Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¡Vamos, bebé!

Capitulo 55.

Pasan los días y cada vez siento que ese vigor y fuerza de voluntad se apodera de mi cuerpo haciéndome casi indestructible.
He aprendido a usar menos el corazón o fingir que no tengo uno.

Allen ha estado saliendo con su mejor amigo Colby y al parecer se habían estado divirtiendo con Sunshine. El fingir que soy yo se lo ha tomado muy literal e incluso cuando llega, no puede evitar contarme todas las cosas que han hecho juntos. Me sorprende ver que son tal para cual, que han sido cortados por la misma tijera.

De todos modos, por el día mi hija es lo primordial al momento de consentirla, no hay nada que pueda cambiar eso.
Por la noche salgo a trabajar y ella lo entiende, cada día es más lista, más comprensiva e incluso ya casi sabe decir todas las palabras.
Pero aún así dejaré que crezca un poco más antes de llevarla al jardín infantil.

—Mi amor, ya me voy —tomé a Sunshine en brazos—. ¿Me verás por la televisión? —le tiré suavemente su nariz y ella sonrió asintiendo con la cabeza—. Ganaré por ti —besé su mejilla un largo rato y ella no dejó de reír—. Aunque puedes venir conmigo.

—¡Si!—comenzó a saltar en mis brazos.

—Si no quieres ver a tu padre esta tarde —me encogí de hombros y ella negó con la cabeza llevando algunos de sus dedos a su boca.

—Papi taidor... quede AJ —susurró.

—Entonces vamos a darle una lección —la dejé en el suelo—. Ve por tu sueter y nos vamos, te espero en la sala.

—¡Si! —se fue corriendo, alargando la "i" en el camino. Sonreí tomando mi mochila y bajé a la sala con lentitud, no tenía apuros. Como era de esperarse, Allen estaba sentado en el sofá jugando videojuegos.

—Me iré con Sunshine, así que puedes salir con Lopez hasta tarde si así lo deseas.

—Ven aquí —me respondió luego de varios segundos. No negaré que nos hemos distanciado y ambos lo sabíamos después de aquel día en que me lancé a la piscina.

—Voy saliendo —miré las escaleras.

—Vamos, deja de evitarme —dejó el mando a un lado y al ver que no le hacía caso suspiró mientras se ponía de pie—. No creas que no veo las cosas, no soy ciego, Violett —con dos de sus dedos giró mi rostro, pero lo volví a correr bruscamente—. Vale, si así lo deseas... —en un pestañeo ya había tomado mi cintura y me había apoyado contra la pared, me sorprendía lo rápido que podía llegar a ser.

—Voy saliendo Jones, no comiences —me quejé.

—¿De qué otra manera puedo tener tu atención? —sonrió y me abrazó por la cintura—. Si eres una chica muy rebelde.

—Sueltame. Te lo advierto —amenacé—. Tus huevos van a salir heridos —traté de mantenerme firme pero una sonrisa se escapó de sus labios y lentamente se acercó a mi; olió mi perfume con sutileza sin tocar ninguna parte de mi cuello, se acercó un poco más y está vez comenzó a dejar besos mojados por todas partes. Adiós autocontrol—. Suéltame ya —ordené otra vez pero solo sonó como una súplica.
Solté una risita involuntaria, haciendo que la situación no fuese tan seria.

—No, hasta que dejes de estar enojada conmigo —sonrió contra mi piel.

—Bien, tú ganas —dejé mis manos en su cuello y él levantó la mirada, regalándome una sonrisa. Quité el cabello de su rostro haciendo que el creyera que lo iba a besar, pero al momento de estar a escasos centímetros de sus labios llevé mi mano hasta su pantalón y le dí un apretón que sus ojos se abrieron enormemente por la sorpresa. Su agarre se aligeró y pude bajarme de sus brazos con facilidad. Mordí mi labio—. Un poco de venganza no le hace mal a nadie. Recuerda que las palabras duelen y en parte, recuerda que te había dicho que ese golpe bajo a Ambrose te lo cobraría —le dí unas palmadas a su hombro mientras su cuerpo se retorcia cada vez más, casi tocando el suelo—. ¡Nena, ya nos vamos! —le grité a Sunshine y ella bajó rápidamente.

—¿AJ? —me miró con interrogación mientras lo apuntaba y bajaba un paso a la vez las escaleras. Traía el suéter a un lado de su brazo.

—Le dio un cólico, pero estará bien —la cargué en brazos cuando ya se encontró en el penúltimo escalón—. ¿A quién veremos en el trabajo? —le pregunté besando su cien.

—Tío... Dean —sonrió.

—No mi amor, él no está en RAW —hice una mueca—. Pero está Kevin, Sami y Roman.

—¿Ke...vin?

—Si, el tío Kevin. Aunque últimamente no ha estado de humor —salimos por la puerta—. Le gustan los caramelos, tal vez le des uno y se le pase. Compraremos en el camino.

—Ya —sujetó el cabello de mi nuca y se acomodó, sabía que sería un camino largo.






—Hemos llegado —la bajé de mis brazos y ella tomó mi mano llevando la otra a su boca, actuaba así cuando era tímida.
Comenzamos a caminar en dirección al coliseo, el cielo tenía un color pastel hermoso y el ambiente hacia que el aura de cualquiera se relajara.

Cuando estuvimos dentro, el show ya había comenzado y no se encontraba nadie en el camino. Sunshine no dejaba de ver la cartelera de varios PPV'S o simples carteles de los luchadores.

—Hey, bebita —escuché la voz de un samoano.

—Hey, bebito —le hice un saludo con mi mano libre—. ¿Cómo has estado?

—No tan bien como tú —sonrió mirando a mi pequeña, ella se escondió detrás de mis piernas—. ¿Cuándo fue la última vez que la vi? Parece como si hubieran sido años.

—Corazón, saluda al tío Roman —me giré a ella y lentamente salió de su encondite.

—Ro —hizo un gesto con su mano.

—¿Cómo estás, pequeña? —se agachó a su altura—. ¿Ya no me recuerdas? —le tendió la mano y en cuestión de segundos ella corrió hacia él.

—Tío, Ro —sonrió acariciando su barba con ambas manos.

—Sabía que me recordarías —se levantó y la giró en sus brazos—. Me has dejado en el olvido ¿eh? —fingió estar enojado y ella me apuntó—. Así que ella no te quería traer, ¿verdad? —volvió a negar—. Hay que castigarla entonces.

—No —metió su manito en el bolsillo de su vestido—. Pada ti —le entregó un caramelo.

—Gracias —la tomó de sus deditos, casi se moría de la ternura—. Esto lo compensa todo —besó su mejilla y me miró—. ¿Cómo va todo con AJ?

—Bien, a Colby no le interesa que salga con él —sonreí.

—Te felicito —se acercó a mi y besó mi mejilla—. Cuando estuvimos juntos hizo un escándalo.

—Es que ahora fue él quien encontró a alguien mejor.

—Mm... —hizo una mueca en desaprobación y seguimos caminando—. Mick te ha estado buscando, al parecer tienes una lucha con la ayudante de Charlotte.

—¿Con esa mujer?

—Si, por eso te esta buscando, él te dará más información.

—No se me antoja tener que discutir esta noche —hice una mueca.

—Te daré una razón para enojarte —me miró—. Ha llegado Seth junto a su novia.

—De hecho, ya no me molesta —sonreí—. Su vida es su vida, no me interesa si lo hacen en su camerino y comienza a moverse el lugar como si fuese un terremoto —me encogí de hombros—. Es su problema y si esa mujer me mira feo... bien por ella.

—Así se habla, me gusta que te hayas dado cuenta de eso.

—A mi también —suspiré apretando los labios—. Perdí tanto tiempo.

Seguimos caminando hasta llegar con los demás. Los próximos luchadores que saldrían a escena se estaban preparando, también estaba Mick y cuando me vio rápidamente se acercó a mi.

—Hey Mick, ¿qué tienes para mi esta noche? —sonreí.

—Tienes una lucha pactada con D-

—Si, con la lame botas de Charlotte. Por favor, evita decir su nombre, me repugna —lo interrumpí.

—Es por una lucha titular contra Charlotte, si le ganas a ella irás contra la verdadera rivalidad pero tendrás que perder.

—¿Qué? No Foley, puedes ponerme con cualquiera pero esta noche quiero añadir otra victoria a mi currículum vitae.

—Stephanie quiere que pierdas.

—Oh no, si me han alejado de SmackDown Live tiene que ser bajo mis reglas. Tengo mis derechos y si no les gusta, pueden terminar mi contrato y fácilmente Shane puede darme uno, así de simple —me crucé de brazos.

—Ésta noche pierdes, y se acabó. Deja de amenazarme con lo mismo cada vez que te digo que debes perder —dijo sus últimas palabras y se fue, pero no pasaron ni dos segundos cuando se volvió a girar—. O te vas a encontrar con una sorpresa que no queremos sacar a luz antes de la próxima semana.

—Ay si, mira como tiemblo —bufé y le dí la espalda al momento que él lo hacía. Con Roman nos miramos dudosos y decidí ir a entrenar mejor, no me gustaría sufrir un desgarro en plena lucha.






—Ganaré por ti, princesa —arreglé mi cabello y besé su pequeña manito—. Y me acompañarás a hacerme un nuevo tatuaje, Rom.

—¿Otro? —se sorprendió—. ¿En dónde?

—En esta zona, algo pequeño —apunté un poco más arriba de mi oblicuo izquierdo—. ¿Qué te parece un corazón negro?

—Vaya, no creí que tuvieras corazón.

—Ja Ja, que buen chiste Roman. ¿Dónde lo aprendiste? ¿de Dean? —rodé los ojos—. Pero es por Sunshine, siempre me pateaba en ese costado.

—Ow.

—No seas blandengue, que ya esta por llegar mi momento —le saqué la lengua y salí de backstage cuando comenzó a sonar mi tema.

El público siempre era el mismo, pero ya no me importaba y lo único que quería era terminar fácilmente con esa mujer. Subí al ring haciendo mis gestos, me estiré los músculos, estaba algo cansada pero no lo demostraría y rápidamente comenzó a sonar el tema de ella. Rodé los ojos y me senté sobre la lona a esperarla, milagro que venía sola... bueno, nunca sola. Siempre estaba acompañada por sus músculos. Era peor que Hulk Hogan.

—¿Terminaste? —levanté una ceja cuando entró al ring, su mirada era con arrogancia. Me levanté de mi puesto quedando a escasos centímetros de ella y el referi hizo sonar la campanilla.

Como era de esperarse, fue ella quien dio el primer golpe, el cual falló. Le tomé el brazo y le hice un DDT dejándola casi desorbitada. Levanté los brazos y el escándalo no tardó en aparecer. La tomé del cabello tratando de hacerla parar, pero me dio golpes en el abdomen soltando su cabello, me tiró contra la lona, se subió sobre mi y comenzó a darme derechazos sin parar aunque mi pierna estuviera debajo de la cuerda. El referi le contó hasta tres y me soltó.
Me levanté como pude sentándome delante de un esquinero, pero volvió a mi y me comenzó a pisotear afirmando las cuerdas con sus manos, era insistente. No me soltó hasta que el referi tuvo que gritarle.

—¡Ash, ya! —se quejó y levantó los brazos en son de paz. Tomó mi pierna brutalmente y trató de hacerme la cuenta. A la cuenta de dos levanté mi brazo cuando ella pensaba que tenía todo controlado—. ¿Sólo dos? —le preguntó al referi levantando dos de sus dedos. Lo volvió a intentar pero no dio frutos nuevamente.

Con resignación me hizo una palanca al brazo, no me quejé pero las muecas salían por si solas de mi rostro.

De un momento a otro se la invertí y me levanté como si nada hubiera sucedido. La tomé en brazos como a un bebé y con fuerza la dejé caer al suelo, esta no se levantó como esperaba, entonces aproveché, me tiré contra las cuerdas y me detuve al frente de ella dejando caer mi puño sobre su rostro. El público se sorprendió e incluso otros se levantaron. Ella se arrastró como un gusano hasta salir del ring. Con una sonrisa me quedé de rodillas esperando que volviera, arreglé mi cabello y el referi comenzó la cuenta.

—¡Uno! —levantó su dedo, ella no entró—. ¡Dos! —siguió la cuenta.

—¿No te gustó dar el primer golpe? —reí tocando mi abdomen.

—¡Tres!

—Vale, yo voy —rodé los ojos cuando vi que estaba parada del otro lado de las cuerdas. Tomé su cabello y la levanté como a cualquier otra cosa hasta tirarla contra la lona, su espalda se arqueó haciendo una mueca—. No le hagas esto más difícil a tu ego, porque podría estar aquí todo el tiempo necesario —me encogí de hombros y ella se quejó—. No, no, tranquila —acaricié su cabello pegándola a mi pecho—. Shh... —acaricié su mejilla. Sonreí mirando a los presentes y azoté su cabeza contra la lona.
Me alejé despacio hasta sentarme en el esquinero contrario, esperé a que se levantara y cuando lo hizo, vi como corría hacia mi. Hice lo mismo pero pasé a su lado, enrollé mi piernas con la suya, se golpeó el rostro con la lona y rápidamente hice un puente hasta llegar a su mandíbula y apretarla con mis manos.

—¿Se rinde? —le preguntaba el referi, su mano estaba levantada y cuando apreté más mi agarre, comenzó a golpear la lona desesperadamente.

«¡Ding, ding, ding!»
Escuché la campanilla y me levanté. Se arrastró hasta caer fuera del ring y el referi me levantó el brazo dejando sonar mi tema.

"¡Oh dios mio! ¡miren esto! ¡¿quién es ella?!"
Escuché como gritaba uno de los comentaristas. Me giré en su dirección y una mujer me atacó dejándome botada sobre la lona, eso había dolido y mi abdomen dolía como nunca antes. Incluso peor que las contracciones cuando estaba embarazada, no podía ni siquiera moverme.

—¡Vamos, bebé! —se burló gritándome en la cara.

—¡Tú! —le grité más fuerte y pude verlo con claridad, era Apple.

—Llegó tu pesadilla —se levantó e hizo con sus pies un movimiento de tirarme polvo. No sé de donde saqué fuerzas, la tomé del tobillo provocando que se cayera de cabeza como lo había hecho anteriormente con la otra mujer, enrollé mi pierna con la suya y le corté el oxigeno apretando mis manos en su cuello. Con ella era más difícil, era una mujer más grande y menos delicada.
Su mano se movió como loca sobre la lona pero nadie podía detenerme, incluso más de tres referis trataron de alejarme de ella, hasta Foley.

—¡Ya está! —la solté con rudeza, me giré a mirarla y su rostro estaba al borde de ponerse morado. Su respiración era abrupta y no sabía como buscar oxígeno.
Traté de alejarme, pero volví a ella y pisé su espalda.

—¡A mi oficina ahora mismo! —me gritó Mick Foley. Lo miré por un rato y sonreí con ironía mientras me bajaba del ring, comencé a caminar de espalda por la rampa mirando como todos iban a socorrerla. Pero cuando me giré, quedé frente a frente con Seth Rollins.

—¡Hey! —sonreí aún más grande, su mirada estaba perturbada, podía jurar que quería reír o que estaba feliz de mis acciones, pero simplemente me dio una corta mirada, miró al frente y siguió caminando. Yo conocía a ese hombre, aunque quisiera disimularlo—. Por nada, eh —le tiré un beso e hice una reverencia y seguí mi camino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro