—Prefiero que las floras decoren el techo y tengan luces. —JungKook caminaba junto con la diseñadora que le ayudaría a organizar su fiesta de aniversario; la empresa iba a cumplir 5 años de haber sido fundada y él estaba demasiado emocionado, quería que la fiesta que organizaba fuera perfecta. Le sonrió a Lily y continuó mirando el salón donde todo se desarrollaría— Quiero que estén presentes los colores dorados, el zafiro, el rubí y el escarlata; Necesito que esta empresa grite "Yo SOY la moda". —Hizo unos ademanes con sus manos que significaba lo grande y fabulosa que quería que fuera su fiesta.

Lily anotó todo y prometió hacerlo lo más preciso posible, lo más ajustado a sus ideales.

Estando satisfecho con la respuesta, JungKook caminó hacia la salida, donde lo esperaba su chofer.

—Joven Kim, ¿cómo le ha ido? —El viejo Yeun le sonrió amable, abriendo las puertas del carro, dejando que entre.

JungKoon le devolvió la sonrisa y agradeció su amabilidad: —Me fue bien, Yeun, tengo mucha fe de que todo saldrá tal y como quiero.

Yeun no dijo más que un "Ya verá que sí" y se dispuso a conducir.

—Yeun, dirígete a casa, Tae me espera.

—Sí, Joven Kim.

Al llegar a su casa, el omega bajó del carro y caminó algo apresurado hacia la gran puerta de su casa, cuando abrió vio a su alfa bajar las escaleras; al parecer había previsto su llegada.

JungKook sonrió: —Alfa... —y corrió a sus brazos.

—Mi amor, ¿cómo estás? —TaeHyung lo abrazó con fuerza, lo había extrañado. Cuando se separaron, le dio un corto beso, sonriendo.

—Me fue bien; te extrañé, quería que me acompañaras. —JungKook hizo un leve puchero y TaeHyung soltó una risita.

—Amor... si no hubieses sido tan brusco con el látigo ayer, no me hubiese costado tanto levantarme de la cama en la mañana y te hubiese acompañado sin problemas. —El alfa pellizcó juguetón una costilla del omega.

—Ay, pero ayer no te quejabas. —JungKook enredó sus dedos en las hebras ahora rubias del alfa y lo acercó con posesividad para besarlo, haciéndole soltar un jadeo.

Cuando se quedaron sin aire, se separaron agitados; JungKook sonrió de lado y sus orbes brillaron en zafiro: —Uhm... creo que se me ocurrió algo divertido para hacer— apretó un poco el cuello del alfa, quien lo descubrió un poco más; mostrándose sumiso a merced de su omega.

—No me molestaría averiguarlo, am-

—Amor no. —JungKook le apretó más el cuello, cortando la palabra que TaeHyung iba a finalizar, sacándole un pequeño jadeo en cambio:— Llámame bien. —demandó con ese tono posesivo y dulzor que le encantaba a TaeHyung.

El alfa sonrió de lado:— Mi señor... estoy a su merced para complacerlo en lo que usted desee.

—Buen chico. —JungKook se desató su correa y la ajustó al cuello del alfa y lo jaló con ella. —Acompáñame, Alfa.

El día de la fiesta había llegado, y JungKook estaba muy feliz. Al entrar el encargado de la entrada anunció con un tono fuerte:

—¡Denle la bienvenida a los señores Kim, los anfitriones de esta noche!

JungKook y TaeHyung sonrieron y se adentraron agarrados de las manos. Y los invitados los miraban con total asombro y admiración.

JungKook lucía un precioso traje negro con un escote de corazón y un corset en su diminuta cintura, unos adornos de oro en forma de pequeñas flores en su cabello trenzado, un leve maquillaje con un labial rojo que le daba un toque sensual a su piel blanca y unos tacones de punta oscuros. Sin dejar su dorado anillo de bodas.

TaeHyung, en cambio, tenía puesto un traje a juego con su pareja pero de color blanco, sin corset ni escote. Llevaba su anillo de bodas, un reloj que le regaló su amado y su cabello rubio estaba peinado hacia atrás dejando unos pocos mechones sueltos.

Ellos deslumbraron desde que se adentraron al local. Y JungKook solo pensaba en lo hermoso que había quedado la decoración, Lily se acercó a ellos y no pasó el felicitarla por su gran trabajo.

En la fiesta, JungKook decidió beber algo de vino, separándose un momento de su alfa, quien se encontraba hablando con unos vienos amigos. Cuando iba a dar el primer sorbo, escuchó al encargado de mencionar a los invitados al entrar decir:

—¡Invitados, el Señor y Señora Jeon con su hijo!

Todos miraron hacia la puerta, a los dos mayores y al joven Jeon adentrarse a la fiesta, dirigiéndose hacia JungKook, quien los miraba con una ceja alzada.

TaeHyung al ver esto se colocó en frente de su pareja, dando la cara a los que eran... sus suegros y cuñado.

—Kim TaeHyung, no es a ti a quien queremos ver. —habló tranquilamente el padre de JungKook.

JungKook bebió un poco de su vino y agarró la mano de su alfa, mirándole con un destello de seguridad en sus ojos; —Amor, está bien. —estando al lado de su alfa, miró a sus padres— Disculpen señores Jeon, ¿qué necesitan? Según tenía entendido, ustedes no estaban invitados hoy.

Todos miraban expectantes. El Señor Jeon arrugó la cara en molestia: —¿Cómo te atreves a no invitar a tus padres y hermano a tu fiesta?

El omega sonrió:— Si no estuvieron en el proceso, ni creyeron en él, ¿por qué los invitaría a ver el resultado?

—JungKook... —su madre le llamo, oh con ese tono que aún le erizaba la piel, ese tono de "no eres más que un simple omega, acata lo que tienes que hacer como tal" que le daban ganas de vomitar.

El omega se aferró al alfa disimuladamente.

El señor Jeon miró furioso a su hijo y soltó las palabras que JungKook ya sabía: —¿Cómo es que te faltas el respeto de esta manera? ¿Cómo te crees capaz de hacernos frente a los alfas siendo un mísero omega, por qué le faltas el respeto a tu casta de esta manera? —TaeHyung mostró los colmillos en rabia. El señor Jeon continuó— Que insolente te has vuelto JungKook.

JungKook aspiró un momento el tenso ambiente que se había creado a su alrededor, miró a su padre y, con una tranquilidad que no supo de dónde la sacó, habló: —Que interesantes palabras las suyas, señor Jeon. Pero se equivoca en su totalidad. —El zafiro en sus orbes brilló, haciendo frente al rubí de su padre— Usted es quien debe mirar más allá. Me parece interesante que aún cuando tengo más del setenta por ciento de su empresa tenga el descaro de hablarme de esta manera.

El señor Jeon abrió sus ojos en sopresa y JungKook soltó una suave risa:—Entonces su hijo no le avisó.

El señor Jeon miró a su hijo alfa y este dijo algo temeroso:—La empresa no iba bien. Tuve que hacerlo para que siguiéramos existiendo.

Entonces JungKook soltó una carcajada, llamando la atención de todos. Su padre estaba furioso y anonadado, dando un paso amagando acercarse al omega.

Kim ya estaba listo para saltar en cualquier momento para defender a su pareja, pero JungKook solo sonreía tranquilo mientras miraba a su patético padre, dio un sorbo a su vino y continuó hablando: —Entonces Señor Jeon, dígame, ¿quién se falta el respeto realmente? ¿Yo, que soy el dueño mayoritario de su triste empresa solo por aburrimiento, o usted... que sabiendo aún que sin mi ayuda su empresa ya no existiera y aún así se atreve a enfrentarme con tan patéticas palabras...? —Alzó una ceja y miró desafiante a su progenitor—Dígame Señor Jeon, ¿Quién es el que no respeta su lugar?

Después de unos pocos segundos en silencio, los Jeon ya no supieron qué decir y se marcharon sin siquiera soltar una despedida. Cuando estos se vieron afuera, TaeHyung se volteó hacia su omega.

—Amor, ¿todo bien? —lo analizó buscando algún atisbo de mal sentir, pero el omega le dio un corto beso con una hermosa sonrisa.

—Todo en orden, mi alfa —alzó su copa de vino y gritó a sus invitados—. ¡Que continúe la celebración!

Y así pasó una noche maravillosa, por más que intentaron arruinársela.

Nunca más, padre, nunca más tendrán el poder sobre mí.

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