Pequeña mano.
Capitulo 28.
—Éramos vecinos —fue la primera frase que salió de mi cabeza. Estaba perdida y nadie me ayudaría esta vez.
—Oh si, recuerdo esa informacion la primera vez que fueron a casa y Colby no sabía que decir —rió.
—Un día, mientras sacaba la basura me corté la palma y Colby apareció al rescate —sonreí mirando mis manos, había pasado un año y medio y aún era memorable—. Gracias a eso nos conocimos, comenzamos a hablar y él me invitó a una cita.
—¿Cuánto tiempo pasó para que Colby te invitara a una cita?
—Bastante tiempo, no fue algo tomado a la ligera como dos adolescentes —mentí con tanta naturalidad que me sorprendió, pero aquella mujer asintió con la cabeza. Esto iba a ser una encuesta—. Las cosas no suceden tan rápido como en la secundaria, nosotros teníamos claro lo que cada uno quería y lo que pasaría —traté de no reír, cada palabra me hacía recordar los momentos de esa misma noche después de la cena.
—¿Tú sabías que iban a quedarse juntos?
—No, claro que no.
—¿Entonces por qué la frase "nosotros teníamos claro lo que cada uno quería y lo que pasaría"?
—Porque tanto él como yo, sabíamos que las cosas sucederían a su debido tiempo y si no era así... entonces estaba bien también, la vida seguiría y de todos modos seríamos amigos —me encogí de hombros.
—Es gracioso, ¿sabes?
—¿Por qué?
—Porque Colby no me lo contó así —sonrió.
«Mierda, mierda y más mierda.»
Se cubrió la cabeza con una manta.
—Y-Yo... —sentí como la presión y la sangre subía a mi cabeza aunque desviara la mirada. Los consejos de Evelyn estuvieron en vano.
—Pero no te preocupes, Violett.
—De ninguna manera quería mentirle, Susan —me excusé—. Sólo que...
—No sabías como contármelo, y lo entiendo —se acomodó para quedar más cerca de mi—. Sé que tipo de mujer eres y no tengo dudas de que eres una buena mujer para Colby, no hubiera pedido a una mejor.
—Gracias...
—No tengas temor, cielo —tomó mi mano y levanté la mirada, no sé si quería reír o llorar en ese momento—. Sus secretos seguirán guardados —rió—. Todos sus secretos.
—Demonios —cubrí mi rostro al saber a que se refería.
—Colby no me contó nada, pero sé como es mi hijo —volvió a reír y soltó mi mano—. ¿Se te hizo difícil?
—Al principio, si —admití—. Digamos que... es único en su clase.
—Me lo imagino —sonrió—. Y no creas que no he notado como él se pone incómodo al tratar de ser cariñoso cuando yo me encuentro observándolos.
—Me disculpo por él.
—No te preocupes, lo entiendo y me pongo en su lugar. Yo también era como él cuando tenía novio y mi madre estaba en casa, no negaré que me ponía tensa —rió—. He pasado por situaciones que no me creerías si te las contara.
—¿Ah, si? —me crucé de brazos—. Quien lo diría.
—Todos tenemos secretos —se encogió de hombros. No pude evitar reír y ella se unió a mi rápidamente—. Así que Violett, estamos en confianza... puedes confiar en mi para lo que necesites.
—Gracias Susan, significa mucho para mi.
—Sé tu historia y desde aquí —llevó una mano a su corazón—. Te digo que puedes confiar en mi como si fuese tu madre.
—Prácticamente ha llegado a serlo todos estos meses —jugué con mis dedos, pero ella se levantó y me abrazó. Pude sentir como su cariño recorría todo mi torrente sanguíneo y llegaba hasta lo más profundo de mi corazón. Si no estuviera casada, se la hubiera presentado a mi padre.
Dejamos de lado un poco el sentimentalismo e invité a Susan a ir a la piscina, pero ella se negó porque su novela iba a comenzar. Pude entender que quería regalarnos unos minutos a solas. Aún así le dejé la invitación hecha y salí en busca de Colby, éste estaba flotando de espalda sin ninguna preocupación.
—Gozando la buena vida ¿eh? —comenté caminando lentamente hasta llegar a la orilla, el sol estaba agradable.
—Es hermoso ser yo —me miró de reojo con una sonrisa.
—Y que lo digas —me senté como indio, aún podía. Colby se acercó a mi y quitando el cabello de su rostro me miró con una gran interrogante en sus ojos—. No me habías dicho que habías conversado con ella antes de que yo lo hiciera.
—No lo creí importante.
—Así no me hubieras dejado como una idiota mintiéndole cuando ella ya sabía toda la verdad de nosotros.
—¿Por qué le mentiste?
—¿Por qué le dijiste la verdad? —contraataqué.
—Es mi madre.
—Tan fácil es encontrar excusas ¿no?
—No es una excusa —sonrió—. Es mi madre y ella sabe cuando miento.
—¿No puedes mentirle a ella pero a mi si?
—No te mentí... sólo no te dije, que es diferente —se encogió de hombros, él sabía que su argumento era válido y me molestaba—. Ven aquí —tomó mis piernas.
—No, porque me dejaste como una estúpida —me crucé de brazos mientras hacia puchero. Pero Colb fue más fuerte y me tomó en brazos suavemente mientras me hundía en el agua.
—Mi madre te adora con o sin mentiras, esta ciegamente fascinada contigo —acarició mi espalda—. Eres la mejor de todas.
—¿De todas? —levanté una ceja.
—Diablos —refunfuñó en silencio.
—¿Cuantas han sido?
—Nena, todos hemos tenido parejas con el transcurso del tiempo... incluso tú saliste con mis ex mejores amigos cuando sabías que era celoso y aún así nos quedamos juntos.
—Vale, tú ganas —rodé los ojos—. Has aprendido a controlar mis rabietas.
—Es divertido —rió y besó mis labios con dulzura. Cuando me soltó, me acomodé en su hombro y Colb comenzó a dar vueltas por la piscina en movimientos relajantes. Necesitaba que Sunshine se relajara y dejara de patearme, había estado de un mal genio toda la mañana. Colb lo notó y me miró, sólo pude reír y susurrarle en el oído "la nena quiere conocer a su papi" con los ojos cerrados.
—Tu madre sabe cuan sucio y morboso eres —comenté de repente, Colby rió sorprendido—. Pero solo ella y yo lo sabemos, shh... —le dije como si fuese un secreto.
—Mierda.
—¿Quién tiene vergüenza ahora? —me burlé de broma.
—Soy un asqueroso —ocultó su rostro en mi cuello.
—Pero solo mío y te amo como eres —acaricié su cabello.
—¿Me amas? —se levantó y me miró.
—Sabes la respuesta, no deberías preguntarlo.
—Me gusta escucharlo de tus labios.
—Te amo Colby Lopez, te amo y siempre te amaré —acaricié su mejilla, una sonrisa se dejó ver en sus labios y me besó tomándose todo el tiempo del mundo. Sin dudas fue especial.
Cuando comenzó a hacer frío, decidió sacarme de la piscina y dejarme sobre la toalla que había dejado puesta sobre el césped, mientras él se recostaba a mi lado, llevaba su mano sobre mi estómago y susurraba un par de cosas que no podía comprender.
De repente sentí como Sunshine llevaba su mano y la pegaba junto a la de Colby y él sonreía. Eso había sido maravilloso que sin dudarlo me había dejado anonadada, tomé el teléfono de Colby y con mucha rapidez fui a la cámara para tomarle una foto, la manito de Sunshine se podía ver a través de mi piel y Colby la acariciaba como si eso fuese tan normal para él, para mi era algo totalmente nuevo y maravilloso.
—Cuando duermes por las mañanas... converso con ella y junta su manito con la mía —habló fuerte. Esta vez hablaba conmigo.
—¿Es... en serio? —mi garganta estaba hecha un nudo, pero él asintió y besó su manito. Lo sorprendente fue que después de eso, su manito desapareció haciendo que mi estómago volviera a recobrar su forma original.
—Es muy graciosa, por cierto —volvió a besar esa zona un par de veces y se recostó a mi altura—. No te sorprendas —rió al ver mi rostro.
—Es inevitable no hacerlo —restregué mis ojos como si hubiera visto mal—. ¿Por qué no lo había notado antes?
—Porque era un secreto entre ella y yo —dijo refiriéndose a la bebé—. Ella no le dice nada a mamá, entonces yo tampoco —cerró sus labios como si fuese una cremallera.
—Tengo una corazonada que me harán bromas todas las veces que tengan la oportunidad...
—Claro, para llamar tu atención y hacer que me castigues —mordió su labio inferior con sensualidad—. Sería capaz de meterme en muchos problemas...
—Creí que ese era el rol de la mujer en la relación —reí.
—Y yo creí que no eras machista.
—Touché —miré el cielo y de repente un suspiro escapo de mis labios—. Entonces por eso era... —susurré cambiando el tema.
—¿A qué te refieres?
—Esta mañana estaba insoportable —lo miré—. Le hacía falta tu voz...
Él sonrió.
—Igual que a mi.
—Y eso que te había molestado que hubiera llegado tan temprano a casa de Jones.
—Tengo mi orgullo, no te burles —me acomodé más cerca de él—. Aparte, reconfortate que Sunshine te quiere más a ti.
—Imagínate cuando este físicamente entre nosotros.
—Quien sabe... hasta querrá que tú la amamantes —reí.
—¿Qué?
—Así que anda preparando esos enormes pechos, mamasita —reí.
—¡Y-Yo... no estoy listo para eso! —se asustó, pero se comenzó a reír en menos de cinco minutos. No era bueno para fingir, al menos conmigo.
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En cada capitulo que actualice desde aquí hasta el final de la novela vendra una pregunta abajo sobre el primer libro que hice de la WWE ("Friends").
1. ¿Quién fue el primer novio de Violett?
A) Seth Rollins.
B) Dean Ambrose.
C) Roman Reigns.
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