Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Más Recuerdos


No fue hasta un mes y medio después, cuando nadie en la atalaya y en el salón de la justicia sabía del estado de Batman mas que la información que lograban sacar de Alfred y Dick, que supieron que estaba vivo. Bueno, eso ya lo sabían, pero era lo único que ambos respondían cuando se les preguntaba por el murciélago.

Entonces Clark decidió poner manos a la obra, porque ya era demasiado, hasta para Bruce, el que se aislara de todos mas no de sus obligaciones y porque, principalmente, fue su culpa que Batman no quisiera poner un pie en la Atalaya.

Cuando Bruce llegó a la mansión esa tarde se encontró en el recibidor con veinticinco ramos de flores entre lirios, orquídeas y tulipanes de tantos colores que descordinaban con la oscura decoración de la mansión. De pie entre ellas Alfred alzaba una ceja en gesto quizá divertido al ver la expresión de su amo ante la sorpresa de las flores.

    —Los tulipanes se verán hermosos en el comedor—
Dijo simplemente el mayordomo, Bruce en un arrebato pasó de largo a Alfred mascullando entre dientes -Deshazte de ellas-
     
—Sí, señor—
Y aunque sabía que su orden sería ignorada prefirió no hacer mayor escándalo.
     —Pero, señor ¿Qué haré con las que están en la biblioteca?—

Bruce prácticamente corrió a la biblioteca al escuchar eso.

Ahí de pie, frente al escritorio que usaba para trabajar estaba Clark Kent sosteniendo entre sus manos un innecesariamente enorme ramo de rosas rojas, como si no bastara con todas las demás flores que habían en el recibidor.

—No es mi funeral, Clark— Dijo Bruce con dientes apretados pero sin llegar a ser un tono de molestia. Clark guardó silencio un momento y luego rió con suavidad.

    —Bruce, para que sepas, no estoy loco, tampocoestán usando en mí, mucho menos es control mental y no es una broma de mal gusto, cómo piensas que es...—
Mientras hablaba elsúper hombre se acercaba al millonario, despacio sin prisa, por su parte Brucese quedó inmóvil en su sitio con los músculos poco tensos amenazando con volverse cada vez más y mas relajados. Clark por supuesto que lo notó, sin embargo, no hizo ademán de detenerse, extendió el ramo de rosas hacia el millonario que no lo acepto hasta después de dos segundos y medio exactos que para Clark fueron como si pasaran siglos pues tratándose de Bruce el rechazo no le tomaría por sorpresa.

Bruce sopesó las rosas, exhaló un enorme suspiro y se atrevió a ver directamente los ojos azules frente a él, a pocos centímetros de distancia.
   —Dick no tuvo porque decirte mis sospechas—
renegó con el ceño fruncido y con una media sonrisa adornando su rostro, gesto que denotaba el poco disgusto que sentía en ese momento.

—¿Qué puedo decir? Superman siempre fue el favorito de Richard— Clark respondió encogiéndose de hombros sin dejar de sonreír abiertamente.

—Creí que Batman era su favorito— Bruce se relajó visiblemente, Clark lo notó en el leve acercamiento del millonario hacia su cuerpo.

—No te pongas celoso. Batman siempre será mi favorito— Clark con cierta duda se atrevió a colocar sus manos en los hombros ajenos, deslizándolas sutilmente por los brazos hasta detenerse en la masculina cintura de Bruce, que no podía hacer más que sonreír lleno de la repentina ternura que lo invadió.

—Eso es demasiado cursi hasta para ti, Clark— sin renegar del contacto Bruce acortó la distancia entre ellos recostando su cabeza en el fuerte pecho de Superman.

—Acepta que te encanta...— Clark envolvió entre sus brazos tanto a Bruce como al ramo de rosas entre ellos logrando por fin un íntimo abrazo.

—No te emociones granjero— Bruce alzó su rostro cuando sintió el pecho de Clark vibrar por la risa que le provocó su comentario y para sorpresa de Clark fue Bruce el que hizo el atrevido movimiento de juntar sus labios en un beso extrañamente casto, dulce y sencillamente perfecto.

Entonces, Bruce se preguntó como fue que llegaron de ese lindo enredo al completo caos que reinaba ahora entre ellos estando ambos de pie frente a las puertas del divorcio. Suspiró dejándose caer sobre el colchón de su cama, en ese momento deseaba que el escozor de sus ojos fuera producto del cansancio y no de las lágrimas que se negaban a salir recordando lo fácil que había sido darse cuenta de lo enamorado que estaba y lo difícil que era dejar ir a único hombre que le había dado todo lo que antes le faltó.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro