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Capítulo II

Dedicado a:
SoofxNickForever un feliz cumpleaños hermosa, gracias por ser muy fiel a cada historia y acompañarme en cada nueva locura aquí, te envió mucho amor y un abrazo gigante. Esta historia y este capítulo, son para ti.

°°°

Luke

No había podido dormir bien en toda la noche, era la emoción de que finalmente el día había llegado por lo que en cuanto el sol salio y logre verlo por la ventana no dude en mirar a Cassie y levantarme con mucho cuidado. Sonreí al verla allí, tenía el cabello revuelto y respiraba con mucha tranquilidad, sus mejillas estaban algo rosadas por el calor que emitía bajo la cobija y su brazo estaba casi sobre su cabeza dejando a la vista el anillo que yo le había dado y aquel tatuaje con mi nombre.

No abrí las cortinas al levantarme, a pesar de que me gustaba que todo estuviera lleno de luz, no quería que Cassie se despertara de repente. Aproveche para poder alimentar a Peaches que siempre se levantaba junto a mi y mientras ella comía yo entre a la ducha, a diferencia de Cassie, yo prefería bañarme con agua muy fría y en la mañana. No me tarde mucho porque debía ponerme el uniforme y un par de accesorios que van a juego debido al cambio de cargo.

— siempre me gusto como te veías con el uniforme. —escucho la voz de mi esposa y sonrió mirandola de reojo por el espejo.

—Lo usaré más seguido entonces. —respondo al tiempo que mi sonrisa se volvía ladina.

Ella solo se río levemente y se levantó de la cama, traía una de mis camisas para correr en las mañanas y me gustaba eso, me gustaba verla en mi ropa porque se veía más pequeña de lo que era y asi era más fácil verla de manera adorable cuando estaba disgustada, al mismo tiempo que me recuerda que ella es mi esposa, mia. Si, eso era lo que más me gustaba.

—¿Ya es hoy? —me pregunta mientras siento como sus brazos me rodean e inhala el aroma de mi perfume. —hueles demasiado bien para la ocasión. ¿Como te sientes?

—Nervioso. Casi como cuando nos casamos la primera vez solo que... Esta vez no hay nada ilegal. —le doy una mirada y ella rueda los ojos.

—Y ya no irás a la cárcel seis meses. Pero irás a la siguiente guerra, donde no te veré por mucho más tiempo que solo seis meses y aún peor, no puedo ir contigo ni hablarte todos los días. —suspiro antes de alejarse.

Me gire para poder verla de frente, por alguna razón parecía afectarle más de lo normal el hecho de que tendría que irme pronto después de mi nombramiento como sargento.

—Sabes que siempre estaré pensando en ti y que cada vez que pueda te dejará un mensaje. — trato de que no sea tan difícil.

—No es igual. Pero no te preocupes, se cuidarme sola y estaré ocupada con las canciones y conciertos de la banda. —sonrió débilmente.

Sabía que Cassie hacia como si no le importara mucho, no quería que yo me preocupara o que me sintiera mal pero esta vez era diferente, yo la sentia más diferente. Como si ahora le doliera mucho más o se le hiciera mucho más complicado el esconder como se siente.

—No tardare en ducharme. —me avisa y antes de que entre al baño tomó su mano para darle un abrazo y dejar un beso en su cabeza.

—Cuando menos te des cuenta, estaremos de nuevo juntos por mucho tiempo. Lo prometo. —susurro y ella asiente.

Veo como luego se va en silencio hacia el baño y unos minutos después sale envuelta en una toalla para poder vestirse. Luego de estar listos estábamos ahora en el auto camino a la base, habíamos dejado el Lexus de Cassie para siempre y lo habíamos cambiado por uno mucho mejor, aunque eso había sido una discusión larga de semanas porque Cassie se negaba a dejar en el pasado ese auto.

—Estaba pensando en que, deberías aprender a conducir porque no siempre voy a poder llevarte a todos lados. —me dijo mientras miraba el espejo retrovisor.

—Tienes razón, pero te recuerdo que no eres buena enseñando a conducir. —me reí al ver su rostro después de escuchar eso.

—Eso es porque te pones muy pesado.

—No es cierto.

—Luke.

—¡Porque me pones nervioso! —luego de haber sacado eso ella sólo trato de no reírse.

—Uh, un soldado que se pone nervioso con una mujer—me miro de reojo. — ¿como se verá eso en tu expediente?

—Un soldado, que se pone nervioso con su esposa. No eres solo una mujer, eres mi mujer. —afirme para luego mirarla y ver cómo esa sonrisa nerviosa hacia que se desviara su mirada por segundos.

Después de un silencio solo pude sentirme orgulloso. Ella lo sabía, aunque no lo dijera sabía que para mí era más que solo una mujer, le gustaba saberlo y además le gustaba escucharlo.

Luego de un rato llegamos a la base donde ya nos estaban esperando. La reunión fue corta y no había tanta gente, solo algunos compañeros cercanos y otros jefes. Mi papá y mi hermano junto a su novia también habían asistido a la ceremonia. El honor era grande y al momento del brindis no sabía que decir.

—Bueno. Realmente no prepare nada para decir aquí, así que discúlpenme. —levante la Copa y mire a todos antes de seguir. —es un honor, servir a mi país con este nuevo comienzo y avance. Debo agradecer a mi padre por estar en cada paso hasta aquí, a mi hermano y su familia por el apoyo pero más aún, agradezco a mi esposa, quien siempre ha creído en mi y quien siempre después de que pensé en rendirme y dejarlo todo, me impulso a seguir porque  "quien no arriesga, no gana"

Al terminar aquellas palabras todos aplaudieron, Cassie que estaba a mi lado tenía sus ojos cristalizados, estaba a punto de llorar lo que era bastante extraño en ella porque solía poder gestionar muy bien sus emociones en estos casos.

—¿Estas bien? —susurre en cuanto me volví a sentar a su lado.

—Si, nose que pasa, solo me emocione demás.

La abrace pasando mi brazo por sus hombros y seguimos en aquella celebración. Para cuando la fiesta estaba oscura y con todo el mundo bailando, fui al baño para poder refrescarme un poco porque el traje ya me estaba ajustando. Estaba solo cuando entre, o eso pensaba, porque antes de salir, me pareció ver cómo un hombre salía de uno de los cubículos uno que se me hizo demasiado igual a Johnno.

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