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"Machito"

Capitulo 51.

—Papá —Sunshine estiró sus manos por mis hombros, su rostro poco a poco cambiaba a ser más triste.

—Tiene otras cosas que hacer cariño, mañana irá a casa temprano —mentí. No soportaría verla llorar por un ser humano sin escrúpulos.

No nos habíamos alejado mucho, por ende, la casa estaba cerca y el único que debía caminar lejos e irse era Colby. Sunshine se acomodó en mi pecho en silencio, eso no era algo característico de ella.

Entré a casa sin hacer caso a las preguntas de Allen y dejé a Sunshine viendo caricaturas mientras iba al baño. Debía lavar mi rostro y tratar de controlarme.

—Recuerda, Vi... vaciaste tu corazón de recuerdos antiguos —susurré—. Para poder amar a Allen. No te preocupes por lo que diga ese imbécil, él olvidó su pasado y tu debes hacer lo mismo.

—¿Vi? ¿estás bien? —sentí los golpes de sus nudillos en la puerta. Respiré un par de veces, mojé mi rostro y abrí la puerta—. Nena, ¿cómo te fue? —su rostro estaba preocupado. Abrí más la puerta, dejándolo pasar y no tardó en hacerlo—. Háblame, no te guardes todo —insistió. Pero no tenía el valor para usar las palabras, eso solo me haría sentir mal—. ¿Vi? ¿puedes escucharme? —pasó una mano frente de mis ojos, pestañeé unas cuantas veces con la respiración agitada, tomé su cuello y uní nuestros labios demostrándole todo lo que estaba sintiendo en estos momentos. Él lo sintió, pude notarlo. Él sabía cual era la única salida para dejar de sentirlo.

Me quité la camiseta al momento en que veía que Allen lo hacia y me tomó en brazos apoyando mi espalda contra la pared. Sin quitar sus ojos de los mios, me quitó las prendas que tenía de las caderas para abajo. Me pasó el sobre de aluminio que se encontraba sobre el inodoro, se bajó sus pantalones y le pasé el preservativo. Se lo acomodó sin pensarlo ni dos segundos más y se adentró en mi con fuerza. Sujeté el cabello de su nuca aprisionando sus labios con los mios, bebiendo de su boca todas esas inseguridades, ansias y tristezas.

Sus manos sujetaron mi cuerpo mientras empujaba contra mi interior, cada vez se sentía mejor.
Sus labios fueron bajando hasta dejar besos por mi garganta, mi cuello y mis clavículas. Cerré los ojos apretando su espalda cuando su lengua comenzó a dejar marcas en mi piel, sus manos se apoyaron en la pared arremetiendo más fuerte contra mi, dejando a mis pulmones casi sin oxígeno. Pero ninguno había soltado un gemido o alguna palabra, no eran necesarias en situaciones como estas donde nuestras intenciones estaban claras.
Apreté mis piernas a sus caderas cuando ya no podía frenarlo y en cuestión de segundos, ya estaba al borde de la devastación total. Sus manos volvieron a mi cuerpo, unas cuantas embestidas más y logramos llegar al final.

Me bajó de sus caderas cuando terminó de eyacular y se deshizó del condón. Tomé mi ropa volviendo a ponermela en silencio, él hizo lo mismo y cuando acabó se quedó mirándome con una fina línea recta en sus labios.

—Primera y última vez que haremos esto cuando estas triste —arregló su cabello.

—Lo sé —me acerqué a él y le subí el cierre de sus pantalones. Estando tan cerca besó mis labios y me dejó salir.

Saliendo, arreglé mi cabello sin ningún gesto en mi rostro. No sentía nada en realidad y lo único que por lógica se me ocurrió fue sentarme junto a Sunshine en el sofá. Pero no pasaron ni dos segundos cuando mi teléfono vibró. Lo miré.

De: AJ.
"¿Ahora me quieres contar?"

Fruncí el ceño confundida y llevé mis dedos al teclado.

—¿Por qué crees que te lo contaré por textos cuando puedes venir aquí y hacerlo con palabras?

—Porque si no puedes hacerlo con tu boca, entonces hazlo con tus manos. No quiero verte llorar.

Miré a mi hija y sus ojos poco a poco se cerraban. Se acomodó sobre el sofá y aún viendo la televisión se le escapó un bostezo.

—Haré dormir a Sun y hablamos.

Me salí del chat y lo dejé a un lado. Tomé a mi pequeña con suavidad y ella se acomodó en mi pecho tomando mi cabello entre sus dedos, siempre le gustaba ver el color antes de dormir.
Le comencé a cantar mientras caminaba de un lado hacia el otro por la sala, hasta que sus ojos se cerraron dejándose llevar por el sueño.
Subí las escaleras lentamente hasta llegar al cuarto. La recosté sobre la cama con ambas almohadas a su lado y besé su frente después de cubrir su cuerpo con una manta.
Me senté a un costado de la cama sin saber que hacer, el dolor en el pecho no cesaba. Pasé una mano por mi cabello pensando en cómo se lo diría a Allen sin que se lo tomara mal.

Volví a bajar las escaleras y Allen se encontraba en el sofá dispuesto a conversar del asunto. Sus manos juntas al medio de sus piernas mirándome con empatía. Había llegado el momento y no estaba preparada.
Me senté a su lado como cada vez que lo hacía cuando quería contarle algo, siempre en el mismo lugar y a la misma distancia.

—Yo... —susurré llevando las rodillas a mi pecho.

—Te escucho —dejó de jugar con sus dedos—. Espero que seas clara y dejes de esconderme cosas, Violett necesito que entiendas que si te guardas las cosas peor la pasas. Apóyate en mi.

—Allen, te vas a enojar y no quiero... porque me lo dijiste, siempre tienes razón —me encogí de hombros.

—No me tengas miedo, no quiero que mi forma de pedirte que seas más transparente conmigo te asuste. No te voy a pegar, no te voy a gritar... solo te voy a ayudar —insistió acariciando mis piernas—. Quiero que me digas si Colby te molesta, si te hace sentir mal, si dice cosas que te ofenden. Conozco la respuesta, pero si no me lo dices con tus palabras no voy a estar tranquilo. ¿Me entiendes? Porque todo esto puede cambiar, sólo debes decirlo.

—Si, me hace sentir mal —admití cerrando los ojos—. Me dice cosas ofensivas cuando él sabe que me van a doler, es frío y cortante de la peor manera que puede ser —humedecí mis labios y me ayudé a expresarme moviendo las manos.

—-¿Qué te dijo hoy?

Suspiré y negué con la cabeza con los ojos cerrados.
Ya estaba llorando.

—Dime.

—Que me odiaba, Allen. Eso dijo. ¡Que no le gustaría verme nunca más por el resto de su vida, pero por Sunshine no lo ha hecho! —exclamé haciendo que mi voz se cortara.

—¿Qué? —frunció el ceño y sus labios cambiaron de forma a ser más serios.

—Me lo esperaba en realidad —me encogí de hombros—. Lo que no esperaba era el sentimiento de amargura y tristeza, estoy cansada de estar triste todo el tiempo. Estoy cansada de estar cansada.

—Violett, esto se acaba ahora mismo.

—¿Q-Qué haces? —pregunté al ver como tomaba mi celular.

—Acabar con todo esto —encendió la pantalla y rápidamente se llevó el aparato a su oído.

—¡No lo llames! —traté de quitárselo pero era más rápido. Me recosté en su pecho tratando de quitárselo otra vez pero su mano sujetó mi camiseta hacia atrás.

—¿Podrías pasarme a Colby? —preguntó acomodando el celular entre su hombro y su oreja en la espera—. Hola, Colby.
Con su mano libre acarició mi mejilla y apretó sus piernas contra mi cintura como una llave de lucha libre. Mi corazón latía muy fuerte.
—Si, soy yo. Llamaba para avisarte que desde ahora en adelante seré yo quien te muestre a tu hija cuando la vengas a ver. ¡Yo seré tu ex novia y ahí veremos si te comportas igual de hijo de puta como lo haces con ella! —gritó al teléfono, la vena en su cuello era enorme—. ¿Muy machito no? Eso estará por verse la próxima vez —le tiró un beso a través de la línea y colgó. Su mano apretó el teléfono. Estaba muy molesto... y yo muy asustada.
—Todo arreglado.

—No todo está arreglado —respondí y se lo quité bruscamente—. ¡No sabes como es Colby! ahora me molestará por esto —me levanté y pasé una mano por mi cabello—. Joder... ¡¿Acaso olvidaste que estaba en RAW?! ¡me hará mierda! —grité.

—Amor... tranquila —rió haciendo un gesto con las manos.

—¿Tranquila? ¡¿lo dice quien esta en SmackDown Live?! "la cago y me limpió las manos porque no seré yo quien recibirá las consecuencias" —exclamé imitando su voz y jalé de mi cabello—. ¡Por un momento ten empatia!

—Vi... —sonrió sentándose—. Sólo es Colby.

—Tú no lo conoces y tomate las cosas en serio —sobé mis ojos con una mano y la otra la llevé a mi cintura—. ¿Qué parte de "me hará mierda" no entiendes? —le tiré un cojín.

—Creo que el "mierda" —hizo un gesto con sus manos.

—¡Deja de burlarte de mi! —le tiré otro, esa sonrisa no se le borraba—. Ay, no puedo con esto... —susurré cerrando los ojos—. Me dará algo...

Me di media vuelta.
—Saldré un rato y cuando vuelva espero te hallas dado cuenta que esto es algo serio y no estas aportando como deberías.
Subí las escaleras corriendo, entré al cuarto y tomé mi chaqueta de cuero.

—¿A dónde irás? —se levantó del sofá cuando me vio bajar.

—A un lugar donde si me tomen en serio —pasé la chaqueta por mi cuerpo. Sentía mis ojos hinchados al mirarlo.

—No tienes que hacerlo, solo estaba bromeando —me impidió la pasada—. Por favor, no salgas.

—Mal momento para estar jugando —lo empujé pero no se movió—. ¡Déjame salir!

—No lo haré, es muy tarde y en esa condición puedes hacer cualquier tontería —se cruzó de brazos. Arreglé mi cabello, lo tomé del cuello con una mano mientras que una de mis piernas la pasaba por detrás de las suyas para hacer que cayera al suelo. Eso lo tomó por sorpresa.

—A ver si ahora entiendes que quiero estar lejos de ti —abrí la puerta y salí por ésta dando un portazo.

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