Un mes había pasado desde la noche que pasó junto a Clark en el hotel. Bruce estaba más irritable de lo normal, todos lo notaban, pero nadie, ni siquiera Damian, se atrevía a preguntar qué pasaba.

El problema real era que había jugado su última carta para evitar separarse por completo de su esposo. Sabía que lo que había hecho al revelarle los planes que tenía de una reconciliación, seguro sería un golpe psicológico para Superman. Si eso no funcionaba, quizás ya nada lo haría.

Tenía una esperanza, y esa era, que los citatorios de divorcio tienen un plazo fijo para ser entregados al tribunal y para que las partes en disputa sean llamadas para la cancelación oficial del matrimonio. No había recibido ningún citatorio, por lo tanto, asumía que Clark ya no tenía tanta prisa por quedar libre.

Solo le animaba que la noche había llegado y con ella Batman podía hacer su aparición y así desestresarse un poco golpeando a algunos vándalos que se lo merecieran. Suspiró lentamente dejando que el aire saliera de sus pulmones por completo. Su máscara de justiciero le asfixiaba. La retiró de su rostro y con los dedos de su mano derecha froto suave sus ojos cansados.

Un mes desde la última vez que lo vio. Ni en la atalaya. Ni en el periódico dónde trabajaba. Ni siquiera lo había visto en las noticias. Vaya suerte la suya que justo cuando quería saber de él, los criminales de Metrópolis se tomaban un descanso de sus fechorías y la presencia de Superman no era necesaria para otros sectores pues la Liga de la Justicia era tan efectiva que tenían todo bajo control.

Un mes desde que su templanza como Batman se había visto reducida notablemente a la hora de golpear sin piedad a sus presas.

Un mes desde que pasó el bochorno de su vida al pedir matrimonio indirectamente a su todavía esposo. Ridículo, justificado, sí, pero humillante al fin de cuentas.

Un mes desde que sintió el cuerpo de su esposo tan cerca del suyo... Ni siquiera una llamada, un recado con alguien de confianza o con quien fuera. ¡Nada!

Clark parecía haber desaparecido, de nuevo...

Estaba empezando a replantearse la idea de seguir presionando para estar juntos, pues intentó ser honesto y ni siquiera así Clark parecía conforme. Si las cosas estaban tan rotas lo menor era desistir y resignarse de una vez por todas.

Su baticomputadora dio una alarma que lo sacó de sus pensamientos. Un poco de acción le vendría de maravilla para olvidar todo el asunto, por lo menos, un instante.

Fue una verdadera lástima que cuando abrió el enlace que tenía con la cámara de vigilancia en la zona donde se había disparado la alarma, lo primero que viera fuera a Tim junto a su equipo de jóvenes héroes, liderado por Nigthwing, encargarse del asunto. Incluso pudo ver a Damian pasar frente a la cámara y saludarlo.

Al parecer él mismo se había encargado de hacer equipos tan eficientes, que ahora, ya no necesitaban de su ayuda para trabajos de "Clasificación B".

Dejó caer su cuerpo exhausto sobre el respaldar de la silla de cuero frente a su computador. Largó otro pesado suspiró y decidió que por esa noche le vendría bien descansar.

Era en esos momentos de problemas cotidianos, o quizás no tanto cómo el creía, que se daba cuenta de que solo era una persona con tantos problemas tan comunes como cualquier otra, no le gustaba esa sensación.

Subió las escaleras y luego el ascensor que lo llevó hasta la pieza central de la mansión, dónde Alfred se sorprendió al verlo sin su traje de murciélago tan temprano por la noche.

-Son las once treinta, señor-

El mayordomo alzó una ceja expectante de la respuesta de su amo, sin embargo, se tuvo que conformar con una palmadita en el hombro y un silencio típico.

-Descanse, amo Bruce.

En su habitación todo se veía mucho más vacío de lo que recordaba, desde hacía dos años que era así, desde que Clark dejó la mansión. Él jamás lo admitiría, pero se sentía realmente devastado por todo lo ocurrido, odiaba sus arranques de enojo que lo orillaban a decir cosas innecesarias, como la que los llevó hasta la situación de llegarse a plantear un divorcio.

Tomó una larga ducha y cuando por fin salió, así desnudo y aún con el cabello húmedo se acostó en su enorme cama. Se sintió solo y cómo muchas otras veces, deseo tener a su esposo a su lado. Apretó las sábanas entre sus puños y la frustración lo consumió.

Cómo si todas sus suplicas fueran escuchadas, la ventana de su habitación se abrió. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, pues solo había un ser en toda la tierra que sabía que esa ventana específica le permitía el acceso a la mansión sin activar todas las alarmas de defensa.

Superman acababa de entrar a la habitación y él ni siquiera se inmutó ante la invasión a su espacio personal. Puedo escuchar claramente cómo el kryptoniano se desprendía de su ropa. Permaneció impasible pues eso era lo que estaba esperando desde hace varios días. Cerró sus ojos y respiró pausadamente, sin darse la vuelta, aún acostado sobre su costado, de espaldas a la ventana.

Por su parte Clark escuchaba el ritmo acelerado del corazón de Bruce, su pulso era fuerte y arrítmico, estaba despierto y no lo echó del cuarto, tomó eso como una muda autorización para permanecer ahí. Se sintió tan familiar la escena, cómo cuándo él volvía de alguna misión y Bruce lo esperaba en la cama después de una larga noche de patrullaje. Cómo si el tiempo alejado el uno del otro nunca hubiera pasado.

Viendo la amplia espalda de su esposo recostado sobre la cama, se acercó con paciencia y se coló entre las sábanas del murciélago. Rodeó con su brazo la perfecta cintura de Bruce, delineó con sus dedos la piel nada delicada y mucho menos suave, pero, aun así, hermosa.

Bruce suspiró y se dejó hacer entre caricias, sintió el cuerpo también desnudo de Superman y extrañamente eso le alegró. Era ajeno a controlar sus emociones, en ese momento estaba bien dejarse llevar un poco.

Su espalda chocó contra el fuerte pecho kryptoniano y dejó escapar un suspiro.

-Lo siento tanto...- La masculina y ronca voz de Clark retumbó en sus oídos como el más perfecto de los sonidos. Se giró y encaró a su esposo, con el entrecejo fruncido y una afilada mirada. Clark temió por la respuesta.

-Yo también lo siento...- Las facciones de Batman se relajaron y Superman pudo respirar con tranquilidad. Fue el mismo Bruce quién acortó la distancia entre sus cuerpos y besó firmemente los labios de ese que lo hacía perderse y cometer tantas tonterías.

Kal correspondió totalmente el beso, primero lento y luego de forma pasional, esa noche ambos héroes dejaron que sus cuerpos hablaran por si solos. No había necesidad de palabras porque Clark entendía a la perfección cada gesto de Bruce y este a su vez conocía demasiado bien al kryptoniano.

A fin de cuentas, se amaban demasiado como para seguir con ese absurdo e innecesario juego de orgullo que habían formado.

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¡Hola a todos! ^^ 

Primeramente, muchisisisisisisimas gracias por leer este fic, que en lo personal me encanta escribir cada capitulo y me siento muy satisfecha de ver sus votos o comentarios de la historia.

Bueno, este capitulo viene un poco corto, pero como ya se habrán fijado es un punto bastante clave, así que vengo a anunciarles que el siguiente capítulo será el último de este fic :'3

Sí, se nos acabó Break Up, pero, bien, espero disfruten de este capítulo y me dejen saber que les pareció. 

Sin mucho más que decir, me despido y vuelvo a agradecer a todos por leer. También les cuento que tengo otras ideas ya en proceso para un nuevo fic :3

Hasta la próxima actu!!

Saludos y muchos abrazotes de ososte >w<

XOXO

Rust00