traseros, lo que habíamos comprado en el supermercado; con las bolsas en manos, observé con cierto temor y nerviosismo, cómo ella se alejaba.

Girando sobre mis talones, caminé hacia la entrada, buscando la llave, abrí la puerta y entré; al llegar al comedor, me encontré con Gemma y mamá, que hablaban animadamente.

Gemma: ¿Y compraste lo que te pedí? Preguntó ella entusiasmada.

Asintiéndo con la cabeza, dejé las cosas sobre la mesa; empujando mi cabello hacia atrás, tomé una manzana, para salir de allí... No quería tener un interrogatorio por parte de ambas.

Al llegar a mi cuarto, cerré la puerta para tirarme literalmente a mi suave cama, que permanecía con el dulce aroma de Ana; acomodándome en la almohada, pensé en ella y en su raro comportamiento.

¿Qué ocultaba? ¿Por qué se había comportado así? Pero sobre todo... ¿Por qué no confiaba en mi? Esa última pregunta, hizo que algo en mi interior se rompiera y doliera...

¿A dónde iremos a parar con este amor? Indagé para cerrar mis ojos.

Ana.

¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Por qué?  Me pregunté una y otra vez, golpeando con rabia el volante de mi auto.

De repente, el mismo se detuvo de golpe, ¿Qué rayos? 

<< Sin biodisel>> Titilaba la luz, en aquel ícono del tablero.

Malciéndolo, salí del auto, rogando a Dios, que encontrara un estación de servicio cerca...

Caminé por varios minutos, pero nada; acomodando mi bolso y abrochando mi campera, ya que comenzaba a hacer frío, decidí seguir.

Una vez que divisé la estación, sonreí apresurando el paso, pero el ruidoso sonido de las llantas de un auto, hicieron que parara y volteara mi mirada.

Al abrirse la puerta, y ver quién salía de la misma, sentí como mis piernas comenzaban a temblar... Debía salir de allí, debía irme, pero... Mi cuerpo no reaccionaba ante su presencia.

- Hasta que al fin nos volvemos a ver- Sonrió fríamente acercándose a mi.

Intentando correr, él me tomó fuertemente de uno de mis brazos, clavando sus cuidadas pero asquerosas uñas, sobre mi piel...

- Déjame en paz... Exclamé con rabia y temor a la vez, tratando de alejarme de su doloroso contacto.

- No, hasta que hablamos- Susurró cerca de mi oído, produciéndo que mi piel se erizara.

- No tengo nada que hablar contigo- Negué, mirándo a los ojos.

- ¿Y si tiene que ver con la vida de  tu madre y tu hermano? Chantajeó.

Era repugnante, era un desgraciado... ¡Era mi maldito padre!

- Está bien- Demandé, venciéndome ante su extorsión.

Soltándome el brazo, comenzó a caminar hacia su auto; aprovechando esos preciosos segundos, me levanté y comencé a correr , sin importarme si quiera que mis pulmones necesitaran aire para que pudiera respirar.

- ¡Eres una estúpida! Gritó él, corriendo detrás de mi.

Mis rodillas dolían, y mis pulmones quemaban, pero sin embargo seguía corriendo... Hasta que desgraciadamente, logró alcanzarme.

- ¡Eres una maldita bastarda! Gritó nuevamente,  agarrándome del cabello y aturdiendo mis oidos- Ahora te enseñaré quién manda.

Esas fueron las últimas plabras, antes de sentir una fuerte bofetada de su parte, provocando que cayera y golpeara mi cabeza sobre el frío cemento; gimiendo ante el tremendo dolor que se extendía en mi cabeza,  sentí como se adormecían mis sentidos y me arrastraban hacia la profunda y temida oscuridad.

Harry.

¡Harry! ¡Harry!- Escuché cómo alguien me llamaba.

Abriendo lentamente mis ojos, me encontré con mi madre y mi hermana, que se veían preocupadas.

- ¿Qué sucede? Pregunté adormilado, mientras me sentaba en la cama.

Gemma: Dinos tú, que pasa- Demandó ella cruzándose de brazos- ¿Por qué Ana no está contigo?

- ¿Qué? ¿Acaso no ha vuelto todavía? - Tragando saliva nerviosamente, observé que el reloj, marcaba las 1 de la madrugada.

¿Tanto tiempo había pasado? ¿Le habrá pasado algo?

Colocándome mis tenis, corrí rápidamente hacia abajo, necesitaba encontrarla, sino Nick y los chicos, me matarían.

Gemma: ¡Harry, espera!- Gritó mi hermana, alcanzándome- Voy a ir con vos.

En otra situación, le hubiera respondio no, pero ahora no era el momento para ello... Necesitaba encontrarla, pero sobre todo,  que ella estuviera bien.

Ana.

Gimiendo de dolor, intenté mover mi cabeza, pero no podía... El dolor era insoportable.

Abriendo los ojos, me encontré con una habitación que no conocía ¿Dónde estaba?

Oprimiendo mi cabeza con mis manos, me levanté de aquella cama, que al verla, me dio asco...

Parecía que nada bueno sucedía aquí... Tragando saliva, pensé en lo que mi padre quería hacerme... ¿Él me haría daño?

Al escuchar cómo alguien, intentaba abrir la puerta, por inercia me acurruqué en un rincón, esperando que nada malo me sucediera.

- ¿ Dónde te encuentras mocosa?-  Preguntó con cierta repulsión.

Tapándome la cabeza, pedí hacerme invisible, pero eso sólo ocurría en las novelas...

-  ¿Pensaste que no te encontraría? Susurró cerca de mi oído, haciéndome estremecer- Sabes que no me gusta las niñas desobedientes, así que tendrás tu merecido castigo.

Abrazándome más a mi débil cuerpo, él me tomó fuertemente del brazo para sacarme de aquel lugar; no me resistí a él, ni me quejé del dolor que me estaba produciendo, quizás, sería mejor no hacerle la contra.

- Bien, siéntate- Espetó, empujándome sobre una silla de madera.

Tomando unas finas sogas, comenzó a atarme las manos y los pies-  No te muevas de aquí, no te conviene- Susurró, mirándome con sus gélidos ojos azules.

Asintiéndo con la cabeza gacha, escuché cómo se alejaba, con pasos apresurados.

En completo silencio, volví a escuchar gritos, y sin duda, no eran de él...

- ¡Quedate quieto o sino morirás, maldita sea! Gritó, haciendo que me removiera inquietamente en la silla.

Con la mirada en el suelo, divisé como se acercaba con otra persona, que se oponía a su fuerza.

El chirrido de una silla corriéndose, hizo que levantara mi vista; no pude evitar perderme en aquellos ojos, que al igual que los míos, reflejaban miedo...

- Bien, iré a buscar "mis juguetes"- Sonrió él, maliciosamente, para dejarme con aquel desconocido.

- Debiste enfadarlo mucho en la cama, para que decidiera matarte- Sonrió él, mordiéndose el labio- Aunque no lo creo.

Si las miradas mataran, sin duda, la mía lo hubiera extinguido; respirando profundamente, preferí quedarme callada... No quería más problemas.

- ¿Acaso te comieron la lengua los ratones? Rió él, desafiándome.

- Ya, déjala en paz.- Interrumpió mi padre, descargando una bolsa en una de las sillas vacías, que se encontraban cerca de ambos- es una bastarda, no es buena para nada, igual que tú...

- Oye, no te metas conmigo- Protestó este- no soy como ella.

- Mejor cállate ¿Quieres?- Sacando una pistola, él tragó saliva nerviosamente- O no querrás que esas sean tus últimas palabras ¿No?

Negando con la cabeza, dirigió la mirada hacia mí, guiñándome uno de sus ojos marrones.

¿Éste chico está bien? Le acaban de decir que lo van a matar y él sin embargo, coquetea conmigo.

- Y en cuanto a tí- Dirigí mi mirada hacia él con cierto temor- Me encantaría matarte, pero no me conviene- Caminando alrededor mío- Pero lo que vas a ver, te enseñará a no desobedecerme- Susurró, pasando la punta del arma sobre mi mejilla derecha...

¿Qué iba hacer? ¿Iba a matarlo? Pero sobre todo ¿Cómo evitaría que lo mataran?

Sé que no lo conocía, y que no se había expresado de la mejor manera hacia mi persona, pero no quería ser cómplice de su muerte y menos a manos de mi malvado padre.

- Bueno, ¿Qué podemos hacerte?- Preguntó, para comenzar a buscar en su bolso.

- Si me matas, mi hermano te matará a tí- Contestó éste, desafiándolo... Estúpido error, amigo.

Mi padre, colocó el arma lentamente sobre la mesa, para luego, sumergir su mano en aquel bolso; cuando volvió a sacarla, mis ojos se abrieron sorprendidos, no sé que era peor...

- Vas a morir de la peor forma-  Cayendo de rodillas, tomó su mano- y lo mejor de todo, es que será grandioso poder ver como pierdes tu vida.

Cerrando mis ojos, me negué a ver... El filoso cuchillo que amenaza con contarle hasta el alma, se posó en su piel, produciéndole una herida... Gota tras gota, comenzó a correr su sangre, manchando así, el piso...

- No te servirá de nada cerrar los ojos- Se burló el, alejándose de aquel desconocido y guardando el material punzante, otra vez en el bolso, para cerrarlo- Ya que no podrás ayudarlo...

Recibiéndo un asqueroso beso por parte suya en mi frente, se retiró, dejándonos a ambos solos, en aquel charco de sangre. 

 - ¡Maldita sea, ayúdame! Gritó éste, tratándo de romper las gruesas sogas que apresaban su cuerpo, que  poco a poco, se iba debilitando.

Asintiéndo con la cabeza, comencé a forcejear con las cuerdas que sujetaban mi cuerpo; tras varios minutos de agonía, logré hacerlo.

Parándome ligeramente, volví a caer sobre la silla; un fuerte mareo cegó mis sentidos por varios segundos, hasta que el mismo, fue perdiendo su intensidad...

- Por favor, ayúdame... Volvió a repetir, con los ojos cerrados.

Cayendo al piso, gateé con mis pocas fuerzas hasta su cuerpo, manchándome de sangre.

Rompiéndo una parte de mi blusa, vendé su muñeca, tratando así, que parara de desangrarse completamente.

- Estaremos bien.- Afirmé desatándo los nudos de las sogas.

- Llama a mi hermano, él nos ayudará- Demandó, apoyándo su cabeza en mi hombro derecho.

Con mis manos temblorosas, tomé el celular que anteriormente, había sacado de su bolsillo delante, como él me lo había indicado.

- ¿Cómo se llama tu hermano? Pregunté buscando la agenda.

- Jace Maldick- Susurró con pocas fuerzas.

Desesperadamente busqué su nombre, hasta dar con él; apretando la opción llamar, pegué el celular a mi oído, esperando a que me contestara.

- ¿Luke? ¿Dónde mierda te has metido pendejo? ¡Te juro que cuando te encuentre, te patearé tu maldito trasero!

Bueno... Ahora sabía de dónde había aprendido sus "buenos modales" Pensé, rodando los ojos.

- Escúchame- Exclamé con cierta valentía- Tu hermano se está muriendo en mis brazos, así que si no quieres que te pateen el trasero a tí, ven a buscarlo.

Acomodándolo en el suelo, caminé hacia la primera ventana que encontré, detallándole dónde nos encontrábamos... Sólo esperaba que no tardara demasiado.

10 minutos después, escuché la sirena de una ambulancia; tratándo de levantarlo, me asusté al ver como la puerta de la habitación, dónde nos encontrábamos, se rompía en varios pedazos, dejándo pasar a una persona alta y temible.

Al dirigir mi mirada hacia sus ojos azules, éstos destellaron con cierta luz, al atrapar los míos.

- ¡Por favor, ayúdame!-  Exclamé, gimiendo de dolor, al sentir cómo mi cabeza volvía a estallar por dentro. 

Él caminó hacia nosotros, hasta cargar el peso de su hermano, sobre uno de sus hombros...

Caminando hacia el exterior, nos alcanzaron unos paremédicos, que colocaron a Luke en una camilla, recibiéndo así los primeros auxilios.

Jace de repente tomó mi brazo fuertemente, apoyándo mi débil cuerpo, en unas de las paredes cercanas. 

- Necesito saber dónde está el imbécil de Max Presley- Acariciando mi mejilla- Debe pagar por lo que le hizo a mi hermano. 

Asintiéndo con la cabeza, traté de alejarme de su cuerpo, pero él volvió a apoyarme sobre la pared, aunque con más brusquedad.

Gimiéndo de dolor, sentí con algo caliente comenza a recorrer mi cuello; dirigiendo mi mano hacia la parte que dolía y punzaba, sentí como mis dedos se mojaban.

Abriendo mis ojos con horror, dirigí mi mirada hacia la mirada azul de Jace, para luego desvanecerme... La oscuridad nuevamente me llamaba, y sabía muy bien, que aquella sangre que se secaba entre mis dedos, no era una buena señal...

______________________________________________________________________________

¡Nuevo capítulo! Ahora más largo, y más cansador :P JAJAJA XD

Espero que les guste y que voten o comenten, ya que me costó bastante escribir (todo el día pegada a la compu, imagínense)

Poco a poco, se pondrá cada vez más interesante... Y espero que así lo sientan. XD

Desde ya, gracias por todos los/las que siguen leyendo mi novela y espero que se sumen más...

Si desean que lea alguna novela o que recomiendo alguna, por favor, dejen su comentario... Me gusta ayudar, así como me gustaría recibir su misma ayuda... En fin, disfruten el capítulo...

Besos... Ana xoxoxo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro