Capitulo 44. 

—¿A dónde vas? —preguntó el ojiazul.

—Debo arreglar algo con Stephanie y Mick Foley —tomé mi chaqueta—. Me acaba de llamar Shane y dijo que estaban todos reunidos conversando sobre eso.

—Pero si tú no estás en RAW y están grabando BackLash —frunció el ceño.

—A un gracioso se le ocurrió cumplir con sus amenazas.

—Te acompaño —se preocupó.

—No, ¿y Evelyn? —lo frené con una mano en su pecho.

—Le diré que saldremos un rato, ella lo entenderá —corrió hacia el cuarto, lo esperé unos cuantos minutos y volvió corriendo de vuelta—. Todo listo, vámonos—abrió la puerta y me dejó salir primero mientras se ponía un gorro, ya casi oscurecía.

—¿Crees qué pasen taxis a esta hora? —lo miré y se veía adorable.

—Deberían —se paró al frente de la vereda, pero ninguno se asomaba—. ¿Qué hora es?

—Van a ser las diez —mordí mi labio.

—Entonces aún estan en hora de trabajo —hundió las manos en sus bolsillos. Pasaron los minutos y aún seguíamos en la esquina, esperando que algo se asomara. Parecíamos idiotas, no lo negaré.

—¿Prefieres caminar? —acorté el silencio, pero en ese momento apareció un taxi. Miré por las ventanas y solo había un puesto vacío, maldije mentalmente—. ¿Qué hacemos? —me giré a Allen.

—Te sientas en mis piernas —se encogió de hombros.

—AJ ya hablamos de esto, por favor... —dije agarrándome el entrecejo—. Deja de hacer esto, tu pareja sigue en la casa y tú haciéndote el lindo —me giré al chofer—. Disculpe, ¿vienen más taxis después de usted?

—No estoy seguro dama, creo que no —hizo una mueca.

—Bueno, gracias de todos modos —le sonreí.

—No, espere —le dijo la señora al chofer antes de seguir su camino lejos de nosotros—. No falta mucho para que llegue a mi destino, pueden subir si son capaces de esperar unos kilómetros más —nos miró.

—Gracias —Allen sonrió y jaló de mi mano. Esto no estaba pasando.
Subió al asiento y me miró esperando que también lo hiciera, estaba nerviosa y el calor recorrió mi rostro hasta las orejas. Esto era degradante.

—No le digas a nadie sobre esto —le susurré cerrando la puerta.

—No se preocupen, ambos son pequeños así que no se notara la diferencia —sonrió el chofer.

—No se burle —le advertí, Allen sabía que estaba enojada y por esa razón tomó mi cintura e hizo que recostara mi espalda sobre su pecho dejando mi rostro al lado del suyo. Al lado de nosotros se encontraba una pareja, pero estaban durmiendo—. ¿Seguro que esto no afecta a tu religión? —le pregunté con sarcasmo.

—No, si no tengo malos pensamientos —me abrazó como oso—. A estas alturas ya estoy muerto —susurró en mi oído y se acomodó. Cerré los ojos, este hombre me cohibía completamente.

«¡Oh dios mio! Creo que me perdí la mejor parte.»
Se había quedado con la boca abierta.

—Cállate —susurré con los dientes apretados y puse mis manos encima de las de AJ—. Eres un idiota —sonreí resignada.

—Tu lo has dicho —me apretó y una risita escapó de sus labios.

Pasaron los kilómetros, nadie se bajaba y Allen me contaba anécdotas de su vida para hacer el camino más ameno, sabía que aún seguía molesta porque la anciana no se bajaba como lo había prometido.

—Y... ¿Cuándo piensa bajarse? —me senté para quedar más cerca de la anciana y AJ se tensó.

—Vi, no seas tan directa —me reprochó él.

—No sé de que esta hablando —la señora se hizo la desentendida. Lo que me faltaba.

—Ya han pasado más de "unos cuantos kilómetros" y aún no cumple su palabra —miré a AJ—. Es hora de preguntar —volví a mirar a la anciana—. ¿Y? ¿cuándo?

—Eres única —rió cubriendo sus ojos.

—Descuiden, ya nos bajamos —la pareja a nuestro lado abrió la puerta en una señal en rojo y bajaron.

—Gracias —les hice un gesto con la mano en despedida y me bajé de AJ—. ¿Te sientes mejor así? —le pregunté recargándome en su hombro.

—No, ya estaba acostumbrándome —me abrazó por los hombros, pero dejé mis piernas sobre las suyas y comenzó a acariciarlas—. Mucho mejor —sonrió. Lo abracé por la cintura y cerré los ojos, ya estaba algo cansada.

Me gustaba la confianza que había entre nosotros, ambos teníamos claro que esto no iba a funcionar. Esta amistad se hubiera terminado desde el momento en que nos besamos, pero algo lo impidió... y no pude entenderlo. No pude molestarme con él y él no pudo molestarse conmigo, puede que nos enojemos pero no es por mucho, y a los minutos siguientes ya estamos charlando como buenos amigos. Era algo complicado pero me gustaba como era.

—Bien, es hora de bajar —me susurró Allen. Abrió la puerta y bajó, me tendió la mano ayudándome a bajar—. Gracias.

—¿No me va a pagar?

—¿Qué esperaba? Después del trato que le dio a la muchacha, eso es lo único que se merece. Es un imbécil —le reclamó cerrando la puerta con fuerza.

—¡Al menos agradezca que los ayudé a que sucediera algo entre ustedes! —gritó y emprendió marcha lejos de nosotros.

—¡Pudrete! —le gritó arreglando su ropa.

—Para la otra llévate la puerta al hombro —me burlé, ese portazo había sido muy fuerte.

—No digas nada —aguantó una risa, pero no por mucho—. Esa fue buena.

—Lo siento, me salió de la nada —le dí un golpecito en el hombro—. Pero vamos, fue divertido —le vi el lado bueno de las cosas.

—Bueno, no le diré a nadie de lo sucedido. Te lo prometo —se refirió a lo que le había dicho antes de subir al auto.

—Gracias —arreglé mi cabello y caminamos hasta la entrada. Seguían grabando el show y al primero que vi fue a H—. ¡Hunter Hearst Helmsley! —levanté los brazos y él me miró con una sonrisa de lado—. ¡Te extrañé, hombre! ¿Cómo has estado? Seguro que no esperabas verme.

—Tantas palabras para una mujer tan pequeña —se acercó y me miró con desdén.

—Extrañaba tu eufemismo —lo miré hacia arriba, no recordaba que fuese tan alto—. Hey, ¿tú no eras más pequeño?

—Te has estado encogiendo al parecer —sonrió—. Por fin el karma te está encogiendo.

—Muy gracioso, Hearst —le mostré la lengua—. También te quiero —le levanté el pulgar mirando si estaba Stephanie—. ¡La jefa de RAW! ¡esto debe ser un sueño! ¡dame tu autógrafo! —dramaticé.

—Ya basta, Violett —rodó los ojos.

—¿Sabes? Yo estaba de tu lado cuando decidiste dejar a Rollins suspendido —me apoyé en su hombro con toda confianza pero con dos de sus dedos sacó mi codo como si fuese una peste.

—Que sorpresa —se limpió la ropa.

—Pero luego me defraudaste, como siempre —hice una mueca—. En fin... —sobé mis manos—. Vamos al grano, ¿por qué me quieren en RAW?

—Simple, tu relación con Seth no puede terminarse así como así. Recuerda que salían juntos.

—Pero eso fue antes, esta es la nueva era —achiqué los ojos—. No sé en que les favorecería.

—Eres una de las luchadoras que más alboroto arma en la empresa, es claro que te queremos de nuestro lado —respondió H.

—Siempre luché por mis derechos, pero entiendan... esta es otra cosa, todo ha cambiado y es injusto que me dejen donde no me quieren —miré a ambos.

—¿Acaso el público de SmackDown Live te quiere? —preguntó frunciendo el ceño, esta vez me había dejado sin palabras. Tenía razón.

—Tal vez no ahora, pero el tiempo lo dirá —respondió Shane a mi lado, también se encontraba Daniel. Que emoción, se comenzarán a pelear por mi—. Y las reglas estaban estipuladas, nosotros la escogimos justamente en la lotería, por derecho es de nuestra marca.

—No eres el dueño —Stephanie sacó las garras—. Y si nuestro padre da las ordenes, ella se queda con nosotros —me jaló del brazo a su lado, H recargó su mano en mi hombro. ¿Y eso?

—No lo incluyas a él, que nada tiene que ver al caso. Él no está y esto tenemos que solucionarlo ahora —se paró al frente de su hermana y Daniel me llevó de su lado—. Si quieres hacemos algunos cambios, pero a Violett no me la tocas —me dejó atrás de su espalda.

—¿Puedo decir algo? —le susurré a Daniel, pero me hizo un gesto con los dedos de que guardara silencio.

—Hey, hey, hey —habló AJ por fin, posicionándose al lado de Shane. Esto parecía guerra, una guerra sin sentido—. Si Rollins fue quien inicio todo esto, debería estar presente ¿no les parece?

—Tuvo algo importante que hacer —respondió H.

—No me digas, ¿y qué fue ese algo importante? ¿coger? —susurré y Daniel sonrió, ambos estábamos en silencio.

—Buena —me estiró el puño y lo chocó contra el mio.

—Entonces mientras él no este aquí, Violett se queda en SmackDown Live —comentó Shane autoritario, pero de la nada misma, apareció Lopez sin saber de que se trataba todo esto. Stephanie lo llamó a su lado y este se acercó, podían estar enojados pero si se trataba de dejarme a su lado... eran los mejores amigos.

—Ya estoy aquí —sonrió hipócrita, mirándome. Metí mi mano por debajo del brazo de Shane y le mostré mi dedo medio—. Gracias, te lo agradezco —respondió, pero del otro lado le mostré el otro dedo.

—No empeores las cosas, por favor —Shane me reprochó y escondí mis dedos después de moverlos de arriba a abajo en burla—. Bien Seth, danos tus razones del porque Violett debería estar en RAW, por algo fue mandada esa carta a mi show. ¿No?

—Escucha —juntó sus manos—. No es por conveniencia, es porque la amo y me gustaría cuidar de ella —sabía que estaba mintiendo, era un maldito hipócrita—. Los horarios serían iguales y eso no nos complicaría.

—Que yo sepa, ustedes ya no viven juntos —habló AJ y la cara de Hunter se sorprendió—. Eso ya no sería una excusa valida en estos momentos.

—Ya basta, Violett firmó un contrato conmigo y mi esposo —Stephanie apuntó exageradamente a H—. Cuando tú aún no llegabas a la empresa, cuando ni siquiera tenías planes de hacerlo y por ende, ella se quedará con nosotros en RAW —se acercó amenazante a su hermano—. Lo dice el contrato y aún sigue válido.

—Esta bien —levantó los brazos en rendición—. Se quedará en RAW.

—¿Qué haces? —le pregunté.

—Confía en mi —me miró—. Sé lo que hago —volvió a mirar a su hermana—. Pero al menos deja que se quede a ver el show esta noche.

—Esta bien —le sonrió con hipocresía—. Nos vemos el lunes, Violett —se dio media vuelta y partió con todo su pelotón. Era irónico que Mick Foley no dijera nada.

—Hasta el lunes, monstruo —me despedí, aún tenía modales. Dejaron que todos se fueran y luego se giraron a mi—. ¿Qué haces, Shane? ¿qué tienes en mente? —arreglé mi cabello.

—Puedes renovar tu contrato ¿cierto? —sonrió.

—Eso creo —achiqué los ojos.

—Puedes pedirlo cuando quieras, entonces cuando lo hagas vienes directo conmigo y lo hacemos legal.

—¿Estás seguro de eso?

—No te preocupes, confía en mi —palmeó mi hombro.

—Confio en ti —suspiré—. Gracias por dejar que me quedara esta noche a ver BackLash —sonreí de lado.

—No es nada, espero lo disfrutes —sonrió y se fue con Daniel desapareciendo por el pasillo.

—Bueno, AJ —lo miré resignada—. Lo que me reconforta es poder verte en acción está noche —sobé mi brazo, pero él me abrazó sin pensarlo dos veces—. Tranquilo, no me voy para siempre.

—Pero perdí ante Rollins, es una derrota que no esperaba —me soltó.

—¿Quieres qué te haga sentir mejor? —estaba actuando muy tímida y no lo entendía.

—Hazlo como todas las veces.

—Bueno, tú... —sobé mi nuca—. Te ves mejor en tus pantalones de lucha que Rollins —lo miré, realmente le quedaban perfectos.

—¿Me miras? —preguntó coqueto.

—Ya cállate, fue difícil para mi, por primera vez —cubrí mi rostro con ambas manos.

—Ow —rió y me cubrió entre sus brazos otra vez—. No te soltaría jamás.

—No lo hagas —reí con él, estaba roja completamente—. No sería lindo que me vieras ahora.

—Eres linda a todas horas —admitió—. Y verás que por subir mi animo, voy a ganar esta noche contra tu lunatico.

—¿Mi lunatico? —arrugué la nariz—. Es el chico inestable de todas sus fans y es bueno que no digas ese cliché de "ganaré por ti".

—No me gusta usar los clichés, ni mucho menos contigo —apretó mi mejilla. De repente se escuchó como un hombre de producción lo buscaba, se acercó a él y le comentó que ya era su hora—. ¿Vienes conmigo?

—No, puedo verlo desde backstage —le guiñé un ojo y esperé a que se marchara para poder seguir el camino, pero no movió ni un músculo.

—Entonces deja que te lleve —me tendió la mano, bufé y la tomé.

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13.- ¿cómo conoció a AJ Styles?