Capítulo I
Hoy presentamos...
"El grupo"
-Seth-
Seth cuando despertó, agarró el celular para ver porque tenía tantos mensajes. Al encender el teléfono, vio que lo habían metido a un grupo. Él no sabía porque lo habían metido, capaz se equivocaron de número o tal vez metieron un número al azar y justo tocó el de él.
Cuando vio que dentro del grupo estaba un número que tenía agendado, era Heaven Jones, una amiga que había conocido por Internet. Cuando vio que ella estaba en aquel grupo ató los cabos sueltos, Seth rápidamente concluyó que ella lo había añadido, pues también ella era administradora del grupo.
—Hola —escribió Seth—. ¿Quiénes son?
—Hola, soy Allen —respondió un tal Allen luego de unos segundos.
—¿Quién me añadió? —escribió para ver si su teoría era verdadera.
—Heaven —respondió Allen.
—Lo sabía —dijo Seth en voz alta—¿Para qué es este grupo?— preguntó.
—Para conocer personas —contestó Heaven—. Te iba a preguntar si te podía añadir, pero me emocioné y me olvidé de preguntarte.
—Típico de ti —contestó Seth.
—Bueno, preséntense ante él —escribió Heaven.
—Hola, soy Conny —escribió una tal Conny.
—Yo soy Kasper— se presentó.
—Hola, yo soy Ryker —escribió.
Luego de unos segundos, nadie más se presentó.
—Bien, creo que ellos son todos los que están conectados —dijo Heaven.
—Bien, pues yo soy Seth —escribió Seth, un poco incómodo pues ahí solo conocía a Heaven.
Luego de unos segundos en silencio muy incómodos, Ryker escribió:
—Bien ¿Y cómo están?
Todos respondieron lo mismo, "bien". De acuerdo, sí esto era algo incómodo, ahora el doble de incómodo.
—Okey, esto se convirtió incómodo —escribió Heaven.
—Eso mismo pensé —respondió Seth.
Luego de unos segundos mirando la pantalla, Seth se percató que si no levantaba de la cama, llegaría tarde al trabajo. Así que se levantó, se lavó los dientes, se cambió y bajó a la planta baja, donde sus padres lo esperaban.
—Hasta que decidiste levantarte ¿Eh? —dijo Abigail, su madre
—Sí... es que me añadieron a un grupo...
—No me digas ¿Heaven? —preguntó Abner, su padre.
—Sí... pero no me afectará en mi trabajo.
—Más te vale... no por algo te cuidamos a tu perro bromeó —Abner.
—No lo hará —respondió Seth, con unas risas.
—Bien, mejor será que desayunes...
—Tranquila, mamá, desayunaré allí... no te haré perder tu tiempo en hacer mi desayuno —dijo, para acto seguido darles un beso en la mejilla y luego irse.
—Le iba a decir que ya lo había hecho... bueno, más para nosotros —dijo luego que Seth cerrará la puerta de la entrada.
...
Cuando llegó al hospital de Norak, entró y fue directo los vestidores de internos. Al llegar vio a Michael Moore, él es castaño y oji-marrón. Y también estaba Kyle Rodríguez, él es castaño y oji-marrón. Ambos eran sus dos amigos del trabajo.
—Hasta que llegas —dijo Michael.
—Oh, cállate. Tardé un poco porque... ¿Se acuerdan de Heaven?
—Si hablamos de la chica que conociste en Internet, sí —contestó Mike.
—Sí, sí... ella... bueno, Heaven me añadió a un grupo... y bueno tardé por eso.
—¿Alguien que te haya gustado? —bromeó Kyle.
—No, solo pude conocer a cuatro de los que habían en el grupo —respondió.
—Bien —dijo Joanne, y apenas escucharon su voz, los tres amigos rápidamente se pararon rectos—, no me interesa quienes son ellos o ellas, solo me interesa que salven vidas —agregó. Ella les "enseña" por decirlo de alguna manera, basicamente está a cargo de los tres. Joanne O'Brien es castaña y oji-marrón, algo amargada, pero cuando quiere es buena, eso sí, enseña bastante bien.
—S-sí... solo les contaba... —dijo Seth, bastante nervioso.
—Sí, bueno, no me interesa... lo que sí me interesa es que aquel grupillo ese no te distraiga en las operaciones y todo eso —respondió bordemente.
—Sí, no lo hará, lo prometo...
—Más vale que no lo haga —dijo, para luego quedándose mirando al suelo—. Diablos— susurró—, perdón por ser borde... síganme.
Hay momentos en que ella lograba confundir a los tres, y cuando los confunde, ellos no saben qué hacer. Cuando Joanne comenzó a caminar, los tres internos rápidamente empezaron a caminar al mismo ritmo que O'Brien.
—Bien, hoy tenemos a una paciente que hace más de un mes tuvo una operación a corazón abierto en este mismo hospital y pues viene por una simple revisión —explicó, para luego parar en una puerta—. Veamos... ¿Quién de ustedes tres podrá hacer la revisión? O sea, la hará la doctora Connors, pero me dejó, luego de suplicar por toda la semana, que uno de ustedes la pueda ver. No la podrán ayudar, ya saben lo maniática que es con eso, pero después de bastante tiempo intentando convencerla, lo logré —dijo orgullosamente—. Bien, hagamos esto rápido que allí viene... tú, Seth, la acompañaras —dijo velozmente.
—Bien... aquí estoy... ¿Quién de estos tres internos vendrá?
—Seth O'Ryan —dijo—. El del medio— explicó al ver la cara de "¿Quién demonios es Seth O'Ryan?".
—Perfecto... bien, Rubio, vamos.
—De hecho, me llamo...
—Sí, no me interesa, solo nos veremos este día y ya, así que, Rubio, vamos —dijo, mientras comenzaba a andar.
Kyle y Michael comenzaron a reírse.
—E-está bien —dijo sumiso, y comenzó a ir tras ella.
...
Luego de unos minutos de caminar, llegaron a una puerta donde decía "habitación de paciente N°158", Amelia tocó la puerta y luego entró.
—Hola, Addy... bien, otra revisión semanal —dijo amablemente.
—Oh, hola doctora Connors —dijo la paciente, sonriente.
—Él solo vendrá para observar.
—¿Y cómo se llama? Pues como va estar aquí, me gustaría saber su nombre —dijo, aun conservando la sonrisa.
—Se llama... se llama —dijo, intentando recordar el nombre del interno.
—Seth, Seth O'Ryan.
—Eso —al parecer ya se había olvidado su nombre.
—Bien, yo soy Addyson Sullivan —se presentó.
—Bien, ya hecha la presentación, vamos con la revisión —dijo Connors—. Ponte ahí, Rubio.
—¿Rubio? Que original apodo —bromeó Addyson.
—Lo sé... pero como sabía que no me iba a acordar el nombre de Beth...
—Seth —corrigió Addy.
—Eso... como sea, decidí ponerle un apodo, y como es rubio, así le puse —dijo mientras levantaba la blusa de Addyson, dejando ver su sostén y su cicatriz causada por la operación—. Bien... está todo bien —dijo luego de un tiempo.
—Está bien —dijo, despreocupada—. Tengo una pequeña pregunta.
—Dila y veré si la puedo responder— dijo con una sonrisa.
—Hace poco a mi hijo, Phoenix, le diagnosticaron asma... ¿Tengo que preocuparme?
—Mira Addy, soy de cardiología... así que mucho de enfermedades respiratorias no sé, pero creo que... luego le preguntaré a...
—¿Y "Rubio" sabrá algo?
—N-no lo sé... pregúntale.
—Pues... no lo sé. Podrías preguntarle a alguien de Neumología —respondió.
—Bien... ¿Y dónde encuentro a alguien de allí?
—Tranquila, yo le preguntaré y para la próxima revisión te lo contaré.
—Bien, gracias, Connors...
—Amelia.
—Está bien, gracias, Amelia.
—No hay de que— dijo, y acto seguido los dos salieron—. Bien, Rubio, antes de irte con Joanne, busca a Bethany Collins, la jefa de Neumología— dijo, volviendo a poner la cara de pocos amigos habitual de ella.
—E-está bien... ¿Y qué le digo?
—Dile lo del hijo de Addyson y que luego me busque.
—Está bien. —Y luego se fue, mezclándose con la gente en los pasillos —Bien, Seth, es fácil, solo la buscas, la encuentras, le cuentas y le dices que la busque... es sencillo —dijo dentro en voz baja.
Luego de varios minutos buscándola, se encontró con Mason White, que es pelinegro y oji-marrón.
—Hey, Mason ¿Viste a Bethany Collins?
—¿La jefa de neumología?
—¿Qué otra Bethany Collins conoces? —Rió Seth.
—Buen punto —rió también—. Como sea, está en el quirófano seis.
—Gracias —agradeció el rubio.
—No hay de qué. ¿Para qué la necesitas?
—Connors— contestó, restándole importancia.
—Entiendo. Entonces nos vemos luego —sonrió.
—Claro —dijo con una sonrisa.
Mason y Seth se habían conocido en el hospital, cuando su abuela falleció, él estaba en su caso, y la había cuidado muy bien, y gracias a eso se hicieron amigos rápidamente cuando Seth comenzó a trabajar en ese hospital al año siguiente del fallecimiento de ella.
Rápidamente Seth se dirigió hacia el quirófano que había mencionado Mason. Cuando llegó, se puso un cubre bocas y entró.
—Hola. ¿Bethany?
—¿Sí? —Preguntó una chica pelirroja y oji-marrón, de unos treinta y algo de años, mientras aún seguía operando a un hombre.
—A la doctora Connors una paciente de ella a su hijo le diagnosticaron asma y la mujer le preguntó a Connors si debía preocuparse y ella no quería arriesgarse a decir algo equivocado así que se lo pregunta a usted —explicó velozmente—... ¿Me entendiste? —Preguntó al darse cuenta que hablo rápido.
—Eh, no ¿Puedes volver a repetirlo pero más lento?
Y Seth lo repitió lentamente
—Perdón por hablar rápido, pero es que cuando estoy nervioso soy de hablar rápido —explicó.
—No te preocupes. Dile...
—Espera, casi me olvido. Ella quiere que le digas a ella la respuesta —dijo.
—Está bien.
—Bien. Ahora me iré.
—De acuerdo.
Cuando Seth salió del quirófano, tiró el cubre bocas a un tacho que era para ello mismo.
—Diablos... ¿Por qué cuando estoy nervioso me pasa eso? —Murmuró.
—Aquí estas O'Ryan —dijo Joanne, y atrás venían Kyle y Michael.
—Perdón, es que Connors me mando a...
—No importa... sé cómo es Connors así que no te preocupes, cuando tardaste me imaginé que era por esto.
De pronto se acordó de su móvil, que lo había dejado fuera de su taquilla.
—Diablos, me acorde que deje mi celular fuera de mi taquilla.
—Ve, te esperamos en la sala de emergencias —dijo Joanne y acto seguido se fueron.
Rápidamente Seth se dirigió hacia allí.
...
Cuando llegó a los vestidores, vio su celular en las bancas, al verlo ahí se dio cuenta que no estaba respirando, se había aguantado la respiración desde que comenzó a correr.
Agarró su móvil y vio que había un nuevo mensaje, era del grupo.
—Hola, Soy Phoenix Sullivan ¿Seth, vedad? —había mandado ese tal Phoenix hace unos minutos, luego se dio cuenta que se trataba del hijo de Addyson, el que le habían diagnosticado asma.
—Hola, sí, soy Seth, Seth O'Ryan —respondió, pues ya había clavado el visto y odia hacerlo, pues abrió el mensaje accidentalmente.
—¿O'Ryan? ¿Tú eres quien estuvo en la revisión hace minutos de mi madre? —Respondió luego de unos segundos.
—Sí.
—Interesante manera de conocernos.
—Si jaja —respondió Seth—. Tengo que volver al trabajo, me conecto luego —escribió Seth.
—Bien, hasta luego.
Y Seth se desconectó y fue a la sala de emergencias.
-Phoenix-
Cuando Seth se desconectó, rápidamente le escribió a su madre:
—Adivina a quien conocí hoy.
—No sé ¿A quién?
—A Seth.
—¿Cómo? ¿Estás en Norak?
—No, no, no, está en el grupo en el que estoy.
—Que casualidades de la vida jaja.
—Sí jaja.
—Bueno, hijo, tengo que conducir, hablamos luego —escribió y acto seguido se desconectó.
—Bien... ¿Ahora qué hago? —Pensó en voz alta.
Luego de unos segundos, se le ocurrió leer un rato, que ese rato se convirtió en horas. Cuando el reloj marcó las 11:00am, le llegó un mensaje de Seth.
—Hey, hola, ya salí del trabajo —escribió en el chat privado.
—Qué suerte, pensé que ibas a escribir en el grupo.
—Sí, lo iba a hacer, pero preferí hablarte solo a ti.
—pues gracias jaja.
—De nada.
—Bien... ¿De qué hablamos?
—¿Tu color favorito, animal favorito, que te gusta hacer? ¿Eso?
—Está bien, mi color favorito es el azul, mi animal favorito es el águila y me gusta leer, ahora responde tú.
—Biem, mi color favorito también es el azul, mi animal favorito es el conejo y me encanta leer.
—Somos muy iguales jaja.
—Ya ves que sí jaja ¿Qué edad tienes?
—Veintitrés ¿Y tú?
—Diecinueve ¿Tienes pareja?
—¿Qué? No ¿Por?
—Curiosidad jaja —escribió —Diablos, que idiota fui —dijo en voz alta.
—Ah, está bien jaja ¿Tú?
—Tuve... hace unos años me dejó.
—Oh, lo siento, no sabía... ya vendrá alguien mejor.
—Lo sé, no paran de decirlo.
—Quien sabe, capaz estás hablando con él ahora.
—¿Qué? ¿Enserio?
—No jaja, solo bromeaba, pero si quieres... ok no, sigo bromeando jaja.
—Jaja ¿Eres gay?
—¿De dónde sacaste tanta confianza? Jaja.
—No sé, anda, responde, yo te confié la mía, ahora tú.
—Bien, bien, sí, sí lo soy jaja.
—¿Podríamos intentar algo?
—¿Hablas enserio?
—Si tú quieres.
—Pero apenas nos conocemos jaja.
—Repito, si quieres.
—Lo pensaré.
—Okey.
—Hablamos luego, tengo que ir a casa, aún sigo en el hospital.
—Bien, hablamos luego.
Y acto seguido, se desconectaron al mismo tiempo.
—¿De dónde saqué tanta confianza como para decirle eso? —Dijo, y acto seguido se dio cuenta que estaba sonrojado—... ¿Por qué estoy sonrojado?
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