Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo.

Violett Hardy.

Es increíble como el tiempo pasa, como las semanas, los meses, los años, nos hacen recordar que la vida sigue a pesar de todo.

Después de haber salido del hospital, conversé con Allen, se enojó, por supuesto. Y la verdad es que no puedo juzgarlo. Ambos sabíamos que estaba la probabilidad de que algo así nos sucediera.
Nuestra relación había surgido de un engaño, él había seguido el mismo patrón con su pareja y no era justo. Que estuviéramos juntos no era justo.

Ni siquiera me dejó explicar mi punto de vista durante la hora que estuvimos charlando. Después de haber dicho todas las cosas ofensivas, más bien, su lado herido, se marchó dejándome con las palabras en la boca.

A las semanas me llamó y lo arreglamos compartiendo un café.
Se quedó con la casa pero le prometí ir a verlo todos los fines de semana con Sunshine cuando no los dos tengamos tiempo libre.
Seguimos siendo amigos cercanos, como al inicio.
Era un buen tio para mi hija.

Por otro lado, con Evelyn aún manteníamos comunicación. Ella respetaba las cosas del amor y por esa razón no me culpó de su ruptura con Allen, pero sabía que me odiaba inconscientemente.
Le había quitado a la pareja y luego lo había dejado por Colby otra vez. No era la mejor persona. Realmente lo lamentaba mucho.

Sunshine ya tenía tres años y cada día se parecía más a su padre, el apodo de "traidor" había trascendido con los años, ya no se llamaba papá, sino, traidor. A pesar de todo.

Colby... bueno, él había hecho todo lo que había prometido, me regalaba más de su tiempo y evitaba conocer a mujeres si no era en su trabajo. Se había vuelto más detallista y consentido con Sunshine, realmente había cambiado. Aún así amaba su pasado, su presente y obviamente su futuro.

—Deja de soñar, el sueño es ahora —una voz me bajó de nuevo a la tierra.

—Lo siento, Kim —pestañeé varias veces.

—¿Estas lista?

—Mm... no —hice una mueca, mirando mi vestido.

—Nena, te ves maravillosa. Como desearía que no te casaras con él —chilló—. Quédate conmigo —limpió una lágrima imaginaria, reí y volví a mirarme al espejo. No podía creer que estaba en un vestido blanco, me sentía rara.

—Cállate, no la harás cambiar de parecer —le reprochó Evelyn.

—¿Hubieras preferido un vestido negro? —le pregunté.

—Si ese te gustó cuando fuimos a la tienda me hubieras dicho.

—Silencio y vamos saliendo, que estas impacientando al novio —me empujó Kim hasta la puerta.

—No, aún falta —me detuvé y volví a entrar—. Nos quedan cinco minutos.

—Si quieres podemos cambiar el vestido —insistió Eve.

—Me encantaría, pero me costó mucho tener que aguantar no comer ese caramelo para entrar en este corset, ahora no me lo quitaré —me senté cruzándome de brazos.

—Esta bien —rodó los ojos.

—Verás que a Colby se le irán los ojos —Kim estaba resentida—. Además, ¿a dónde tienen pensado ir para su luna de miel?

—Italia.

—Yo te hubiera ofrecido ir a Roma —me mostró la lengua.

—Por favor, no de nuevo —me levanté y la abracé—. Te mandaremos fotos.

—¿Del país?

—Por supuesto.

—Ya —sonrió y me devolvió el abrazo. Me giré a Evelyn y también se dio uno.




Colby Lopez.

—Hey chicos, ¿cómo se amarra esta cosa? —me giré hacia Jonathan.

—Por favor hermano, solo es una corbata —se acercó y la armó en mi cuello—. Deja de estar nervioso.

—Si, sólo te estas casando —bromeó Joe—, no es nada importante. Es muy importante.

—Gran forma para tranquilizarme, eres el mejor —dije con sarcasmo. Jonathan terminó y se alejó de mi, mirándome de pies a cabeza.

—Te ves bien, no sé de que te preocupas —sonrió.

—Me preocupa si le va a gustar a Violett —pasé una mano por mi cabello, aún no estaba amarrado.

—Así que ella manda ¿eh? —me dio codazos, sacando una barra de chocolate de su bolsillo.

—Es obvio, duh —se burló Joe—. Ella tiene los pantalones dentro y fuera de casa.

—Pero no en el cuarto —respondió Jonathan con la boca llena.

—Venga ese puño —reí y chocó su puño con el mío—. ¿Dame?

—Estás muy gordo, no le hará bien a tu colon.

—¡Por favor!

—Son los nervios —se la acabó—, ahora peinate.

Jumm —lo miré mal y le hice caso.

—Nada de "jumm" muchachito, o se lo diré a Violett —amenazó.

—Esta bien —bufé mirándome al espejo—. Conste, solo porque yo quiero no porque me lo dijiste.

—Claro que si —rió—. Bueno Joe, ¿cómo te casaste tú?

—Fue en la playa, fue algo mágico y especial.

—¿No me digas que usaste ese cliché?

—¿Qué tiene de malo?

—Vamos, hasta el bruto búlgaro se casó en la playa con Lana. Ya no es nada nuevo.

—Hubieras preferido un lugar como este, es parecido a un bosque pero más abierto —comenté.

—Es que en mi tiempo lo era.

—Claro que si —se volvió a reír.

—¿Deberíamos hacerle algo para que deje de burlarse no crees? —miré a Joe.

—Si, a ver si así aprende.

—Buena suerte perdedores —limpió sus dientes con su lengua.

—¿Perdedores? ¿lo dice quien aún no se casa? —levanté una ceja.

—¡Tómala rubio! —rió Joe.

—¿Casarme? ¿decir que no me gusta estar atado y luego terminar cometiendo ese error por masoquista? —contraatacó.

—¡A ver como respondes traidor! Digo, bicolor.

—Al menos no conseguí algo de segunda mano —me hice una coleta.

—¡Uy, esa te lo dejó difícil lunático!

—¡Cállate, al menos no decepcioné a mi hija en WrestleMania! —gritamos al unísono. A Joe se le borró la sonrisa y se quedó callado.

—Son tan crueles —susurró.



Violett Hardy.

—¿Llegó papá? ¿está bien mi peinado? ¿mi maquillaje? ¿hay gente afuera? —llené de preguntas a ambas.

—Papá espera al final del pasillo, tu peinado no se desarmará ni con el viento, tu maquillaje te hace ver como modelo, esta perfecto y la gente esta afuera esperándote junto a Colby —me empujaban por el pasillo.

—¿Necesitas algo más? Ah, y Sunshine luce preciosa, ya sabe su actuación —habló esta vez Eve.

—Bien —dejé de arrastrar mis pies y caminé lentamente.

—No sé porque te insisto, mejor déjalo plantado en el altar —caminó a mi lado Kim, mientras que en el otro estaba Evelyn.

—No lo lograrás.

—Vale la pena intentarlo —Kim se encogió de hombros hasta que llegamos junto a papá. Me miró sorprendido, sus ojos brillaban y no tenía palabras, sólo me tendió el brazo.

—Te ves hermosa, no quisiera entregarte a ese charlatán —caminamos lentamente.

—Pa, ya hablamos de eso —levanté la parte delantera del vestido—. No me engañó, ¿vale? Te lo he dicho miles de veces.

—Pero aún no me cabe en la cabeza esa idea —suspiró—, que él haya sufrido abuso a manos de una mujer, suena absurdo —rió sin ganas—. Al menos me reconforta que serás tu quien tenga los pantalones en la casa.

—¿Lo ves? Hay algo bueno después de todo. Estás feliz tú y estoy feliz yo.

—Bueno, si lo amas... que más puedo hacer. Sólo rogar que no tenga dos caras y te haga daño —llegamos al lugar, la música comenzó a ser tocada por una orquesta y todos los presentes giraron su cabeza como contorcionistas. Sentía como el rubor invadia mi rostro.

Caminamos a paso lento, sólo podía mirar a Colby con aquel traje, siempre me gustaba cuando usaba ese tipo de ropa. A su lado estaban Joe y Jonathan, no creí que ellos aceptarían ser los padrinos.
Miré al otro lado y estaban ambas damas de honor; Evelyn y Kimberly.
Miré mis pisadas, no creí que tendría tanta vergüenza cuando lo había practicado miles de veces.

Miré a los invitados, entre ellos estaba Matt, el hombre que le había salvado la vida a Colb. Sentado junto a una mujer, me tiró un beso con la mano y sonreí, siempre fue tan dulce.
Por otro lado estaba Allen, me había dicho que no sabía si vendría pero al parecer no podía perderselo. Sunshine se lo había pedido, ella siempre lo ha considerado como un segundo padre para ella, lo quiere y lo respeta a pesar de todo.
Todos los que jamás pensé que estarían aquí, estaban y eso me hacía muy feliz. Dejar todas las diferencias a un lado y aceptarlo. Aunque mi madre jamás apoyó esto por envidia, esta bien que no este acá.

Cada vez estábamos más cerca y mis manos habían comenzado a sudar, era desagradable. Lo volví a mirar y esa sonrisa en sus labios me tranquilizó mucho.

—Cuídala muchacho, sólo eso puedo pedirte —le dijo mi padre cuando estuvimos al frente y Colby tomaba mi mano con la suya.

—Lo haré, no se preocupe —le respondió ubicándome al lado de él—. Te ves perfecta —miró el escote.

—Aplácate —susurró Jon que estaba detrás de él. Con una sonrisa miré al padre al frente de nosotros, me hizo un gesto de cabeza y le devolví la misma acción.

—¿Estamos listos? —nos preguntó.

—Si.

—Bien —tomó la biblia entre sus manos y se preparó para decir su diálogo—. Estamos aquí reunidos en la presencia de Dios y de estos testigos para solemnizar ante el todopoderoso, y en el nombre de nuestra santa religión, el contrato de matrimonio que este hombre y esta mujer que han venido con su propia voluntad —pausó—. Si es la intención de ustedes reunirse como marido y mujer, lo manifestarán tomándose de la mano derecha —pidió. Le hicimos caso, Colb me tomó ambas manos con cariño—. Como la biblia dice; un hombre necesita a su sexo opuesto para sentirse amado y una mujer necesita a su sexo opuesto para sentirse amada. ¿Alguno de los dos ha traído sus votos?

—Si —lo saqué del bolsillo de mi vestido. Fue mi idea que tuviera bolsillos.

—No —dijo Colby revisando sus bolsillos y la mayoría de los presentes rió.

—Aquí esta —se lo entregó Jon—, despistado.

—Gracias —Colb lo tomó de sus dedos.

—Comience usted —me dijo el padre. Asentí y abrí la hoja de papel. Esto sera divertido.

—Prometo ser clara sobre mis expectativas... —miré a Colby y él estaba feliz—. Prometo darte el beneficio de la duda en lo que se trate de dinero. Prometo asegurarme que no estoy simplemente hambrienta antes de gritarte... —algunos comenzaron a reír—. Prometo hacerte enfadar sin motivo alguno, sólo porque me den las regaladas ganas. Prometo no llevar la cuenta de la tarjeta... —miré a Colby y esta vez ya estaba asustado—. Y prometo que no me importará si engordas, adelgazas o si envejeces porque no será mi problema. Para eso puedo reirme con Jonathan de tu desgracia —sonreí.

—¿Habla usted en serio? —incluso el padre se había quedado con la boca abierta.

—No —dejé caer el papel por mi hombro. Ese lo había hecho ese par detrás de Colby.

—Me habías asustado —Colby llevó una mano a su pecho y todo se transformó en risas. Luego me abrazó.

—No, la verdad es que... —volví a mi lugar y tomé sus manos otra vez—. Sólo sé que voy a amarte mi amor, mientras me sea posible, mientras me dejes, mientras el mundo nos regale una mañana y una noche. Voy a escribirte una poesía cada día y voy a desenfundar el corazón y a entregártelo crudo, en carne propia, en carne viva sin preámbulos ni prejuicios, sin objeciones —miré sus dulces ojos—. Sólo sé que voy a amarte mi amor, aunque en esta valentía se me vaya la vida, aunque me pierda en el camino, aunque desista. Aunque estés y no te encuentre, aunque te busque y te hayas ido. Sólo sé que te amaré —sonreí.

—¿Podía dejarme besarla ahora? —le dijo al padre y este negó con una sonrisa.

—Su turno.

—Bien —Colby abrió el papel—. Violett, hoy es el día en que debo hacerte la promesa más importante de mi vida. Me comprometo a amarte, cuidarte y prometerte cada día que estemos juntos. Eso no es difícil, lo hacen casi todos los novios. Pero yo quiero prometerte algo más —tragó saliva—. Me comprometo a escuchar lo que tienes que decirme, a tomar en cuenta tus puntos de vista, a tener buenas ideas para el fin de semana y a respetar tus gustos por la música indie, aparte del rock. Me comprometo a abrazarte cuando las cosas se pongan difíciles, a estar allí para enseñar a nuestra hija, a compartir todas nuestras responsabilidades y sobre todo, a admitir cuando me equivoco para intentarlo nuevamente. Te prometo que intentaré llevarte flores aunque no sea primavera, llenarte de abrazos aunque no sea invierno; que estaré de repente incluso cuando no puedas verme y que procuraré encontrar cada día una razón más para mantener vivo nuestro amor. Te amo y estoy profundamente orgulloso y feliz de que vayas a ser mi esposa —dobló nuevamente el papel. Quería llorar, eso había sido hermoso.

—Yo también te amo.

—Bien, ¿quien trajo los anillos? —preguntó el padre y Sunshine apareció con un lindo vestido cargando el cojín con los anillos. Todos se enternecieron y Kim le ayudó a entregárselo al padre—. Muchas gracias, pequeña —los tomó, nos miró y comenzó por mi—. Tome este anillo y repita después de mi; al entregarte este anillo...

—Al entregarte este anillo... —se lo puse en el dedo anular.

—Yo te doy mi testimonio de mi amor sincero y prometo serte leal y fiel.

—Yo te doy mi testimonio de mi amor sincero y prometo serte leal y fiel.

—Amarte y apoyarte...

—Amarte y apoyarte...

—En la salud y en la enfermedad.

—En la salud y en la enfermedad —lo miré.

—En la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida...

—En la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida.

—Hasta que la muerte nos separe.

—Hasta que la muerte nos separe —sonreí.

—Por el nombre del padre y del espíritu santo.

—Por el nombre del padre y del espíritu santo.

—Bien hecho —tomó el otro anillo e hizo que Colby también lo hiciera. Su mirada no se despegaba de la mía, su sinceridad y amor me motivaban a seguir con todo esto—. Colby Lopez, ¿aceptas a Violett Hardy como tu esposa? ¿prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, amarla y respetarla todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?

—Si, acepto.

—Y tú Violett Hardy. ¿Aceptas a Colby Lopez como tu esposo? ¿prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe? —me preguntó, miré al hombre a mi lado por varios segundos tratando de desifrar porque lo amaba tanto.

—Si, acepto —dije al fin.

—¿Hay alguien que se oponga? Hable ahora o calle para siempre —guardó silencio, mirando a los invitados.

—¡Yo me opongo! —Kim habló pero rápidamente Evelyn le cubrió la boca.

—Sólo esta algo loca, no le hagan caso —sonrió con vergüenza. Kim le mordió los dedos.

—Entonces, por el poder que me confiere, los declaro marido y mujer. Ahora puede besar a la novia.

Colby me tomó de la cintura, tomé su cuello y juntamos nuestros labios en algo maravilloso. Todos aplaudieron y la orquesta volvió a tocar su música.
—Al fin puedo decir que eres sólo mía —acarició mi mano que se encontraba sobre su mejilla.

—Siempre lo he sido, desde el día en que nos conocimos —podía sentir como seguían tomando fotos—. Solo contigo quiero ser feliz, contigo quiero experimentar nuevas emociones, contigo quiero caer y levantarme de nuevo.

—Si caes, yo caigo contigo —me besó otra vez. Nos giramos mirando a los presentes y tomé a Sunshine en brazos cuando se acercó corriendo a mi.

—¡A celebrar! —gritó Jon y todos se levantaron de sus puestos. El primer baile sería nuestro.

—¿En algún momento pensaste que esto sería así? —me susurró Colb.

—No —hice una mueca—, es mucho mejor, superó mis expectativas.

—Entonces hice algo bien.

—Más que bien —lo abracé y con sus brazos nos cubrió a ambas.
No creí que después de todo, tendría mi final feliz.
—Estoy embarazada —le susurré al oído y él me miró con los ojos bien abiertos.

Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo.
Y pensar que todo comenzó siendo simples "amigos".

Fin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro