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Huir.

Capitulo 42.

—¿No viene nadie? —pregunté escondiéndonos detrás de unas cajas, estaba oscuro así que tampoco nos veíamos.

—No —rió. Aún nos costaba recobrar el aliento que habíamos perdido, mi corazón estaba descontrolado.

—¿Sabes quien era?

—No, creí que tú lo conocías.

—No logré verle el rostro —me apoyé en la pared—. Bueno, será hora de irnos —salí de la oscuridad y me giré, pero no logré ver a AJ.

—No quiero —respondió desanimado.

—Vamos o sospecharán.
Miré todos los lados de la oscuridad.
No estaban activos todos mis sentidos y mientras estaba con AJ nada me parecía incorrecto. Maldición. Estaba perdida.

—Entonces hay que darles una razón para hacerlo —jaló mi brazo a su lado oscuro. Reí al sentir sus manos en mi cintura, daba pasos en reversa hasta que su espalda chocó contra la pared. Reí bajito.

—Sabes que esto no esta bien.

—Por una noche, solo una noche... desearía hacer lo incorrecto —su nariz rozó la mía—. Y me gustaría que fuese contigo.

Reí acercándome más a él.
—Para un hombre cristiano como tú no estaría bien.

—Ya haz corrompido mi mente y no te imaginas desde cuando —dejó un casto beso en mis labios—. Ni yo me reconozco.

—Lo siento.

—No lo hagas —susurró en mi oído—. Escuchar la voz en mi cabeza seduciéndome a hacer lo incorrecto me excita.

—Oh, ¿así que ya la escuchas?

—Si y dejame decirte que asusta la primera vez.

—Tiene el don para ponerte cachondo, no la tomes mucho en cuenta.. —corrí mi cabello hacía un lado—. Y si le respondes te seguirá respondiendo.

—Ya le he respondido tantas veces que estoy jodido —bufó—. Te necesito... —sentí como una sonrisa se le formaba en los labios.

—Por favor, Aj...

—Déjame cumplir mi fantasía de hacer lo incorrecto —suplicó.

—Te gusta esta chica descarada y pecaminosa... —comenté lo que tenía brillando en la frente—. Pero no te burles de mi, no podrás solo con una noche conmigo... soy una droga.

—¿Quien te dice así? —su voz era sería acariciando mi cintura.

—Nadie importante —intenté relajarlo, así me conocían todos mis antiguos ligues y personas que me rodeaban. Claro, no era por nada, yo misma me había encargado de que me conocerán así—. Ahora lo sabes y teniendo en cuenta esa información, sabes que debes alejarte de mi —añadí. Jalé su labio inferior y él jadeó—. ¿Ya no recuerdas cuando le dijiste a Evelyn que su relación era muy sólida?

—¿Estabas escuchando?

—No ignores mi pregunta.

—Eres demasiado curiosa —siguió con su tema, sabía que eso me haría sentir avergonzada.

—¿Qué? Iba a la sala cuando ustedes hablaron de eso.

Ajá —dijo con sarcasmo, pero no tardó en reír.

—Ya, vamos —tomé sus manos y traté de separarlas para poder salir, pero fue imposible—. AJ, vamos —me quejé.

—Mm... no —apretó su agarré.

—¿Qué es lo qué quieres a cambio? —recargué mis manos en sus brazos.

—La segunda cosa más perfecta de esta noche —susurró.

—¿Qué cosa? —le respondí de igual forma.

—Besarte.

—No, no se donde esta tu rostro.

Él no dijo nada, sus manos subieron por mi espalda y sus labios tocaron los mios ayudándome a abrirlos. Apreté sus brazos levantándome de puntitas, AJ lo notó y llevando mi mano derecha a su cuello unió completamente nuestros labios. Era extraño que cada toque de su lengua era una nueva mariposa en mi estómago, quería retorcerme pero no lo haría y en cambio, me separé. La culpa no desaparecía.

—Ya esta —dije al separarme y darle unos pequeños golpes en su pecho. Eso no solo significaba que el beso había finalizado, sino que, había tocado fondo; "ya está", había engañado a la única amiga que siempre había estado para mí y la culpa solo me carcomía cuando estaba lejos de su prometido, no en el momento. Era la peor persona en el mundo. Le hacía daño al que se acercaba a mi. Y a mi edad, con una hija no estaba para estos juegos de enamorados.

Di una sonrisa pequeña sin que pudiese verme, sintiendo el nudo en la garganta.
Mi mano acarició su mejilla aún con el magnetismo que él tenía en mi.

AJ me sujetó otra vez y esta vez me besó mucho peor queriendo dejarme sin aire.
Sabía muy bien que un error lo cometen dos personas juntas, dos cometen una infidelidad pero todo el peso lo sentía recaer en mi, no veía que a él le afectara.
O quizás... estaba tan embobado por el momento como yo.

—Eres muy dulce —llevó sus manos a los bordes de mis labios y trató de limpiarlos, en ese momento me dí cuenta que tenía los guantes puestos.

—¿Puedes ver mi rostro? —me sorprendí.
Había visto todos mis gestos.

—Si —rió.

—Ah... —dije sin más y caminé lejos de él cuando soltó mi rostro.

No tardó en alcanzarme limpiando sus labios.
—Solo te pido una cosa —paré y él me miró—. Que no se vuelva a repetir. Mira... —suspiré—. Tu conoces mi reputación, conoces todos los comentarios que hace la gente cuando una mujer tiene la cantidad de tinta en el cuerpo que yo tengo. No hagamos que las personas tengan razón... ¡porque no tienen razón! —añadí explayándome sin darme cuenta de mis tonos de voz—. Sabes lo que estoy pasando. No deberíamos aprovecharnos de eso. ¿Bien?

—Lo dices porque estoy con Evelyn, ¿no es así?

—Eres feliz con ella, no deberías cambiarla por mi —arreglé mi cabello—. ¡Por supuesto que lo digo por ella! Es mi amiga y no puedo hacerle algo como esto, ya he lastimado a suficientes personas. Me iré al infierno, con eso me basta.

Seguí caminando y él seguía sin decir palabras.
—¿Dirás algo o me seguirás escuchando?

—¿Y qué si te dijera que no la amo? —preguntó de vuelta como si fuese algo que llevaba tiempo ocultando.

—¿Qué? —lo miré—. No me digas eso, ¡no te atrevas a decirlo! —exclamé y miré a ambos lados caminando de un lado a otro. Esto era absurdo—. AJ, no lo hagas. Ni mucho menos por una mujer que acaba de tener una hija de alguien más.

—Por favor Violett, a veces el amor no es suficiente cuando el camino se torna complicado... Evelyn y yo no estamos pasándola bien desde hace mucho y nos estamos engañando con que es amor cuando solo es costumbre —explicó y me volvió a agarrar por las caderas—. Me gustas, ¿qué puedo hacer al respecto? Yo no mando a mi corazón. No es fácil dejar de sentirlo, no es llegar y mentirle a tu mente con que no es cierto porque tu corazón es más sabio.

—Si puedes mentirle. ¡Miéntele como le mentiste diciendo que sentías algo por mi! —rogué.

—¡No lo planeé! ¡no le dije "vas a enamorarte de ella" sabiendo que estabas con alguien más! —pasó las manos por su cabello—. ¡Las cosas no se planean, simplemente suceden!

—Mi pareja sigue siendo Colby ¿bien? y aunque me haya engañado, sigo como imbécil amándolo a pesar de todos sus errores —apreté los ojos—. Soy un desastre.

—¡Pero te engañó!

—¿Y dónde estabas tú para impedirlo? ¿dónde estabas el momento que nos conocimos? —miré sus ojos—. Tal vez todo esto se hubiera evitado —lo miré unos segundos más, sabía que no diría nada. Así que seguí caminando.

—Tal vez... —suspiró minutos después—. Tal vez no estuve en ese momento, pero intento estarlo ahora... porque quiero protegerte de Seth y todas sus falsas promesas.

—Me gustaría decir que aún hay tiempo pero no es así, porque tú y yo no estamos destinados. Solo estamos confundidos —dije mi punto de vista—. Y no creas que no siento lo mismo, cada vez que estoy junto a ti no pienso en nada más que no sea el placebo que me da tu cercanía. Pero eso es solo lo que somos, placebos el uno para el otro. Un placebo que debe ser eliminado desde ahora.

Seguí caminando sin mirar atrás.
Tomaría mis cosas y me iría.
Lo peor de todo era que no podía librarme de él. Teníamos que llegar a la misma casa. Ver a la misma mujer de la que estábamos discutiendo y fingir como si nada.

—Hey Vi, ¿ya te vas? —preguntó Ziggler—. Ni siquiera he podido saludarte.

—Hey, Ziggy —besé su mejilla sin gestos en mi rostro—. Adiós, Ziggy —besé su otra mejilla dejándolo confundido y seguí caminando, tenía que ir a buscar mis cosas a mi nuevo camerino.
No estaba muy lejos, así que fácilmente tomé la mochila y salí de allí sin hacer ruido como todas las otras veces.

Caminé hasta la parada de autobuses, eran escasos. Hasta que vi uno parpadeando las luces, me levanté de mi puesto pensando que era un taxi pero por desgracia era alguien más.

—¿Qué haces aquí? —miré por la ventana, era Colby.

—Tú qué crees —se estacionó—. No respondes mis llamadas, no me devuelves los mensajes, no quieres verme, ¿a qué crees que vengo entonces?

—Hubieras esperado hasta mañana al menos, es demasiado tarde —caminé lejos.

—Siempre es demasiado tarde para mi ¿verdad? —me siguió el paso con el vehículo.

—Sólo vete entonces si sabes que significan mis palabras.

—¿Por qué siempre tienes que huir? ¿por qué siempre evades los problemas?

—Porque sé que me lastimarán, que tú me lastimarás con excusas —me abracé, el frío era espantoso. Y tan solo quería llorar—. Porque intento ser lista y lastimar antes de que me lastimen... pero eso no suele funcionar —susurré lo último, la voz me había comenzado a temblar.

—Sube al auto.

—¿Por qué debería? —lo miré.

—¡Sube al auto Violett, por favor! —exigió.

—¡Prefiero caminar sola, a estar contigo! —grité—. Gracias.

—No seas así o sabes que yo mismo lo haré aunque patalees, grites y golpees.

—Déjame en paz, sólo eso te pido —pateé una lata lejos del camino—. ¿Por qué no vas a casa y vuelves a acostarte con esa adolescente? Evita perder el tiempo aquí, es valioso últimamente. Deberías saberlo, ¿no? —sonreí sintiendo mi vista empañarse y viendo como el frío salía por mi nariz—. Ahora  haces todas las cosas a contrarreloj con temor a que te pillen.

—Basta —sentí el sonido del freno de mano y seguido el de la puerta.

—Me tocas, te golpeo y me pierdes para siempre —amenacé cada paso que daba, pero me tomó en brazos y me subió al auto—. ¡Imbécil! —pataleé cuando me pilló con el cinturón de seguridad.

—Me obligaste a actuar a las malas, Hardy —se sentó a mi lado y volvió a conducir saliendo de la calle.

—Ahora qué, ¿me llevarás a casa y esperarás que formemos un trio? Estás muy equivocado si esperas que acepte tal sueño morboso.

—Te llevaré a casa de Evelyn —humedeció sus labios—. Sólo quería que me dieras la oportunidad de conversar mientras tomaramos un café el día de mañana.

—¿Y tú crees que yo aceptaré eso?

—No y no me esperaba más de tu respuesta —sonrió.

—Entonces no sé porque pierdes tu tiempo.

—Porque no me interesa el tiempo que pierda contigo, siempre valdrá la pena ara mi. Aunque se trate de solo mirarte —giró su rostro hacia mi.

—Olvida lo cursi, conmigo ya no funciona —miré por la ventana. Su sola presencia me hacía daño. Me aceleraba el corazón—. Olvida que te daré una oportunidad, no te mereces ni lo que estas pasando. Te mereces algo mucho peor.

—Si no aceptas que nos juntemos entonces puedo mover unos cuantos hilos y hacer que te cambien a RAW.

—No me amenaces —lo miré enojada.

—Es la única manera para hacerte cambiar de parecer —se encogió se hombros—. Te conozco mejor que tus padres.

—¿Por qué rayos se te ocurre hacerme la vida imposible, Colby? ¿por qué crees que amenazándome voy a caer en tus juegos estúpidos?

—Si te pido cortésmente que hablemos no me harás caso y me mandarás a la mierda, de que otra forma puedo hablarte.

—Desaparece de mi vida por un tiempo y cuando sientas el dolor que se propaga por mi torrente sanguíneo vuelve y ahí conversaremos. Pero antes no —me liberé del cinturón de seguridad—. No sabes el daño que me haz hecho.

—Sé lo que te he hecho, estoy consciente de ello.

—¡Entonces dejame en paz! ¡esta no es como las otras veces que hemos discutido! Esta vez es real Colby, trata de entenderlo —me bajé cuando estuvimos al frente de la casa—. ¡Olvídame! —me giré caminando lejos.

—¡Algún día te darás cuenta que huir no es la mejor solución! ¡y vamos a tener que hablar! —gritó. Pero solo le mostré mi dedo medio sin la necesidad de girarme, las cosas cada vez se ponían más difíciles. ¿Qué faltaba ahora? ¿una Evelyn con ataques de celos otra vez?

Escuché como su vehículo seguía parado.
Me detuve y con el pecho apretado me di cuenta que debía soltarlo, que debía decirle al menos una parte de todo lo que estaba sintiendo. Esto me tenía ahogada.
Suspiré, me di la vuelta y caminé de vuelta a él.
Mis ojos ya estaban llorando.

—¡Me rompiste el corazón, Colby! ¡Me partiste en dos! ¡Me dejaste tan rota que aún hay pedazos que no he podido encontrar porque volaron muy lejos! —exclamé doblándome un poco y apuntando mi corazón—. Me dejaste sin ganas de volver a salir adelante. Me destruiste y de la peor manera. Tú fuiste y siempre serás mi karma, le hice tanto daño a tanta gente y tú fuiste el shot de mi propia medicina —volví a confesar mirándolo a los ojos, su expresión había cambiado. Teníamos un contacto visual tan fuerte, que a los segundos Colby desvió la mirada y se limpió una mejilla sin querer seguir mirándome—. No sabes el dolor que tengo en estos momentos, he hecho tantas cosas malas como si fuese una adolescente de las que no me siento orgullosa en estos momentos... pero no estás para rescatarme y no lo estarás nunca más. Me duele porque eras mi amigo y mi pareja. Ya no tengo a quien contarle de mis problemas ni de mis logros. Me has quitado hasta la piel y me has dejado expuesta. Expuesta a que todos vean mi corazón roto con espacios donde faltan esos pedazos, que puedo jurar, que los tienes en tus bolsillos —sollocé—. Querías que dejara de huir y eso es lo que estoy haciendo ahora.

Tome aire, iba a seguir hablando pero no lo hice.
Repentinamente vomité. Ya no podía más.

—Violett —dijo él y sentí como se bajaba del auto.
Levanté las manos para que no se acercara a mí y aún así lo hizo, me abrazó.

Sollocé un poco más pero no le devolví el abrazo.
Una de sus manos apretaba mi cabeza contra su cuerpo y la otra me sujetaba muy bien de la cintura.

Cuando pude lo corrí de mi y limpié mi nariz.
—Quítate la sudadera antes de entrar a tu casa, tienes mi perfume... —susurré y me di la vuelta para caminar hasta la casa. Colby no me siguió por suerte.

Limpié bien mi rostro, arreglé mi cabello sintiendo en ese momento como se iba en el auto.
Toqué la puerta varías veces hasta que Evelyn me atendió con los ojos llenos de furia.

—Lo que me faltaba... —susurré mirando mis manos. AJ ya había llegado al parecer.

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12.- ¿Qué foto tiene Colby de fondo de pantalla en su celular? No me respondan con "una de Violett", sean más específicos.

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