Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo

—¿Entonces él está bien?

—Está tan bien como puede. Es afortunado de tener un cráneo tan duro.

Suspiré de alivio y me recargué de regreso en mi silla. Cuando Shizuo resbaló y cayó del edificio, mi corazón no sólo saltó junto con él, sino que se detuvo. Y la peor parte de todo eso fue que cuando Celty se lo llevó, no pude ir con ella a verlo. Si Shizuo de alguna forma se habría despertaba mientras estaba a su lado, no sabría que hacer. No sabría que decir. ¿Y qué pensaría la gente? El más temido informante en una moto con su archi némesis.

—¿Izaya?

Llevé mi atención de vuelta a Shinra al otro lado de la línea.

—¿Sí?

.

—Todavía te preocupas por él, ¿cierto?

El silencio llenó el aire a nuestro alrededor. No supe cómo responder por un segundo. Necesitaba convencerlo.

Convencerlo de que no me importaba.

Porque no lo hacía.

¿Por qué quiero ver si está bien en primer lugar?

Gruñí para mí mismo. Recuerdo cómo me paré a un lado de Celty con una expresión derrotada. Derrotado porque no podía ir también por mi propio bien. Me sentí desconcertado. ¡Avergonzado! ¡Éramos enemigos! ¡Los enemigos no veían por el otro!

Pero los enemigos no eran amantes en el pasado tampoco.

Y entonces una repentina ira se apoderó de mí.

—No, no lo hago. Buen día, Shinra —gruñí y terminé la llamada sin advertencia. Tiré el teléfono a un lado y me crucé de brazos sobre el pecho.

—¡D-duele! —me aferré al cuello de Shizuo mientras chillaba y jadeaba. Sentí al rubio acariciar mi cuello, murmurando un pequeño "te amo" antes de besarme los hombros arriba y abajo.

Sentí mi cara ponerse roja por la memoria. Y me levantándome de mi silla de oficina en ira y vergüenza, me precipité a mi cama.

—¡Nn... Shiz..!

—Te amo.

—Te amo. Te amo. Te amo.

Arrojé mi cabeza a las almohadas y grité tan alto como creo que pude dar.

Entonces, ¿Que si tuvimos un pasado juntos? ¡Ese protozoario ni siquiera recuerda nada de todos modos!

Rodé sobre mi espalda y observé mi techo.

Es cierto, él no lo recordaba.

Pero tampoco yo lo hacía, al menos no del todo bien.

Fue un día bastante borroso de todos modos. Todo sucedió tan rápido. El auto sólo llegó de ninguna parte. Y un choque directo al rubio.

Estaba preocupado. Probablemente estaba llorando. Mi atención estaba muy nublada y casi no vi la ambulancia llegar. Tan estaba parado ahí. No registré lo que nadie me decía, ellos asumieron que no lo conocía y se fueron con él sin mí.

Pude haber llamado por un taxi ese día, o a alguien. Alguien que pudiese recogerme y llevarme al hospital. Pero corrí todo el camino.

La calle estaba borrosa, así que probablemente estaba llorando mientras corría.

Cuando llegué a casa desde el hospital mi habitación estaba borrosa también.

Lloré mucho ese día.

—¡Es- no, no es justo! ¡C-cómo se atreve! —sollocé violentamente. Mi padre me abrazaba con fuerza en su pecho mientras mi madre y las gemelas estaban de pie con lágrimas en sus ojos junto a la esquina.

Golpeé sobre su pecho tratando de liberarme, pero él sólo apretó más el agarre mientras mis sollozos y gritos se hacían más y más fuertes.

Esa noche él durmió en la sala, junto a mi habitación. Él quería que yo sintiera que él estaba ahí para mí.

Unas pocas semanas murió en un incendio que se declaró haber sido causado por una estufa sobrecalentada. Pero yo sabía mejor que eso. Yo sabía más.

Él no merecía una muerte cruel. Pero la vida es una perra y mierdas así pasan.

Me reí por mis propios oscuros pensamientos sobre la muerte de mis padres.

Así que cuando murieron decidí dejar de ser la víctima. Estaba por mi cuenta, mis hermanas justo detrás mío a mi protección. Por supuesto que no terminó bien, viendo que era nada más un adolecente. Y teniendo un trabajo junto con la escuela no era la cosa más fácil en el mundo. Entonces Shiki me encontró, todo flaco y cansado.

—¡Podría volverme un informante! —le grité con toda seriedad. Shiki me miró desde el sofá y suspiró —Niño, tienes un futuro-

—¡Mis padres están muertos, he estado en las drogas la mitad de mi vida, he sido mentalmente abusado en mi vida diaria y mi maldito némesis fue alguna vez mi amante y quieren matarme! ¡¿Luzco como alguien que quiere tratar de tener una vida normal?! —no fue lo más inteligente gritarle a alguien que tenía poder como Shiki, pero él era un hombre compresivo. —Niño, ¿qué estás tratando de decirme? —preguntó con curiosidad.

Volví a sentarme y bufé. —Sólo quiero escapar de mi vida diara.

Reí una vez más, era tan serio entonces. Tan tenso. Como si esperara a que alguien me atacara a cada segundo.

Shiki fue como mi "segundo padre", si pudiera llamarlo así. Él nos tomó a mis hermanas y a mí bajo su ala. Estuvimos siempre bajo su protección. Seguro, él no actuaba como un padre, pero tampoco eso no me importó para nada. Ganaba mi dinero, iba a la escuela, ponía comida sobre la mesa y vivía una vida con la que de hecho estaba satisfecho.

Suspiré y miré al reloj, dos horas ya habían pasado. El tiempo pasa tan rápido estos días, como el chasquido de un par de dedos. Tan de repente, todo tan sólo pasa.

—De repente, tu vida entera ha cambiado...

.

.

¿Que fue eso?

Me senté sobre mi cama.

¿Fue un golpe en la puerta?

Me apresuré a salir de la cama y atravesé toda la sala y la oficina hasta la puerta del frente.

Dudé por un momento y miré fijamente la perilla. No quería tener más clientes ahora. No me sentía como para ver a nadie.

Suspiré profundamente antes de girar la perilla y abrir completamente la puerta.

Mi respiración se detuvo al segundo en que lo vi, y mi corazón falló un par de latidos. De todas las personas que habría esperado que se mostraran en mi pasillo, era Shizuo. El monstruo rubio. El ex-barténder. En completa carne y sangre. Sentí mi ira volver a alzarse, pero la enmascaré con una de mis usuales sonrisas ladinas.

—Ah~ Shizu-chan ¿a qué debo el placer~? —me burlé un poco. Estaba dándome un poco de sueño y me balanceaba ligeramente de un lado a otro en mi sitio. De verdad sólo quería que se fuera.

—Luces horrible —le escuché murmurar. Hice por buscar cualquier signo de enfado en su cara pero no importó cuánto tratara, no pude encontrar nada.

¿El rubio en serio estaba mirándome –estando frente a mí- sin querer romperme el cuello? ¿Quizá ésta era una nueva clase de ira? ¿Uno silencioso, tal vez? Me estremecí a la idea y di un paso alejándome de él, tenía problemas en mantener mi sonrisa.

—Si Shizu-chan sólo vino a decirme cuán mal me veo, entonces te sugiero que mejor te marches a casa —traté de cerrar la puerta, pero el protozoario puso su pie en medio.

—¡Espera, no! Tengo algo... una cosa... que decirte —se apresuró. Volví a abrir la puerta, sólo un poco, y le miré con curiosidad.

—¿Y cómo exactamente voy a saber que no vas a golpearme si te dejo entrar~? —le pregunté con tono escéptico. Mi sonrisa se amplió más y otra vez me sentí confiado.

—Sabes que no soy así —susurró. Bufé y le miré suavemente por un segundo antes de abrir la puerta en un rápido movimiento y luego dar la vuelta y adentrarme al apartamento.

—De hecho no lo sé, Shizu-chan~. Eres una bestia después de todo.

—¿No estás asustado de mí? —apenas capté las palabras.

Me di la vuelta y miré a la expresión derrotada del rubio. Me sentí un tanto divertido por la forma en que estaba actuando. Reí y tiré mis brazos al aire —¿Yo? ¿Temerte? Creo que deberías ir de nuevo con Shinra y hacer que te revisen la cabeza de nuevo una vez extra. ¡La última vez que revisé, hemos sido enemigos por años!-

—¿Cómo sabes que estuve en lo de Shinra?

Mi sonrisa desapareció toda ahora y necesité apartarme de sus ojos. No podía decirle que fui yo quien llamó a Celty. Rápidamente pensé en algo y enderecé mi espalda con una sonrisa inocente sobre mis labios. ¿Esa caída fue muy dura! Especialmente desde que fuiste aplastado entre dos autos así. Supuse que deberías tener una herida o dos ¡para que Shinra las arregle! —reí. Pero pensando de regreso a la escena, mi corazón se hundió un poco.

Rápidamente me despejé del pensamiento. Shizuo estaba, obviamente, perfectamente bien. (Excepto por su cabeza).

—Izaya, lo sé.

—¿Qué?

Observé al monstruo. Buscando señales, significados, ¡emociones! Pero no pude encontrar nada. ¡¿Por qué no pude encontrar nada?!

Ladeé la cabeza un poco por la confusión. Sonreí un poco, aunque era la sonrisa más falsa que he hecho en un tiempo.

—Hm? ¿Saber de qué, Shizu-chan? ¡Sé que te enseñaron a decir frases completas desde que eras un niño~! —bromeé.

Pero él sólo apretó sus puños mirándome profundamente a los ojos con los suyos tan suaves y comprensivos.

—Lo sé todo —volvió a decir. Me crucé de brazos y me recargué contra la pared detrás de mí. Estaba empezando a frustrarme un poco ahora.

—Shizu-chan, en serio. Usa ese pequeño cerebro tuyo, si de hecho tienes uno ¿que en el mundo es lo que sabes?

De repente el rostro del rubio mostró señales de ira, pero lo que había esperado que me gritara no era para nada cercano a ello en absoluto.

—¡Maldita sea, Izaya! ¡Sé todo sobre tu maldito pasado!

Hubo silencio.

Pude escuchar los rápidos latidos de mi corazón, y el leve eco en mi cabeza por la elección de palabras de Shizuo.

¡Sé todo sobre tu maldito pasado!

Me alejé de la pared, y permanecí ahí, de pie, frente a Shizuo.

Y entonces un pensamiento pasó por mi mente.

¿Lo recordó?

Si él sabía de mi pasado, ¿eso significaba que lo recordó?

¿Nos recuerda?

Mis ojos se abrieron como platos.

¿Él en verdad lo recordó?

Pero si lo hacía, ¿por qué no sólo lo dice?

Quizá no recuperó ninguna memoria pasada.

¿Shinra le contó algo?

¿Kadota le dijo algo?

¿Qué exactamente sabía?

Necesitaba asegurarme a todo costo. —¿Exactamente, qué quieres decir con eso, Shizu-chan? —le pregunté con cautela.

—¡Quiere decir que sé todo de tu maldito pasado! Sé de tu verdadera madre, sé de los malditos bravucones, sé de las drogas, ¡sé del incendio! ¡Lo sé todo!

No pude evitar encogerme a la memoria del incendio, ese fue un día terrible. Exhalé un profundo suspiro. No nos recordaba en absoluto. El pequeño fuego de esperanza que había empezado a quemar en mi pecho hace unos segundos, fue apagada más rápido que un chasquido.

Inmediatamente cubrí mi desmoronada expresión con una simple sonrisa ladina, no queriendo parecer herido o emocionalmente débil frente a mi enemigo.

—... No sé de qué estás hablando —me reí ligeramente antes de inclinarme un poco hacia él con la mano sobre el corazón.

Entonces sucedió, era exactamente lo que quería. Un destello de ira se mostró sobre la cara del monstruo. Estaba furioso al fin.

—Izaya, ni siquiera intentes convencerme de lo contrario. Como dije, sé sobre todo. Nada de lo que me digas me hará saber algo diferente —habló con voz estable.

Noté que se estaba acercan hacia mí, pero me alejé y rompí el contacto visual con él. ¿Por qué tenía que ser tan malditamente impredecible?, ¿por qué no podía ver más allá de él, no importa lo que tratara?, ¿era de verdad mucho pedir?

Me crucé de brazos mirado al rubio con una pequeña llama ardiendo en mí.

—¿Qué quieres...? —pregunté sin usar mi falso tono "feliz".

Su expresión se tornó pacífica de nuevo. —Sé que va a sonar de verdad loco en tus oídos, pero déjame pasar la noche contigo.

Mi cara se sonrojó ligeramente. ¿Por qué demonios Shizu-chan querría hacer algo como eso conmigo? ¿Dónde estaban las razones tras eso? ¡¿Dónde?! —Creo que te golpeaste la cabeza de verdad muy duro, Shizu-chan. No hay forma de que el Shizu-chan que conozco pudiera haber pedido una cosa como esa. ¡A su maldito archi-némesis! —me burlé de él.

—Me preocupo por ti ¿Okay? Me di cuenta de cuán estúpido he sido todo este tiempo. Fui muy rápido en juzgarte en la escuela. Si no hubiera sido por mi estupidez podríamos haber formado alguna clase de relación —dijo con un ceño.

No pude sino reírme un poco más. ¡Esto era demasiado increíble! Ni siquiera nos recordaba y aún él estaba ahí. El monstruo de Ikebukuro confesándose a su némesis. Era como una típica película romántica donde el personaje principal le da amnesia y se vuelve a enamorar de su ser querido.

Pronto mis desquiciadas carcajadas murieron y fui capaz de encarar al rubio con una mirada seria.

—¿Es por lástima?

Me reí por la tonta expresión de Shizuo. —¿... Qué?

—¿Es por lástima que te preocupas por mí?, ¿es debido a mi pasado?, ¿es porque te sientes culpable?

Sucedió tan rápido como para ser capaz de reaccionar. El monstruo se enrabió hacia mí, y cerré los ojos esperando un puño, o cualquier otra cosa que me golpeara. En su lugar sentí unos fuertes, cálidos brazos rodearme en un fuerte abrazo.

Mis ojos se abrieron estupefactos y mi corazón ganó velocidad. Él estaba... ¿abrazándome?

¿Shizuo estaba abrazándome?

La última vez que me abrazó fue antes de...

—Shizu-cha-

—Nunca.

Alcé un poco la vista en respuesta. Su barbilla descansando por sobre mi cabeza.

—No podría preocuparme por alguien debido a la lástima. Te... Te amo por quien eres, no por los errores que tú y yo cometimos o tu pasado.

Vi desde mi visión periférica que las orejas de Shizuo se estaban poniendo rojas, y no pude sino ahogar una risa silenciosa. Él de verdad quiso decir lo que dijo.

Pero no importa cuán linda la situación fuera, él todavía no recordaba nuestro pasado. Lo que significa que no conoce el dolor con el que he estado lidiando por años.

No podía decirle.

—Es un poco difícil aceptarlo... —murmuré tranquilo y me oculté bajando la mirada.

—No tienes que. Sólo déjame pasar esta noche contigo. Es todo lo que pido —sentí un gentil movimiento sobre mi espalda mientras él jugaba con mi cabello. No me tomó mucho tiempo darme cuenta que de hecho estaba frotando círculos.

Se sentía relajante, como en los viejos tiempos.

—... Está bien...

Por supuesto que el rubio tenía que darme otra sorpresa cuando pasó sus brazos debajo de mis piernas, me agarré a su cuello para mantenerme arriba. Luego me acomodó en el sofá y revisó entre las muchas repisas, obviamente buscando algo.

—¿Qué estás planeando...? —pregunté con un ligero tono burlón. Él se volteó para encararme por un segundo con una encantadora sonrisa antes de continuar su búsqueda.

—He estado queriendo ver una película por algún tiempo, contigo.

Me giré en dirección a la tv de modo que el monstruo no fuese capaz de ver mis coloradas mejillas.

Todavía sentado en el sofá, miré a Shizu-chan tratando de encontrar una película mientras yo estaba aún un poco confundido por el repentino interés. Él al fin había encontrado algo y lo puso en el reproductor dvd, luego se dejó caer junto a mí.

La pantalla se iluminó, y pude inmediatamente ver que era una de las películas favoritas de mis hermanas.

—¿El Castillo ambulante, de verdad? —miré disgustado a la pantalla gigante. Escuché una pequeña risa a mi lado mientras una gentil y cálida mano revolvía mi cabello.

—Hey, estaba en tu caja de DVD's.

Me encogí de hombros. —Es por Mairu y Kururi. Ellas vienen a visitarme de vez en cuando, así que pongo esas películas para distraerlas mientras trabajo —le expliqué al rubio. Él asintió en entendimiento.

Mientras estábamos viendo la película de Ghibli, me di cuenta desde la mirilla de mi ojo que el monstruo de Ikebukuro constantemente se me estaba acercando más.

Empecé a preguntarme que es lo que estaba haciendo, hasta que sentí el suave toque del largo brazo de Shizuo pasar alrededor de mis hombros.

Me tensé un poco. Había esperado un rudo agarre o algo, cualquier cosa, pero terminó con la sensación de calidez y amor viniendo de mi más odiado enemigo.

Se sentí tan extrañamente familiar.

—Hey, relájate, quieres? Ésta es nuestra noche juntos.

Sentí un temblor bajar por mi espina.

—Shizu-chan, no sé si te enteraste, pero hace menos de veinte horas estabas persiguiéndome con todo tu poder y trataste de matarme —exclamé. Y por cierto, él nerviosamente se rascó tras el cuello, sabía que había hecho un buen punto.

Me crucé de brazos y seguí con mi discurso —Y ahora de repente vienes a decirme que sabes de mi pasado y que me amas, encuentro algo difícil relajarme.

Apenas había terminado de hablar cuando Shizuo me tomó entre sus brazos y me colocó entre sus piernas. Estaba convencido de que la razón de que mi rostro se sintiera tan caliente era definitivamente debido a la ira.

¡Porque si había algo que estaba, era enfurecido! Él viene a mi hogar, hace todas esas cosas extrañas, dice todas éstas cosas extrañas. Entonces clama que me ama mientras ni siquiera recuerda nuestro pasado juntos.

El último par de años he empujado las memorias en el fondo de mi mente. Un lugar que me había costado alcanzar ahora.

Y, cuando finalmente avancé, ¡él viene!

—Sé que es mucho para aceptar, pero todo lo que te pido es una noche. Eso es todo —acarició mi cabello con gentileza.

No fue mucho tiempo para que la tensión que había nos dejara. Disfrutamos la película juntos, charlamos, bromeamos. Había sido un buen tiempo en general.

Traté de contenerme, de contener mi sonrisa, mi todo. Por él iba a irse de nuevo.

Alejarse justo frente a mí. Rechazarme de nuevo. Y mi corazón ya no podría manejar ese tipo de cosas nunca más.

—Maldita pulga, seguro le pusiste veneno en la comida, no hay forma en que te preocupes lo suficiente por mí para que me des algo comestible —el rubio hizo una mueca. Mi sonrisa vaciló un poco cuando derrotado devolví la caja de bento en mi regazo.

—¡Hehehe, tienes toda la razón! —sonreí, agarrando la caja de bento dolorosamente fuerte.

.

—Toma el lápiz —se lo tendí a Shizuo. Él me miró con un ceño. —¿Qué? —pregunté —¿no dijiste que necesitabas uno?

—Creo que me las arreglaré —gruñó, traté lo mejor ara no partir el lápiz a la mitad —Shizu-chan, ¡sólo toma el maldito lápiz! —le dije un poco más alto.

—¡De ninguna manera! Quien sabe que maldita mierda le pusiste, quizá mi mano se prenda fuego o algo.

Fruncí el ceño. —Shizu-chan, eso no tiene sentido, lo estoy sosteniendo justo ahora.

Se apartó. —Quien sabe que estás haciendo, no puedo confiar en ti.

Volví a sentarme en mi lugar, cabizbajo.

.

—¡Ohh! ¡Orihara-kun! ¡Esa fue una gran victoria! —Shinra me palmeó en el hombro mientras el hombre en la cabina bajaba un gigante perro de peluche. Había lanzado pelotas a latas vacías de refresco.

Lo cargué por un rato en el carnaval hasta que me acerqué a Shizuo.

—Tv vi mirándolo antes —le dije mientras le daba el peluche gigante.

—Sé que no te gusta jugar a esos juegos debido a tu fuerza —solté parte de lo que me dijo antes de que perdiera sus memorias.

No había esperado que empujara el peluche de regreso a mis brazos, sin embargo.

—No necesito tu jodida lástima —gruñó.

Lentamente sentí las piezas de mi corazón romperse. Más grietas se formaban cada día.

Le sentí entrelazar su mano con la mía, y lo disfruté en silencio. Pude también sentirle besarme con gentileza en el cuello arriba y abajo. Traté de refrenar unas risillas, era muy cosquilludo ahí.

—¿Disfrutaste la película? —preguntó con voz suave.

Bajé la mirada a mi camisa y admití en silencio que de hecho lo hice.

Sin advertencia, Shizuo nos dio la vuelta de modo que yo estuviera recostado en el sofá con él por encima de mí.

De repente sentí un revoloteo de mariposas en mi estómago y me beso la mano que todavía estaba entrelazada con la suya.

—Shizuo, no estoy seguro de est-

Me interrumpió manteniéndome más cerca —Es sólo por una noche —me recordó. Asentí.

Entonces de repente me sentí realmente cansado, me sentía como si un gran peso estuviera sobre mí, cansándome de sobremanera. Y no pude evitar bostezar. —Me está dando sueño... —sentí a Shizuo levantarme en estilo bridal en sus brazos, pero honestamente estaba demasiado cansado para protestar así que con pereza le guíe a mi dormitorio.

Con gentileza me acomodó en la cama tamaño matrimonial, dejándose junto a mí uno pocos segundos después. Nos vimos el uno al otro a los ojos con brillantes sonrisas. Y reía quedamente de vez en cuando.

El silencio era cómodo. Todo el odio entre nosotros había desaparecido. De verdad se sentía como en los viejos tiempos.

—Tú sabes, deseo que pudiéramos quedarnos así por siempre —me murmuró.

—No te hagas ideas, esto es cosa de una sola vez —bromeé.

Me haló más cerca y siguió besando y acariciando mis puntos cosquillosos de mi cuello.

—Es un hecho que lo es —murmuró, pero apenas lo capté.

Me estaba quedando de verdad cansado por ahora, y Shizuo parecía estar en la misma situación que yo. Cerré los ojos y me acurruqué más a él.

Le escuché suspirar, y estaba por preguntar hasta que dijo mi nombre.

—¿Izaya?

—¿Hm... Si? —respondí con una sonrisa. Mis todavía cerrados.

—Sabes que te amo, ¿cierto? —me preguntó.

—Mmh... —mascullé en respuesta. —No recuerdo la última vez que estuve así de cansado —divagué en mi estado extremadamente adormilado, —es agradable —divagué más.

—¿Qué es? ¿sentirse cansado?

—No, tu calidez~ —me acomodé un poco más cerca de él. —Tal vez estaba sobreactuando, tratar de ser amigos podría quizá haber sido mejor que hacer todo ese caos en Ikebukuro.

Escuché un pequeño jadeo y sentí una mano en mi cabeza. —Estás cansado —rió y sonreí a la par.

—Tal vez lo estoy —solté una risilla. —Te veo mañana Shizu-chan... Fue una tarde agradable... Y gracias... Por preocuparte y todo.

Besó amablemente mis hombros, mi camisa quizá se había ido un poco abajo, revelando algunas de las cicatrices que Shizuo había causado originalmente.

Quizá esto no era tan malo.

Tal vez, quizá... ¿podíamos empezar de nuevo?

¿Olvidar todo? ¿Empezar desde cero?

Casi sentí querer llorar. Ésta situación parecía tan irreal. Había soñado con esto ya tantas noches, y de repente sucedió de la nada.

No sabía que causó que Shizu-chan se diera cuenta de sus sentimientos así, pero sabía una cosa.

Lo quería de nuevo. Lo quería en mi vida.

Le diría mañana. Mañana sería el inicio de una nueva vida juntos.

Mañana, me dije. Mañana.

—Yeah... Te veo mañana, pulga.

Se acabó el tiempo.

.

.

.

.

N/T: ¡Ta-Da! ¡Finalmente, la ansiada secuela ha llegado! Y me disculpo por la tardanza en subirlo, justo me fui de vacaciones la semana que la autora lo publicó y ahí no había internet, y para colmo mi ordenador se rompe (otra vez), así que tuve que prestar uno ¡pero aquí está! ¡Teoricemos juntos en el siguiente capítulo!

Bye~! n_n]/

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro