Principio a fin Pt.2
—Shizuo, ¿te has puesto a pensar en lo que todas esas imagenes en realidad son?
La miré fijamente antes de bajar la vista a mis pies. —No son reales. No hay nada mas que decir de eso —respondo con un bufido. Pude ver desde la esquina de mis ojos que ella se sacudía su cabeza, como los padres a sus hijos.
—Son muy reales, ya que no son parte de tu imaginación, son memorias, Shizuo.
La miré con prisa. Sentí el dolor en mi cabeza volverse más fuerte, tanto que tuve que cerrar los ojos y apretar mi cabeza entre las manos por el dolor.
—¡N-no son memorias! No sé de que estás hablando... ¡E-eso nunca- no pasó! —apreté los dientes y gruñí en absoluto dolor.
—Shizuo, no va aliviar el dolor el que lo estés negando. Sólo deja que todo salga y abre tus ojos para ver, y sólo entonces entenderás todo.
Pude escuchar palabras distantes. Pero no era la voz de la niña la que podía oír. Abrí los ojos pero rápidamente los volví a cerrar, estaba cegado por la intensa luz blanca a mi alrededor. Aunque, después de mucho parpadear pude al fin lograr abrirlos y ver.
La luz blanca se opacó, y estaba de pie en una habitación donde un brillo naranja asomaba a través de la ventana, haciendo toda la habitación de alguna forma de color amarillo y naranja. Me acerqué a la ventana en el cuarto. Era el sol resplandeciendo, estaba bajando.
—¿Por qué esto se ve tan familiar...? —pensé en voz alta. De nuevo, escuché una feliz charla, y ésta vez estaba justo detrás mío. Me giré y me sorprendí de estar de cara a una gran cama en la esquina de la habiatción, con dos específicas personas recostadas en ella.
—"Me pregunto que nos pasará cuando seamos mayores" —el pelinegro sonrió a pesar de las entristecidas palabras que salieron de su boca. El rubio adolescente que estaba cirniendose sobre él le dio un beso en la frente y le miró amorosamente.
—"¿Por qué siempre estás pensando tanto en el futuro? Yo sólo puedo disfrutar el presente después de todo" —replicó el rubio con una gentil sonrisa mientras removía algunos mechones del pelinegro.
Ésta escena. Era... familiar. Tan extrañamente conocida. Casi me hizo querer arrancarme el cabello por frustración. Pero cada vez que sentía que estaba cerca de acercarme a la respuesta, ésta se deslizaba lejos de mi agarre.
—"Mm... Eso quizá sea cierto. ¿Pero no te preguntas lo mismo?" —resopló el pelinegro, el rubio se encogió un poco de hombros —"Siempre me dices que pensar es-"
—Es peligroso.
—"-Es peligroso, así que estoy tratando de no hacerlo."
De repente me sentí tan en paz. Sin embargo, no entendí porqué. No podría describir qué estaba haciendome sentir así o porqué. Pero ésta escena ante mí obviamente tenía algo que ver con eso. Tanto como odiaba la idea.
—"Ne, Shizu-chan. ¿Qué quieres hacer después de graduarte?"
—"¿Hm? Oh- bueno, realmente no sé."
El azabache de repente chilló y apretó el pecho de manera dramática como si viera al rubio en shock. —"¡Y aquí yo pensé que al menos querrias quedarte conmigo! ¡Hmpf!" —el pelinegro luego se cruzó de brazos e hizo una cara que le hacía lucir enojado.
—"Tú sabes que no es a lo que me refiero. Además, ya deberías saberlo por ahora, que no tengo que decirlo más en voz alta" —suspiró.
—"Así que... ¿Eso significa que te quedarás conmigo?"
—"Sí, Izaya-sama. Quiero pasar mi vida entera contigo" —el rubio sonrió.
—"Shizuo, no. No puedes decir eso sin darme un anillo."
—"Pero te di uno- ¡Te di dos!"
—"¡Pero no son anillos de compromiso!"
Aguardé ahí junto a la ventana. Escuché de cerca cada palabra que los dos decían. De repente todo a mi alrededor cambió antes de que pudiera reaccionar y todo se desvaneció a nada más que una blanca nada. Pero el mundo rápidamente reapareció de nuevo, ésta vez en una bulliciosa ciudad. No muy moderna de lo que puedo decir.
—"¡Shizu-chan! ¡Más despacio! ¡Vas a matarnos a ambos!" —pude escuchar el sonido una voz aguda gritando. Me giré y vi como una persona rubia montaba una bicicleta con el pelinegro sentado tras él con sus brazos fuertemente envueltos sobre el rubio y con la cara presionando contra su espalda.
—Izaya... —murmuré con voz suave cuando los vi pasarme. De repente capté que probablemente debía seguirlos también, y pronto corrí a la misma dirección que ellos iban.
—"¡Relajat-!"
Tal cual como esa simple palabra salió de la boca del rubio, la llanta delantera hizo un sonido extraño, y en lugar de dar la vuelta a otro camino por la esquina como el rubio había esperado que hiciera, la bicicleta se deslizó sobre la húmeda piedra por lo que bajaron por un pequeño callejón en su lugar, y fueron colina abajo por el pasto. Todo el camino abajo hasta la playa.
—"¡Protozoo! ¡Ow!" —escuché a Izaya gritar. Llegué a la cima de la colina y miré hacía abajo a los dos quienes ahora estaban tendidos por toda la hierba, la bicicleta yacía a unos pocos pies de distancia de ellos y en una condición terrible. Me encogí un poco por esa llanta horriblemente torcida.
—Ow... —casi pude sentir el dolor en mí mismo.
—"Ow..." —el rubio adolescente se rascó detrás de su cabeza.
—"¡Son las cuatro y media! ¡Vamos a llegar tarde!" —chilló Izaya mientras veía a su teléfono. Trató de ayudar al rubio a levantarse, y tan pronto como ambos estuvieron más o menos bien, Izaya tomó la mano del rubio y corrió subiendo la colina. Cuando pasaron junto a mí, concentré mis ojos en ver al rubio. Y entonces de repente llegó a mí. Y la realización me golpeó como roca de que esa persona rubia era yo. A pesar de que Izaya llamaba a esa persona Shizuo o Shizu-chan una y otra vez, sólo me di cuenta completamente ahora.
¡Ese tipo era yo!
Los seguí a los dos como entraron de prisa a un edificio. Una vieja casa para ser exactos. Y los dos tomaron asiento en la pequeña vieja sala como muchas otras personas hicieron.
Me quedé junto a la puerta e inspeccioné todo a corta distancia.
La sala de hecho era vieja. Las ventanas sobre las paredes era pequeñas, y había una fantástica vista directo al mar. No había una sola nube en el cielo, y el sol brillaba por las ventanas con un perfecto color blanco amarillento.
Era familiar. Y aún, no pude señalar porqué.
Mi atención fue devuelta al pequeño cacareo cuando la música empezó a sonar. Era un piano tocando una típica canción de bodas que escucharías en las películas, y fue ahí cuando me di cuenta de lo que estaba pasando.
Un hombre estaba de pie al final de una alfombra roja. Vestido con ropa formal negra. Su sonrisa era encantadora, y no estaba dirigida a nadie más que a la mujer que caminaba hacia él. Dos niñas estaban también andando detrás de la mujer, lanzando flores por todas partes con felices sonrisas y en sus rostros. No fue difícil descubrir quienes eran. Pero de regreso a los dos mayores, no eran nadie más que los padres de Izaya, casándose al fin.
Mis ojos maravillados por la pareja a punto de estar casada, y mi mirada una vez más descanso sobre los dos chicos en la sala que se tomaban las manos. Los únicos dos chicos en la sala que se tomaban las manos.
El pelinegro descansó su cabeza sobre el hombro del rubio, y el rubio frotó relajadamente el pulgar en la pálida mano del otro. Izaya estaba sonriendo. Sonriendo de felicidad pura y nada más. Lo mismo fue para la versión joven de mí mismo también. Como si todo el mal en el mundo haya desaparecido. Se sentaron ahí, tomando el momento ante ellos en paz.
—"-Tú, Shirou, tomas a-"
—"¡Sí" ¡Sí! ¡Dios sí!" —Shirou contestó en un arrebato antes de que el padre pudiese terminar la sentencia. Todos a su alrededor se rieron en silencio.
—"Y tú, Kyouko, tomas a Shirou-"
—"¡Por supuesto!" —sonrió Kyouko.
Todo el mundo volvió a cambiar, y ésta vez, yo estaba de pie en una amplia sala, donde gente estaba sentada alrededor de las mesas y discutiendo Dios sabe qué.
Sin embargo, mis ojos de nuevo yacieron sobre Izaya y ese yo. Ambos charlaban felizmente con alguien junto a ellos mientras sus meñiques estaban enlazados por debajo de la mesa.
El sonido de algo dando gentiles golpecitos al cristal resonó en mis oídos y llevé mi atención hacia Shirou quien ahora se levantaba de su asiento con una copa de vino en la mano.
—"Familia, amigos, parejas. ¡Mi esposa y yo estamos agradecidos de de verlos a todos reunidos, y estamos honrados que quieran tomarse unas horas para salir de su rutina y pasarlas aquí con nosotros en este especial evento evento!" —Shirou sonrió ampliamente a todas las personas, y las ruidosas charlas cesaron por el momento y todos esperaron emocionados a que Shirou continuara su discurso.
—"En general, hay muchas personas a las que quiero agradecer por ayudarme a mi esposa y a mi a través de los tiempos difíciles. Pero ahora mismo, el único a quien le quiero agradecer, es a mi hijo y Heiwajima Shizuo" —el pelinegro y el rubio miraron sorprendidos al mayor con visibles sonrisas en sus rostros.
—"Izaya, tú has sido una pequeña luz en mi vida desde el día en que naciste. Incluso después de todo por lo que has pasado, aún brillas más radiante para mí que cualquier estrella en el universo. Cuando puse mis ojos en ti por primera vez hace diecisiete años, vi una frágil muñeca que podría romperse con sólo tocarla" —Shirou descansó su mano sobre el hombro de Izaya y le dio un golcito amistoso, Izaya le devolvió la sonrisa a su padre —"Pero estaba equivocado. Has pasado por tanto, la mayoría de eso solo, y todavía sigues aquí sentado hoy con nosotros. Aún brillas más radiante que todas las estrellas ahí afuera. Y no puedo desear un mejor hijo" —hubo una serie de "aww's" y aplausos antes de que Shirou pudiese continuar.
—"Estoy feliz de tenerte, y no sé dónde estaría mi vida si no me hubieras motivado a ir a trabajar, o gritado para limpiar la casa de vez en cuando, o cocinado para mí las noches en que llegaba tarde a casa. Fuiste y en verdad eres una luz en mi oscura vida" —terminó Shirou con un lloriqueo, y el hombre se limpió una pequeña lágrima cuando se estiró hacia el pelinegro y le dio un fuerte abrazo.
—"Y Shizuo. No puedo agradecerte lo suficiente por estar ahí con mi hijo" —casi pareció como si Shirou fuera a romperse en ese momento, y la gente sentada junto a él le animaron a seguir con brillantes sonrisas.
—"Mi hijo estaba en las aguas más profundas y oscuras, y se estaba ahogando solo. No podré perdonarme nunca por no darme cuenta del estado en que Izaya estaba, por no ver que cuando me decía que estaba bien, en realidad no lo estaba."
¿Qué fue eso?
Lentamente toqué mi mejilla y estuve sorprendido más allá del silencio.
Yo... ¿Estaba llorando?
Mis mejillas estaban húmedas, entonces eso significa que estaba llorando, ¿cierto?
Pero no eran sólo unas pocas lágrimas. Estaban fluyendo por mi cara sin detenerse.
¿Por qué estaba llorando? Ni siquiera me siento triste.
—"-Pero tú, Shizuo, lo viste todo. Siempre notaste cuando algo estaba fuera de lugar, y siempre pudiste animar a Izaya. Estuviste ahí para él en situaciones en las que yo no pude, y le mostraste a mi hijo lo que es la verdadera felicidad y amor."
Los dos adolescentes se sonrieron el uno al otro antes de volver a mirar a Shirou. E Izaya amorosamente se recargó en el hombro del rubio de nuevo.
—"Por eso no puedo agradecerte lo suficiente. Sacaste a mi hijo del oscuro vacío que se había empezado a formar a su alrededor que yo no pude ver. ¡Todos! ¡Ánimos a Izaya y Shizuo!" —Shirou alzó su copa de vino en el aire y brindó junto con todos los demás en la sala.
Solté una suave sonrisa como la escena cambiaba rápidamente, el pelinegro y el rubio estaban bailando en la pista junto con unos cuantos más. La música era vieja y tradicional pero rápida y fresca, como una brisa fría en los cálidos meses de verano.
La gente aplaudía a los dos como se tomaban las manos y bailaban alrededor en una larga cadena.
Todo estaba tan, bien. Tan... ¡Extrañamente perfecto! Como si fuese casi satisfactorio de ver.
Me había olvidad de todo, de esa persona atrás porque no pude sino sentirme tan en paz, era Orihara Izaya, joder.
Pero eso... Esa persona bailando ahí, riendo, sonriendo, pasandosela bien en general, no era Izaya. No.
—"¡No! ¡Shiz-! ¡No te atrevas!" —Izaya le dio un suave golpe al joven rubio mientras retrocedía lejos de él. Accidentalmente le había hecho cosquillas, y aunque fue sólo un accidente, el rubio no pudo resistirse.
Vi en silencio como los dos se molestaban el uno al otro. Ese no era el Izaya que conocí. Ese Izaya, era alegre y lleno de energía positiva. Yo no estaba furioso de tenerlo cerca. Parecía estar disfrutando la situación en la más completa descripción.
Esto no era sólo mi inocente imaginación. Esto era algo más. Mucho más.
De repente.
El dolor se detuvo.
El mundo a mi alrededor dio un rápido cambio de escena. Y yo estaba parado afuera en la lluvia. Vi como una ambulancia llevaba a una persona dentro del gran vehículo. Las sirenas eran ruidosas, y la gente se había reunido para ver la escena.
Izaya. Él tan sólo estaba de pie en silencio sobre la acera. Miraba fijo al piso con los ojos bien abiertos por el pánico. Y de lo que pude ver, estaba hiperventilando pesadamente.
—¡Izaya-! —le llamé, y estaba por alcanzarlo antes de que se desvaneciera en el aire. Junto con todo lo demas.
Reaparecí una vez más, ésta vez... Dentro de una habitación de hospital.
—"¡Vete!"
—"Shizu-chan, sólo han pasado unos días. Deberías calmarte..."
Sentí algo arder en mi pecho. Como si alguien me hubiese predido fuego en el corazón. Me agarré el torso en ligero dolor mientras me enderecé y vi la emocional escena con curiosidad.
—"¡Maldita pulga! ¡Cuántas veces tengo que decirte que te largues!" —el joven Shizuo gruñó desde la cama. Izaya retrocedió un poco del rubio con el shock en la cara.
—"¡No te quiero aquí!"
—"¡No te quiero cerca de mí!"
—"¡Lárgate, maldición!"
Izaya no dijo nada como se dio la vuelta, abrió la puerta, y salió con calma, afuera donde se deslizó abajo por la fría pared.
Le seguí fuera de la habitación y le vi con ojos tristes, di un rápido vistazo atrás al cuarto de hospital unas veces. Izaya se veía tan shockeado, su rostro tenía una emoción tan abrumadora. Noté que sus manos se aferraban tan fuerte al cuello de su camisa que sus nudillos se volvían blancos. Y parecía como si la última cosa que quisiera hacer fuera llorar. Pero las gordas lágrimas bajaron por su cara sin importar cuánto luchó por retenerlas mientras enterraba la cabeza en sus rodillas y lloró en silencio.
Éste Izaya. Era el real. Todos esos años de persecuciones y peleando con él. Pensé que era sólo un sádico bastardo que tomaba placer en arruinar la vida de otros. Pero estuve equivocado.
La realización lentamente tomó forma en mi mente.
Izaya y yo. Tuvimos una relación.
Tuvimos un relación.
¡Fuimos pareja!
¡¡Amantes!!
Entonces el ardiente dolor me golpeó duro.
.
—¿Izaya, qué somos? —le pregunté. Él se sentó quieto por un momento con los ojos ligeramente abiertos, hasta que se recargó contra la pared tras él en una posición relajada y suspiró de nuevo.
—No estoy familiarizado con esa pregunta ¿puedes explicarte, Shizu-chan? —respondió con un tono casi agudo.
Rodé los ojos a él —No me hagas explicarte, ambos sabemos que eres mucho más listo que yo, y siempre lo serás. Y con eso dicho, responde mi pregunta —escupí de vuelta.
Izaya no pareció feliz con mi respuesta, en ningún modo posible. Se levantó de la cama casi con mucha prisa y puso su libro en su mochila —No lo sé... —admitió en voz baja. Se volvió para encararme una vez más —¿Tú qué crees?
...
—Shizu-chan, ¿te moriste o algo? —un par de esbeltos dedos chasqueaban frente a mis ojos y desperté de mi profunda reflexión.
—¿Novios?
—Huh?
—Es decir, ¿somo novios? —pregunté de nuevo.
.
Nos recargamos sobre la barandilla y miramos hacia las calmadas olas. Pero en su lugar, mi vista se volvió al hermoso pelinegro junto a mi.
No podía describir cuán verdaderamente feliz me sentía. No había nada en el mundo entero que quisiera más que a Izaya a mi lado.
Pero este amor, de alguna forma se sentía extraño. Esa extraña sensación se hacía más fuerte cada vez que estaba más cerca de él. No podía describirla. Pero había una persistente sensación de...
¿Déjà vu?
.
Durante toda la cena, yo estaba pensando profundamente.
Dios había vuelto el tiempo atrás.
Lo que significa que reviviría mi vida y ser parte de la de Izaya.
Pero si Dios había regresado el tiempo.
¿Cómo no podía recordar que conocí a Kadota así? ¿O el barco, para el caso? Si Dios volvió el tiempo atrás, ¿no significa eso que todo eso sucedió o algo?
.
No podía recordar mucho de mi infancia. Todo era tan borroso...
"¡Sh··u-ch··· c··da··!"
Recuerdo... Algo...
"Shi··-··an cui··do!"
Recuerdo...
Un accidente.
"¡SHIZU-CHAN CUIDADO!"
Mi visión lentamente se estaba aclarando de la bruma que me cegó por años.
Izaya y yo tuvimos una relación. Una cercana.
Y hubo un accidente.
Donde lo olvidé todo.
.
.
.
.
Palabras de la autora:
"Perdón~ la siguiente parte vendrá pronto con más explicaciones.
No siento ganas de escribir mucho por el momento. He tenido muchos exámenes de fin de año así que me quedo exhausta fácilmente. De todos modos, espero que disfrutaran del capítulo!"
Palabras del traductor (O sea yo):
Ups, eso fue hace una semana. Pero bueno, qué es una semana más~
Perdón, he tenido problemas con mi conexión y tiempo, pero al fin aquí tienen el siguiente capítulo! n_n]U
Espero que lo hayan disfrutado y nos vemos en el próximo~!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro