Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Yin y Yang.

Capítulo 25.

Por alguna razón miré el anillo que llevaba entre mi dedo al pensar en lo que me había dicho Evelyn.
De un instante a otro, todas las imágenes de los momentos en que me divertí con Colby llegaron a mi cabeza y me sacaron una sonrisa sin avisar. Cuando me hacía rabiar, reír e incluso llorar.

—¿Qué tanto piensas? —me preguntó la dulce chica a mi lado desviando la mirada de la pantalla donde estaba su novio. Negué varias veces con una sonrisa de lado y luego le pregunté si tenía un bolígrafo y un papel.
Ella sin decir palabra alguna se acercó a una mochila a centímetros de distancia, la abrió delicadamente y me entregó lo que le había pedido. De más estaba el darle las gracias, Evelyn sabía que usaba mucho esa palabra y en esta ocasión estaba agradecida sin tener que informarlo.

Abrí la libreta hasta encontrar una hoja libre y comencé a escribir las cualidades que había encontrado en Colby. Algún día se lo mostraría a mi pequeña Sunshine para que descubriera como era su padre cuando lo conocí. Claro, aparte de las fotos que tengo guardadas de él cuando aún tenía mi cámara instantánea. Como la extraño.

«Era enojón por naturaleza, necesitaba lo que el quería en el tiempo que pedía.»
Fue lo primero que escribí y lo único que Eve me dejó escribir al dar un grito de sorpresa.

—¿Qué sucede? —pregunté llevándome la mano al oído donde me había gritado.

—¡AJ ganó! —me mostró su sonrisa más amplia.

—Vale, pero ese no es motivo para gritarme en el oído de sorpresa. —Traté de quitar ese estruendoso sonido que aún retumbaba en mi cabeza.

—Mira quien lo dice —sonrió mirándome—. La chica que ya no le causa sorpresa cuando su novio gana todas las noches.

—Hey, también pierde algunas veces. Pero un verdadero campeón se empieza a notar cuando se cuentan sus caídas y aún después de eso se vuelve a levantar —comenté sin levantar la mirada.

—Andas ruda hoy ¿eh? Creo que fue mala idea meterme contigo esta noche —respondió y sentí un poco de diversión en sus palabras.

—Vamos, sólo decía —levanté mi rostro y la miré. Pero ella estaba a punto de estallar en carcajadas, sólo estaba jugando—. ¿Te molesta si... sigo con lo mío? —moví el bolígrafo entre mis dedos, ella sonrió y besó mi mejilla con ternura—. Muy dulce.

—Gracias —se levantó—. ¿Me esperas? Iré a ver a AJ.

—Si, no te preocupes —le tiré un beso con la mano y dejé que se marchara. Necesitaba un poco de silencio así que tomé los audifonos que por casualidad llevaba en los bolsillos y los conecté a mi celular. Quería continuar con la lista que había comenzado y que mejor momento que el que me habían otorgado por casualidad.

Colby tenía muchas cualidades.
Cualidades que lo hacían ser él y las cualidades que mi persona amaba. Sabía que habían veces en las que podía ser un berrinchudo, celoso y ofensivo pero aún con todos sus defectos e imperfecciones lograba ser perfecto para mi. Y también sabía que en algún momento, cuando Sunshine creciera, me preguntaría porque lo había elegido a él entre tantos humanos en el mundo.

—Eh, Violett —escuché una voz desde la entrada. ¿Siempre tienen la mala costumbre de interrumpir cuando platico con mi cabeza?

«No me incluyas, a mi no me invitaste.» habló la única persona de la cual estaba feliz que no apareciera.

—¿Dime? -miré a la entrada ignorando aquella irritante vocecita. Era AJ.

—¿Te vas a quedar aquí o prefieres salir con nosotros?

—Depende. ¿Dónde tienen planeado ir? —cerré la libreta.

—A la cafetería.

—¿Hay muchas personas allá afuera?

—No muchas.

—De acuerdo —me levanté de mi puesto y me acerqué a él. AJ besó mi mejilla por costumbre cada vez que nos veíamos—. ¿Cómo has estado?

—Bien, ¿y tú?

—Ya sabes... —acaricié mi estómago más voluminoso—. Disfrutando del camino que toma este... "nuevo proceso" para mi.

—¿Y? ¿será una pequeña descarada o un pequeño traidor?

—¡Hey! —lo empujé levemente y él rió—. Será una niñita.

—Ow, que hermoso —pasó una mano por mis hombros mientras llevaba a su chica de la mano—. Supongo que ya le encontraron un nombre para la hermosa criaturita.

Sunshine.

—¿A Seth se le ocurrió?

—Bingo —reí—. Ya van uno a uno.

—¿A qué te refieres?

—Las personas que me dan su comentario con respecto al nombre de la nena. Sami fue el primero y estaba seguro que fui yo.

—Es que... —me miró—. No se puede negar que ese nombre tan dulce solo puede salir de ti.

—Gracias —me sorprendí. AJ trató de responder, pero la voz que más amaba en este mundo —Colby— lo hizo antes.

—Eres afortunado —llevó una mano a sus labios con una sonrisa al mirarnos a ambas, refiriéndose a una relación poli-amorosa. El pulso se me aceleró—. Pero no tanto —me tomó del agarre de Styles y caminamos lejos—. Te eché de menos —besó mi frente.

—Sólo pasó media hora —reí con ironía.

—Fueron siglos para mi —tomó de mi mano y sin darme cuenta estábamos parados al frente del lugar donde Eve y AJ pensaban venir. Que irónico.

Colby me dejó sentada en la mesa donde Joe y yo nos reuniamos para conversar y se acercó a buscar algo para beber. Mientras él se tardaba, aproveché y seguí escribiendo en la libreta, hoy me encontraba inspirada con solo ver la hermosa anatomía de Colby pasearse de un lado para el otro como si estuviera en una pasarela.

Cuando volvió se sentó en la silla al frente de mi y comenzó a observar su teléfono en silencio, me sentí aliviada al notar que no había visto lo que hacia.

«Ahora sé lo qué le ves ¿sabes?» comentó de repente la hostigosa vocecita. «Verlo es como observar el atardecer en la cima de una colina, mientras el viento sopla tu cabello.»

—Amo cuando actúas como una poeta al darte cuenta de las cosas a última hora —susurré.

«Oir su risa es un placer incomparable, es musica a los oidos del alma.»

—¿Ya te enamoraste?

«Sip.»

—Felicidades —sonreí de lado al mirar a Colby y seguir escribiendo—. Te espera una vida llena de obsesión y sucios deseos con este hombre.

«Suena perfecto.»
Sonrió acomodándose sobre una alfombra mientras apoyaba sus codos en ella y recargaba su cabeza sobre sus palmas.

—Lo es —me crucé de piernas y por casualidad rosé las de Colb. Oh no.
Fingí que no había pasado nada, pero su pie comenzó a hacer lo mismo en mis piernas y por desgracia logró que dejara caer el bolígrafo sobre la mesa.

«Contrólate. Sólo te quedan siete meses.» se comenzó a reír pícara.

—Calla la boca —dije entredientes mientras volvía a tomar el bolígrafo, pero Colby volvió a hacerlo y casi rayo toda la hoja. Ahí fue cuando se dio cuenta que estaba escribiendo.

—¿Qué haces, mi amor? —bloqueó su celular y lo dejó a un lado. Había ganado toda su atención.

—Yo... nada importante —traté de atraer la libreta a mi lentamente sobre la mesa.

—¿Ah, si? —levantó una ceja, adoro esa cara—. Si no es nada entonces muéstrame, para ver también nada.

—Mm... no, es mi nada favorita —le mostré la lengua—. Y no la comparto —seguí escribiendo, pero caí en el juego más antiguo de todos... "mira, ahí esta Dean" mientras me apuntaba con el dedo a mi espalda—. ¡Dámelo, Colb! —traté de quitárselo, pero fue imposible. Él ya estaba llevando sus ojos a todas las letras que se encontraban allí—. Dámelo o me enojo —advertí. En vez de eso, se levantó de su puesto y se sentó a mi lado.

—¿Es sobre mi? —preguntó entusiasmado.

—Diablos —cubrí mis ojos con vergüenza, pero llevó sus labios a los mios y los besó lentamente.

«¡No! ¡te cambio de lugar, yo debería estar ahí!» gritó como loca.
Reí ante su reacción y jalé la nuca de Colb para profundizar más el beso, sus labios eran tan finos y perfectos. Su lengua inspeccionaba toda mi cavidad bucal y hacia que mi interior se retorciera como un demonio deseando que no se detuviera jamás.

—¿Ahora me explicas, bebé? —acarició mi mejilla y mi cabeza como estúpida asintió.

—Son algunas de tus cualidades —tomé el bolígrafo y comencé a jugar con el.

—Oh, ¿en serio? —sonrió.

—Si quieres, conversemos las que no estés de acuerdo.

—Si, me parece bien.
Me abrazó por los hombros e hizo que me acomodara en su pecho mientras él leía en silencio para luego comentarlas.
—"Cuando se ponía celoso, lo decía y lo expresaba sin problemas."

—Admítelo cariño, eres celoso.

—Dime una vez que lo haya sido —me miró.

—¿Quieres que diga la más fuerte? —me levanté un poco de su pecho para poder mirarlo y él asintió—. Una noche, cuando aún teníamos aquel contrato... tú... —traté de recordar—. Amarraste uno de mis tobillos a la cama y luego, cuando lo estábamos haciendo me obligaste a aceptar que lo hacias mejor que Jonathan —dije como si no fuera gran cosa, pero Colby comenzó a reírse con ganas.

—No me acordaba.

—Desde ahí pude notar que eras celoso.

—Si, lo soy —admitió—. Pero también debes admitir que la pasabamos muy bien.

—Claro, no digo lo contrario. Sólo te recordaba esa tarde.

—Es excitante recordarlo —susurró pasando sus labios por mi oreja, aquello hizo que me recorriera un escalofrío y él lo notar. Pero rápidamente comenzó a reír otra vez de una manera muy sexy, sólo podía mirarlo detalladamente. Sus facciones eran hermosas—. Mm... "Habían días en los que simplemente desaparecía, había otros en los que incluso me juraba que nunca se apartaria de mi."

—Cuando te juntabas con Alex.

—Que gran error.

—Pero te gustaba salir con ella, tienes que admitirlo.

—Porque me gustaba pensar por un segundo... que eras tú.

—Si claro, y después de la primera vez de tener sexo seguías pensándolo ¿no?

—Mis ojos ven a una niñita celosa —en sus palabras había diversión.

—Ya quisieras —bufé cruzando mis brazos—. Y ese no era el tema.

—Vamos Vi, eres celosa tanto como a mi me gusta poseerte en la cama —mordió su labio—. Admítelo, nada me gustaría más que lo hicieras.

—Bien, lo soy. ¿Estás feliz?

—Muchísimo.

—Que bueno hacerte feliz —suspiré resignada—. ¿Quieres seguir descubriendo tus cualidades o quieres seguir haciéndome rabiar?

—Me encantaría la segunda opción, pero eso será charla para otra ocasión —volvió a ver la libreta y sonrió— "Siempre fue un caballero...

—Tenía modales y siempre los demostró." —terminé la oración—. Es una de mis favoritas —bajé la mirada intimidada por la suya, pero besó mis labios y con eso pude entender que le gustaba lo que había escrito—. Eres perfecto para mi —susurré en sus labios.

—Y tú lo eres para mi —sonrió al separarnos—. ¿Quieres qué nos vayamos?

—Pero aún no sales a escena.

—Stephanie me dijo que no saldría —se encogió de hombros —Además, le pregunté si podía irme y ella me lo permitió.

—¿Siempre es así?

—¿Qué cosa?

—Cuando estamos juntos —tomé la libreta de su mano y la dejé sobre la mesa—. Todo es tan dulce y tranquilo, pero cuando no te encuentras, las cosas son totalmente diferentes y nada puede mejorar hasta que llegas.

—Porque desde un principio quise que fueras feliz a mi lado, aunque mi bipolaridad se encargaba de arruinarlo. Siempre quise verte feliz, ser el hombre de tus sueños desde el primer día aunque sabía que en algún punto no llegarías a ser mía —tomó mi mano— Me obsesioné. Me obsesioné de ese cabello púrpura, de esos brazos marcados por la tinta, de ese piercing alocado en la nariz, pero debajo de todo eso... me obsesioné de aquella sonrisa que sabía que solo era para mi y de esa risa que me cautivaba todas las veces en que decía algo absurdo.

—Me cuesta mucho creer que alguien es capaz de elegirme entre tantas otras personas.

—Y te elegí, pero tú fuiste quien me eligió a mi con el simple hecho de hablar conmigo —me sacó una sonrisa—. Tú eres quien me salva todo el tiempo, somos como el Yin y el Yang. Tú me complementas —besó mi frente y luego me miró fijamente. Estamos ahí, uno frente al otro, mirando el infinito—. Entonces amor, ¿te parece si nos vamos?

—Me parece bien —me levanté de mi puesto y le tendí la mano. Colb sonrió y la tomó imitando mi acción—. ¿Vamos a casa?

—Es una opción —entrelazó sus dedos con los míos—. La otra podría ser que me dejaras llevarte a otro lugar.

—¿Cómo la primera vez que nos fuimos sin autorización?

—Si.

—Está bien, me gustan las sorpresas.

—Lo sé mi amor, lo sé.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro